Capítulo 12
No tenía algún motivo coherente en si para no querer festejar mi cumpleaños, tal vez Fabiola tenía razón y me estaba entrando la menopausia aun así pedí que no hicieran algo en grande pero ¿Alguien escuchó?
Gael había hecho una fiesta en un salón demasiado grande, había personas las cuales no recordaba haber visto alguna vez pero nunca falta quien entre a una fiesta por conocer a alguien que si invitaron, claro que si fue una gran sorpresa ya que pensé que sería una reunión un poco más privada con mis amigos y los amigos de Gael, sentía que mi vestimenta no era tan adecuada pero igual no me sentía incómoda por el sencillo vestido blanco con detalles rojos y negros.
—Cariño, de verdad me encanto la fiesta pero creo que hay invitados demás.
—No tenía previsto que vendrían tantos, pero bien dicen que entre mejor. Además no podía dejar pasar tu cumpleaños, no todos los días cumples 24 años.
—Gracias, en serio eres tan dulce conmigo.—me incline para darle un pequeño beso en los labios.
—Dejen los besos, y cariños para cuando estén solos en la noche.—comento Fabiola sentándose a lado mío.
Gael soltó una pequeña risa por lo que había dicho, mientras yo sentía mi cara arder.—En un momento regreso amor.—beso rápidamente mi mejilla y se levantó de la silla.
—Está bien cariño.—por alguna razón Fabiola no dejaba de mirarme haciéndome sentir un poco incomoda.—Me da miedo que me mires así.
—Me alegra ver qué de nuevo eres feliz, es todo.
—¿Era tan depresiva antes?
—Un poco, habías perdido ese brillo que tenías todos los días y ahora nuevamente lo estoy mirando.
Me sonrío haciendo que le sonriera de vuelta.—Gracias por estar para mí.
—Para eso son las amigas.—la música que resonaba por todo el salón se detuvo de un momento a otro.
Fabiola y yo nos levantamos tratando de buscar cuál había sido el motivo y pude notar a Gael sobre el escenario con un micrófono en la mano.
—Disculpen, me permiten todos su atención.—varias miradas curiosas se posaron en él al decir eso.
—¿Qué está haciendo?.—Fabi se encogió sus hombros, tampoco entendía lo que estaba pasando.
Todos guardaban silencio, dejando que Gael siguiera hablando.—Como todos saben, hoy es el cumpleaños de una chica muy especial en mi vida.—sus ojos se posaron en los míos, me sonrío guiñando un ojo.—Jade, este año que pase a tu lado confirme que eres una gran mujer, la cual me hace feliz todos los días de mi vida.—Andre, un amigo de Chase se acercó a mi extendiéndome su mano para que la tomara llevándome rápidamente al lado de Gael.—Quiero aprovechar que todos están reunidos aquí con nosotros para hacerte una pregunta muy importante.—me ponían nerviosa que tantas miradas estuvieran sobre nosotros, mire como Gael se arrodillaba mientras sujetaba mi mano.—Jade ¿Quieres hacerme el honor de casarte conmigo?
Se escuchó el típico Aww por todo el lugar, me había tomado por sorpresa esto es decir amaba a Gael y nunca pensé que llegara a querer casarse.
Abrió la pequeña cajita de terciopelo roja, dejándome apreciar la pequeña joya.—Acepto, si quiero casarme contigo.
Los aplausos de los invitados no tardaron en oírse, Gael se levantó del suelo colocándome el hermoso anillo, sujetándome de la cintura me acercó para juntar nuestros labios.
La vida podrías ser muy buena, casi perfecta.
(•••)
—Estoy considerando que fue demasiado rápido.
—Temo que Jenni tiene razón, apenas llevan un año juntos y creo que no se conocen lo suficiente.
—Un año es mucho tiempo, lo amo y estamos listos.
—Nadie está listo realmente para alguna relación.—comentó Fabiola.
—Tienes razón Fabi, pero Jade debes de considerar todas tus opciones.
—¿Cuándo se casan?
—Decidimos que la boda será en 5 meses.
—5 meses para considerar tus opciones me parece bien.
——Basta Jenni, ahora lo que debemos hacer como amigas de Jade es apoyarla.
—Gracias Fabi, creó que eres la única que está feliz por mí.
—Me alegro por ti Jade, pero ¿Estás completamente segura de hacer esto?
—Si, estoy muy segura de la decisión que tome. Tuve dudas al principio pero amo a Gael de una manera que no puedo explicar y deseo más que nada su esposa.
—Bien, estaré para ti entonces.
—Gracias, de verdad que las necesito demasiado en estos momentos.—me acerqué a ellas para abrazarlas.
Me separé de ellas para levantarme de la cama y buscar en mi armario algunas cosas.—¿No vas a ir a trabajar?
—No, hoy no tengo muchos pendientes además mi boda ahora es mi prioridad.
