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16

Jeon baja de una Range Rover junto a Jake, diciendo presente a la pelea entre el Italiano Dimarco y el Estadounidense Pulisic. Ambos esperan su turno para posar en la alfombra roja mientras Jimin se encuentra sobre ella posando con una hermosa sonrisa acaparando toda la atención.

—Jimin, ¿hacia quién va tú apoyo está noche?

El castaño sonríe y contesta—. Mi apoyo siempre será para Dimarco.

—Es maravilloso verte esta noche, Jimin. ¿Qué opinas de la condición física del Italiano?

—Bueno, su condición física es muy buena. Todos lo vieron en el pesaje y no queda duda que está en óptimas condiciones para este combate.

—¿Consideras que Dimarco está listo para la pelea luego de su lesión?

—Si él no se sintiera listo no hubiera aceptado el combate. Estoy seguro que está listo para regresar de la mejor manera.

—¿Qué pasa si el Italiano pierde?

—Si pierde lo hará dando lo mejor, así que, no importa si pierde o gana siempre contará con mi apoyo.

—Gracias por responder, Jimin. Disfruta la pelea.

El chico asiente y luego camina hacia dentro del domo mientras John lo escolta.

Jake ve a Jungkook y puede notar irritabilidad luego de haber escuchado las palabras de Jimin.

—Vamos, Jeon —lo llama, golpeando con sutilidad uno de los brazos del pelinegro.

Ambos posan y luego pasan al área de entrevistas.

—Jeon, ¿qué te trae al domo de la UFC? 

—Recibimos una invitación, la aceptamos y ahora estamos aquí —responde el pelinegro.

—¿Qué esperas ver está noche?

—Un buen combate —contesta de manera desinteresada.

—¿Por qué la pelirroja no te acompaña?

Jeon frunce su entrecejo, Jake se para frente a él e interviene—. Fin de las preguntas. Disfruten la velada.

El entrenador lo lleva adentro y le pide que mantenga la cordura, cuando van a sus lugares se dan cuenta que están en la primera fila, la misma fila en la que Jimin se encuentra, pero del lado contrario.

El Estadounidense hace su entrada y segundos después el Italiano hace su aparición, las luces se apagan y los destellos blancos, rojos y verdes se ven por doquier. Al llegar al cuadrilátero Dimarco se detiene frente a Jimin, se quita una toalla de los hombros y luego le entrega una pequeña rosa al castaño.

El Italiano entra al ring y luego su equipo lo prepara mientras el comentarista habla.

La campana suena y el primer round de cinco minutos inicia. Todos se mantienen en sus asientos mientras los luchadores lanzan sus primeros golpes.

El estadounidense ataca al Italiano haciendo que retroceda hasta chocar contra la reja del cuadrilátero. Una ráfaga de puñetazos llueve en cualquier parte del cuerpo de Dimarco, haciendo que su equipo se frustre.

—¡Cúbrete! —grita Jimin, mientras se pone en pie. —Cúbrete y golpea. Vamos —habla el castaño.

Jungkook lo ve desde el lado contrario, ni siquiera ha visto un solo movimiento del combatientes debido a que su atención está dirigida al hijo de su padrino.

—Mierda, ese fue un brutal golpe a las costillas —comenta Jake, al ver que Dimarco ha reaccionado. —Sus patadas altas son letales —agrega con emoción—. ¿Viste?

El pelinegro ve a su entrenador, asiente y balbucea un poco audible—. Sí, lo ví.

La campana suena y los primeros cinco minutos terminan, los luchadores van a sus esquinas mientras son atendidos por sus equipos.

Jimin toma asiento, bebe un poco de soda y ve al público dándose cuenta de la presencia de Jungkook. Desvía su mirada y se concentra en la esquina de Dimarco.

—Termina con él o terminará él contigo —le indica su coach.

—¡Vamos, Di! —lo motiva Jimin.

El Italiano lo ve mientras se coloca el protector bucal, lo señala y luego se da la vuelta a la espera de su adversario.

El segundo round inicia y las patadas altas del Estadounidense lastiman al Italiano. Nuevamente Jimin se pone en pie, grita un par de maldiciones al mismo tiempo que el equipo de Dimarco lo hace.

—¡Es tuyo, Di! —exclama Jimin con tanta fuerza que su rostro se pone rojo—. ¡Vamos! 

Jungkook rechina sus dientes, una pizca de enojo, envidia y celos lo embriaga. Enojo porque está viendo como su chico apoya a alguien más como nunca lo ha apoyado. Enviada porque desea que la atención de Jimin sea solo para él y para nadie más. Y celos porque se supone que es su chico, no el del Italiano.

Jeon se pone en pie ganándose la absoluta atención de Jake.

—Oye, ¿todo bien?

—No quiero estar aquí —verbaliza con desdén el pelinegro—. Me voy.

—Espera, te acompaño.

—No, tú quédate. Disfruta el combate —dice Jungkook mientras palmea uno de los grandes brazos de Jake y luego se marcha.

Cuando Jake regresa la vista al cuadrilátero ve a Dimarco sobre Pulisic con una horrible llave que hace que el Estadounidense  sse rinda. 

Jimin salta y grita de emoción al ver que su amigo ha ganado por rendición. Jake ve esa escena y ahora entiende el disgusto de su muchacho.

Cuando declaran al ganador y todos comienzan a abandonar el domo, Jake se acerca al hijo del señor Park.

—Jimin —lo saluda.

—Jake —corresponde el castaño.

—Jimin, te veo en la fiesta —habla Dimarco mientras camina hacia al camerino con su equipo.

El mencionado solo sonríe ladinamente.

—¿Y tú muchacho de oro? —interroga Jimin al entrenador, mientras busca con su mirada entre las personas a Jungkook.

—Porque no le llamas para que te diga dónde está —contesta Jake.

—Siempre un idiota —parlotea con desagrado, Jimin—. ¿Quieres que te lleve, Jake?

—No, gracias —acota el entrenador.

El castaño no dice más nada, toma su bolso de la silla y cuando está por empezar a caminar escucha nuevamente la voz de Jake.

—Hay algo que quiero que escuches.

El chico lo mira sin expresión alguna. Está seguro que Jake lo detesta tanto como el resto del equipo de boxeo por ser mimado y grosero. 

—No creo que vayas a decirme algo bueno, así que prefiero no escucharlo —espeta Jimin.

—Espera —lo detiene Jake, tomando uno de los brazos del castaño.

John se acerca de manera rápida, listo para defender al hijo de su jefe.

—Deja de actuar como un abusivo, suéltame antes de que John te dispare —le advierte el castaño—. Sé que no te agrado, pero…

—Sí, no me agradas para nada, pero necesito que me escuches.

—Bien, está bien —accede el chico—. Te escucharé, pero suéltame.

El entrenador lo suelta y luego eleva sus manos hasta sus hombros al ver a John sosteniendo el arma bajo el saco.

—La fotografía no es lo que crees —menciona Jake.

—¿Qué fotografía? —inquiere con sarcasmo, Jimin.

—Sé que la viste, todo el mundo interesado en Jeon la vió. Él junto a la pelirroja.

El castaño pasa saliva, presiona sus labios y niega.

—No sé de qué estás hablando —cuchichea.

—Yo sé que sí. Así como también sé, que la pelirroja es muy astuta —expone Jake.

—Para, ¿tú estás excusando a Jungkook? Esto es increíble.

—No, simplemente estoy intentando decirte que todo el equipo sabe que ese beso fue planeado por la pelirroja y el otro imbécil. 

—Ok —es lo único dice Jimin de manera simple.

—¿Ok? ¿Es lo único que dirás?

—No tengo nada que decirte, Jake. No sé qué es lo que quieres escuchar y tampoco es como que me interesa —parlotea con molestia, Jimin—. Buenas noches.

El castaño sale del domo mientras sonríe para los fotógrafos, segundos después John aparece en el auto y el chico entra de manera rápida. El moreno lo ve por el retrovisor y decide no hablarle.

