Eliza cuenta su pasado.
Capítulo dedicado a la comadre: Lily_Liones
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-volveré temprano para el té.- decía nadja en la calesa junto a elizabeth listas para irse a la casa de la señora Alexander Spencer.
-elizabeth-. Dijo baltra Cuthbert.
-adiós señor Cuthbert- . Baltra se acerca a ella.
-elizabeth, yo contrate al niño francés no para deshacerme de ti, solo con la posibilidad de que te quedaras. Eres una niña muy dulce sabes-. Elizabeth no pudo estar más feliz al escuchar esas palabras, las cuales nunca le dijeron porque nadie la quería, hasta ahora. Acerco a baltra y con unas pocas lágrimas en sus hermosas esferas azules, lo abrazo con una fuerza sorprendiendo a baltra Cuthbert.
-muchas gracias-. Dijo la pequeña con suma felicidad-. Nunca lo olvidare-. Lo deja de abrazar y se seca las lágrimas, porque podrá irse con una sonrisa al orfanato.
-por dios, no puedo creerlo-. Le dio un latigazo a la desdichada yegua que esta, poco acostumbrada a semejante trato, salió zumbando por el sendero a un ritmo alarmante-. Mi hermano es alguien muy patético.
-yo digo que es adorable. Es muy simpático y pareció no molestarle que hablo mucho, es más, pareció gustarle. Sentí que era un espíritu a fin desde el momento que nos vimos, no sé cómo puede llamarlo así señora Cuthbert.
-entonces los dos son raros eso es un hecho.
-estoy dispuesta a disfrutar del viaje. Uno puede disfrutar de algo si se lo dispone firmemente, claro que hay que disponerse firmemente. Creo que eso es algo que nosotras dos tenemos en común.
Nadja se sorprende por la respuesta y podría decirse que estaba alagada, pero igualmente sigue con su camino tranquila. Pasaron a medio camino en donde se podía ver el hermoso océano que tiene el príncipe Eduardo, sus flores de colores y el viento que les pegaba a la cara de la joven eliza y de la señora nadja Cuthbert, un paisaje fascinante. La albina había puesto su atención en una gaviota que volaba libremente por el océano mirando como ellas se iban moviendo hacia su destino.
-como quisiera ser una gaviota. Son las más despreocupadas de las aves-. Después pudo visualizar unas hermosas rosas silvestres, plantadas en la tierra-. Mire, unas rosas silvestres. ¿No le parecen hermosas las rosas? A mi si y me encantaría usar un vestido largo de color rosa pastel, con mangas holgadas, zapatillas de tacón bajo color blanco y un gran sombrero con flores decorándolo, de cualquier flor. ¿No le parece extravagante?
-no lo sé niña.
-aunque no tenga la oportunidad de usarlo no puedo seguir con la desgracia de mi vida, mi cabello, es algo raro de ver en algunas partes y para algunas personas no es agradable de ver que digamos. ¿Usted ha conocido a alguien que se haya echo mayor y el color del cabello se le haya cambiado repentinamente?
-no creo que eso ocurra.
-eh perdido otra esperanza. Mi vida es un cementerio de esperanzas sepultadas. Leí esa parte en un libro, que siempre lo digo para reconfortarme cuando me decepciono con algo.
-no veo donde esta lo reconfortante.
-de que suena muy romántico. Es como si yo fuera la heroína de la historia.
-debes haber ido a la escuela.
-no mucho, estuve unos días en el orfanato pero cuando estas en una casa con niños, deberes y que aceres no hay opción. ¿Green gables esta apartado por alguna razón?
-¿razón? A mi familia nunca le gusto la gente parlanchina.
-y que hay del señor Cuthbert.
-él es otra cosa muy diferente a lo que trato de decirte.
-entonces... ¿extraña a sus padres?
-vivieron como buenos cristianos. No puedo reclamarle a dios por llevarlos a casa.
-supongo que no.
-¿supones que no?
Llegaron a un sendero con bellísimos arbustos y árboles que tapaban la luz del sol a las señoritas. Había pocas flores cerca, aunque el hermoso color verde que dan los arbustos es muy llamativo.
-cómo fue que te convertiste en una huérfana.
-eso paso cuando era una bebé.
-quisiera saber las circunstancias si no te molesta decírmelo. También quiero que me cuentes cosas de ti misma.
-oh, bueno en realidad lo que sepa de mí no es de gran importancia. Si me permite contar lo que me imagino sobre mi misma, lo encontraría más interesante lo aseguro.
-Me crees por estúpida-. Decía con un leve enojo dirigido a la albina.
