21
—Bueno y como te decía, la fundación está bien. Tengo planeado realizar una actividad, pero necesito una temática así que, debo pensar muy bien para que los donadores se motiven a apadrinar un niño para que le dé continuidad a su tratamiento —le comenta Jimin a su padre.
—Si quieres que los donadores apadrinen un niño de tú fundación, tú debes de apadrinar uno, hijo.
—Lo sé, ya lo hice —alardea con malicia el castaño.
—¿A quién y por qué lo sé hasta ahora?
Jimin se remueve en la silla, de las cosas que más le molestan de su padre es que quiera saber todo antes de que él tomé una decisión.
—Es Emma. Y no te lo dije porque es algo personal papá, sabes que detesto que alardees con tus amigos sobre a quién le ayudó y a quien no —contesta con irritabilidad.
—Jimin, hijo…
—No papá, lo digo enserio —lo interrumpe.
—Entiendo, entiendo. No te enfades.
El castaño se cruza de brazos y suelta un largo y pesado suspiro mientras su entrecejo se frunce.
—Hijo
—Buenas… perdón por interrumpir —habla Jeon, al ver a su padrino y a su novio en la oficina.
—Está bien, de todos modos ya me iba —farfulla Jimin, poniéndose en pie.
—No, toma asiento de nuevo —le ordena su padre.
—No quiero.
—Jimin, siéntate —demanda entre dientes, Won. Ganándose una mirada tierna de su hijo. —Por favor hijo —agrega, está vez cambiando el tono de su voz.
—No quiero escuchar sus conversaciones —balbucea el castaño.
—Yo si quiero que las escuches, así que siéntate —dice su padre—. Tú también Jungkook, toma asiento.
El pelinegro se adentra a la oficina, le da una breve mirada a su novio y luego guiña uno de sus ojos mientras Won les da la espalda para tomar asiento tras el escritorio.
—Saluda Jimin, no seas mal educado —lo reta su padre.
El castaño tuerce sus ojos, ve a Jeon y alza sus cejas al verlo reírse debido a que su padre le ha llamado la atención.
—Jungkook —saluda entre dientes.
—Jimin —saluda Jeon, tomando asiento mientras se fuerza a dejar de reír.
Los dos se obligan a desviar sus miradas, saben que deben disimular si no quieren que Won descubra su noviazgo.
—Muy bien, ya que ambos están sentados puedo darles la noticia —habla el señor Park.
—¿Qué noticia? —curiosea Jimin.
—Jeon, quiero que pelees contra Andrei —suelta de sopetón, sorprendido a su hijo, pero no a su apadrinado.
—Andrei está en peso medio papá —recalca el castaño, dejando claro que su novio está en una categoría baja.
—Él puede subir de peso. ¿Verdad, Jeon? —replica Won, mirando y señalando al pelinegro.
Jungkook ve a Jimin con brevedad y luego a Won y contesta—. Sí, por supuesto que sí, señor.
El castaño suspira y se cruza de brazos, mira a su padre y necesita al menos asegurarse que su novio va a ganar buen dinero en esa pelea sin importar el resultado.
—Dime que la paga será buena sea cual sea el resultado —le pide su hijo.
—Voy a ganar —asegura Jeon.
—Papá —insiste el castaño, viendo a su padre fijamente.
—Sí, sabes que no aceptaría a menos que haya mucho dinero de por medio —acota Won—. Entonces Jeon. ¿Estás listo?
Jungkook se pone en pie al ver que Jimin también lo hace y mentalmente se reprende por haberlo hecho.
—Estoy listo, señor —asevera Jeon. —No lo voy a defraudar —añade mientras estrecha su mano con la de Won.
—¿Ya puedo irme? —inquiere Jimin.
—Sí, ya. Solo quería que estuvieras presente y tuvieras la primicia —dice su padre.
El castaño se da la vuelta y sale de la oficina de su padre. Jeon ve a Won y cuando lo mira atender una llamada también opta por salir y recorrer los pasillos de la enorme casa.
—Amber, hora de irnos —alza su voz Won.
La rubia se pone en pie del sillón de la sala y camina hacia él.
—¿Y Jimin? —indaga, mientras ve hacia todas partes.
—No lo sé, puedo buscarlo si gustas.
—No, yo iré —dice Won, empezando a alejarse de la rubia.
