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17︱ Capítulo Diecisiete ⚔️

CAUSANDO
ESTRAGOS ─

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Narrador omnisciente

Pudieron entrar al banquete de la élite y fue más que nada por insistencia de Goten. Estaban ahí, pero planeaban marcharse ni bien se acabe la comida deliciosa que prepararon para el deleite de todos los  presentes.

Incluso el insistente amigo de Goku cayó en la tentación de querer irse. Actuaba muy malhumorado y se ve que después de aquella contestación de Trunks, no tenía ganas de estar ahí presente.

Tomaron asiento en una mesa alejada del centro. El banquete se organizó con la temática de "tenedor libre" por lo que bastaba con moverse y caminar a la mesa del centro, abastecer tu plato con comida y disfrutar de su sabor cuanto gustes.

—Nunca antes, vi tanta comida junta —Misha habló entusiasta.

—Veo que te gusta comer —opinó Goku, igual de emocionado que ella.

—Y todo se ve sabroso ¿No creen? —Milk habló esta vez.

Ambos asintieron, pero aquel saiyajin de personalidad extrovertida, seguía absorto en su mundo. Goku conversaba animadamente con las muchachas sobre todos los platos de comida que habían sobre la mesa, pero Goten, el observaba molesto al robusto hombre mayor que sujetaba de la mano a su novia (quién aun no sabía que era su novia).

En cuanto a Vegita, estaba en la misma situación. De vez en cuando, observaba de reojo la mesa de Kakaroto y veía con enojo como este era sujetado de ambos codos por las muchachas de temperamento por completo opuesto al suyo.

Todo permanecería bien tranquilo aquella noche, pero no, el mejor amigo del Son no podía quedarse de brazos cruzados. En cuanto vio como la peli-lila se ponía de pie en compañía de Vegita, una idea irrumpió su mente.

—Ven —Goten obligó a Goku a ponerse de pie— toma tu plato y traeremos comida.

—Pero...

Fue arrastrado por aquel saiyajin y en cuestión de segundos ambos caminaban en dirección a la gigantesca mesa.

Las capitanas no tardaron mucho en percatarse de su presencia.

—Sigueme la corriente —antes de llegar, Goten le susurró a Goku— este es el momento de fingir indiferencia. Intenta llamar su atención.

—¿De qué éstas hablando? —su amigo lo observó como si estuviese loco— ellas ya tienen compañia.

—¿Y eso qué? —el menor dudó con indignación— podrán llegar con ellos, pero se van a ir con nosotros.

—No estamos...

Lo interrumpió.

—Sígueme la corriente y ya —indicó sin dar muchas explicaciones— yo sé de mujeres. Conquiste muchas. Ella —con su dedo índice señaló a la hermosa muchacha oji-azul— no va a ser la excepción. Mientras más me diga que no, más me gusta.

—Ve a conquistarla tú solo —el Son se rehusó a meterse en más problemas, con las guerreras de la élite— yo solo vine por la comida.

Su amigo lo golpeó en la cabeza luciendo muy desesperado.

—No seas así —el menor se quejó muy dramáticamente— ayúdame en esta. Crea una distracción con la princesa Vegita para dejarnos a solas, las mujeres siempre se mueven en grupos.

—Goten —Goku le reprochó con la mirada.

—¿Qué? —su mejor amigo insistió— ¿Quieres quedarte a observar como ese tipo la manosea?. Bien, veamos cómo te resfriega en la cara que ella es suya.

Lo provocó, de tal forma en que su amigo terminó por enfadarse. Desde lejos, veía como Koshiro intentaba colar una de sus manos por encima del escote de la princesa. Él apretó ambos puños, tensó su cuello y en respuesta de la furia que le generó ver esa escena, acabó por aceptar.

Ambos ya estaban en la mesa principal, sujetando la comida con dos pequeñas tenazas las cuales se encontraban hundidas en el tazón de carne.

—Esto es... MUY aburrido —su amigo quejó en voz alta.

—Si, de lo más aburrido —el Son opinó, dándole el pie para que siga molestando.

—La verdad, estas fiestas nunca me gustaron... son realmente una porquería.

Aquellas mujeres, escuchaban indignadas la conversación.

—Si y la comida ni siquiera está tan buena —aportó Goku.

Aquello, viniendo de Kakaroto fue suficiente como para provocarla. La princesa elevó una ceja y expresó molesta:

—Entonces ¿Por qué siguen aquí?.

—Pueden ir a un lugar mas divertido —su amiga peli-lila lo secundó.

Estaban cayendo.

—Lo haremos —Goten garantizó en una pequeña sonrisa— la plebe es la reina de las fiestas.

—Y de la comida.

—Si nunca estuvieron en una de sus fiestas, no conocen la diversión—opinó Goten.

Ambas cruzadas de brazos, observaron a aquellos cabezotas sin mucho interés.

Ahora o nuca, era su oportunidad de convencerlas.

—¿Por qué después de comer no se escapan un rato allá? —Goku les propuso esto de manera tentativa.

—Bueno... —Goten le siguió el juego— eso si es que sus "novios" se lo permiten.

