Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

19. capítulo

Un mes más tarde, Elise estaba peinándose para comenzar el día. Se había puesto uno de los vestidos más ligeros que tenía, pero, aun así, no se encontraba cómoda. Era curioso, pero echaba de menos los pantalones, las faldas y las camisetas ligeras. Habría podido vestirse así, claro. Damon sólo exigía las prendas antiguas en la comida y cena, pero le costaba tomar la decisión de hacerlo.

La verdad es que se sentía muy diferente. Antes, ella era la organizadora de la casa. Había sido así durante 900 años. Luego, cuando Damon y Alexia se casaron, ésta última empezó a participar un poco en las actividades de la mansión, pero cuando el pequeño Louis nació, volvió a retirarse para ejercer de madre. Al estar Elise fuera un mes completo, Alexia había tomado su lugar. Y, había que reconocer que lo hacía muy bien. Así que ella, ahora, no tenía un lugar en la mansión. Sólo era la hermana del rey. Sabía que los rumores que se habían extendido, decían que el vamp la había echado de su lado por ser totalmente frígida en la cama. Damon, hasta había castigado a un par de vampiras a las que se había sorprendido haciendo comentarios maliciosos sobre eso. Otros rumores decían que ella se había ido cuando pilló al vamp en la cama con otra vamp. De cualquier manera, ella salía perdiendo.

Dejó el cepillo en el tocador y suspiró. Hoy tendría que extraerse sangre para enviarle a Jared. Lo estaba haciendo periódicamente, unas dos veces por semana. Él no se había puesto en contacto en ningún momento, aunque Elise había hablado varias veces con Martha y también con Ada, que seguía pidiéndola que volviera. Las últimas noticias respecto al rey Luke eran preocupantes. Martha la había dicho que, en las dos últimas semanas, había empeorado mucho, y ya apenas salía de la cama. Se esperaba un desenlace más bien pronto que tarde.

Bajó a desayunar y saludó a Damon y Alexia. Cuando se sentaban juntos a la mesa, una vampira entró con el teléfono en la mano.

-Siento interrumpir, pero parece importante. Es el príncipe Jared-informó.

-Gracias, Lydia. Pasa a Elise con su marido-pidió Damon.

La vampira pareció avergonzada.

-Ha...ha pedido hablar contigo, majestad.

Elise hizo un gesto de asentimiento con la cabeza en dirección a Damon. Jared ni siquiera quería hablar con ella por teléfono. Se levantó para irse, pero el rey le hizo un gesto mientras hablaba por teléfono y la chica se sentó a regañadientes. Se puso a comer desconectando por completo de la conversación hasta que Damon colgó.

-El rey Luke ha muerto-comunicó Damon-Jared dice que tienes que ir.

La chica se puso en pie furiosa.

-Iré para estar con Martha y Ada. No porque él lo ordene. ¿Ni siquiera es capaz de darme órdenes directamente? ¿Tiene que hacerlo a través de ti?

-Es tu marido, Elise. Y tienes ciertas obligaciones con él, aunque no viváis juntos. Prepárate, nos iremos en dos horas. El funeral es mañana.

-¿Vais a venir conmigo?

-Sí, por supuesto. Es un aliado. Y además de nuestra familia. Avisaré a André.

-Vamos, Elise. Tenemos mucho que hacer-ordenó Alexia cuando Damon salió- si tu hermano dice dos horas, son dos horas.

En un tiempo record, los tres, junto a Raquel y Raoul, estaban de camino. Elise había recordado a todos que llevaran prendas negras, el color del luto para los vamps. Ella puso en su maleta el vestido con el que conoció a Jared. Parecía muy apropiado. Se turnaron en atender al pequeño Louis y el viaje se le hizo muy corto. André se reuniría allí con ellos. Las lágrimas habían estado a punto de escaparse de los ojos de Elise varias veces, al pensar en el padre de Jared. Y en lo bueno que había sido con ella. Lamentaba no haber estado allí cuando murió.

Llegaron de madrugada. Jared les esperaba en la puerta de la casa. Elise no pudo evitar admirar lo guapo que era. A pesar del dolor que su mirada transmitía.

-Jared-saludó Damon-lamento la muerte de tu padre. Es una pérdida para todos.

Alexia abrazó al vamp y le susurró un "lo siento" al oído. Luego él volvió la mirada a Elise.

-Princesa-saludó.

La chica dio un paso hacia él. Jared se dejó abrazar, pero no se movió para hacer lo mismo.

-Lo siento mucho, Jared.

-Entrad en la casa. Mi madre está ya acostada, pero ha dejado preparadas vuestras habitaciones.

Jared acompañó a Damon y Alexia hasta su habitación con su bebé. Raquel y Raoul se quedarían en casa de otros vamps que se habían ofrecido. Elise subió a su antigua habitación, sin saber muy bien qué hacer. Sacó su ropa de la maleta y la colgó en el armario. Luego, se puso un camisón y se soltó la trenza. Después, decidió ir a buscar a Jared. Tarde o temprano tendrían que hablar.

Le encontró en el salón. Estaba sentado en el sillón, con los ojos cerrados y una copa en la mano. Elise se quedó en la entrada, sin saber qué decir.

-Puedes pasar, Elise-dijo él sin abrir los ojos-no voy a lanzarme sobre ti.

La chica entró en el salón y se sentó en el sofá.

-¿Cómo está tu madre?-preguntó-¿Y Ada?

Jared abrió los ojos para mirarla. Se le veía cansado.

-Han sido unos días duros. Pero están bien. Mi padre tuvo una buena vida. Y también una buena muerte.

-Siento no haber estado aquí. Sabes que habría venido si me hubieras llamado, ¿verdad?

El chico la miró con ironía.

-Dejaste muy claro dónde querías estar, princesa. Pero no te preocupes. Tendrás tu oportunidad ahora. Estarás en el funeral mañana. Y tendrás que quedarte a la coronación por la tarde.

-Yo no voy a ser tu reina, Jared. No tiene sentido que lo sea.

-Eres mi esposa. No puede ser de otra manera.

-Eso es algo que tendremos que resolver. No podemos...

-Eres mi esposa, Elise. No hay solución posible. Tienes que ser coronada mañana junto a mí.

La vampira se encogió de hombros.

-Está bien. Podemos hacer las apariciones públicas necesarias. Al menos hasta que encuentres otra reina. O te cases con Margott.

Jared se levantó y avanzó hacia ella.

-No planeo casarme con Margott próximamente-informó con frialdad-en el momento que lo decida, serás la primera en saberlo.

-Bien, vamp. Te dejo sólo para que vayas en su busca. No necesitas esperar a estar casado con ella para tirártela.

Elise se giró con dignidad para salir. Pero Jared la detuvo, sujetándola de un brazo.

-Puedo follármela, pero no puedo alimentarme de ella. De eso, de momento, tendrás que encargarte tú, esposa.

Elise se soltó de su agarre y se subió una manga con rabia. Se la ofreció, mirándole con determinación. Jared la miró burlón.

-No, cariño. Creo que hoy prefiero tu cuello.

La estrechó contra él y la mordió en el cuello. Elise contuvo un grito de dolor. Jared sabía cómo hacerlo doloroso y, para cuando acabó, a Elise se le deslizaban lágrimas silenciosas por las mejillas. En cuanto la soltó, la chica corrió a su habitación y se tiró en la cama sollozando.

La mañana llegó demasiado pronto. Elise no había conseguido dormir ni un minuto y sus ojeras lo dejaban claro. Se levantó muy pronto y se vistió con un pantalón negro y un jersey verde. Se cepilló el enredado pelo y bajó, decidida a dar un paseo. Se sorprendió al encontrarse a Gail en la puerta.

-Buenos días, princesa -saludó el vamp.

-Gail-Elise le abrazó-¿qué haces aquí?

