[3] Necesidad de poder...
Maratón 2/5
Los días para YeonJun se hacían cada vez más largos y más pedazos, solamente una semana llevaba recibiendo entrenamiento con El Arquero y sentía su cuerpo entumecido cada mañana que se levantaba, tenía morriones en el cuerpo, producto de las múltiples peleas cuerpo a cuerpo que había tenido con SooBin, en algunas había sido el vencedor ganándose un escueto: "Bien hecho" del peli azul que era el quien llevaba más peleas ganadas que perdidas con él.
Ya les habían autorizado ir sin el uniforme oficial, no había visto a sus otros tres compañeros en la semana pero si había podido comunicarse con ellos por medio de mensajes de texto.
Y todos le decían lo agotados y adoloridos que estaban confirmándole que no solo SooBin lo entrenaba a los golpes.
—Hoy aprenderás a usar un arco y una flecha —así inició la lección de ese día, SooBin vestía su mismo atuendo de siempre con las decoraciones en su cabello que parecían pegadas con pega de puertas porque no se caían por nada del mundo— También una ballesta y una espada.
— ¿Espada? ¿Ballesta? ¿Qué es esto? ¿Época medieval? —preguntó subiendo a la plataforma en donde se entrenaba a los intermedio, había subido un nivel en una semana y eso para él y para sus jefes, era bueno.
Por ahora no se había enfrentado a ningún elemento y lo agradecía porque todavía no se sentía listo para sentir el fuego quemarle las pestañas o alguna roca golpeándole en el estómago, incluso un chorro de agua estampándose en su cara sonaba horroroso.
—Te estás enfrentando con seres que existen desde mucho antes que ustedes, todos tenemos diferentes conocimientos de cómo manejar diferentes armas, las armas de fuego no son factibles en algunos casos. Debes saber luchar con lo que tengas en la mano, no siempre tienes que depender de un arma —dijo presionando un botón de la tablero de control que le extendió una mesa de una de la paredes con diferente armamento, los que había dicho incluidos.
YeonJun asintió y miró las armas en la mesa, señalando una pequeña catapulta.
— ¿Es enserio? Yo usaba esto cuando era niño para... —se quedó callado cuando se dio cuenta de lo que estaba a punto de decir.
— ¿Matar aves? —Preguntó el peli azul sosteniendo dos espaldas, le entregó una al oficial que suspiró— ¿Te las comías después?
— ¿Qué? ¡No! Solo porque mi padre me llevaba al bosque a hacerlo —subió sus hombros y se dirigió al centro del lugar.
—Entonces lo hacías por diversión y por hacerle caso a tu padre —dijo presionando otro botón que hacía que los barrotes de siempre aparecieran— Haría un poco de fiebre día si los hubieses cazado para comer.
— ¿Por qué?
—Porque lo haces para sobrevivir y alimentarte, es algo compresible si lo haces por eso, pero si lo haces por simple diversión u ocio, eres un monstruo —explicó posicionándose a su lado.
YeonJun no pudo objetar nada pues el peli azul ya estaba explicándole como sostener el arma y como posicionarse, como protegerse de algún ataque, etcétera.
El hierro de la espada pesaba mucho, los músculos de su brazo se tensaban cada que debía mover la espada por los aires, estaban dando un movimiento sencillo, SooBin solo movía la espada de un lado a otro diciéndole que tenía que hacer, aconsejándolo en algunas cosas y regañándolo en otras.
Una hora pasó y YeonJun fue quien pidió un descanso de la espada, no aguantaba la pesadez que sentía en su brazo.
Así que, compadeciéndose, SooBin le entregó la ballesta explicándole su función, como se recargaba y demás.
Cuando los dichosos círculos blancos con un punto rojo a su alrededor y el piso en donde estaba empezó a alzarse, mucho menos de un metro, tal vez treinta centímetros soltó un grito.
No se lo había esperado, después de todo. Contuvo otro grito cuando la base en donde estaba empezó a tambalearse, haciéndolo abrir más sus piernas para más estabilidad.
—Okey, nenita, tienes que trabajar en tu puntería —dijo SooBin en una esquina— Así que, si das en todos los círculos rojos, en el centro, puedes ir a darte una ducha y comer, si no, te quedas dos horas más aquí, ¿entendido? —YeonJun asintió intentando ignorar el apodo de "Nenita"
SooBin siempre le tenía un apodo diferente por día.
Le había dicho "Nenita" "Niñita" "Florecita" "Humano débil" "Llorón" (esto fue cuando sin querer se dobló un dedo en una pelea y lloró por el dolor) "Miedoso" y "Bobalicón"
Cada día era uno nuevo, parecía una máquina de apodos.