Molestia.

Aquello que invadió la sangre de las dos fue molestia.

Para una guerrera saiyajin solo habían dos cosas sumamente intolerables:

Que las consideres débiles o que subestimes su capacidad por el simple hecho de ser mujeres.

Y...

Que insinuen que dependen de alguien más para hacer lo que quieren.

Objetivo cumplido muchachos.

Sin dudas.

Irán.

1 hora más tarde.

Aquellos saiyajin's bailaban en compañía de las muchachas. Bueno, por parte de Goku se movía como podía, haciendo los movimientos más raros y locos que ningún saiyajin haya visto.

No le importaba para nada hacer el ridículo, o que los demás lo observen con desaprobación, el solo quería divertirse.

Lejos de disgustarle eso a la joven que lo acompañaba, le pareció sumamente divertida su actitud. De verdad, ese muchacho con cabellera disparatada y sonrisa genuina, le atraía —o mejor dicho— la traía comiendo de la palma de su mano.

En otra parte de la pista, Goten también se divertía bailando junto a Milk.

Ya hasta se les había olvidado su conversación con aquellas arrogantes damas de la élite. Después de todo, era facil distraerse o pensar en otra cosa, en un ambiente que rebosa de alegría. El lugar les parecía sumamente divertido, la música estaba a tope y sus cuerpos se movían bañados en una ligera capa de sudor y adrenalina.

Aquel saiyajin sujetaba a la rubia por la cintura, mientras esta le sonreía y acercaba cada vez más sus labios a los suyos, con intenciones de besarlo.

Como ya era sabido, el Son no era muy bueno para captar indirectas o coqueteos.

—Goku —la joven Croniana habló cerca de su oido— me gusta... mucho.

—Lo sé —el peli-palmera sonrió divertido— a mi también me gusta esta canción.

Claramente no había comprendido sus intenciones.

—No —ella negó apegando su cuerpo aun más su cuerpo con el del joven— a mi me gusta otra cosa.

Nuevamente susurró, por medio de una efímera brecha que dividía sus bocas.

La muchacha esperó que el sea quien de el siguiente paso, pero, el peli-palmera seguía completamente perdido.

Milk (a quien no le agradaba para nada la situación) frenó a Misha de repente y se interpuso entre ellos.

—¿Goku? —la azabache lo llamó en una sonrisa fingida— ¿Podrías traerme algo de ponche?

—Claro Milk, enseguida —el más alto aceptó y después mostró una sonrisa amistosa.

La mujer de cabello largo y recogido, había arruinado el momento perfecto en el que la joven Croniana aprovecharía para besar a Goku. Ambas se vieron a los ojos en una mirada fulminante.

El flujo de gente bailando y divirtiéndose era demasiado, le costó bastante avanzar de camino a la barra, pero lo logró.

Valía mucho más, estar en un pequeño espacio, con gente sincera que padecer ese ambiente de falsedad e intolerancia que se manejaba entre los elite.

Cualquiera podía ser un enemigo allí.

No dudarían en apuñalarte por la espalda a causa de sus intereses.

Algo cruel, algo despreciable, ruin.

Así funciona el manejo del palacio, todo es a base de intereses personales y el bienestae propio.

Aguardó pacientemente aquel trago y cuando finalmente lo obtuvo, se puso de pie para volver con sus amigos.

—Tenían razón —una voz conocida, admitió a sus espaldas— puede que sea mas alegre esta celebración, que la de nosotros.

A su lado, apareció la mujer que con solo acercarse, le producía una sensación de nerviosismo y calidez única.

Si estaba feliz,  cuando vio a su majestad delante suyo, el menor quería brincar en una pata.

Hubo un inconveniente, cuando estaba cerca de ella él era mas torpe que de costumbre.bTal es así, que accidentalmente derramó el vaso que sostenía en la mano, encima de la princesa Vegita.

—Eres un idiota Kakaroto —ella reclamó limpiándose el liquido viscoso— ¿Hay alguien en el mundo mas torpe y descuidado que tú? Tsk, insecto.

Se marchó del lugar en dirección a los baños.

Era perseguido por el Son, que llevaba consigo un par de servilletas para poder limpiar ese pequeño accidente.

¿Por que su estúpido corazón de golpe latía mas rápido?

—Princesa —él la llamó a sus espaldas— lo siento princesa, yo...

—Habla con la mano Kakaroto —estaba tan enfadada, que simplemente lo ignoró.

Le sacó fuckyou mientras seguía avanzando.

Aquel saiyajin tan solo la perseguía con las servilletas. Ni siquiera le importó que el tumulto de personas con las que chocaba se molestaran, o los insultos que recibió de camino al baño.

—Princesa, espere.

Avanzó entre la multitud.

Su molestia era grande, pero no precisamente erradicada en lo sucio que se encontraba su vestido ahora. Más bien, la princesa se enfurecía por aquella rubia descarada que intentó besar al menor.

Toda la noche estuvo maldiciendo, sentía como un fuego le quemaba la piel cada que una de las chicas se acercaba para tocarlo.

