Capítulo 2.
Estaba arreglando un poco la casa ya que mi Chase llegaba hoy, los días se me ha hecho eternos sin él, pero pues mi amigo Gael ha sido buena compañía, andábamos recuperando un poco el tiempo que perdimos desde que se fue, lo mejor de salir con él es que teníamos los mismos gustos en lugares y en la forma de divertirnos. Habíamos ido a patinar hace unos días y él se cayó varias veces aunque igual yo, me divertí tanto con él pero aun así Chase me hacía mucha falta, termine de preparar la lasaña cabe mencionar que Chase adora comerla.
Apague el horno, limpie mis manos y me quite el delantal que solía usar cuando cocinaba algo muy especial, escuche el timbre y camine rápido hasta la puerta para abrir, Jenni y Fabi venían acompañadas de los amigos de Chase.
—Hola que bueno que llegaron, Chase estará aquí en unas horas.
—Venimos a ayudarte en lo que te haga falta.—dijo Alex dándome un beso en la mejilla.
—Cuidado Alex recuerda que ya tiene dueño.—comento Jenni.
—No te pongas celosa.
—Quisieras que yo estuviera celosa.
—Se que lo estas.
—En lo que ustedes discuten traeré las bebidas.—dije mientras ponía mis ojos en blanco, esos dos peleaban como niños siempre que se veían.
—¿Quieres ayuda?
—Si, gracias Luke.
Entramos a la cocina y acomodamos algunos vasos en una bandeja.
—¿Sabes a qué hora va a llegar Chase?—pregunte llenando los vasos.
—No, Henry ira por el así que tal vez ya estén en camino aquí.
—Espero que no se tarde.
—No te preocupes él estará aquí.
—Si, pero tengo una sensación extraña.
—De seguro son los nervios de la boda.
—Si eso ha de ser.—le sonreí, aunque presentía que esto no tenía que ver con la boda.
Que llegue pronto y que nada malo le pase. Pensé.
(...)
Intente nuevamente llamar a Chase pero igual que las otras 8 veces, me mandaba directo al buzón de voz, ya habían pasado más de dos horas en las cuales no habíamos tenido noticias del ni de Henry. Dicen que las malas noticias llegan primero, pero me negaba a creer que algo malo había sucedido, de seguro su vuelo se retrasó, y se descargó su celular por eso no ha llamado para avisar que se demorara un poco.
La noche se hizo presente, intentaba mantenerme fuerte pero no sabía qué hacer, sentía un enorme hueco en mi pecho, que casi me impedía respirar, estaba en mi habitación sentada en el borde de la cama tratando de guardar la calma, "todo estará bien, tranquila", me repetía eso una y otra vez en mi mente tratando de convencerme a mí misma.
—Jade.—escuche la voz Fabiola entrando a mi cuarto.
—¿Ya llegó?.—me levante y camine hasta donde ella se encontraba manteniendo esa pequeña esperanza.
—No.—agacho la cabeza para evitar mi mirada.—Lo siento... creo que tal vez no llegue hoy.
—¿Por qué lo dices?—pregunté preocupada.
—Ven, debes ver algo.
Tomo mi mano guiándome a la sala donde todos se encontraban mirando atentamente el televisor, estaba en el canal de las noticias donde pasaban imágenes de un accidente automovilístico, reconocí ese auto inmediatamente. "No hubo sobrevivientes, un desafortunado final para las personas que iban dentro de estos vehículos".
—Lo siento mucho Jade.—Jenni coloco una mano en mi hombro, mi vista se nublo por las lágrimas que se acumularon en mis ojos.
—No eso... Eso ¡Es mentira! ¡No! ¡Chase no puede estar muerto!.—sentía las piernas pesadas, no podía mantenerme de pie y sin más termine hincada en el suelo, a llorar mis dos amigas me abrazaron, los chicos estaban en una especie shock y no reaccionaban, el único sonido en la sala era el de mis sollozos .
Todo pasó tan rápido, la noticia fue como si me hubieran golpeado, ¿Este era el presentimiento que tenía? ¿Por eso esta inquietud que tuve toda esta tarde? Chase se había convertido en mi apoyo, en mi fortaleza ¿Como voy a ser fuerte con esto? Siempre que necesitaba de él, estaba para mí al igual que yo para él, dependíamos tanto el uno del otro, lo necesito mi lado pero al parecer ya no está y ya no va a estar. Esto tenía que ser una terrible pesadilla de la cual quería despertar y encontrarlo al lado mío, sonriéndome como siempre en las mañanas cuando era el primero de los dos en despertar.
