31︱ Capítulo treinta y uno ⚔️
Aquel día por la mañana.
Pequeña aclaración: este capítulo parte desde el inicio del día (lo que vimos en el capítulo anterior es a final del mismo día).
El planeta entero despertó, su soberana también.
Ciento veintiún días pasaron como si nada.
Afuera, las tropas aguardaban ordenes pendientes que serían ejecutadas por ella. Quien en suma confianza y hambre de victoria despertó mas temprano de lo previsto.
No le importó mucho en realidad, sería lo mejor para preparar lo necesario e inclusive analizar toda variable posible.
Avanzó con su armadura de combate por los amplios pasillos del palacio. Todo estaba tan callado, que incluso se oía en gran volumen el resonar de sus pisadas avanzando.
Kakaroto aún seguía dormido después de lo de anoche. Su cara de feliz cumpleaños en parte se debía gracias a él, cualquier persona que la conociera y observara con sus propios ojos que se levantó de buen humor (un lunes por la mañana) se sorprendería y llamaría urgente a un exorcista, para liberarla de aquel espíritu anti rabia desconocido.
Buscó a su dama de compañía para ejecutar la primera fase del plan. Sin previo aviso, irrumpió en su habitación encontrándola tendida en la cama, con los ojos llenos de lágrimas y cantando con melancolía una absurda letra emitida a través de esa chuchería terrícola que reproducía música.
Se arrojó en la cama devolviendola a la realidad, con las mejillas sonrojadas y los ojos inchados a causa del llanto.
—Su alteza.
La saludó con mas atención, haciendo una reverencia, mientras que con el dorso de su mano secaba un par de lágrimas y respiraba con mas normalidad.
—¿Qué estás haciendo? —Vegita interrogó extrañada, esta vez con su expresión seria.
No entendía el porqué de su melancolía. También desconocía los motivos que su sub-capitana poseía para estar así de nerviosa.
—Y-Yo —la peli-lila emitió en un sollozo, palpando sus ojos con incomodidad— me sentía triste por Goten.
—Dejame oír —su alteza ordenó, arrebatándole los auriculares de sus oídos para después escuchar la melodía.
Su expresión valió todo el oro de un planeta. Sus ojos se abrieron con sorpresa y su mirada sumamente confundida delató su postura desconcertada.
:—¿Estás triste? —dudó recibiendo un asentimiento de la ojiazul— Y para aliviar que estás triste ¿Se te ocurrió escuchar música tan triste como para cortar tus venas?.
—Me parte el corazón y me siento mas mal, pero aún así en el fondo es alivian...
La interrumpió.
—¿Qué clase de loca masoquista eres? ¿Disfrutas sentirte peor? — la soberana cuestionó exasperada.
—Es difícil de explicar, Vegita —agregó su subordinada, con una sonrisa en los labios— disfruto mucho de estas canciones terrestres.
Vegita la miró nuevamente como si aquello fuera la mayor barrasada que opinó desde que llegó al cuarto.
—No seas ridícula —expresó en disgusto, en dirección a la que llevaba puestos los audífonos— ¿Qué podrías disfrutar de la música terrícola?. Es obsena, insultante y vacía.
—Te equívocas, ellos crean arte Vegita —intentó explicarle, pero fue detenida por un mohín estrepitoso de parte de la contraria.
—No cabe duda —entornó los ojos de manera sarcástica— con esas letras, de una tal Laura a la que se le ve no se que cosa y esa patética canción en la que venden senos ¿Cómo es que se llamaba? ¿Seno en venta? —intentó recordar el tedioso título de la canción.
Trunks la observó detenidamente, no entendiendo palabra alguna emitida por su majestad. Prefería quedarse con su propia opinión acerca de la música terrícola.
—Deberías darle una oportunidad —Insistió la peli-lila con una sonrisa divertida.
—Paso —finalizó con su conversación acomodando su armadura, dispuesta a enfrentar a su adversario— me quedó claro, en primera: que su cerebro es del tamaño de una arveja. Y en segunda: que sus intereses radican principalmente en fornicar.
—No todo es basura Vegita —volvió a insistir siguiendo sus pasos— ¿Has escuchado...
La interrumpió.
—Esos terrícolas se creen muy importantes por crear una "Canción" en la que hablan sobre dinero, fortuna, fama, drogas y no se que otras estupideces que alimentan su autoestima patético. Escaso de razón o ética —alegó fastidiada— yo purgo un planeta en uno o dos días, consigo mas dinero que cien cantantes juntos, mis súbditos me aclaman, visto todo lo que quiero, como de los platillos mas exquisitos y no por eso ando haciendo canciones ridículas. ¿Verdad?.
Se lo pensó por un momento.
—Bueno, hay bastante razón en su criterio, princesa —la peli-lila concordó adormilada.
—Freezer llegará a las seis en punto, te quiero en el hangar en quince minutos.
Ordenó en voz gélida, abandonando el cuarto de la segunda integrante de su tropa.
Quizo volver a su cuarto, pero al llegar no se encontró con Kakaroto reposando en sus sábanas. Al parecer, él se fue para alistarse y que nadie lo descubriera infraganti en su futuro lecho.
Optó por ir a los exteriores del palacio, donde estaban reunidos todos los jefes del cuartel general y en la punta, la aguardaba su pocisión acotada para enfrentar aquél espíritu inmundo.
Caminó entre las exigencias y los halagos de cada integrante perteneciente al plan. No pasó desapercibido de su panorama aquel odioso sujeto con el que estaba casada, decidió ignorarlo y proseguir con sus asuntos.
Con las hierbas frondosas apegándose en sus suelas, se aseguró que todo estuviera en orden el en campo.
—¿Todo normal? —cuestionó la futura heredera al trono, examinando los batallones en formación.
Demasiados rostros jóvenes entre la muchedumbre. Padres de familia, ancianos, niños —incluso gente que peleaba por primera vez en su vida—. Unidos en aquella guerra fría y sangrienta.
La legión que había formado era impresionante. Se sentía satisfecha por su trabajo, pues el pasar tanto tiempo en vela planificando estrategias y entrenando a novatos con diligencia, darían sus frutos en ese momento.
A pesar de estar temblando como gelatina, veía la determinación en su rostro y entusiasmo de parte de su pueblo.
Pensar que tantas veces se entusiasmó peleando y matando a sangre fría; Y esta vez... en realidad estaba ahí para no tener que pelear nunca mas.
Sus deseos, luego de la muerte de Freezer eran vivir una vida tranquila y pacífica con su amado.
Sin tantos estragos.
Sin mas muerte.
Sin absurdas venganzas o salvajismo que provocaran el derrame de mas sangre inocente.
Con la unión de tantos planetas.
Tras observar las consecuencias que a la muerte perseguían.
Aprendió de principios como la compasión y la empatía por otra persona. Valoraba más la vida y entendía que ninguna era menos o mas importante.
Sentía el respeto que Kakaroto le enseñó, luego de tantas charlas nocturnas y comentarios sabiondos aprendidos de parte de Gohan.
Ese muchacho si que era un nerd.
Aunque a veces utilizaban mas que nada sus consejos filosóficos para dormir con mas facilidad.
Mientras el analizaba reflexiones sobre la vida y el amor, sus compañeros de escuadra fingían escucharlo para después dormir rendidos cual bebé.
—Estamos listos —respondió determinado uno de sus soldados.
—Su majestad —llamó su atención una voz conocida avanzando entre la multitud.
Se giró para observar de quien se trataba. Era todo su escuadra, presentándose con una reverencia y sonrisas emocionadas en los labios.
El cálido tacto de un brazo envolviéndola por los hombros la devolvió a ese momento de realismo coloquial.
—¿Lista? — inquirió un peli-palmera, hablando con dulzura cerca de su oido.
—Siempre —respondió de manera suficiente.
—Siempre tan humilde.
Fastidió un Goten divertido, recibiendo una mirada de pocos amigos de parte de la soberana.
Goku los calmó a los dos y se adelantó a darles un abrazo motivacional a todos los integrantes de su escuadra. Recibiendo quejas de parte de las féminas.
Como siempre, le importaba un comino el espacio personal y su forma de ser tan empalagosa predominaba sus sentidos.
La tomó de la mano y se posicionó en el frente de batalla junto a los demás.
Solo restaba esperar.
