Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 1: "Las vueltas de la vida - Parte I: Brillo"

Un joven de cabello desordenado se encontraba sentado en el borde de una pequeña cama, sosteniéndose la cabeza, mientras unas voces venían a su mente:


Fuiste tú, tú tú tú

Asesino ino ino ino

Irás preso eso eso eso


No, no fui yo, yo no soy un asesino, yo no tengo porque ir preso, claro que no, su muerte fue natural, así lo confirmo incluso el médico, aunque de nada valió, me inculparon a mí, y el médico repentinamente cambio su versión, ¿por qué?, ¿por qué?, ¿yo que daño les he hecho?, creo que ninguno, siempre fui un apoyo para todos en esa casa, a pesar, que muchos de ellos parecían odiarme porque desde que llegue a ella me convertí en el preferido de la dueña, pero yo que culpa tenía, yo nunca me aproveche de su bondad, todo lo que me dio, me lo otorgo por voluntad propia, yo nunca le pedí nada, nada, pensaba el joven, al tiempo que algunos recuerdos venían a su mente.

-. 7 años atrás .-

Una mujer madura miraba con detenimiento a un apuesto joven de cabello desordenado que se encontraba acomodando unos documentos en una carpeta.

Ya terminé señora, decía el jovencito.

Si, ya lo noté, respondió la mujer, haciendo una pausa para acotar: Era cierto lo que me habían comentado de ti, eres muy eficiente, además te involucras más que mi propia familia en el negocio.

Solo hago mi trabajo, respondió el joven.

Tsubasa, ¿cierto?, dijo la mujer.

Sí, respondió el nombrado.

¿Qué edad tienes?, te ves muy joven, acoto la mujer.

15 años, respondió Tsubasa.

La edad que debería tener mi hijo, pronunció con cierta nostalgia la mujer.

¿Qué?, dijo el joven de cabello desordenado, pues no había escuchado bien lo que la mujer dijo.

Yo perdí a mi hijo esposo e hijo hace 10 años, en un accidente de tránsito, agregaba con nostalgia la mujer.

Lo lamento, pronunció el joven.

¿Vives con tus padres?, dijo la mujer.

No precisamente, ellos están en Nankatsu, junto a mi hermano menor, yo vine a Tokio en busca de trabajo, para poder apoyar a mi familia, y como salió el anuncio de asistente por horas y no requería estudios ni mayoría de edad, me presente y tome el puesto, respondió Tsubasa.

¿Estás estudiando?, agregó la mujer.

Sí, por la modalidad abierta, dijo el joven.

¿Y dónde te quedas?, añadió la mujer.

En una habitación alquilada, contesto Tsubasa, mientras la mujer parecía estar meditando algo.

¿No te gustaría venir a vivir en mi casa?, dijo la mujer.

¿Qué?, respondió Tsubasa.

Vivo prácticamente sola en casa, mi única compañía son mis empleados, aunque ellos son de entrada por salida, solo se queda el mayordomo y la ama de llaves,...., decía la mujer mientras el jovencito la escuchaba atentamente.

Minutos después:

¿Qué dices?, ¿no te parece una buena oferta?, pronunciaba una mujer madura.

Pues la verdad sí, techo, comida y estudios gratis, es una oferta tentadora, pero ¿Qué tendré que hacer a cambio?, respondió preocupado el jovencito.

Solo ser mi mano derecha, mi compañía, contesto la mujer.

¿No comprendo?, dijo Tsubasa.

Ser como mi hijo, como ese hijo que perdí, respondió la mujer, haciendo una pausa para continuar diciendo: No pretendo quitarte tu apellido, ni a tus padres, solo quiero ser como otra madre para ti, una madre que te dará apoyo, y la cual tu apoyarás y acompañarás hasta que decidas formar tu familia, como verás no pido mucho.

Está bien, tomo su oferta, respondió el jovencito con una amplia sonrisa en su rostro.

Bien, entonces en cuanto termines con tus pendientes, vamos por tus cosas y luego a mi casa, añadió la mujer, mientras el jovencito asentía.

Horas después:

Un joven de cabello desordenado, vestimenta sencilla y que llevaba un pequeño maletín en su mano, observaba asombrado una gigantesca casa.

Acá vivo, pronunciaba una mujer madura.

