—¿Y qué le respondiste?

—Pues.—mire el reloj colgado en la pared y sonreí.—Te lo diré después, ya es algo tarde y quede de ir con mis amigas mañana al cine.

—Pero lo dejaste en la mejor parte.—se quejó.

—Te prometo que te lo contaré en otra ocasión, pero por ahora es todo lo que te diré.

—Bien entonces creo que después vendré a verte.—se levantó y lo acompañe hasta la puerta.—Llámame en cuanto te desocupes.

—Si no te preocupes.—bese su mejilla, y cuando se fue cerré la puerta.

Sonreí, me agradaba demasiado la compañía de Gael, después de bañarme y ponerme la pijamada me acosté para finalmente dormir ya que estaba algo cansada.

(...)

—Amor ayúdame.

—Chase ¿Dónde estás?

—Aquí estoy amor ayúdame.—corrí entre la oscuridad, trataba de descifrar de donde provenía su voz para poder encontrarlo.

—¿Dónde estás? No te veo.

—Estoy aquí.

—Chase no te puedo encontrar.

—¡Amor ayúdame!

(...)

—¡CHASE!.—grite al levantarme.

Respiraba agitadamente, sentí un hueco en mi pecho y sin darme cuenta ya estaba llorando ¿Por qué me pasa esto? Solo quiero vivir tranquila es difícil estar así, ¿Por qué comenzaron estas pesadillas? ¿Por qué cuando logro llegar a Chase termina mal? Quisiera regresar en el tiempo, evitar que viajara y que se quedara conmigo para que siguiera vivo.

Luego de que me calmara y después de dar varias vueltas en la cama me quede completamente dormida.

Al despertar como a eso de las 10, me arregle, desayune y salí para reunirme con las chicas. Llegue al lugar que quedamos de vernos y justamente estaban sentadas junto a la fuente esperándome.

—Hola señoritas.

—Que gusto verte Jade.—dijo Fabi besando mi mejilla.

—Veo que estás mucho mejor.

—Algo.—hice una mueca.

Después de ver la película decidimos hacer algunas compras ya que eso suele funcionar para levantar el ánimo de alguna de nosotras, recorrimos casi todas las tiendas por un momento estaba ignorando mi realidad... hasta que mire aquella tienda en donde exhibían otro vestido, pero era la misma en la que me quede parada frente al gran vidrio el día que conocí Chase.

—¿Quieres que entremos?—dijo Jenni.

—No, solo miraba. Quiero sentarme las bolsas pesan mucho.

—Vamos a las bancas.—dijo Fabi.

Luego de sentarnos, Jenni y Fabi aprovecharon para contarme todo lo que les había pasado dándome cuenta de que estuve alejada de ellas durante mucho tiempo, pero eso no se volvería a repetir.

—¿Y qué harás?

—Supongo que deberé trabajar.

—Pero no nos habías dicho que Chase te...

—Si.—la interrumpí.—Pero quiero trabajar y podré hacerlo en esa empresa, creo.

—Bueno, pero me alegra verte de nuevo feliz.

—Pues no del todo, últimamente he tenido pesadillas.

—¿De qué?

—Sobre Chase, hoy soñé que me pedía ayuda pero no lo podía encontrar.

—¿Desde cuándo te pasa eso?

—Apenas han sido dos ocasiones.

—Pues intenta recordar que no es real, así tal vez no te vuelva a pasar.

—¿Tú crees Fabi?

—Es una buena idea Jade, solo es tu mente que quiere engañarte.

—Bien lo intentare.

Después de eso fuimos a comer y paseamos un rato más, luego regrese a mi casa y acomode las compras, sabía que debía trabajar y no estaba dispuesta a recibir dinero sin hacer nada, escuché que tocaban la puerta así que me apresuré a abrir.

—¿Rachel?—sonreí.

—Hola Jade.—me sonrió.—¿Puedo pasar?

—Claro adelante, me alegra verte.

—A mi igual linda ¿Como has estado?

—Pues estoy bien ¿Y tú?