-no señora-. Se asustó un poco cuando recibió su respuesta, hasta sus ganas de hablar desaparecieron de repente.
-no quiero nada de tus fantasías. Atente simplemente a los hechos. Cuéntame todo desde el principio, nada que sea irreal.
-pero contarlo de una manera más imaginativa es mejor que contar la mía en sí.
-no te pregunte sobre otra historia, te pregunte la tuya. Si no me dices la verdad no tengo tiempo para ti.
-pero si tal vez...
-desear que nacieras de manera diferente no lo vuelve cierto.
-nunca se dijo nada más cierto-. La niña se veía algo triste. Su pasado no es tan hermoso como las historias maravillosas que salen de su boca, es algo muy diferente a lo irreal. Porque si era la realidad. Suspira decepcionada y al recuperar la compostura empieza con su relato-. Tengo trece años, los cuales los acabo de cumplir el pasado junio. Mis padres son Walter y Bertha Shirley, eran recién casados y pobres como ratones de casilla. Murieron cuando yo tenía 3 meses y me gano la vida desde que tengo memoria y... y eh tenido suerte de que me ubicaran en vez de dejarme en el orfanato. Jamás lo entendí, si los niños son una carga tan pesada ¿porque las personas tienen tantos?- nadja no respondía solo escuchaba-. No obstante, es seguro que nunca tendré la oportunidad.
-¿de qué hablas?
-de ser hija.
De un momento a otro, se le atravesó en el camino un perro muy rabioso el cual les ladraba, asustando a la yegua y haciendo caer a elizabeth en el suelo arenoso de color rojo.
-ELIZABETH-. Decía preocupada. Pero elizabeth se levanta sin problema alguno y se dirige al perro con autorización.
-no, vete, ahora-. Le decía al animal, ahuyentándolo.
-oh, virgen santísima. Te encuentras bien-. Pero ella se encontraba tranquilizando a la yegua.
-shh-. Le decía a bell-. Estoy bien ya paso. Shh, tranquila, tranquila. No tienes de que preocuparte bell.
-¿bell?
-así se llama. Jajaja, no fue eso una aventura jaja.
-uff, no sabes cuánto. Segura que no te hiciste daño.
-no se preocupe, todo bien por ahora.
-ok-. Se monta a la calesa junto a eliza-. Mantuviste la cabeza fría.
-ya estoy acostumbrada.
Después de muchas millas más, llagaron finalmente a la casa de la señora Spencer, la cual estaba plantando unas flores en su jardín y cuando la señora se percata de que llegaron se levanta de inmediato a atenderlas, sin embargo, tenía una mezcla de sorpresa y bienvenida en la cara.
-vaya vaya, son las que menos pensaba que iban a venir por aquí. Que alegría verlas ¿Cómo estás querida eliza?
-tan bien como pueda esperarse, gracias-. Respondió elizabeth sin sonreír. Parecía que la desgracia había descendido sobre ella.
-a que se debe su visita señora Cuthbert.
-en verdad señora Spencer, es que hubo una equivocación en alguna parte y vine a ver que ocurrió-. Suspira-. Baltra y yo mandamos a decir que nos trajeran un varón del orfanato. Le dijimos a su hermano Robert que queríamos un niño.
-nadja Cuthbert no me diga eso. Es que Robert me envió el recado con su hija Nancy de que querían una niña. Ay, Nancy es una niña muy mal portada, a menudo debo castigarla por sus leves descuidos. No sabe cuánto lo lamento-. Decía con arrepentimiento.
-no no-. Respondió nadja Cuthbert con resignación-. Debimos venir en persona en vez de enviar un mensaje que iba en boca en boca. Sin embargo se cometió una equivocación y ahora queda corregirla. Supongo que el orfanato la recibirá de vuelta o no.
-supongo, pero creo que no será necesario regresarla. Mi vecina la señora Blewett me informo que últimamente esta abrumada por su enorme familia y que iba a pedir una niña que le ayudara. Eliza es perfecta, se podría decir que es la divina providencia. Veamos que dice, creo que aceptara.
Nadja conocía a la señora Blewett de vista, nunca cruzaron palabras en ningún momento. Aunque se oían rumores de algunas empleadas despedidas de que era una jefa terrible y trabajadora, también contaban historias de su mal temperamento y mezquindad y de su familia de niños maleducados y revoltosos. Nadja sintió un remordimiento de conciencia ante el pensamiento de entregar a elizabeth. Llegaron a su casa, la cual no estaba muy lejos del hogar de color amarillo de la señora Spencer. Los lloriqueos de un pequeño bebé les dieron la bienvenida y como no era de esperarse, la señora Blewett ya estaba afuera sacando la ropa mientras sus hijos jugaban en el jardín. Las tres se acercaron a la mujer y le hablaron de la albina, esperando respuesta para acabar con el asunto, claro que la señora Blewett estaba viendo a la pequeña de pies a cabeza para ver si le servía.