Amber saca su celular y lo primero que hace es enviarle mensajes a Jimin, pero no le caen. Decide llamarle, pero al parecer el aparato electrónico está apagado.
Won llega al pasillo de las habitaciones, escucha un par de risas y antes de cruzar hacia la derecha al área de habitaciones principales carraspea su garganta. Acelera sus pasos y cuando cruza se encuentra con Jungkook.
—Señor Park, su casa es demasiado grande. Me perdí, pero su hijo ya me orientó —balbucea Jeon, mientras sonríe.
—Sí, la casa es…
—Debes darle un mapa, es vergonzoso que se pierda en nuestra casa —interrunpe Jimin mientras pasa de largo al lado de su padre y su novio.
—Voy a reunirme con el representante de Andrei, ¿quieres acompañarme? —se dirige a su hijo, haciéndo que se detenga.
—Tengo cita en el spa con Zoe, lo siento —se disculpa con su padre.
—Bien, cuando regrese cenaremos juntos —le indica, camina hacia su hijo, se detiene frente a él, lo abraza y luego deposita un beso en su sien y susurra—. Te amo.
Won se aleja a pasos rápidos mientras su hijo lo ve partir, minutos después siente los largos y fuertes brazos de Jeon abrazarlo.
—¿Estás seguro que quieres pelear contra el Ruso? —lo cuestiona Jimin.
—Sí —responde Jungkook—. ¿No quieres que lo haga?
—No es eso, amor. Es solo que…
—¿Qué? —inquiere el pelinegro mientras gira el cuerpo del castaño.
—No lo sé —contesta con incomodidad.
—¿Confías en mí? —indaga Jeon.
—Sabes que sí. No tienes por qué preguntarme eso.
—Voy a estar bien, subiré de peso para estar a su nivel, entrenaré mucho y te prometo que ganaré.
—Sí, está bien —dice Jimin, haciendo sonreír a Jungkook.
—Mi dieta cambiará y posiblemente tenga doble jornada de entrenamiento. Eso quiere decir que…
—Ya sé, no debes explicarlo todo y tampoco debes preocuparte. Entiendo este mundo y también estoy para apoyarte y esperarte —lo interrumpe el castaño.
—Eres maravilloso, te quiero —suelta Jeon con seriedad.
—Eres todo un caso, Jeon —chista el más bajo mientras lo abraza. —Debo irme o Zoe me matara —agrega.
—Ve con cuidado.
—Lo haré —musita Jimin entre el beso.
Ambos salen de la enorme casa, pero se separan en el estacionamiento. El castaño sube a su automóvil y el pelinegro a su motocicleta, cuando la reja se abre el primero en salir es el vehículo que se detiene por unos segundos, luego sale la motocicleta que frena en la ventanilla del conductor.
—Conduce con cuidado, cariño —le pide Jungkook.
—Tú también amor —dice Jimin, el cual saca un poco su cabeza para que Jeon le dé un beso.
Pero un beso los llevo a otro y otro, hasta que el sonido de un claxon los obliga a separarse.
—Idiota —murmura molesto, Park.
Jungkook ríe, luego se coloca el casco y conduce en dirección contraria a la de Jimin.
Won Park se encuentra junto a Amber conversando de cualquier trivialidad con el representante de Andrei. La pelea ya está confirmada y ahora solo conviven por el bien monetario de ambas partes.
Un mesero se acerca a la mesa, exclusiva y personalmente a Won ganándose la atención de Amber.
—Señor Park, el señor y la señora Wescott desean reunirse con usted en el penthouse exclusivo.
—¿Wescott? —duda Won, mirando de soslayo a Amber.
—¿James? —vacila la rubia.
El entrecejo de Park se frunce, pero aún así se pone en pie.
—Dígales que voy en camino —le ordena.
El mesero asiente y luego se retira.
—Me disculpo con ustedes, pero debo retirarme. Hay un asunto de suma importancia que debemos atender —se disculpa con el representante y acompañante de Andrei mientras le extiende su mano izquierda a Amber para ayudarla a levantarse—. Buenas noches.
Cuando se han despedido van directo al elevador, entran y presionan el nivel exclusivo del penthouse.
—¿Te dijo para qué quería reunirse contigo? —lo cuestiona Amber.
—No.
—Entonces explícame ¿Por qué es qué vas a reunirte con él?
—No permitiré que ese bastardo suspenda la pelea, hay mucho dinero de por medio —responde Won.