Es muy grande, y linda, respondió el joven.

Ahora tú también vivirás en ella, pronunció la mujer, mientras entraba a la gigantesca casa, seguida por el joven que no hacía más que mirar alrededor.

Hay muchas flores, dijo Tsubasa.

Me encantan las flores, uno de mis sueños es tener un gigantesco vivero, tal vez algún día lo haga realidad, acoto la mujer.

¿Y por qué aún no lo ha hecho posible?, dijo Tsubasa.

Por ahora estoy en otro rubro de negocios, pero no descarto incursionar en el de las flores, aunque el cultivarlas para mí más que un negocio sería un placer, respondió la mujer, mientras entraba junto al joven a la casa, haciendo que algunos empleados que estaban en la entrada de la casa los miren a ambos.

Una vez que la mujer y el joven de cabello desordenado llegaron frente a los empleados, esta dijo: Él es Tsubasa, y a partir de hoy él también es su amo.

Sí señora, dijeron los empleados, al tiempo que se miraron entre sí con disimulo.

Alístatele una habitación a Tsubasa, agrego la mujer, mirando a uno de los empleados, al tiempo que añadía mirando al joven de cabello desordenado: En cuanto dejes tu equipaje saldremos a comprarte algo de ropa.

No es necesario, pronunciaba el joven.

Te has convertido en mi hijo, dijo la mujer con una ligera sonrisa en su rostro, haciendo una pausa para agregar: Déjame darte todo lo que le hubiera dado a él.

Pero ya es muy tarde, acoto el joven.

Bien, lo dejaremos para mañana, aprovecharemos que es domingo y no trabajamos en la empresa, además tengo que buscarte una escuela, unos talleres, decía la mujer.

Al día siguiente: (Por la tarde)

De una limosina bajaba un joven de cabello desordenado llevando varias bolsas de papel en la mano, al mismo tiempo que lo hacía una mujer madura, y un uniformado que llevaba varias cajas en sus manos.

¡Gracias por todo lo que me ha comprado! Pero creo que ya es suficiente, decía Tsubasa.

Está bien, ya no compraremos más cosas, pero si tengo que...., pronunciaba la mujer, quedándose callada al ver en el jardín de su casa a unas personas que ella bien conocía.

¡Hermana! te estaba esperando, decía un hombre maduro de bigote y lentes, mientras caminaba hacia el lugar donde estaba la mujer junto al jovencito de cabello desordenado, tras de este lo seguían, una mujer de cabello negro corto, y un par de jóvenes.

¡Qué sorpresa! ¿Qué les trae por aquí?, pronunció la mujer, al ver al hombre acercarse junto a otras tres personas, al tiempo que hacía una pausa para acotar mirando a su empleado: Lleva las cosas de Tsubasa a su habitación.

Tú, querida hermana, por supuesto, dijo el hombre, mirando con cierto desprecio al jovencito que estaba junto a la mujer, y que segundos antes había entregado sus bolsas al empleado de la casa para que las llevara a la habitación que le habían asignado.

Hiroko, ¡qué placer verte nuevamente! agregaba la mujer de cabello corto.

De igual manera Nomi, dijo Hiroko.

Tía, buen día, pronunciaban un par de jóvenes.

Muchachos, tanto tiempo sin verlos, dijo Hiroko, mientras los jóvenes se acercaban a la mujer a saludarla, ignorando al jovencito que estaba junto a ella.

Les presento a Tsubasa, él..., pronunciaba Hiroko.

Hermana estamos aquí para quedarnos, ya no es necesario que andes pagando por compañía, dijo Kenta.

Kenta, Tsubasa es mi invitado, él tiene la edad que debería tener...., agregaba Hiroko.

No es él hermana, no está bien que andes malgastando tu dinero en jovencitos que ni llevan tu sangre, solo por el simple hecho de que te recuerden a tu hijo, dijo Kenta, al tiempo que el joven de cabello desordenado bajaba la mirada.

No seas tan duro cariño, pronunció Nomi.

No es dureza, es franqueza,...., decía el hombre.

Kenta, te exijo respeto para Tsubasa, él es mi invitado, pronunció Hiroko.

Creo que no fue buena opción aceptar su propuesta, decía Tsubasa.