—Tratando de seguir adelante.

—Te ofrezco un café o algo.

—No gracias, venía a preguntarte respecto a la empresa de Chase.

—¿Qué sucede con ella?

—Creo que a mi hijo le hubiera gustado que tú te hicieras cargo de ella.

—Lose y lo haré no te preocupes.

—¿De verdad?.—me sonrió.

—Claro no dejaré que la empresa por la que el tanto lucho se caiga.

—Gracias Jade.—sujeto mis manos con cariño.

—No es nada Rachel.—le sonreí.

Se quedó a charlar por unas horas pero se fue porque la llamaron para que fuera a no sé qué lugar.
Decidí quedarme en la sala mirando la televisión y justamente estaba la película Diario de una pasión el final era tan hermoso y no pude evitar llorar, recuerdo cuando la vi con Chase y los dos terminamos llorando.

*Flashback*

Estaba recargada del hombro de Chase quien había venido a verme, habíamos cumplido 2 años de ser novios y para finalizar el día decidimos mirar una película se llamaba Diario de una pasión era la primera vez que la mirábamos y cuando acabó no pude evitar derramar una lagrimas pero lo que llamo más mi atención fue ver que Chase tenía una de sus manos en su boca para que yo no escuchara los sollozos que soltaba.

—¿Por qué lloras?

—Se me metió algo al ojo.

—¿En los dos?—reí.

—Es que... el final es muy lindo.

—Aww tengo como novio a un chico sensible.—le di un beso en la mejilla.

—¿Te imaginas cuando estemos así?

—¿Cómo?

—Ya viejitos y aún sigamos juntos.

—Me encantaría, aunque solo de manera distinta y que yo no perdiera la memoria.

—Pero ella regresaba a él con su amor.

—Que hermoso sería que nos quedáramos juntos para el resto de nuestras vidas.—lo abrace.

—A mí me encantaría una vida a tu lado amor.—beso mi frente.—Eso me haría el hombre más feliz del mundo.

Me acerqué y lo bese lentamente como acostumbramos, disfrutando el beso y al final mordí su labio inferior tirando de este suavemente.

—Me encanta cuando ases eso.

—A mí me encantas tú amor.—acaricio mi mejilla.

—Te amo Jade.

—Y yo a ti.

—Hablo enserio amor, nada me haría más feliz que pasar el resto de mi vida contigo.

—Y a mí, créeme que sería la mujer más feliz del mundo contigo a mi lado amor.

—Eres lo mejor que me pudo pasar.—dijo y sin más me volvió a besar.

*Fin del Flashback*

Eso me hizo llorar mucho más, habíamos dicho que estaríamos juntos a pesar de todo pero creo que hay cosas que no podemos remediar.

Apague el televisor y sin más me fui a dormir con lágrimas aun saliendo, no supe cuando me que profundamente dormida.

(...)

—Cariño ¿Estás aquí?

—¿Quién eres?

—¿Tan pronto me has olvidado amor?

—No, esto no es real tú no eres real.

—Mi amor por ti si era real.

—¡Ya déjame en paz!.—grite.— Ya no puedo con esto déjame en paz.

(...)

—¡Ya déjame!.—alcance a decir al despertar, mis lagrimas nuevamente resbalaban por mis mejillas.

Quería dejar de tener pesadillas, no podía seguir con ese dolor, no quería seguir llorando, solo quería dormir tranquila.
Tenía que dejarlo ir y aceptar que jamás volvería a verlo. Y esa era mi realidad, no iba a volver y nada de lo que hiciera lo traería de vuelta, mi cuento de hadas no tuvo el final feliz que quería, esto era la vida real y aunque nos duela debemos aprender a dejar ir a las personas que amamos y que ya no están, seguir adelante ya que de eso se trataba la vida, de superar los obstáculos y debo darme la oportunidad de rehacer mi vida aunque claro que no significaba que me olvidaría de Chase porque esas personas que nos marcaron de una manera especial son las que jamás se olvidan.

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