Saque algunos catálogos y revistas que tenía guardados, sabía que esto requería demasiado trabajo ya que debía de calcular el tiempo. Así que tenía que plantearme bien lo que quería, para que estuviera en tiempo y forma.
—¿Se casarán por la iglesia o el civil?
—Será por el civil Fabi.
—Pensé que querías casarte por la iglesia primero.—reprochó Jenni.
—Gael y yo decidimos que la boda religiosa será después.
—Con Case iban a ser ambas el mismo día.
—Jenni.—suspire con frustración.—Con Chase tuve nueve meses para planearla, con menos tiempo solo será por el civil. Y por favor no quiero que vuelvan a mencionar nada sobre Chase ¿De acuerdo? Voy a casarme con Gael, soy muy feliz, y no quiero recordar el pasado en estos momentos.
—Lo siento Jade, tema olvidado.
No es mi intención ser grosera, o algo así pero de verdad he comenzado a superar lo de Chase, las pesadillas han desaparecido casi por completo y no me pone triste pensar en él.
Finalmente estoy volviendo a ser yo misma, a sonreír nuevamente y a disfrutar la vida.
(•••)
Terminaba de firmar algunos papeles para sacar otra carpeta la cual tenía que revisar, faltaban menos de dos meses para mi boda y trataba de adelantar el mayor trabajo posible.
—Señorita Brett.—escuché la voz de Sara por el comunicador.—Acaba de llegar el señor Vega y dice desea verla.
—¿Tiene cita?
—No, pero dice que es importante.
—Está bien, que pase.
No recordaba haber escuchado el nombre de ese hombre antes, pero supuse que conoció a Chase y tuvieron negocios juntos.
Entro él señor Vega portando un elegante y por lo visto costoso traje, podía suponer que tenía entre treinta y treinta y cinco años.
—Buenas tardes señorita Brett, gracias por recibirme.—estiró su mano y la estreche cortésmente.
—Un gustó conocerlo señor Vega ¿En qué puedo ayudarle?—tomó asiento frente a mí y yo apoyé mis manos entrelazadas sobre el escritorio.
—Tengo un asunto pendiente con él señor Anderson.
Lo mire un poco consternada.—Lamento informarle que él Anderson falleció hace más de dos años.
—Lo tengo presente, era dueño de esta empresa y por lo que tengo entendido ahora es usted legalmente la titular.
—Correcto ¿Pero a qué quiere llegar con eso?
—Hace aproximadamente cuatro años él señor Anderson me pidió un préstamo y no recibí el pago de este mismo.
—Disculpe, no tenía conocimiento alguno de ese dichoso préstamo.
—Él había firmado incluso un pagaré que como usted sabe, viene con intereses incluidos los cuales suben conforme se pasa la fecha del pago.
—Lo tengo muy claro, pero supongo que como Cha... él señor Anderson está muerto la deuda ya no sería válida.
—Yo puse alguna cláusulas en donde él se comprometía a pagarme a pesar de todo, e incluso hubo un contrato de por medio donde se especifica que si algo le llegaba a suceder su deuda la pagaría el siguiente dueño.
—Perdón.—contuve el aliente por un momento.—Conocí muy bien al señor Anderson y sé que jamás hubiera aceptado tales condiciones.
—Puedo comprobarle que firmó los documentos, y cómo comprenderá si no obtengo el pago total en tres meses, la empresa pasará a mi poder.
—¿Cuánto se le debe de pagar?
—Aquí le dejo una la copia de la hoja donde viene la cantidad del préstamo.—apoyo el maletín que traía sobre el escritorio.—Y también explica los intereses que se cobrarían en caso de atrasarse.—me hizo entrega de los papeles, mire aquella enorme cifra haciendo que me preocupada; eran demasiados números.—Esperó el pago en tres meses señorita Brett.
—¿Habrá manera de arreglar que abone cierta cantidad hasta llegar a la total o qué me dé más tiempo reteniendo los intereses?
—Señorita Brett, ya espere cuatro años por esa cantidad, requiero el pago total. Regresaré en tres meses por mi dinero o la empresa.
Se levantó recogiendo su maletín sin decir nada más para salir de mi oficina, suspire con frustración pasando una mano por mi cabello.
Revisé los libros de contabilidad para hacer cuentas, pero simplemente la cantidad a pagar era ridículamente grande y no tenía el dinero suficiente para pagarla.
—Chase ¿Qué fue lo que hiciste?.—susurré para mí misma.—Si no consigo un préstamo o algo, perderé la empresa.
Todo lo que Chase había luchado para conseguir que su empresa fuera exitosa y reconocida, la perdería en un abrir y cerrar de ojos por una enorme cifra de la cual no tenía idea para que la uso.
Chase nunca tuvo problemas de dinero o bueno no me lo comentó; aunque jamás me ocultó nada, aunque no podía perder tiempo en cuestionar la decisión que tomó.
Si no encontraba una solución pronto, la empresa simplemente la perdería para siempre.
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