Pero YeonJun se esforzaba en ignorarlo.
Lanzó la primera flecha y se tambaleó gracias a la plataforma, más sonrió porque dio justo en el blanco. SooBin lo observaba y observaba las flechas, asintiendo que cada una daba en el blanco, lo estaba haciendo excelente.
O eso fue hasta que escuchó un rugido a sus espaldas.
Dio un salto en su lugar y volteó, encontrándose con un imponente león, solo, sin cadena, ¡sin nada! El león bostezó mostrando la hilera de dientes que tenía, un escalofrío recorrió su espalda.
—Ven, precioso —llamó SooBin chasqueando sus dedos, el león subió a la plataforma haciendo que YeonJun cayera de bruces al suelo, haciéndose bolita cuando el león pasó a su lado para ir con el peli azul que lo acarició y le sonrió al felino sin ningún temor— Tu, levántate, te quedas dos horas más.
— ¡M-me asusté mucho! —se excusó levantándose para sobar su espalda, subió la mirada y observó la flecha que había disparado, en la esquina de uno de los círculos muy lejos del centro.
Bufó, hastiado.
— ¿Te pregunté? Te quedas dos horas más, ya lo dije, no quiero excusas —dijo siguiendo acariciando al felino que volteó su mirada cuando un silbido se escuchó a lo lejos— Ve, eres muy desobediente —le dijo al león que solo rugió levemente antes de bajar de ahí y desaparecer por un pasillo. SooBin presionó un botón soltando un suspiro.
Ahora venía el arco y la flecha.
—Levántate —ordenó tomándolo de un brazo para ayudarlo. YeonJun limpió su ropa y tomó el arco y la flecha que le extendían, eran de madera.
— ¿Por sur mi arco es de madera y el tuyo de eso? —preguntó sin saber bien cuál era el material del arco del peli azul, el cual estaba en manos del mismo para enseñarle a disparar.
—Porque eres principiante, este es de hierro, pesa más y cuesta mucho más manejarlo —explicó empezando a darle la siguiente lección a YeonJun, como pararse, como prepararse y como disparar.
—Sube el brazo —indicó empujando el brazo que sostenía el arco hacia arriba, SooBin lo analizó un momento y acomodó su mano— ¿Eres un espagueti acaso? Aprieta el abdomen —indicó dando un manotazo en el abdomen del oficial que jadeó, lo había tomado desprevenido y le había sacado levemente el aire— Dije que apretaras no que dejaras de respirar —le dijo volviendo a dar otro manotazo.
YeonJun frunció el ceño y obedeció apretando su abdomen sin dejar de respirar, sintió la mano del peli azul tantear seguido de un chasquido.
—Aunque sea lo intentas —dijo volviendo a caminar a su alrededor— Te dije que subieras el brazo —le regañó golpeando su brazo para que lo subiera— ¿Y el codo? ¡Mantenlo arriba! —y le dio un manotazo en el codo para que lo subiera.
— ¡Ya estoy harto! —Dijo, quitándose de su posición para encarar al peli azul que frunció el ceño— ¡No necesitas golpearme para que obedezca! ¡Es completamente innecesario!
—Tu no me dirás como impartir mis lecciones —contestó arqueando una ceja— Si no te gusta y no aguantas nada te puedes ir, no tengo ningún problema, estaría feliz incluso.
— ¿¡Por qué me odias!? ¡Ya no aguanto que siempre me tengas un apodo y te burles de mí! ¡Siempre creyéndote superior y mejor que yo! ¡Entiende que yo no te he hecho nada para merecer ese odio que parece que me tienes! —gritó ya exasperado.
SooBin rodó los ojos y se dio la vuelta.
—Cuando se pase tu tonto berrinche me llamas o mejor te vas porque no aguantas nada, eres una nenita —dijo empezando a caminar fuera de la plataforma.
YeonJun frunció aún más su ceño. Ahí estaba ese estúpido apoyo con esa actitud de superioridad y sabelotodo de Choi SooBin, ese arquero que se había vuelto importante en la ciudad.
Molesto porque lo dejaran solo en esa plataforma con el apodo de berrinchudo y nenita tomó el arco y apuntó a la espalda del peli azul que se estaba alejando.
Sin pensar, siendo guiado por la molestia del momento lanzó la flecha que hubiese atravesado o aunque sea encajado en la espalda de SooBin si no fuese por una extraña barrera que se formó en la zona que se vería afectada e hiciera que la flecha cayera al suelo en un pequeño sonido que resonó en sus oídos haciendo que su cerebro reaccionara al fin.