El ruido mecánico perteneciente a un motor y las llamas desprendiendo de unas turbinas gigantescas. Provenía de la ostentosa máquina en la que se transportaba el emperador del mal, abrumó los oídos de todos los presentes.
Observaron como la nave de Freezer descendía desde las alturas y su gran ejército comenzaba a bajar de esta misma al cabo de un rato.
El de ojos rojos, no tardó en aparecer con el rechinar de su pequeña cápsula portátil abriéndose. El acercándose de manera maquiavélica.
—¿Me estaban esperando? —interrogó con una sonrisa ladina el albimorado— pero que cálida bienvenida.
Su cinismo no tenía límites, pero a juzgar por su postura y como sus músculos junto con su mandíbula se tensaban de golpe; estaba intentando ocultar el pánico que sentía en ese momento.
Freezer tenía miedo.
Y Vegita lo sabía.
La cara de preocupación y nerviosismo divisada en sus soldados le confirmó que la victoria estaba a un solo paso.
Eso la impulsó a tomar el toro por las astas.
Llena de agallas y con los puños ansiando alimentarse del dolor de su enemigo:
Dio por inicio la batalla.
—Ambos conocemos tus intenciones para estar aqui hoy Freezer —Vegita alardeó, colocando ambas manos en sus caderas— ¿Nos ahorramos los jueguitos y acabamos con esto?.
Podría ser egocéntrico y pedante, mas no era estúpido.
Sabía que estaba en aprietos, lo supo aun más cuando hizo un extenso y largo recorrido con su mirada del pelotón que tenía frente a él, reconociendo el poder de sus adversarios.
Encontró al responsable de soltar la lengua sobre sus planes sin mucha dificultad.
Freezer maldijo a Koshiro en sus interiores asegurando que se cobraría por esto.
No se esperaba que Vegita fuera capaz de dejar su orgullo para aliarce con otros planetas.
Buscaría la forma de persuadirla para ganar mas tiempo y al fin darle conclusión a la patética raza de los saiyajins.
Estaba en desventaja.
—Pero si esto es solo una simple visita de cortesía —evadió sus insinuaciones apretando los dientes.
—Pues tu cortesía: la envolvemos en un papel bien áspero, la fumamos y por último nos la pasamos por el culo Freezer—interfirió uno de los soldados.
Vegeta suspiró pesadamente, para después regañar al bocón de Goten. Los demás soldados contuvieron las ganas de reir por el momento cómico, y Freezer se pocisionó en forma de pelea con desprecio.
—Asqueroso saiyajin —espetó con furia. El mayor enemigo de el legado real— bien, si así lo desean.
Primera orden: Adoptar formación.
Segunda orden: Prepararse para lo que sea.
Tercera orden: A matar o morir.
Así dio comienzo la batalla, el de ojos rojos arremetió sobre ambos saiyajins quienes peleaban en conjunto para detenerlo.
Los planes de Vegita fueron enfrentarse contra él, sóla. Pero al notar que tras haber adoptado la transformación de ssj aun no podía igualarlo, aceptó con necedad la ayuda de Kakaroto.
Enfrentándose a su rival en una pelea cuerpo a cuerpo la cual parecía interminable.
Los minutos transcurrían.
Varios pasaron y tanto soldados pertenecientes a Vegita, como soldados del emperador del mal habían caído.
Después de poderosos ataques y enfrentamientos dignos de semejante guerra, la masacre era notoria y los saiyajins no desistían, luchando con todo lo que tenían.
Freezer desató todo su poder contra este duo. Comenzando a desconcertar a ambos jóvenes que apenas y podían mantenerse de pie.
Todo tipo de ataques en ese dichoso enfrentamiento.
Rasguños, sangre, moretones y el planeta padeciendo de esta fuerte colición de poderes.
Les jugó sucio, los atacó por la espalda numerosas veces e incluso sus mismos soldados lo ayudaron a enfrentarse contra ambos saiyajins debilitándolos.
Con tácticas inmundas como tirar de su cola, entre otras trampas ingeniadas por los lacayos de este despiadado ser.
Su orgullo no les permitía dejar eso así.
Aunque murieran en el intento, pelearían hasta el final.
