VI
Los días pasaron, Mario dejo ir una semana completa al café. A Rodrigo no lo veía muy seguido, solo cuando llegaba a visitarme rápidamente a mi casa. Así paso un mes hasta que Marcó fue a la cafetería de nuevo.
- ¿Qué desea?- Pregunté.
- Un café, por favor.
- En un momento se lo traigo.
Al hacer el pedido la cocinera se sorprendió de volver a ver a Marco.
- ¿De nuevo está aquí?- Preguntó.
- Eso parece- Respondí.
- ¿Qué esperas? Coqueteale ¡Es tu oportunidad! Además Rodrigo ya no podrá verte- Dijo.
- Tienes razón, pero hoy no lo haré.
- Estás desaprovechado, aquí está tu café, cariño- Me entrego la taza.
Me dirigí a Marco sin mirarlo.
- Aquí está su café, que lo disfruté.
- Gracias señorita.
Y así fue la misma rutina por dos semanas, Marco llegaba ala cafetería y nos tratábamos como si nunca nos hubiéramos conocido.
- Aquí está su café- Dije.
- Eleonora, no podemos seguir así, como si no nos conociéramos, por favor, ven está tarde al parque, te estaré esperando ahí.
- Ahí estaré- Respondí y me retiré.
¿Para qué quería verme?
Al atardecer me dirigí al parque y ahí estaba él.
- Hola- Lo saludé y me senté junto a él.
- Eleonora, este tiempo que he estado sin ti me he dado cuenta de que te amo más lo que yo creía, el no tenerte junto a mí es un martirio.
- Marco, ya te dije la única cosa que puedes hacer para que estemos juntos es que te divorcies y te cases conmigo- Respondí seriamente.
- Por favor Eleonora, pídeme algo más.
- Es lo único que te pido ¿Qué será de mi cuando mis padres se enteren?- Pregunté- Seré la deshonra de la familia, me echarán de casa y no tendré donde ir, tú podrás seguir con tu vida pero yo no tan fácilmente porque la sociedad me señalará como una "fácil" como la amante de un hombre casado.
- Eso no va a pasar Eleonora...
- Esa es mi condición, que te divorcies y te cases conmigo, si no lo haces entonces no podremos estar juntos nunca...
Me retiré del parque y me fui a casa decepcionada.
Marco me quería, estaba enamorado de mi, pero no quería hacer algo para estar conmigo. Eso me entristecía porque ahora sí o sí tenía que casarme con Rodrigo y aunque yo lo amaba, lo que más me preocupaba es que no tenía dinero.
En la noche Rodrigo llegó a visitarme a casa, se notaba cansado por el trabajo.
- Ya ahorré un poco de dinero Eleonora, creo que tengo lo suficiente para invitarte a cenar junto con tus padres a un restaurante caro y hablarles de nuestro compromiso- Dijo.
- ¿En serio?- Pregunté.
- Sí, espero que la próxima semana podamos hacerlo, ya quiero casarme contigo.
- Yo también- Mentí- Pero ¿Sabes? No me gustaría que gastarás todos tus ahorros en una cena costosa, es mejor que hagamos algo sencillo y utilicemos ese dinero para los preparativos de la boda, como el vestido...- Sugerí.
- Tienes razón, princesa, entonces mejor mañana te traeré el dinero para que vayas a escoger tu vestido en cuanto hablemos con tus padres- Dijo con una sonrisa en el rostro.
- Me parece perfecto.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro