Maratón 2/6

●○ SOFÍA ●○

Alguien me acaricia mi hombro suavemente, esa misma persona me besa ahora el cabello, sonrío mientras acomodo mi cabeza en su pecho.

 
—Tenemos que ir a la oficina. —Vocaliza a la vez que sigue besándome en cada parte que encuentra.

 
—Quiero quedarme así. —Comento de mala gana estirando mi brazo derecho sobre él.

 
—Eres tan linda fresita. —Concluye murmurándome en el oído.

Sonrío

 
(…)

 
Despierto producto de un ruido externo, abro los ojos exaltada al ver que estoy sola en la cama, trato de buscar mi ropa, pero todo está fuera de su lugar, al final encuentro su camiseta primero que la mía y me la pongo llena de curiosidad.

Me queda holgada.
Creo que me la quedaré pienso viéndome en el espejo.
Está llena de su olor...

Niego, tratando de recordar que iba hacer. Cuando logro salir de mi trance, salgo a ver si está tumbando mi casa o algo. (Chiste malo)

 
—Lamento el ruido. —Vocaliza en medio del pasillo —Ven amor —Dice sin dejar que me acostumbre a su voz matutina, al hecho de que está casi desnudo en mi casa, a que me acaba de decir amor y sonó genial.

Santiago me lleva de la mano hasta enseñarme lo que se propone, sigo el paso hasta llegar al comedor.

Suspiro

Sabe que siempre cargas hambre, mujer.

Ignoro mis malos pensamientos y solo me enfoco en la mesa llena de comida y con olor delicioso, que a su vez produce que me gruña el estómago.

—¿Te gusta? —Suelta él analizando mi rostro —Ya sé que no lo has probado —Titubea nervioso —Bueno es una forma de decir. —Sigue parloteando indeciso.

Agrando mis labios hasta formar una sonrisa genuina, él se relaja.

 
—Me encantas cuando estás nervioso. —Suelto sentándome sin dejar de admirar su obra —Y claro que me gusta,me fascina Thiago. —Finalizo agarrando un trozo de manzana fresca.

 
—Te queda hasta mejor mi ropa —Comenta divertido sin dejar de verme.

 
—Tratas de ponerme nerviosa. —Aseguro resistiendo a sus palabras.

Tomo el tenedor tratando de decidir que probar primero.

 
—Nunca le he cocinado a una mujer antes. —Dice de pronto sin filtro.

Alzo mi vista incrédula, él permanece sereno, sus ojos no mienten, ellos son ese manatial vivo que amo que me miren. Esquiva la mirada al notar que se ha sonrojado ¡Yo lo hice! Si es nuevo lo sé. Eso me hace derretirme más de amor.

 
—No me mires así Sofía. —Murmura débilmente

 
—¿Enserio soy la primera? —Comento animada mientras cruzamos miradas, él asiente —Eres muy tierno Santiago, gracias por quererme así.

 
—Come, necesito que pase la prueba. —Insiste animado.

Sus ojos brillan yo lo hago lentamente para torturarlo.

 
—Está rico,muy rico—Afirmo sentándome en su regazo —Ya que te gusta la fresa —Vocalizo buscando en la ensalada de frutas hasta encontrarla y ofrecérsela. —Encima le hechaste leche condensada —Susurro degustando

Cuando su mano intenta buscar otro pedazo, la aparto haciendo que me mire incrédulo.

—Pero es que era para los dos. Yo desayuno frutas fresita. —Alardea él haciéndose el necesitado.

—"Era" —Puntualizo protegiendo el plato —Ayy encima hiciste tostadas francesas. —Comento adredre para hacer que desista —Ven come pancito. —Murmuro en tono infantil

Él muerde como un tiburón.

¿Está demostrando que tiene hambre o que está enfadado?

—¿Te enojaste gruñón? —Interrogo para cabrearlo más

Él me mira severo, sus ojos se tornan oscuros.

—Bésame a ver si se me quita. —Dispara tratando de parecer indiferente.

Sonrío.
Se comporta como un niño.

—¿A ver? —Digo antes de interceptar sus labios —¿Funcionará? —Vocalizo tratando de no reir en medio del beso

Sus manos apartan de mi cara la maraña de pelo por melena que cargo.

Saboreo la leche condensada que yo misma le prohibí hace un momento, ahora todo se mezcla cuando profundizamos el beso. Sus labios quieren más, siempre me demuestran ese "más" que es clave en relaciones.
 
Luego de desayunar y de pasar toda la mañana entre películas, besos, risas, más besos y otras cosas no reveladas +  algunas charlas profundas. Me termino desplomando entre sus brazos como una osa en pleno invierno.

 
(…)

 
Al volver a despertar alzo la vista y él se ha dormido profundamente, paso mucho tiempo mirándole, al final decido buscar sigilosamente mi móvil para tomarle una foto y conservar este momento. Sonrío al ver el resultado y rápidamente le acomodo los almohadones para que esté más cómodo, una vez hecho eso decido ducharme y arreglarme antes de que despierte.
 
Cuando casi termino de maquillarme, me miro fijamente al espejo:

¿Realmente te veías haciendo esto hace meses atrás?

¿Cómo está tu corazón ahora eh?

Mis pensamientos aparecen a la vez que lo hace mi sonrisa, me acomodo mi top para luego ponerme la pulsera de perlas, su pulsera, como lo he hecho en este último tiempo. Cuando abro la puerta thiago se está levantando.

 
—¿A dónde vas guapa? —Dice él meloso

 
—A salir contigo. —Concluyo verificando la hora, él se extraña y yo aprovecho para darle un abrazo fugaz.

 
—¿Quién puede resistirse con estas técnicas? —Comenta tomándome del mentón —Espérame fresita. —Ordena mientras yo me pierdo entre sus abdominales perfectamente esculpidos.

Diablos realmente está como quiere.
¡Con razón solo desayuna frutas!

¿Tendré que cortar frutas todos los días tempranito? Joder, no.

¿Y si lo engordo? Con unas tortillas cargadísimas de aceite, seguro que engorda y nadie le pone el ojo.

Creo que es una buena estrategia...

 
—Amo cuando me miras de esa manera nena. —Concluye perdiéndose tras cerrar la puerta del baño.
 
Niego tentada seguidamente le sonrío a la puerta de baño por mucho tiempo como idiota. ¡Amor, amor, amor! Vaya fuerza impredecible.

20 minutos después estamos saliendo de mi puerta agarrados de las manos.

—¿A dónde vamos? —Suelto en tono despreocupada

—Mmm creo que ya sé. —Se limita a decir, antes de encender el auto.