No, no digas eso hijo, mi hermano aún no te conoce, pero en cuanto vea lo trabajador que eres y todo el apoyo que das en la empresa, te querrá mucho, agrego la mujer.

Papá, al menos dale un voto de confianza, decía una jovencita.

Sí padre, acotaba un joven.

Está bien, pronunció el hombre.

Meses después:

No me puedo quejar, eres mucho más trabajador que mi propio hijo, decía el hombre de bigote.

¡Gracias señor! respondió Tsubasa.

Además, eres muy hábil para los negocios, a pesar de tu corta edad, y lo mejor de todo es que tu trabajo es prácticamente gratuito, creo que Hiroko tomo una buena decisión en darte apoyo a cambio de trabajo y hogar, decía Kenta, haciendo una pausa para agregar, quedándose callado repentinamente: Aunque....

¿Aunque qué?, pronunció Tsubasa.

Nada, olvídalo, mejor continúa haciendo lo que te dije, añadió el hombre.

4 años después:

La vida de recogido es grandiosa, ¿no lo crees Tsubasa?, dijo un joven de cabello negro, un tanto ondulado.

¿Recogido?, pronunció el nombrado.

Sí, recogido o protegido, como dice la tía, finalmente es lo mismo, acotaba el joven.

No comprendo tus palabras Kanda, dijo el joven.

Sencillo Tsubasa, la tía te trata como a su hijo, y tu pues no lo eres, sin duda has sido nada tonto, agregaba el joven, al tiempo que una jovencita se acercaba a ellos.

Tsubasa, la tía quiere hablar contigo, pronunciaba la hermosa joven.

¡Gracias Umiko! respondió el jovencito mirando fijamente a la jovencita, quién le sostuvo la mirada por algunos segundos.

¿No piensas ir con la tía?, pronunció Kanda, mientras su hermana sonreía.

¡Ah! si, si, dijo Tsubasa, luego hecho a correr.

La tía lo ve como un hijo, pero él no es su hijo, pronuncio Kanda.

Eso es cierto, él no es su hijo, por lo consiguiente tampoco es nuestro primo, sin embargo, no tienes por qué decir eso hermano, respondió Umiko.

No lo digo yo, lo dicen nuestros padres, las personas que conocen a la tía y a él, hasta los empleados lo llaman advenedizo sobre todo el mayordomo Raiden, dijo Kanda.

Yo lo considero un joven con suerte, pronunció Umiko.

Suerte o aprovechamiento, lo único que sé que la vida de Tsubasa cambio desde que la tía lo adopto como hijo, y la nuestra también, dijo Kanda con cierta molestia.

Sí es cierto, respondió la joven.

Bueno, vamos con nuestros padres, agrego Kanda.

Sí, vamos, dijo la joven.

En tanto:

Una fiesta, decía Tsubasa.

Sí hijo, una fiesta en tu honor, respondió Hiroko.

Pero si no es mi cumpleaños, agrego el joven.

Lo sé, pero quiero festejar tus buenas calificaciones del ciclo de estudio, y el nuevo negocio que me ayudaste a concretar, además tus 4 años a mi lado, dijo la mujer.

Pues siendo así, acepto la fiesta, respondió Tsubasa.

Días después:

Un grupo de personas elevaban unas copas y decían salud tras las palabras pronunciadas por Hiroka.

-.Tiempo actual.-

Hasta ese momento, todo era brillo y tranquilidad en mi vida, pero de un momento a otro, todos empezaron a cambiar, hasta Umiko, cambio conmigo, nunca entendí su cambio, solo sé que empezó a distanciarse de mí, a pesar de ello, del dolor que sentí con su distanciamiento, yo seguía adelante, siempre brillando como decía la señora Hiroko, brilla, brilla, siempre brilla a pesar de las adversidades, y ella no se refería a triunfar, sino a sonreír siempre a pesar de las adversidades como ella siempre lo hizo, a pesar de cargar con una pena que solo ella sabía, pensaba Tsubasa. 




Nota:

Aquí les dejo el primer capítulo de esta nueva historia de amor de Tsubasa x Sanae que estoy empezando a escribir, espero y este primer capítulo les haya gustado.

Agradezco de antemano sus vistos, votos y comentarios, sin más que decirles, me despido de ustedes, y con está historia será hasta la próxima semana.

Con mucho cariño.

PrincesaLirio.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro