Eres la odisea de mi vida.

Un diluvio carmesí que ha manchado lo mejor de mi.

Y haciendo este verso pretensioso, apenas alcanzo a decir todo lo que mi carne aguanta a soportar.

Eres vértigo intrépido en las alturas de mi vida.

Eres la indolente dama de la que estoy enamorado.

La compasiva alma que me ha abrazado.

El espectro de mis demonios encarcelados.

Eres mi árida sensación de soledad.

Me haces el niño perdido de los cuentos de fantasía.

La bestia mansa de las hazañas inconfesables.

Este barco de encino que era yo ahora es un ataúd hecho de pino.

Eres corrosiva, pero aún prefiero ser huesos desgastados para ti.

Después de todo...

Nadie tiene tanta suerte de encontrar al amor de su vida en un solo intento.