Freezer se vanagloriaba de una victoria sucia y despreciable. Su risa exaltó y aterrorizó a todos los soldados presentes; que aun estando en el suelo, observaban con esperanza la situación.
Los cuerpos de la pareja, rendidos contra el suelo. Dejó en evidencia de que lo propuesto, no era suficientemente para acabar con toda esta guerra.
Ambos volvieron a ponerse de pie, juntos.
En debilidad, pero juntos y apoyándose en todo momento.
Cuando ya no hubo otra alternativa.
Cuando el ejército de Freezer estaba acabado.
Cuando tanto a la princesa como a Kakaroto ya no les quedaba nada de energía suficiente para acabar con todo esto.
Una idea surgió en su mente:
Ambos levantaron sus manos en dirección al cielo, recordaron todos y cada uno de los individuos conocidos en los distintos planetas.
Con la habilidad de comunicación que poseían algunos integrantes de su pelotón, decidieron pedir la ayuda de todos aquellos que también anhelaban salir victoriosos de esa.
La gran bola de ki incrementó en gran manera, causando que los ojos de Frezeer brillaran del terror.
Quedó inmovilizado por el pasmo que tal bola de energía le produzco. No fue capaz de encontrar una explicación a la repentina energía que ambos jovenes estaban obteniendo.
Cuando aquél poder lo embistió repentinamente y sus manos no alcanzaron a frenar aquel ataque.
La maldad se vio destruida finalmente, por tal poder proporcionado.
Por todos y cada uno de los guerreros.
Freezer estaba muerto.
Y los guerreros festejaron gustosos de ponerle fin a la extensa batalla.
Vegita y Goku cayeron desmayados al suelo.
Con los demás festejando y gloriandose por el triunfo obtenido.
Los llevaron a descansar.
Sin saber que pasaría después.
Cierta princesa, fue llevada de regreso al palacio cuando hubo culminado la guerra.
—¿Eh? —emitió en confusión la soberana, finalmente cuando despertó.
Estaba en la oficina de su padre.
Aun no volvía en sí y nisiquiera recordaba todo lo ocurrido en aquella mañana de triunfo.
Se puso de pie confundida, absorta del mundo que la rodeaba. No fue hasta que sintió una punzada en el cuello, cuando se dio cuenta que su padre estaba atentando contra ella; en una postura ofendida y desconcertada.
Nunca antes vista por ella.
Sujetaba la empuñadura de la espada real y colocaba la punta con firmeza cerca de la yugular de la futura reina.
¿Qué estaba pasando?.
—¿Te gusta desobedecer a tu rey, hija mía? —su padre entonó decepcionado, con una expresión amarga— nunca me faltaron el respeto de manera semejante.
—Padre...
Lo vio a los ojos y no pudo reconocerlo.
Su frivolidad, el enojo, la rabia, la decepción.
La llevaron a suponer lo peor.
¿Quería matarla?.
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| /Hola ¿Pintó free xd?
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Heyy!!!.
Corrigiendo este capítulo me dí cuenta de muchas cosas, cosas que quiero aclarar x que si y porque quizá merescan una explicación, (o mas que nada aclaración, pues cada uno en sus fics hace lo que le pinta).
¿Podría haber centrado el capítulo únicamente en la batalla? ¿Dedicarme a relatar un extensivo combate épico contra Freezer?.
Si, podría ; -;.
El porqué no lo hice: porque básicamente la pelea contra Freezer (si bien se venía anticipando en capítulos anteriores) era algo un tanto secundario y lo que pasa posteriormente a esto, es lo que importa. Es lo que desenlaza la historia (aparte no tenía mucha experiencia relatando batallas y me dio paja, Gomen (◕‿◕✿)
Otra cosa que me habían preguntado.
Sé perfectamente como transcurrió la saga de Freezer y que Goku pudo vencerlo en ssj. Pero creo que muchos a veces se olvidan y algo que ya aclaré en el prólogo, fuera de el también y todo; pero joder ES UN AU. No se apega del todo a la historia original y puede que se pasara por alto alguno u otro detalle.
Si lo vencieron los dos juntos es porque así lo quise y no quise detenerme en nimiedades como aclarar el poder de pelea y demás factores. Como ya dije, los capítulos próximos están intensos.
En fin :v
Mucho texto.
Gracias x leer!!!.
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