-qué edad tienes y cómo te llamas-. Le pregunto sin más.
-eliza Shirley- Murmuro decidida la abrumada niña sin atreverse a añadir nada respecto a su nombre-, y acabo de cumplir trece.
-no parece una niña, es más como una señorita con un cuerpo muy atractivo. Pero te ves fuerte y eres delgada, los delgados son los mejores después de todo-. Se queda pensante un segundo mirando a la pequeña, con su cara de mujer amargada-. Si te quedas debes hablar cuando yo te lo diga, no soporto a los respondones. Y si holgazaneas veras de cerca mi genio. Vas a ganarte la vida no te confundas. Ya estoy al borde con este bebé y me va a matar un día.
Elizabeth al ver a la pequeña criatura llorando, se da cuenta del problema al instante.
-es un llanto de cólico-. Le susurraba a nadja.
-que-. Decía la señora Spencer.
-se sentirá mejor si lo cubre. Y... las infurciones ayudan.
-eliza ya ha trabajado con familias grandes-. Le dijo la señora Spencer a la señora Blewett.
-y mira que trabajara, aquí no damos calidad-. Respondió la señora Blewett-. Puedo quitársela de las manos señora Cuthbert, si quiere déjela desde ahora.
Pero realmente nadja no sentía la necesidad de dejarla en este lugar, con esa mujer con una cara de pocos amigos. Nadja sintió la incómoda convicción de que si se negaba a la llamada de aquella miraba, su recuerdo la perseguiría hasta el día de su muerte. Además, no le daba nada de confianza a la señora Blewett, entregarle a una niña sensible a semejante mujer ¡ni por loca lo hace!
-b... bueno no sé. No dije que baltra y yo hubiéramos decidido por completo que no nos quedaríamos con ella. Solo vine a averiguar cómo fue que se originó el error- Las dos mujeres jóvenes se miraron con unas caras de confusión-. Mejor iremos a casa a discutirlo como hermanos, no quisiera tomar una decisión sin consultarlo con él. Y si al final decidimos que no se la enviaremos a usted y si no, puede suponer que se quedó con nosotros. Está de acuerdo señora Blewett.
-pues no me queda de otra- le responde con poca cortesía.
-muy bien, buen día- se alejan.
-señora Cuthbert, de verdad dijo que podría quedarme en Green gables o solo fue mi imaginación.
-sí, eso dije y nada más. Pero aún no está decidido. Y aún podemos decidir que la señora Blewett se quede contigo.
-preferiría volver al orfanato que estar con ella. Siento que va venir tras nosotras en una escoba.
-quisiera que tuvieras la boca cerrada al camino a casa. Tengo mucho en que pensar- y cerro la boca como le mandaron.
Baltra terminaba su trabajo habitual cuando alcanzo a escuchar a la yegua acercándose a Green gables. Su cara expreso felicidad cuando pudo ver a nadja llegando pero con la albina al lado. Les abrió la puerta cortésmente y ayudo a nadja a bajar.
-te recomiendo que no preguntes hasta que estemos en privado. Vamos a casa, deja tu maleta y pon la tetera.
-si señora Cuthbert- baja de la calesa, pero con una alegría en sus hermosos ojos azules. Nada se podía comparar a su sonrisa en su rostro.
-y tu borra esa sonrisa tan boba.
Pero como no hacerlo, baltra se sentía realmente feliz al ver a elizabeth de vuelta a Green gables, nunca se sintió así en toda su vida. El no hablo del asunto cuando ya estaban solos detrás del patio del establo, ordeñando vacas y entonces nadja le conto la historia de eliza y el resultado de la entrevista con la señora Spencer.
-no le daría ni un perro a esa señora Blewett-. Dijo baltra Cuthbert con inusitado vigor.
-el problema es si de verdad es mejor quedársela.
-es una chiquilla muy interesante.
-yo preferiría una chiquilla muy útil. Propongoque le demos una semana de prueba a ver cómo se comporta, tiene 5 días. Tienemucho tiempo para convérseme ese es un hecho- La tímida cara de baltra fue undestello de alegría- por amor de dios.
aquí ta, encerio me encanta como va la historia y les aseguro que se pondrá genial. Además luchemos por anne with an E, que vuelva a netflix. Se lo merece.
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