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18︱ Capítulo Dieciocho ⚔️


CONFESIÓN Y DESPEGUE —

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Narrador omnisciente

—Tengan —Gohan les entregó a ambos un pedazo de hielo.

Ellos lo depositaron en su ojo.

Su mejor amigo, lo invitó a dormir en su casa aquella noche para evitar que Gine lo vea en ese estado (caso contrario) las consecuencias y regaños de su parte no tardarían mucho en llegar y serían mounstruosas.

Así es, Goten se había convertido en un héroe sin capa, pero, desde luego eso no lo ayudó a evitar su propio castigo.

—¿Qué es lo que les pasó? —Raditz interrogó esta vez y los dos se observaron en un gesto de complicidad.

Lo pensaron mucho, hasta el momento de aclarar que:

—Chocamos con un poste —el dúo de amigos respondió al unísono.

Sus hermanos los observaron de brazos cruzados, en un gesto desaprobatorio y sin creer una sola palabra.

—Debió ser un gran poste —Gohan alegó en un tono sarcástico.

—Ese poste... ¿Tenía nombre? —Raditz le siguió el juego al de temperamento sensato, intentando adivinar cual era la "Jugada" de su hermanito menor.

Ambos rascaron su nuca.

Liberaron una risa nerviosa.

Y evitaron contar lo sucedido la noche anterior, a toda costa.

—¿Qué pasó? —Gohan insistió en su cuestionario.

El peli-palmera hablaría con la verdad, pero fue interrumpido por la mano de Goten, quien cubrió su boca de manera intrépida.

—Los caballeros, nunca contamos esas cosas —el menor de los tres evadió, afirmando que no saldría palabra alguna de su boca.

—Si, como no —Raditz se burló de él— estamos hablando: del mismo caballero que le vende fotos de mujeres desnudas al viejo Roshi.

—Yo no soy quien toma las fotos —Goten se defendió.

—Pero haces que lleguen a manos de sus ojos sucios—Gohan lo acusó molestsndose nuevamente por dicho asunto.

—Mi salario de soldado no alcanza para todo el mes —el mejor amigo de Kakaroto se excusó— podrás cuestionar mis métodos, pero no mis resultados. Además —agregó con un brillo en los ojos— si vieras los chismes jugosos de los que uno se entera —Goten cuchicheo para cambiar de tema— ¿Viste que Fasha supuestamente tiene unas chichis del tamaño del orgullo de la princesa Vegita?

—Como para no notarlo —Raditz calló en su trampa y persiguió el rumor. Después de escuchar el nombre de la saiyajin, fantaseaba con ella en su memoria.

Gohan, fue más astuto.

—Bueno... ¿Qué me dirias si te dijo que es puro relleno? —el menor reveló, con una sonrisa torcida y actitud develadora.

—¿Es en serio? —Raditz dudó con asombro.

—Te lo juro por mi hermano —aseguró el más chico, con una genuina indignación— ¡Las mentiras que uno se compra!

Su mejor amigo, intentaba no recordar nada de lo sucedido anoche.

Quería olvidarlo, pero no podía.

¡Incluso lo soñó!

Aunque claro, añadiendo un poco más de roce accidental y manteniendo al tope, la fantasía que preponderó en dicho momento.

No entendía el porqué, pero su forma repentina de actuar la el día anterior desencadenó un camino sin retorno.

Ya no vería a la capitana con los mismos ojos.

No después de ese beso.

—Goten —su hermano mayor lo observó fastidiado— mi puño en tu boca, es lo que te vas a tragar si no dices la verdad. Ahora —exigió impaciente.

Las veces en las que Gohan se enojaba, eran muy raras y prácticamente inexistentes; pero, acababa de suceder.

—Cálmate, arrozito de mi corazón —Goten intentó tranquilizarlo— ¿Por qué no mejor guardamos el equipaje? ¿Ya te dije que eres el mejor hermano del mundo?

No le agradaba en nada, la actitud de su hermano menor. Él siempre intentó educarlo de una manera estricta y determinada, quería enseñarle valores, quería protegerlo, cuidarlo mucho e imponer su mano dura cuando dicho momento sea necesario. Sobre todas las cosas, Gohan priorizó que siempre exista el respeto y cariño mutuo (justo como lo haría cualquier padre, madre o tutor). Él siempre deseó tener uno, pero no pudo y Goten no era malo... pero, en varias ocasiones era más extrovertido y alocado que su hermano.