SooBin volteó a verlo con una mirada intimidante, tomó su arco y una flecha y apuntó hacia él mientras se le acercaba.
— ¿Quieres saber que odio de los humanos? Está bien —lanzó la flecha encajándolas cerca de uno de los pies de YeonJun que retrocedió, temeroso.
No sabía qué hacer, se sentía tan intimidado.
—Son muchas cosas que odio de ustedes pero en este caso, odio que siempre tengan esa insaciable necesidad de poder —tomó otra fecha y le encajó arriba de su hombro, había empezado a trazar su silueta con las flechas que estaban hechas de un material que se pegaba a la pared metálica como un imán— Siempre quieren saberlo todo, no se confirma con nada, siempre quieren apoderarse de todo, quieren tener el control de todo, de la ciudad, de los animales, de la naturaleza, de todo que sea desconocido, quieren tomarlo, apoderarse de él y ganar el asqueroso dinero que ha estado empezando a mover el día a día —YeonJun no se movía, miraba al peli azul frente a él, dando un respingo cada que una flecha se estampaba cerca de su cuello— ¿Quieres que te dé un ejemplo? Tú y tus compañeros son uno. Son unos oficiales de policía, se supone que atienden a personas, a los de su raza, pero resulta y acontece que cuando los Seres Elementales empezaron sus ataques los enviaron para que le enseñáramos todo lo que sabemos, ¿por qué simplemente no lo dejaron en nuestras manos? Porque necesitan saber y apoderarse de todo, porque si no, no son felices —una flecha se encajó arriba de su cabeza, apretó los ojos al sentir algunos mechones de su cabello negruzco volar por la velocidad de la flecha— No dejan nada en paz, no respetan nada, todos ustedes, todos los humanos son seres egoístas, egocéntricos, no les importa nada más que el dinero, no les importa cuánto daño hagan con tal de tener dinero —YeonJun tragó grueso cuando la punta de la últimos flecha del peli azul de apoyó en su pecho— Yo no quiero a ninguno de ustedes aquí, no quiero entrenar a nadie, no quiero compartir mis conocimientos con ningún humano. Nosotros nos encargamos de los Seres Elementales y ustedes de los humanos, como ha sido desde hace años, a mí no me importa cómo te sientas cuando te grito o cuando te golpeo porque a tu raza no le importó cuantos gritos lancé ni cuantas súplicas ni lágrimas boté, ustedes no respetaron a mi raza así que yo no tengo porqué respetar a la tuya —el oficial tragó grueso, bajó la mirada para ver la flecha apoyándose en su pecho, SooBin le hablaba en un tono bajo, entre dientes, denotando el odio, el resentimiento y el dolor en sus palabras.
No se dio cuenta, pero había varias personas viéndolos, atentos a los movimientos de SooBin, pudo reconocer a Min YoonGi y Kang TaeHyun, dos de sus compañeros, solo faltaba JungHong.
Volteó de nuevo al peli azul y lo enfrentó con la mirada.
—No todos los humanos somos iguales —dijo en un murmullo sintiendo la flecha apoyarse con un poco más de fuerza, sentía el pinchazo en su pecho estaba a nada de sacarle sangre.
— ¡Es suficiente! —el grito de una mujer hizo que SooBin dejara de presionar la flecha y se separara de él. Momo, la segunda dueña del lugar, venía subiendo la plataforma mientras resonaba sus tacones y su cabello azulado se movía de lado a lado— Si no me explicas en tres segundos que pasó te juro por los Dioses que tu castigo será el más severo que hay —SooBin se colocó derecho y miró a la mujer con seriedad.
—Señorita Momo, mi aprendiz pasó por un... Arranque de ira y me atacó por la espalda, solamente le respondí al ataque —explicó. No era mentira, YeonJun había iniciado todo.
Momo le indicó a SooBin que se fuera con un gesto molesto, YeonJun lo miró irse con una mueca en su cara.
—SooBin puede llegar a ser muy agresivo con los humanos así que por eso tienes la oportunidad de cambiar de entrenador —le dijo Momo pareciendo muy acostumbrada a decir algo sobre SooBin y la agresividad con humanos.
Era una oferta muy buena, a decir verdad, podría librarse de la tensión del ambiente y de algún tipo de odio incrementado del peli azul por lo sucedido ese día pero no, solamente le dijo a la mujer que solo había sido un pequeño mal entendido.
Él se quedaría con el hada agresiva y le demostraría que no todos los humanos eran iguales.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro