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Capítulo 25: "Calidez que abriga un corazón"

Una castaña respondía una llamada, mientras sus ojitos cobraban un brillo especial, mientras su madre y padre la observaban.

Entonces volverás, decía con alegría la castaña.

Sí, pero solo por unas horas Sany, escucho.

Claro, comprendo, de igual manera pasarás a visitarnos, ¿verdad?, agrego la joven.

Por supuesto, además necesito hablar con alguien, escucho.

Yo estoy para escucharte y también apoyarte, dijo Sanae rápidamente.

Iré a verte a la nevería o a casa de tus padres en cuanto acabemos con los trámites, escucho.

Bien, dijo Sanae.

Luego de algunos minutos más de plática la castaña dio por concluida la llamada, al tiempo que sus padres posaban su mirada en ella.

¿Qué novedades nos tiene Tsubasa?, pronunció el señor Nakazawa.

Volverá por unas horas a Tokio, para que se le haga la entrega formal de la empresa,..., decía la castaña.

En tanto:

Mamá, no sería mejor que papá regrese, y le devuelva la mansión a Tsubasa, ya que la empresa debido a la protección que puso la tía con lo del socio minoritario, papá no pudo traspasarla ni venderla, decía Umiko.

Si tu padre regresa iría preso, además él no puedo devolverle nada, pues la mansión ya no es suya, respondió Nomí.

¿Cómo qué no es suya?, ¿a quién la vendió?, ¿y cómo?, no sé supone que no sé pueden vender las propiedades mientras están en un proceso judicial, dijo Kanda intrigado.

Hay hermano parece que no conoces bien a nuestros padres, pronunció Umiko.

¿Qué has dicho Umiko?, respondió Nomí.

Nada, nada, dijo la joven con la mayor calma posible.

Umiko, tenemos que adelantar tu boda con el hijo de Sato, agrego Nomí.

¿Qué?, respondió alarmada la pelinegra, mientras su hermano poso su mirada en ella.

Sí, tenemos que adelantarla, es la única manera que tenemos para subsistir mientras todo esto pasa, ya ven que lo poco que nos quedaba tuvimos usarlo para liquidar a los empleados..., decía Nomí con rabia, mientras sus hijos la miraban con decepción.

Nankatsu:

Entonces mañana sales para Tokio, decía Natsuko.

Si mamá, pero estaré de vuelta mañana mismo por la noche, respondió Tsubasa.

¡Qué bueno hijo! porque el joven del que te hable, justo el fin de semana estará por el pueblo, pronunció su padre.

Horas después: "Nevería Dulces Sensaciones"

El rostro de la jefa se nota nuevamente radiante, decía Ryo, mientras un grupo de chicas entraban al lugar.

De seguro tuvo una plática telefónica con su amor secreto, respondió Maki sonriendo.

Su amor secre..., añadía el joven, pero quedo callado al ver al grupo de chicas que ya había visto antes ocupar una de las mesas de la nevería. Pero si son esas muñecas, pronunció el joven.

¿Qué?, dijo Maki.

Esa mesa es mía, añadió Ryo, antes de irse a la velocidad de un rayo, hacia la mesa.

No es justo, son muchas clientes, la propina va a estar buena en esa mesa, decía Maki, cuando de repente alguien la llamo para que atendiera.

Mientras tanto:

¿Lo harás?, decía un joven de porte atlético mirando a una pelinegra.

Tengo que hacerlo, de lo contrario terminaremos en la calle, respondió Umiko con firmeza, antes de empezar a caminar hacia la salida de la habitación.

¿Por qué Umiko?, pronuncio Kanda.

¿Qué?, dijo la joven deteniendo su andar.

Porque lastimaste tanto a Tsubasa, al punto de qué él ahora se haya convertido en nuestro enemigo, agrego el joven de porte atlético.

Él no es nuestro enemigo, solo está haciendo cumplir el deseo de la tía Hiroko, y en cuanto a lastimarlo, aunque suene cruel yo no creo haberlo lastimado, sino por el contrario le abrí los ojos y a su vez lo protegí de nuestra familia, ¿no lo crees?, respondió Umiko, luego de ello continuo su camino.

Al día siguiente:

Un joven de cabello desordenado bajaba de un bus procedente de Nankatsu.

Estoy de nuevo aquí, en Tokio, pensaba Tsubasa, al tiempo que su celular empezó a timbrar, interrumpiendo sus pensamientos. Acabo de llegar, en unos minutos estoy por allá, pronunció el joven, mientras aceleraba sus pasos para salir de la estación.

Luego de algunos minutos el joven abordo un taxi.

Nevería Dulces Sensaciones:

La jefa está muy contenta hoy, ¿verdad?, decía un joven de rostro sonriente a su compañera de trabajo.

De seguro hablo con su amor, pronunció Maki suspirando, mientras pensaba: ¿Qué será de la vida de mi novio secreto?, ¿habrá logrado cumplir su sueño?, de seguro que sí, él es muy perseverante, y yo, y yo debo seguir su ejemplo.

Maki, Maki, se escuchó en el lugar.

¡Eh! dígame jefa, dijo la joven sonriendo.

Necesito que te hagas cargo de la caja por una hora, tengo que ir a comprar unos ingredientes para preparar un pastel, pronunció la castaña.

Bien, no hay problema, respondió la otra joven.

Tiempo después:

Eso sería todo, ya eres el accionista mayoritario de la empresa, decía un hombre de traje formal.

¡Felicidades Tsubasa! solo nos queda recuperar tu mansión, porque es tuya, ya que la señora Hiroko te la heredo, pronunció el abogado.

Todo lo dejo en sus manos, contesto Tsubasa.

Tenemos que ir a la empresa Tsubasa, si bien no piensas por ahora hacerte cargo de la misma de manera directa tienes que nombrar a alguien para que conduzca la empresa por ti, claro esa persona tiene que rendirte cuentas mensualmente,..., decía el abogado.

El socio minoritario de la señora Hiroko, él podría retomar la conducción de la empresa, respondió Tsubasa.

Como imagine que esa sería tu decisión me contacte con él para que nos espere en la sala de juntas de la empresa,..., decía el abogado.

Nevería Dulces Sensaciones:

Huele muy bien, decía Ryo.

La jefa está haciendo un pastel pues su amor secreto vendrá a verla, respondió sonriendo Maki.

El jefe Tsubasa, pronunció Ryo.

No lo digas tan fuerte, ya ves que a la jefa le apena que hayamos notado su sentir, dijo Maki sonriendo.

1 hora después:

Hiroko siempre me hablaba de ti, su hijo adoptivo Tsubasa, ella te quería mucho, decía un hombre de barba, que estaba junto a un apuesto jovencito de rostro tierno.

Señor Misaki, por esa amistad que tuvo con la señora Hiroko, le pido que usted me ayude a seguir cuidando del que fue su patrimonio, ya que como yo ya le explique yo quiero emprender mi propio sueño empresarial, sueño que está ligado a esta empresa,..., pronunciaba Tsubasa.

Minutos después:

Bien te apoyare Tsubasa, dijo el señor Misaki.

Y yo también, respondió el joven de rostro tierno.

¡Gracias señor Ichiro, gracias Taro! pronunció Tsubasa.

Si necesitas de mi apoyo para tu nuevo proyecto, cuenta conmigo, agrego Taro.

Por supuesto que necesitare de tu apoyo, para mi proyecto necesitare de publicidad y quién mejor que tú para ayudarme en ello, dijo Tsubasa.

Luego de aquella platica Tsubasa se despidió de los Misaki, y de su abogado, y abandono el lugar.

Tsubasa iba caminando por una acera en busca de un taxi cuando de repente vio una imagen que recrudeció el dolor que estaba tratando de guardar en su corazón.

Umiko, pronunció en voz baja Tsubasa al ver a la joven besando a un joven con el que ya la había visto en otra oportunidad.