A unas cuadras lejanas del domo Jimin le pide a John que detenga el auto. Toma su bolso y sale del vehículo, azota la puerta y cuando está fuera lo primero que hace es ver el cielo. Una tormenta se acerca, pero es lo que menos le importa.

Camina pensativo recordando lo que Jake le ha dicho mientras la lluvia empieza a caerle encima. John le pide que entre, pero el castaño se niega. Lo único que acepta es la ancha sudadera que el chófer y guardaespaldas le ofrece.

Jungkook, por su parte, después de unas horas de paseo en la parte trasera de la camioneta decide que es tiempo de ir a su apartamento. Baja frente al edificio y se detiene para firmar un par de autógrafos mientras unas pequeñas, pero notables gotas de lluvia caen. Luego entra y va directo al elevador, sale en su piso viendo un par de fotografías que circulan en las redes sociales.

Alza su vista y se da cuenta que está por llegar a su apartamento, regresa su vista al celular, pero alza su rostro de nuevo al darse cuenta que vio a alguien sentado en el piso.

Acelera sus pasos y cuando está frente a su apartamento ve a alguien sentado frente a su puerta con pantalón y zapatos empapados.

—Oye…

—¿Por qué tardaste demasiado? —lo interrumpe mientras se quita el gorro de la sudadera descubriendo su rostro.

—Jimin —pronuncia Jeon, asombrado.

—Sí, Jimin —confirma mientras se pone en pie de manera perezosa, con su cabello goteando agua.

—¿Qué haces aquí? Estás empapado.

—Necesito que hablemos —susurra el castaño, frotando sus manos.

—Jimin, si alguien le dice a tu padre que estás aquí te enviará a Corea del sur —lo reta Jungkook, mientras se acerca a él y le coloca el gorro de la sudadera.

—A nadie le interesa si…

—A mí me interesa —lo frena Jeon, tomando una de las manos heladas del más bajo.

—No, si entró si estaré en problemas. Bueno, estaremos —específica, deteniendo la intención del pelinegro de entrar a su apartamento. 

—Jimin… lo de la fotografía y el vídeo no es lo que parece y todo el mundo cree.

—Sí, lo planearon tus amigos —dice el castaño.

—¿Cómo lo sabes? —inquiere Jungkook, absorto.

—Jake me lo dijo al final de la pelea —responde el más bajo. —Te marchaste. ¿Por qué te marchaste? —indaga.

Jeon relame sus labios y ve los lindos ojos color miel de Jimin.

—Creo que verte apoyando y motivando a alguien más me desagrada mucho. Nunca lo has hecho conmigo.

—Pero si te motivó y apoyó —replica Jimin. 

—No como lo haces con él —objeta el más alto.

—Jungkook…

—Deje que Susie me besara porque dijo que sería el último beso de nuestra historia. No tenía idea que ella iba a pedirle a Jake que nos fotografiara y grabará —le hace saber, Jeon.

—Bueno, ahora ya lo sabes —balbucea con sarcasmo, Jimin viendo con sus cejas alzadas y ojos saltones al pelinegro. —Jungkook —musita, suavizando el tono de su voz y su mirada—. No tengo claro si aún deseas que haya algo entre nosotros, pero…

—Jimin

—Guarda silencio, deja de interrumpirme —le pide con desespero el castaño. —Sé que soy un desastre debido a mi comportamiento, pero tengo mis razones para hacerlo, así que, no me culpes por sentirme celoso por alguien que aparece de la nada diciendo que tienen una historia juntos —expresa con rapidez, tanta que su garganta comienza a secarse.

Jungkook lo ve en silencio siguiendo cada movimiento de aquellos lindos labios de Jimin, mientras su pantalón y zapatos escurren agua.

