Capítulo 6: "Un nuevo hogar"
Un joven de cabello desordenado miraba con ternura a una castaña, luego de que esta dijera unas palabras que le devolvían la esperanza que había perdido tras su injusto encierro.
¡Gracias! dijo Tsubasa rompiendo su silencio.
¿Por qué?, respondió la castaña.
Por tus palabras, no imaginas cuanto necesitaba escuchar algo así, pronunció Tsubasa con voz quebrada.
La plática del par de jóvenes fue interrumpida por una llamada telefónica.
¡Disculpa! es mi madre, dijo la castaña antes de tomar la llamada.
Tras algunos minutos Sanae, dio por concluida la misma, al tiempo que posaba su mirada en el joven de cabello desordenado.
Saldré por unas horas, pero quedas en casa, puedes descansar en mi habitación, agrego la castaña, luego de ello se puso de pie, y camino a la salida de su vivienda.
Es un ángel, pensó Tsubasa, mientras la veía alejarse.
En tanto:
Un par de jóvenes platicaban en la parte trasera de una gigantesca casa.
Esta libre, decía una hermosa jovencita.
Sí Umiko, respondió Kanda.
Entonces, él no fue responsable de la muerte de la tía, decía Umiko.
Ello aún no está probado, ya sabes que el certificado de defunción que emitió el médico, decidieron invalidarlo, pues algunos empleados confirmaron lo que Tsubasa dijo, la tía falleció por muerte natural, claro esos empleados ya no trabajan aquí por haber dicho algo que lo beneficiaba a él, sin embargo, esos testimonios sirvieron para que el caso no quede cerrado, y Tsubasa salga con libertad condicional,...., respondía Kanda.
Claro, además de hecho se consideró la repentina desaparición del médico, dijo Umiko.
Sí, una desaparición un tanto extraña, pronunció Kanda.
Hermano, ¿nuestros padres tuvieron que ver en ella?, ¿verdad?, dijo Umiko.
Umiko, no trates de ponerte en contra de nuestros padres, respondió Kanda.
¿Qué?, dijo la joven.
Tú sabes a lo que me refiero, pronunció Kanda, antes de empezar a caminar.
Nevería:
¿Dónde las deje?, ¿dónde?, ¿dónde?, decía un hombre de cabello castaño.
A lo mejor en casa cariño, respondía una mujer madura también castaña.
Si, tienes razón, iré a buscarla allá, pronunció el hombre.
¡No papá! voy yo, dijo la castaña, que había escuchado la plática de sus padres.
¡Gracias hija! pero mejor quédate apoyando a tu madre, respondió el hombre.
Papá, no demorare, dijo la castaña.
Bien, ve hija, pronunció el hombre.
Minutos después:
Una castaña caminaba por un pasillo llevando unas llaves, cuando de repente detuvo sus pasos frente a su habitación, llevada por la curiosidad con la mayor cautela que pudo giro la perilla de la puerta y la abrió, al hacerlo su mirada inmediatamente se posó en el jovencito de cabello desordenado que dormía profundamente.
Pobrecito, debe estar muy cansado, pensó la castaña, cerrando la puerta con sumo cuidado para no despertar al apuesto joven, luego de ello continuó su camino.
Tiempo después:
¡Gracias hija! ahora si voy a traer lo que nos falta, decía el hombre.
Sí padre, mientras tanto yo, voy a seguir con la promoción de la Nevería en la página, pronunció la castaña.
Y yo atenderé a los clientes, dijo la señora Nakazawa.
Ya vengo a ayudarte mamá, agrego la castaña.
Horas después:
Creo que la difusión que estás haciendo en las redes sociales, si están haciendo efecto hija, hoy hemos tenido muchos clientes, decía el señor Nakazawa.
Sí, es cierto, agrego la su esposa.
Ya les he dicho padres, nuestra Nevería será una de las mejores de nuestra ciudad, decía Sanae.
Bueno, vamos cerrando ya, pronunció el señor Nakazawa.
Si, respondió su esposa.
Los Nakazawa tras cerrar el pequeño negocio familiar que tenían en su pueblo, se disponían a retirarse a su casa.
Padres, pronunció la castaña, deteniendo el andar de estos.
Sí, hija, respondieron de manera simultánea los esposos Nakazawa.
Necesito hablar con ustedes, dijo la castaña.
Pues hagámoslo en casa, contesto con calma el señor Nakazawa.
Prefiero que lo hagamos aquí, no nos tomara mucho tiempo, al menos eso espero, decía la castaña.
¿Qué sucede hija?, ¿acaso quieres permiso para asistir a alguna capacitación de negocios en otra ciudad?, respondió la señora Nakazawa.
No, no es eso, dijo la castaña.
¿Entonces hija?, agrego el señor Nakazawa.
Tenemos una visita en casa, pronunció Sanae.
¡Una visita en casa! dijeron sorprendidos los esposos Nakazawa.
Sí, respondió Sanae.
Me imagino que es alguien que no es de nuestro agrado, pero como tú eres tan bondadosa le permitiste la entrada a casa, dijo el señor Nakazawa.
No me digas, el ex socio de tu padre, agrego la madre de la castaña.
No, no es él, contesto Sanae.
La cizañera y envidiosa de la que dice ser amiga de tu madre, dijo el señor Nakazawa, haciendo que su esposa lo mire y sonría.
Ella ya no es mi amiga, pronunció la señora Nakazawa.
¡Qué bueno! contesto, su esposo.
Ella tampoco es, pronunció la castaña.
¿Entonces?, dijeron a la vez los esposos Nakazawa.
Es una persona desamparada que necesita apoyo, y yo se lo quise brindar, contesto con calma la castaña.