Tan diferentes, que parecían el agua y el aceite.

—Prefiero, que sea Goku quién lo cuente. Desde esa perspectiva, un tanto aniñada y sin contar su credibilidad, tal vez el pueda salvarnos —Goten aceptó, haciendo una especie de puchero— de todas formas, es la misma versión.

—¿Qué? —Raditz emitió sin poder creerlo.

Generalmente, cuando habían problemas o mujeres de por medio su hermano no estaba infiltrado en el asunto.

Goku se avergonzó al percatarse de lo distraído que estaba.

—Déjalo hablar, Raditz —Gohan aceptó sin mucha paciencia.

—No creí que fueras tan chismoso, hermanito —Goten lo provocó— te pareces a mi suegra. Siempre quieres estar de metiche en todo.

—Es para comprobar que no estés metido en líos —el mayor aclaró, proporcionándole un pequeño golpe en la nuca.

Una vez que todos guardaron sus armaduras y ropa adicional en los bolsos, se sentaron sobre la cama a escuchar con atención lo que tenía para decir Goku.

Él les contaría todo.

Se paseaba por aquella habitación de lado a lado y tomó una gigantesca bocanada de aire, antes de comenzar a hablar.

—Anoche, en la fiesta: yo, ella, lengua, boca —el de dogi naranja, habló con nerviosismo, algo confundido por sus pensamientos difusos.

—Habla yá —Raditz exigió molesto.

—Y en español, por favor —Gohan le imploró.

Goten observó a los mayores, con una mirada de desaprobación en su rostro.

—¡Que insensibles son! —él les reclamó a ambos— ¿No se dan cuenta de que mi amigo estrenó a sus señores labios él día ayer? ¡Ya hasta tenían telarañas porque no los usa!

—¡Goten! —Goku le reclamó enojado.

Su hermano Raditz lo observó con orgullo.

—¿De verdad? —el mayor se emocionó, dando una palmadita en su hombro— cuando le diga a papá va a estar muy emocionado y feliz. Aunque... yo, debería estar molesto, me hiciste perder una importante suma de dunero.

—No se lo digas a papá —el Son le suplicó, analizando sobre la marcha lo que su hermano mayor dijo— momento, y... ¿Qué fué lo que perdiste?.

—Amm, no es redundante —el de cabelló largo negó, con una sonrisa culpable en su rostro.

—500 zenis, eso perdió. Los dos apostaron sobre tu sexualidad —sin mucho drama en el asunto, Goten lo delató— tu papá dijo, que serías hetero. Pero, raditz lo contradijo, alegando a capa y a espada que de seguro eras gay. Digo, nunca antes tuviste una novia, ni ningún conflicto amoroso o alguien que te siga el rastro.

No sabía como sentirse al respecto.

Después de mucho pensar y reclamar sobre el tema, decidió contar finalmente los hechos, esta vez de manera fluida.

—Bueno —el Son comenzó diciendo— llegamos a la fiesta de la élite y no nos dejaron pasar en compañía de las chicas que habíamos traído (Misha y Milk). La cuestión, es que íbamos a marcharnos hasta que la princesa Vegita llegó. Entonces, nos cedió el paso —el peli-palmera explicó la primera parte— yo... insistía en ir a la fiesta de la clase baja, se veía distinta, mucho más real y divertida. Pero, entonces Goten tuvo la idea "sensacional" de provocar a la sub capitana Trunks y así poder alejarla del mastodonte que estaba en su compañía. El estaba celoso.

El mencionado lo interrumpió.

—No estaba celoso.

—Si lo estabas —acusó el Son.

—Que no.

—Que si.

—Que no.

—Que si.

—Que no —por tercera vez repitió— además —acusó a su amigo— tú también lo estabas.

—Claro que no —esta vez fue Goku quien negó sus dichos.

—Claro que si.

—Claro que no.

—Claro que...

—¡Basta! —sus dos hermanos mayores exclamaron juntos.

Ambos se quedaron callados, mirando a sus parientes con una expresión culposa y asustada.