—Intenté controlarme, lo intentó, pero no puedo, lo que siento por ti me supera en números y masas. Por primera vez no deseo a nadie más, solo te deseo y necesito a ti. Y si debo cruzar la línea que mi padre ha puesto, lo haré. Si estar contigo es malgastar mi tiempo y me hace perder la cabeza, lo haré. No me importa si papá dice que lo estoy desafiando. Pero es que me vuelves loco, tú y todo lo que siento por ti me hace perder el control —el castaño hace una pausa, mientras inhala y exhala de manera rápida. —Creo que he perdido la cordura —susurrra, viendo sus zapatillas empapadas.

—Yo te veo muy cuerdo, precioso y sexi.

—¿Sexi? —verbaliza Jimin, mientras extiende sus brazos a los lados detallando que la enorme sudadera oculta su esbelta figura—. Creo que te falla la vista.

—Ey —musita Jeon—. No quiero que pierdas la cordura solo tú. Quiero que la perdamos juntos.

Los ojos color miel de Jimin se ensanchan y ven con un estupendo brillo el rostro de Jungkook.

—Dime que lo dices enserio —le pide entre murmuros el castaño, mientras ve como Jeon posa su frente sobre la suya.

—Jimin Park —articula con voz varonil y sexi. —¿Me permites el honor de perder la cordura a tu lado? —recita Jeon.

—¿Es está tu forma de pedirme de manera oficial que sea tu pareja? —lo cuestiona divertido y con voz temblorosa, Jimin.

—Solo responde, cariño.

El más bajo le dedica una sonrisa tímida, asiente emocionado mientras responde—. Por supuesto que sí, quiero que pierdas la cordura a mi lado.

Ambos sonríen y luego juntan sus labios, pero el castaño los separa al recordar las cámara.

—Diablos, las malditas cámaras —masculla, ocultando su rostro en el pecho de Jeon.

—¿Qué quieres que hagamos? —inquiere el pelinegro.

—Quiero que salgamos de aquí, muero de hambre. Y tengo frío —parlotea Jimin.

—Creí que estarías preocupado por las cámaras.

—Lo estoy, pero tengo hambre y frío. Y bueno, debemos tener en cuenta que papá va a saberlo en algún momento —masculla el castaño.

—Cuando eso pase tú y yo vamos a estar listos —asegura Jungkook.

—Y muy enamorados —agrega Jimin, haciendo reír al pelinegro.

—Oye, espérame —le pide Jeon, al ver que se aleja de él.

—No, no te acerques a mí. Recordé que dejaste que tu amiga la pelirroja te besara —chista el castaño.

—Bueno, yo recordé que hace unas horas estabas elogiando y apoyando al Italiano en su pelea —espeta Jeon.

—Dimarco es mi amigo.

—Seguro y es como Susie —menciona el más alto, haciendo que Jimin detenga sus pasos.

—Oye —le llama la atención. —Sí, es como Susie. Bueno, diría que peor que ella —añade entre risas.

—Ok, la próxima vez que el pelee y quieras ir, yo te acompañaré. Nada de estar a solas con ese imbécil.

—No le digas imbécil —lo reprende entre risillas, Jimin.

—Idiota —dice el pelinegro, mientras abre la puerta que dirige a las escaleras de emergencia.

—Tampoco —se opone entre risas el castaño.

—Entonces no lo llamaré idiota e imbécil en tu presencia —se sincera el pelinegro, mientras abraza por la espalda al más bajo.

—Vamos de prisa, tengo hambre y frío —se queja Jimin.

—Primero dame un beso.

—Eres un tramposo —lo acusa el castaño, pero accede a la petición de su pareja.

Tomados de la mano bajan las escaleras y luego caminan en el estacionamiento abrazados hasta llegar al auto en el que John espera. Suben en la parte trasera, y sin un ápice de pena e inseguridad Jeon rodea con uno de sus brazos los hombros de Jimin acercándolo a él.

John los ve reír y cuchichear por el retrovisor y no puede evitar sonreír mientras conduce.













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Gracias por la espera, en serio gracias.
Hay veces que me quedo en blanco, pero mi amiga me ayuda y me motiva. Así que, nada, síganme teniendo paciencia.

Espero y les esté gustando la historia. Gracias a todas las que leen las actualizaciones.

Mucho love ♥️

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