¡Tsubasa! pensó la pelinegra rompiendo el beso para empezar a buscar al nombrado.

¿Sucede algo hermosa?, escucho.

¡Eh! no, no, dijo Umiko, mientras Tsubasa abordaba un taxi, sin que esta llegara a verlo.

Entonces continuemos nuestro camino, pronunció su prometido, tomándola de la mano, al tiempo que el auto donde iba el joven de cabello desordenado se alejaba más y más.

Tras varios minutos el auto donde viajaba Tsubasa se detuvo frente a una nevería, el joven de cabello desordenado tras pagarle al chofer, bajo del auto.

¡Tsubasa! pronunció una castaña, que justo se encontraba en el umbral de la puerta de la nevería, haciendo que este levante su entristecido rostro y camine hacia ella, para fundirse en un abrazo.

La vi con él, pronunció Tsubasa con nostalgia, haciendo que la castaña sienta su corazón dolerle, a pesar de ello, la joven lo abrazo con todas sus fuerzas, para trasmitirle de esa manera su apoyo.

Tras algunos segundos, el par de jóvenes entraron a la nevería, la cual estaba llena de clientes.

Ex jefe, ¡buenos días! dijeron a la vez Maki y Ryo, al ver al joven de cabello desordenado.

¡Buenos días! y díganme Tsubasa, ¡por favor! pronunció el nombrado.

Claro, respondieron el par de jóvenes.

Ryo, Maki, háganse cargó por un momento de la nevería, yo estaré en el almacén con Tsubasa por cualquier cosa, decía la castaña, mientras caminaba junto al joven de cabello desordenado.

Bien, respondieron a la vez el par de jóvenes.

Tsubasa y Sanae caminaron al almacén, al llegar al mismo el joven de cabello desordenado no pudo aguantar más su dolor y rompió en llanto, mientras la castaña lo abrazaba.

Llora, llora, ello no es malo, sino al contrario libera el alma, decía Sanae, mientras Tsubasa sollozaba en sus brazos cual bebé.

Luego de algunos minutos, al ver a su amigo más calmado, la castaña le alcanzo una porción de pastel al joven de cabello desordenado.

Es la nueva presentación de helado tipo pastel que he creado y quise que tu fueras el primero en probarlo, decía Sanae con dulzura.

¡Gracias! respondió un entristecido Tsubasa, mientras llevaba una porción del mismo a sus labios.

¿Qué te parece?, decía Sanae con dulzura.

Está delicioso, contesto el joven de cabello desordenado.

Me alegra que te haya gustado, si gustas te doy una porción más, agrego la joven.

¡Gracias Sany! pero con esta es suficiente, dijo Tsubasa.

¿Cuéntame ya encontraste socio para tu proyecto?, pronunció la castaña.

Aún no, pero tal vez pronto lo haga..., decía Tsubasa, comentándole sobre aquel joven que su padre le había comentado.

Heladería Nakazawa:

Hasta mañana Azumi, decía el señor Nakazawa.

Hasta mañana señor, hasta mañana Manabu, pronunció la joven.

Bueno, ve a almorzar Manabu, para que luego te quedes a cargo mientras voy a casa, decía el señor Nakazawa.

Bien señor, respondió el joven de lentes.

¿Qué delicias habrá preparado mi esposita por la visita de Tsubasa?, pensaba el señor Nakazawa.

Heladería Dulces Sensaciones:

Verás que todo te saldrá bien, ya sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites, pronunciaba la castaña.

¡Gracias Sany! no sabes lo bien que me hace hablar contigo, dijo Tsubasa, tomando sus manos.

Vamos a casa, mamá me dijo que prepararía algo delicioso por tu visita, pronunció la castaña.

Entonces vamos, agrego el joven de cabello desordenado.

Bien, pero primero voy a decirle a los chicos que cierren para que puedan comer tranquilos, añadió Sanae.

1 hora después:

Los Nakazawa junto a Tsubasa compartían un delicioso almuerzo en medio de una entretenida platica.

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