El peli-palmera, prosiguió con el relato.

—Finalmente, luego de provocarlas para que nos sigan, como ya estábamos aburridos después de comer fuimos a bailar a la pista con la gente divertida de la clase baja. Yo fuí a buscar una bebida que Milk me pidió y para mi sorpresa, la princesa Vegita estaba ahí. Se apareció de improviso, estaba tan linda esa noche que yo... me confundí y derramé todo el líquido azul en su vestido.

Los dos escuchaban con atención y en completo silencio su historia (a excepción de Goten) pero claro, él ya conocía todos los sucesos del día anterior.

—Por Ozaru ¿Cómo sigues vivo después de eso? —Gohan expresó con sorpresa.

—Ni yo mismo lo sé —afirmó Kakaroto, encogiéndose de hombros— suerte. Supongo.

—Continúa —exigía Raditz, sin poder entender nada de lo que había dicho.

Obedeció a su hermano.

—Después la acompañé al baño, estaba tan apenado que ni siquiera me percaté del momento en el que entré al tocador de las chicas —el Son se sonrojó, recordando lo que se venía tres doritos después— traía conmigo unas servilletas de papel. Entonces, sequé su vestido, nos peleamos, como suele suceder y ella: dijo que Misha intentó besarme antes en la pista de baile. Me sorprendí, negué el asunto. Después, Vegita me acorraló en una pared, comenzó a decir no sé que cosas a milímetros de mi rostro y... Yo,  actúe de forma impulsiva. Me pudo su hermosura. No se si fue la tensión del momento. O esa complicidad que existe entre nosotros. No se si fueron sus labios rojos. Yo, la besé —Goku admitió, cual tomate mutante. Sus espectadores formaban una gigantesca "O" en sus bocas — al parecer, ella creyó que tenía frío, comenzó a quitarme la chaqueta, luego desprendió los botones de mi camisa, me acarició la espalda, el torso; una sensación rara se extendió por todo mi cuerpo y me sentía como... ardido —el azabache mordió su labio superior, de forma inconsciente, para después sacudir su cabeza— el punto es: que estábamos tan conectados y distraídos en "Eso" que no escuchamos los pasos que se acercaban. Me pareció oir una voz conocida, incluso le advertí a la princesa, pero ella no quiso separarse de mí. Se aferró más a mi cuerpo. Por mi parte, escuché un "Entremos al baño de las chicas. Nadie lo sabrá" y después, me separé muy avergonzado. Cierta pareja, entró besándose y sin mirar a su alrededor, chocó con nosotros.

—Presente —Goten levantó su mano, escondiéndose detrás de un mueble— pero ¡Juro que yo no quería arruinar tú momento amigo!

Gohan lo interrumpió.

—Entonces, después ambas los golpearon y se fueron molestas por el asunto —el mayor adivinó— saben que están locos ¿No es así?

—Pero...—Goten discutió.

—Gohan tiene razón —coincidió Raditz— podrían ser mutilados por intentar intimar con la realesa, antes de la temporada Ozaru.

—Hey, fue un beso nada más —el menor de los tres se defendió.

—Eso, como comienzo —Gohan aclaró— de seguro irían a la horca por actuar con tanta lascivia.

—¿La silvia? —Goku preguntó.

—¿Qué tiene que ver Silvia en esto? —interfirió Goten.

Los mayores dieron un suspiro.

Intentaron convencer a sus hermanos menores que abandonen la idea de meterse en problemas constantemente.

Pues estaban seguros de que terminarían muy mal si seguían por el mismo camino.

Por cuestiones lógicas, sus acciones eran pecado. De no ser escogidos por decreto para casarse con la realeza, no podían tocarles ni un solo cabello.

En el palacio.

—¿Por qué lo golpeaste? —cuestionó con una sonrisa burlona, la de ojos azules.

—Por la misma razón que tú —la princesa respondió como si nada.

—Yo lo golpeé solo porque tu lo hiciste —la peli-lila se lavó las manos.

—No quiero hablar de eso —Vegita cortó de raíz.

Aquella dama de compañía y segunda oficial al mando, le ayudaba a colocarse la ropa. Su armadura, como siempre tenía que estar impecable antes de partir.

—¿Por qué lleva la dorada en esta ocasión? —Trunks cuestionó a la capitana.

Se lo pensó un par, de segundos antes de contestar.

—Porque es una ocasión realmente importante —admitió la soberana con cierto disgusto— finalmente vamos a liberarnos del yugo desigual de la sucia alimaña de Freezer. Y esto, depende de los planetas vecinos. Necesitamos ayuda para poder triunfar.

Su voz se escuchó algo desganada al emitir lo último.

—Y triunfaremos, alteza —la peli-lila afirmó optimista— el solo hecho de que los soldados dejen sus principios de guerra para unirse en su propósito, es admirable —ella halagó— no entiendo como hizo para convencerlos.

—Cité las palabras de un tonto. No —la de cabello flama se corrigió— más bien, de un incompetente, demasiado competente al parecer —Vegita sonrió, recordando a su soldado peli-palmera— soy una figura de autoridad. Es normal que lo que salga de boca sea respetado.

—¿Y su padre?—Tunks dudó asustada— ¿A él que va a decirle? Puede matarla, si considera que planear esto a sus espaldas es una traición.

Es verdad.

El rey Vegeta amaba a su hija, pero, no dudaría un segundo en ejecutar a quien sea que lo desobedezca. Sobre todo, porque en aquel planeta no había una autoridad que sobrepase a la del rey.

Por eso, constantemente se unían en complot: embusteros, conspiradores, falsos e hipócritas a querer usurpar el trono.

—Es un riesgo al que estoy dispuesta —aceptó la aspirante a futura reina— padre cree que la conquista sigue normalmente en pie. No le pedí a nadie que mienta. Aun así, decidieron estar de mi parte y no van a decirle nada al rey —aseguró en una sonrisa de boca abierta— ¿Lo entiendes? Incluso ellos comprenden la gravedad del asunto.

—¡Vegeta! —una voz masculina exclamó con molestia. Acababa de llegar— ¡Esto no fue lo que acordamos sucia embustera!

Ambas se observaron, para después ver como aquél sujeto entraba en sus aposentos.

Aun traía puesta una vata, una mascarilla de color verde en el rostro y un humor de los mil demonios.

—Koshiro —Vegita lo reconoció burlona— ¿Qué pasa? ¿Estás en tus días?

—¡Te atreves a burlarte! —el mencionado no dejaba de gritar.

—Si —esta vez la sub capitana, coincidió— definitivamente está indispuesto.

—¡Tú no te metas! —reclamó demasiado enojado— ¡Esto es entre su majestad y yo! ¡Largo de aquí!

Vegita la sujetó del brazo, impidiendo que la de ojos azules se marche. Le gustaba que Trunks la apoye en circunstancias como esta, sobre todo porque en varias ocasiones sabía como hacer que la princesa guarde la calma.

—¿Qué prefieres? —la peli-flama fingió una falsa amabilidad— ¿Tampón o toallita sanitaria?.

—No quiero que...

—¿Ves que feo se siente? —la soberana burló— es estúpido y en primer grado ridículo, que la primera excusa de los hombres ante el mal humor femenino sea el periodo.

Koshiro se acercó desafiante.

Quizo tomarla del cuello.

Pero antes de que pudiera siquiera tocarla, su dama de compañía desenvaino su espada, haciendo que el contrario retroceda.

—¿Qué hace esa alimaña en el listado de tropas? —su ex se quejó molesto— inclusive estás violando la constitución real. Párrafo 151, sección 25, inciso 2.

Vegita carcajeó de manera divertida junto a Trunks.

—¿Oíste? —su alteza se burló consiguiendo irritarlo aun más— al parecer el niño estudio.

—Apenas recién me entero de que sabe leer —Trunks comentó, sin alejar la espada de su yugular.

—¡Suficiente! —el saiyan protestó cual niño pequeño— voy a...

—Vas a... ¿Qué? —Vegeta preguntó desafiante— dudo que seas tan obtuso como para arruinar tú estrategia y que por un insignificante capricho tu plan no sea concretado.

Era dudoso.

Quizá fue por aquella forma de enfrentarlo.

Quizá fue por la espada que amenazaba con deslizarce, dándole un fin a su despechada vida.

Koshiro desistió de ese ataque de cólera y se marchó.

Sin decir nada.

—No quieres dejarlo, lo vas a extrañar —su dama de compañía la molestó cuando el molesto saiyajin se hubo retirado.

—Cierra el pico. Insolente —Vegita le dió una suave bofetada en la cara.

—¿Por qué no dejamos en el planeta a Kakaroto para que cuide al rey? —la peli-lila cuestionó divertida.

—¿Por qué no dejamos a Goten entonces? —respondió con astucia— es una buena idea que dos soldados fuertes, custodien la salud de mi padre.

—De acuerdo, mejor me callo —Trunks desistió de su juego.

Para ser sinceras, ninguna de las dos querían que pase tanto tiempo para ver de nuevo a los muchachos. Sentían una especie de vacío cuando no estaban cerca. Pensaban en ellos, bastantes veces en el día, más de las que les gustaría contar.


Una vez que fueron asignadas las tropas, cargado el equipamiento y provisiones necesarias, emprendieron viaje. Este sería el comienzo, el primer planeta que constituiría la alianza formal e intergaláctica:

El planeta Tierra.

Para evitar el alboroto (y en pedido) de todos aquellos padres de élite y clase baja, Vegita tuvo que aceptar llevar unos cuantos niños saiyajin's al reclutamiento intergaláctico. Dado que se marcharían por una larga temporada y que ninguno tenía el deseo de quedarse a cuidar a la pequeña descendencia de la raza, más bien, los pequeños renacuajos serían de utilidad y se divertirian o morirían en el viaje —de cualquier forma— esto sería ganancia, dicho de la propia boca de sus padres.

No serían una carga, pues estában entrenados lo suficientemente bien para combatir y no eran como un infante común.

Desde luego, el primer encuentro de Kakaroto con su capitana fue vergonzoso.

El resto del día, cuando intentó hablarle ella lo evadió y estuvo durante casi todo el viaje encerrada en su dormitorio.

Todos iban en conjunto, en aquella nave real que les brindaba las mejores comodidades. A diferencia de las pequeñas cápsulas, esta se tomaba su tiempo y un plus más de carga, el cual era compensado a través de su afable experiencia, amplitud y calidad de viaje.

Pasó día y medio.

En la nave, se escuchaban unos escandalosos ruidos provenientes de la sala.

—¡Hiciste trampa! —se escuchó la voz de un pequeño niño quejándose.

—¡Mi hermano tiene razón! —lo apoyo esta vez una niña.

—¡¿En que hice trampa?! —Goten se quejó, peleando a la par de ese grupo de infantes.

—Los niños tienen razón —Trunks habló en su defensa.

—Goten, no hagas trampa —esta vez Goku fue quien le reclamó.

Los tres estaban en una mesa sentados, con un papel y lápiz en la mano, jugando al tuti fruti en compañía de los niños.

El aburrimiento los estaba matando.

—¡Usted también hizo trampa! —reclamó el pequeño señalando a Goku.

—¡Esperanza no es un color! —hizo un puchero la pequeña saiyajin.

—¿¡Cómo que no?! —reprochó Goten— ¡Es igual al color verde! ¡Niñita tonta!

—Goten —la peli-lila le dio una bofetada, junto con una mirada desaprobatoria— no seas infantil.

—¡Entonces que no diga que mi amigo y yo hacemos trampa!

Los niños, Goku y Goten se observaban en una especie de rivalidad.

—¡No existe el color piel!

—Si existe —contradijo Goku.

—No existe.

—Si existe.

—¡Que no!

—¡Que si!

—¡Que no!

—Menos cien puntos —Trunks finalizó aquella pelea, anotando los puntos a favor del pequeño duo.

Ambos, aun resentidos le sacaron la lengua a los pequeños. Motivo suficiente, para los dos salten encima suyo, como dos pirañas asesinas.

Gohan y Trunks intentaban separarlos.

Los gritos no cesaron en ningún momento.

Causándole una jaqueca muy pronunciada a la princesa.

Salió de su cuarto hecha una furia, dispuesta a asesinarlos, cuando una turbulencia acabó por culminar con el conflicto. La nave frenó y emitió algo según la programación de fabrica.

Indicó el aterrizaje.

Habían llegado al planeta tierra.

Y varios sujetos los esperaban, en el exterior de la nave.

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