Sin siquiera percatarse, Goku había atravesado la barrera del territorio femenino. Puso un pie en el baño de mujeres y para su suerte, no había nadie allí dentro.

El imprudente soldado se acercó a Vegita y frotaba aquel pequeño trozo de papel sobre la mancha verdosa que arruinó su vestido. Ella estaba apoyada en una pared, algo sonrojada por el tacto del contrario en su escote.

No lo hacía con maldad, ni siquiera sabia que eso era una zona privada; pero, Vegita se lo hizo saber, empujándolo con una mirada cargada de furia y enojo.

Invirtió sus lugares, tomándolo por la camisa y lo estampó decididamente contra aquel muro de concreto. La espalda de Kakaroto hizo contacto con el frío mármol, sus cuerpos se apegaron y ahora sentía la intensa mirada de su soberana entablando contacto fijo sobre él.

Ella lo observaba a los ojos, de manera superior.

—¿Qué crees que estás… —dejó la frase a medias, un aroma agradable invadió sus fosas nasales. La desvió de su pregunta anterior— ¿Usaste el perfume que te regalé?

Aquella soledad del espacio en el que estaban.

El silencio.

La neutralidad de las luces.

Todo lo había vuelto mas íntimo.

La punta de su nariz hizo contacto con la piel tersa en el cuello del contrario. Un pequeño escalofrío le recorrió la columna vertebral, tras sentir esa cálida respiración de parte de la femenina.

No le disgustaba esa cercanía.

Le agradaba.

No quería romperla.

De alguna forma, aquello la había halagado y le gustaba que el Son desprendiera ese aroma a su perfume favorito. Al menos así, sentía que una parte de ella estaba con él esa noche.

Una noche en la cuál sintió mucha rabia.

Pese a que ya lo sabía, Goku no se comportaba de manera dulce y amable solo con ella. Él no le entregaba únicamente su calidez y luz a la futura reina de Vegeta-sei. No sonreía así de bonito únicamente en su presencia.

Por eso, el corazón de la princesa quemaba de manera egoísta, logrando derribar esa gélida muralla que por tantos años construyó a base de ideales e ira injustificada.

—Princesa —Goku hizo contacto con su mirada— yo... lo siento.

Ella interrumpió.

—¿Ibas a besarla? —preguntó, en un tono cargado de indiferencia.

No era conciente de sus acciones o de su boca por primera vez.

Aquello era nuevo.

El Son ni siquiera había notado que la mujer nativa de Cronos intentó besarlo. No lograba comprender las palabras de su capitana, pues se había perdido en aquel roce demencial, de su piel sobre la suya. Se había perdido en aquella respiración sobre su cuello, se perdió en sus labios rojos que por alguna peculiar razón lo estaban tentando.

Un calor particular invadió su cuerpo.

El Son, por lo general cuando estaba nervioso se quedaba callado. Por el contrario, cuando Vegita estaba nerviosa solo hablaba y hablaba sin cesar.

—¿Te gusta que te susurren así en el oído Kakaroto? —su majestad provocó, de manera posesiva posesiva— ¿Solo así besarías a alguien? —la princesa sostuvo su cuello con firmeza— ¡Qué va! No besarías a alguien, ni aunque...

Goku era amable.

Gentil.

Cuidadoso.

Pero, también era de carne y sus hormonas... a veces le jugaban una mala pasada.

No resistió mas la cercanía de sus labios provocándolo.

No resistió mas las pulsaciones aceleradas que lo impulsaban a hacerlo.

No aguantó más, aquella actitud sobradora que de alguna manera lo insitaba.

Tan solo la tomó por la cintura, en una especie de corazonada.

Con una decisión, firmeza y liberación nunca antes experimentada.

Aquella princesa dudaba seriamente de sus acciones, mientras él buscaba el valor suficiente para hacerlo.

Cuando la vio salivar y respirar pesadamente viendo sus labios: fue una afirmació.

Ella también lo quería.

No lo dudó ni un segundo mas, y cerrando sus ojos en un sentir desesperado...

La besó.

La besó como si supiera exactamente como hacerlo.

Siguiendo los impulsos de su cuerpo, e ignorando por completo su inexperiencia.

En un movimiento habilidoso de labios, acariciando con sus manos el cuerpo de la fémina, creando aún más fricción entre ambos.

Y el beso fue perfecto.

Liberó una explosión de emociones en la princesa.

Nadie había logrado causarle tanto.

No puso resistencia, no lo golpeó, ni evitó aquello. Se dejó llevar por los movimientos frenéticos de los labios de Kakaroto sobre los suyos.

El Son posó ambas manos sobre sus muslos, sujetándolos con fuerza. Aquella princesa brincó enredando ambas piernas en la cadera del menor.

Envolviéndolo.

Fusionando sus cuerpos.

Subió de intensidad entre un jugueteo de lenguas peligroso y respiraciones jadeantes.

Se aferró a su cabello alborotado y lo besó de manera apasionada, como si no hubiera un mañana.

Contra aquella pared.

Como si no hubiera testigos.

Como si no le importara nada, absolutamente nada.

Y no fueran enemigos.

O a caso...

¿Aún lo eran después de eso?

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