Ésa noche los chicos se quedaron conmigo, pero yo estaba inconsolable no paraba de llorar lo último que le pude decir fue que lo amaba, y lo amo, no pudo terminar así me negaba a creer que nuevamente estaba sola.
(...)
Cuatro días, cuatro días han pasado desde aquella noticia, y justamente hoy se supondría que sería más el día más feliz de mi vida, casándome con el hombre que amo pero el destino se empeñó en que no fuera así y en vez de eso estoy sola en mi cama lamentándome de que ya no podré volver a verlo.
—¿Podemos pasar?.—preguntó Fabi abriendo un poco la puerta de mi habitación.
—Claro chicas.—entraron y se sentaron una a cada lado de mí.
—Desearía que pudiéramos hacer algo para que te sintieras mejor.—dijo Jenni.
—Solo que puedan hacer que el regrese, no creo que sea posible.—se me empezó a quebrar la voz.
—¿Quieres un abrazo?—dijo Fabi.
—Por favor.—me abrazaron y volví a llorar no puedo creerlo me niego a creerlo.
—Nos duele verte así Jade, pero tienes que salir adelante.
—Lo intento Jenni pero no puedo él era mi vida y ahora se ha ido.
—Estoy segura de que a él le gustaría verte feliz. ¿No lo crees?
—Fabiola tiene razón Jade, no puedes encerrarte en tu dolor olvidándote del mundo, se fue pero tú aún sigues con vida.
—¿Los chicos no han ido por el cuerpo?—pregunte ignorando sus comentarios.
—No hay cuerpo, les dijeron que estaba cremado ya que estaba totalmente desecho.—respondió Fabi.
—Les agradezco mucho que estén aquí, pero por el momento quiero estar sola.
—Te entendemos Jade.—suspiro Jenni mientras me sonreía tratando de darme ánimos.
—Si necesitas alguna otra cosa puedes llamarnos.
—Gracias Fabi pero por el momento me gustaría descansar.
—Bien, estaremos en la sala.
—Okey, gracias chicas.
Tal vez pensaran que era un poco dura al alejarlas cuando ellas trataban de ayudarme, pero ¿Como querían que me sintiera? El amor de mi vida está muerto, quiero reponerme de este duro golpe, quiero volver a ser fuerte como lo era antes de conocerlo... pero él se había convertido en mi nueva fortaleza y se fue llevándose una parte de mi con él, lo amo y saber que ya no lo volveré a ver me duele mucho.
Recuerdo la primera vez que lo vi, tenía una sonrisa hermosa y esos ojos de color café claro que parecían brillar en la luz del sol y me hipnotizaban a cada rato, jamás me iba cansar de verlos, sus labios tan carnosos y su forma de besar era tan única me hacía sentir que estaba en las nubes. Y ahora saber que jamás lo volveré a besar, ni a mirar, Dios es tan doloroso, la vida me arranco una parte importante de mí ¿Que voy a hacer con todo lo que habíamos planeado para nuestro futuro? En un futuro donde íbamos a estar juntos... pero a mí me toca continuar y salir adelante, a Chase le hubiera gustado eso.
(...)
Los días pasaban y a pesar de la tristeza trataba de volver a mis rutinas que tenía pero no estaba siendo nada fácil, de repente el rostro de Chase venía a mi mente y eso me hacía estar distraída la mayor parte del tiempo.
Gael me había venido a visitar diciendo que me daba su apoyo, era un lindo gesto de su parte.
—Gracias por venir.—dije sentándome en el sofá y él se sentó en el sofá individual frente a mí.
—Sabes que no te dejaría sola en tus momentos difíciles.—le sonreí.—¿Cómo estás?
A pesar de estas dos semanas, seguía doliendo igual que el primer día.
—Mal.—suspire, acomode un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.—Lo extraño demasiado, y cuando estoy tratando de distraerme, la imagen de Chase vuelve a mi mente.
—No me gusta verte deprimida, no puedo comprender el dolor que sientes en estos momento pero poco a poco debes hacerte a la idea de que él ya no está aquí y desgraciadamente no volverá.
—Lo sé, pero mi corazón no quiere admitir lo que mi mente ya sabe.
—Debes dejar esos recuerdos atrás, para que te concentres en tu presente y sigas siendo la misma chica extrovertida de antes.
—Solo quisiera recordarlo una última vez.—apoye mi cabeza en el respaldo del sillón mirando al techo.
—Ya se ¿Por qué no me cuentas cómo se conocieron?.—me dedico una sonrisa cálida al mismo que alzaba las cejas repetidas veces haciendo que sonriera un poco.
—Es una larga historia.
—Tengo tiempo.—me guiñó el ojo.
—Pues ponte cómodo, que esto será entretenido.—le sonreí.
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