Una persona desconocida, dijo el padre de la castaña, mientras su madre la miraba preocupada.
No precisamente, ustedes y yo sabemos quién es,..., decía la castaña.
¿Algún amigo tuyo que tuvo problemas y le diste alojamiento en casa?, agrego la señora Nakazawa.
No, dijo la castaña.
¿Algún vecino?, acoto el señor Nakazawa.
Tampoco, pronunció Sanae.
Entonces, ¿Quién es hija?, acabas de decir que lo conocemos, dijo el señor Nakazawa.
Tsubasa Ozora, respondió la joven.
Ah, Tsubasa Ozora, dijo el señor Nakazawa, mientras su madre miraba preocupada a su hija. ¿Qué?, ¿Tsubasa Ozora el asesino de la multimillonaria?, acoto su padre.
Él no es un asesino papá, no lo es,..., respondía la castaña, dándole sus argumentos a sus padres para que estos aceptaran al joven de cabello desordenado dentro de su casa.
Minutos después:
¡Papá, mamá! él no tiene a donde ir, decía la castaña.
Es un ex presidiario, así no sea culpable, tiene antecedentes penales y ello..., respondía el señor Nakazawa.
No le cerremos una vez más las puertas papá, él es inocente y va demostrar su inocencia, él solo estará en casa hasta que consiga un trabajo y un lugar donde vivir. ¡Papá, mamá, por favor, permítanle quedarse un tiempo con nosotros! él no tiene a donde ir, decía en tono suplicante la castaña.
Déjanos unos minutos a solas, hija, pronunció el señor Nakazawa.
Sí, respondió la castaña, antes de salir del lugar y dejar solo a sus padres.
Ya sabes cómo es la niña de bondadosa,..., decía la señora Nakazawa.
La conozco y sé que le encanta ayudar a los demás, pero ese muchacho..., pronunciaba el señor Nakazawa.
Ya la oíste se revisará su caso, pues él afirma ser inocente y hay muchas inconsistencias en ese caso, además basta con ver la mirada de ese muchacho para saber que él sería incapaz de hacer daño a otra persona, decía la señora Nakazawa.
Ya estás como Sanae, respondió su esposo.
Cariño, tú también piensas igual, "Una mirada es el reflejo de tu alma", ¿no?, dijo la señora Nakazawa.
Sí, es cierto y por la mirada de Sanae, puedo notar que ella...., respondía el señor Nakazawa.
Esta ilusionada, y quiere apoyarlo, nuestra niña es muy noble, y sabe mejor que nosotros reconocer a las personas nobles como ella, tiene un sexto sentido para ello, lo ha tenido desde niña, acoto la mujer.
Bien, está bien, permitiremos que ese joven se quede en casa, pero solo será hasta que..., decía el señor Nakazawa.
Papá, ¡Gracias, gracias! pronunció la castaña, entrando al lugar.
¿Estabas escuchando la plática?, dijo el señor Nakazawa.
No, solo oí lo último, pero fue suficiente para saber que eres un ser solidario padre, respondió la castaña, mientras se acercaba a abrazar al mismo.
Luego de ello la castaña volvió a su casa junto a sus padres, al hacerlo encontró al joven de cabello desordenado que estaba tratando de colocar la mesa.
Déjalo, luego lo haga, ahora mejor ven, quiero presentarte a mis padres, dijo la castaña con dulzura.
Ya hablaste con ellos de mí, respondió Tsubasa con cierto temor.
Sí, por ello tienen que conocerte personalmente ya que a partir de hoy vivirás también aquí, pronunció la castaña.
Luego de ello el par de jóvenes caminaron hacia el lugar donde estaban los padres de la castaña, esta les presento al joven de cabello desordenado, quien agradeció su solidaridad para con él, y se comprometió a apoyarlos en lo que necesiten, ya que los Nakazawa no quisieron que él les pague por la estadía en su casa.
Horas después:
Como dice papá, falta arreglarla un poco, pero al menos no nos quedó tan mal, decía la castaña, mientras miraba la habitación que le habían asignado al joven de cabello desordenado.
Quedo muy linda, ¡gracias! respondió Tsubasa, haciendo una pausa para agregar: Creo que es momento de que vayas a descansar, ya es muy tarde.
Sí, tienes razón, pronunció la castaña, haciendo una pausa para agregar: ¡Que descanses bien!
De igual manera, Y ¡gracias nuevamente! dijo Tsubasa, mientras la castaña salía de la habitación.
Nota:
Aquí les dejo una nueva actualización de esta historia, que espero este siendo de su agrado.
Agradezco de antemano cada vista, voto y comentario.
Tsubasa fue recibido en la casa de los Nakazawa, aunque el está libre bajo libertad condicional aún no es libre del todo, y él tiene que seguir su lucha para limpiar su nombre, pero ahora tiene una nueva familia "Los Nakazawa", ¿Qué vivencias tendrá Tsubasa con esta nueva familia?, descúbrelo en los siguientes capítulos.
A su vez aprovecho para comunicarles que publique en "Comunicados y Reflexiones de PrincesaLirio" , un nuevo comunicado (Comunicado N° 5), en este doy a conocer una nueva historia con personajes propios, tal vez algunos ya lo hayan leído, de igual manera quise compartir ello, por si por aquí hay algún amante de las historias con personajes propios, y quiera pasarse a leer la misma, por ahora la estoy publicando en otra plataforma que se menciona en el comunicado y promocional, pero no descarto a futuro compartirla por este medio .
Sin más que decirles, me despido de ustedes, Dios mediante será hasta el jueves; que tengan un buen día, bendiciones.
Con mucho cariño.
PrincesaLirio.
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