Amber está por decir algo, pero las puertas del elevador se abren y James y una pelirroja que conoce como la amiga de Jungkook los reciben.
—Por favor, pasen adelante —verbaliza con amabilidad la pelirroja.
—Sé breve, James. Mi tiempo vale mucho dinero y lo sabes.
El mencionado sonríe, pero no dice nada, al contrario, camina hacia la sala del penthouse. Amber le insiste a Won que se marchen, pero él no accede.
Al llegar a la sala ven la televisión encendida con una imagen borrosa pausada.
—Ella tiene algo que decirte y mostrarte y luego tú y yo vamos a tener una seria e interesante conversación —explica James.
—Tú y yo no tendremos ninguna interesante conversación, a menos que tenga que ver con la orden de restricción que tienes —objeta Park, furioso.
—Si la tendremos —asegura James. —Ahora escúchala y pon atención. Esto te interesa, Park. Es sobre lo que están ocultando —le aconseja.
—Señor Park, mi nombre es Susie yo soy…
—Amiga y ex pareja de Jeon —la interrumpe Amber.
—¿Es la chica de las fotos en el puente? —cuestiona Won a Amber.
La rubia asiente.
—No me interesa la vida personal de Jeon, a menos que rompa la regla principal —expone Park.
—Supongo que la regla principal es no tener una relación con su hijo —balbucea con aires de grandeza la pelirroja.
—¿Qué es lo que quieres? —la cuestiona Amber.
Susie la mira y luego la ignora para ver al señor Park.
—Jeon y su hijo tienen una relación —suelta de sopetón la pelirroja.
Won ríe al mismo tiempo que niega.
—Eso es…
—Verdad —culmina la oración, Susie—. Déjeme mostrarle.
Coge el control remoto y le da play a un vídeo de muchas fotografías en las que Jimin y Jungkook aparecen, abrazándose y besándose en distintos lugares y horarios.
—¿Por qué no le dices la verdad rubia? —inquiere de manera retadora a Amber.
La rubia desciende su rostro al instante.
—Amber —la llama Won.
—Esperen, deben ver esto —añade emocionada la pelirroja.
Ahora se reproduce un video en el que Jungkook sale de la casa de su padrino en su motocicleta, se detiene al lado del auto de su hijo y luego se besan. Won ve a Amber y la chica solo cierra sus ojos y niega en repetidas ocasiones.
—¿Ellos tienen…
—Sí, si tienen una relación —confirma Amber, molesta.
—¿Por qué no me lo dijiste? Sabías que no deseo que mi hijo esté con mi apadrinado —le recrimina Won.
—Jimin es mi amigo, Won. Él confía en mí y yo en él, hasta el punto de guardar silencio y no decirte nada del por qué aún no le has dicho de nuestro amorío —contesta la rubia—. Además él no es un adolescente, puede escoger a su pareja solo.
—Mi hijo saldrá con quién le convenga económicamente, y debo dar el visto bueno yo o no saldrá con nadie —emite entre dientes, Park. —Ahora vete —le ordena.
—Vas hacer que tu hijo te odie, Won. Deberías…
—¡Lárgate! —vocifera furioso—. Confié en ti y me mentiste.
—No esperes mis disculpas porque no las tendrás, Won. No me arrepiento de haberte ocultado la relación de Jimin con Jeon, estoy segura de lo feliz y amado que tú hijo se siente al lado de tu apadrinado.
—Amber —articula con desdén.
La rubia gira sobre sus tacones y camina hacia el elevador.
—Ah, una cosa más —dice deteniéndose para luego darse media vuelta y ver a Park—. Renuncio.
Retoma el camino hacia el elevador mientras lucha con todas sus fuerzas para no derramar una sola lágrima, al menos no frente al imbécil de James, la entrometida de Susie y el idiota de su ex jefe y su ex lo que sea que llegaron a ser.
—Ey, Park. Espera, no los llames —le sugiere James.
—¿Por qué no? —pregunta airado.
—Porque tengo una idea grandiosa, una idea que debemos discutir con seriedad —acota James.
Won ve la imagen de su hijo besándose con Jeon, camina hacia el sillón y toma asiento. Suspira y luego cierra sus ojos mientras la imagen de Amber subiendo al elevador viene a su mente.
—Te escucho —musita Park, para luego darle vía libre a James.
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