-Jared me ha pedido que te vigile. No hemos conseguido atrapar al responsable del ataque. Así que, soy tu guardaespaldas.

La chica sonrió.

-Acompáñame a dar un paseo, entonces.

Gail era una compañía poco exigente. Pasearon por el pueblo en silencio, hasta que Gail la hizo pararse.

-Elise, no puedes huir.

La chica suspiró.

-Tengo que volver ¿verdad?

-Sí. Es hora de demostrar quién eres. Eres la hermana del rey Damon. Y lo que es más importante, eres nuestra princesa.

-Tienes razón. Volvamos Gail. Y gracias. Eres un buen amigo.

Cuando volvieron a la casa, Martha ya estaba levantada. La mujer estaba totalmente vestida de negro, preparada ya para el funeral. Elise la abrazó.

-Lo siento, Martha-murmuró-era un buen hombre.

-Sí lo era-la mujer sonrió-y murió en paz, gracias a las medicinas que nos dejaste. Me pidió que te lo agradeciera, Elise. Y que te dijera que eres una hija muy querida para nosotros.

Elise luchó por contener las lágrimas.

-Lo sé, Martha. Yo...

-¡Elise!

Una pequeña figura se arrojó en brazos de la vampira. La chica levantó a la niña y la abrazó con fuerza.

-Ada, no molestes a la princesa-dijo una seca voz desde la escalera.

Elise, sin bajar al suelo a la pequeña, se volvió hacia su madre.

-Ada no me molesta nunca, Margott.

La vamp sonrió con ironía.

-Bueno, después de todo, no es tu hija, princesa. No tienes por qué aguantarla.

-Será mejor que la prepares para el funeral, Margott-ordenó la reina mirando a la vamp con determinación.

-Por supuesto, Martha.

Cuando las dos desaparecieron, escaleras arriba, Martha miró a Elise con tristeza.

-Volvió a mudarse aquí cuando te fuiste. No trata bien a Ada. Cada vez me gusta menos.

-¿Lo sabe Jared?

-Últimamente, no sé lo que pasa por la cabeza de mi hijo. Este mes ha sido difícil para todos.

Alexia y Damon bajaron en ese momento. La vampira les dejó hablando con la reina y fue a prepararse.

Sacó el vestido del armario y se metió en la ducha. Se puso la ropa interior y metió las piernas en el vestido, para subirlo hasta la cintura.

-Te debo una disculpa-la voz de Jared la paralizó.

Elise sujetó el vestido contra sus pechos y se volvió para mirarle, enfadada.

-Sí. Probablemente más de una.

Se giró de nuevo y metió los brazos en las mangas. Luego, caminó hacia el tocador tratando de atarse los botones de la parte trasera del vestido. Jared se acercó a ella.

-Yo lo haré-murmuró.

Elise dudó, antes de retirar sus propias manos y permitírselo. Él abrochó los pequeños botones despacio, acariciando con los pulgares la piel de la espalda de la chica. La vampira contuvo un estremecimiento por la intimidad del momento. Cuando Jared acabó, la volvió hacia él.

-Siento lo de anoche, Elise. No tenía derecho a hacerte daño. Estaba frustrado y enfadado. Pero no tenía que haberlo pagado contigo.

Jared la mantenía cerca de él, sujetándola por la cintura. Elise trató de separarse cuando sintió una oleada de excitación recorrerla.

-Está bien-murmuró-disculpas aceptadas.

Jared la besó con suavidad en una mejilla. Luego, deslizó los labios por su rostro, apenas rozándola, hasta bajar por el cuello y llegar al hueco en su garganta. Elise trató de mantenerse impasible, pero cuando el vamp la mordió con delicadeza en ese punto, no pudo evitar un gemido. Todo lo que la noche anterior había sido dolor, se transformó ahora en un placer infinito. Jared la sujetó cuando acabó, si no, Elise, seguramente, habría caído al suelo. El vamp miró sus labios, y, por un momento, Elise pensó que iba a besarla, pero desapareció de repente, dejándola aturdida...y anhelante.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro