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[28] Primera Guerra

YeonJun jadeó de puro cansancio al llegar a la habitación que le tocaba usar, la de SooBin. El arquero entró tras él con el ceño fruncido.

—¿Cuál es tu rivalidad con Sana? —preguntó al fin, tenía esa pregunta en la punta de su lengua desde que se había dado aquel espectáculo entre JeongYeong, Sana, SooBin, y Momo.

—No tengo una rivalidad con ella —negó con el ceño fruncido pensando mejor las cosas— La odio, porque es una egoísta, egocéntrica, prepotente y una imbécil princesa que prefiere poner el pellejo de los demás en lugar de enfrentar su responsabilidad —dijo con los brazos cruzados, YeonJun ladeó su cabeza.

—Tiene que haber algo más si no la han hechado, aún más por lo que dijo Momo —recalcó. SooBin lo sabía, tenía que haber algo tras esa inmensa preocupación de Momo hacia Sana de un día para otro.

Cuando Sana llegó Momo apenas y mostró interés por ella, ¿por qué ahora la protegía?

Sobre mi cadáver. Había dicho apenas mencionó que la expulsaría de ahí.

¿Que tanta importancia tenía Sana?

—No voy a dar pelea por ella —le dijo a YeonJun, tomando asiento en la otra punta de la cama, gesto que no fue pasado por el otro.

—Momo pidió que te preparas —recordó mirando su perfil.

—Y es lo que menos voy a hacer, no voy a defender a alguien que no conozco, arriesgando la vida por una irresponsable que no sabe dar la cara —contestó frunciendo el ceño de nuevo.

YeonJun se encontró pensando en que SooBin molesto podía dar miedo y ternura.

—Eres un guerrero, uno de los mejores de aquí y tú deber es seguir las normas y lo que manden las jefas, ¿no? —dijo YeonJun con la ceja arqueada, SooBin simplemente no podía negarse así como así— Eres como un policía, debes cumplir tu deber y punto, eres solo un empleado, no un líder ni de alto rango para decidir luchar o no —SooBin chasqueó la lengua.

En cierta parte es verdad, no podía negarse de esa forma, él debía lealtad, no podía simplemente quedarse tirado porque quería.

Debía cumplir, quiera o no, simplemente no quería aceptar que debía luchar, poner en riesgo su vida por Sana.

Patético.

Se levantó apenas escuchó unos pasos apresurados afuera, su puerta fue tocada con desespero, abrió y jaló por el cabello a quien estaba ahí, arrojándolo dentro de la habitación de inmediato, YeonJun dió un salto en su lugar al ver tan rápido gesto, SooBin cerró la puerta con calma, tomó una flecha de su saco especial aún en su espalda y apuntó a quien estaba en el suelo quejándose.

—¿Cómo saliste de ahí? —preguntó calmado pero con el ceño fruncido. BeomGyu carcajeó levantándose del suelo.

—Es lo menos que quieres saber ahora, pequeña hoja —dijo con una sonrisa.








[...]

























BeomGyu estaba en la celda, aburrido, jugando con sus dedos, con el arete que tanto SooBin había amado y añorado ver desde hace mucho.

Miró a los guardias, dos, a cada lado. Hace segundos el sistema se había desactivado, y BeomGyu sabía muy bien que significaba eso.

La madrugada anterior, había despertado agitado, sudado y con náuseas.

Clara señal de haber soñado con el futuro, la costumbre aún no se creaba en él lo que le hizo tardar un poco en unir piezas mientras se calmaba.

Guerra, Japoneses, bajo tierra, muerte, Aire.

Recordaba bien las palabras de una mujer, quien le daba las premoniciones, en su mente estaban claras las imágenes y sabía muy bien lo que iba a pasar.

Tenía demasiado claro que sí se quedaba allí iba a morir a manos de Takeo o de cualquier guerrero, por eso, a la mañana siguiente, se levantó, fingiendo aburrimiento, pasó sus manos por las rejas, mirando a los guardias que voltearon a él, mirando con seriedad su sonrisa resplandeciente.

—Bien, caballeros, es hora de la batalla y no creo que quieran estar aquí —dijo señalando el entorno. Los dos guardias rodaron los ojos, sin darle la espalda— Oh vamos, ¿no me creen? Es verdad —asintió una y otra vez, rió sujetando los barrotes— Me lo dicen las voces —y carcajeó, los guardias simplemente lo miraron con seriedad, otro prisionero loco, no había nada nuevo.

BeomGyu les sonrió una última vez, agachándose a amarrar una de sus agujetas bajo las dos miradas, no esperó más y se levantó, sorpresivamente jugando con algo parecido a una daga, hecho con piedra. Los guardias atentos sacaron sus armas, una espada y otro una pistola, más convencional.

El ser de tierra siguió con su sonrisa, tocó la pared de ella y varias lianas empezaron a surgir, un disparo rozó su muñeca, siseó.

Con toda la fuerza posible arrojó su arma improvisada al pecho del guardia con la pistola, este esquivando con facilidad y disparando en su contra, BeomGyu como pudo lo esquivó, sin despegar su mano de la pared que se agrietaba más y más, abultandose.

Soltó un gruñido cuando su costado se vio afectado por el impacto de una bala, esquivó tanto como pudo, las lianas haciendo su trabajo, empezaron a cerrar la celda, con eso, la vista de los guardias, que, actuando más rápido empezaron a atacar a las ramificaciones verdes, cansados de que cada que una era cortada crecía de inmediato, uno de ellos presionó el botón de apertura.

El momento indicado.

BeomGyu salió corriendo de una de las esquinas, pateando la cara de uno de los hombres, evitando con un salto el impacto de la espada en su muslo.

—¡Mierda, solo vayan a decir que los japoneses atacan! —avisó aún peleando con los hombres que no le prestaban atención a esa información que era importante.

BeomGyu pateó el abdomen de uno, saltó por su espalda y noqueó al otro con un golpe en su nariz, justo en el medio.

Sin perder tiempo empezó a correr en busca de las habitaciones, subió las escaleras de a dos escalones tratando de recordar el número de habitación de SooBin.

Tenía que buscar al arquero, confiaba en que lo iba a escoltar y proteger.

O por lo menos en un plazo de diez minutos.














[...]

















—¿Pequeña hojita? ¿De dónde sacaste eso? —preguntó SooBin con el ceño fruncido. BeomGyu suspiró, sujetando la parte en dónde estaba la herida de bala, le estaba costando sanar rápido.

—Lo sabrás después, ahora solamente debes llevarme con las líderes, escoltame, en serio no sé que tienen contra mi, fue un milagro que no hayan intentado matarme en el camino —dijo mirando al policía sentado aún en la cama, observando todo sin entender— Hey, Choi —saludó.

—¿Cómo sabes mi nombre? —preguntó con una ceja arqueada.

—Sé muchas cosas —dijo haciendo un dos con sus dedos, con una sonrisita. SooBin bufó moviendo su bota de arriba a abajo— Los japones atacan, entraron a la empresa, en menos de diez minutos estarán acá —dijo volviendo a SooBin que frunció aún más su ceño.

No iba a permitir que nadie muriera.

¿Querían a Sana? A Sana tendrían.

—Escondete en el baño, en las gavetas hay armas por si alguien entra, no salgas a menos que yo te llame —indicó jalando a YeonJun al baño, el oficial se quejó en voz alta, pero simplemente SooBin le estampó la puerta en la cara.

Genial.

—Vamos —dijo tomando sus armas, lo suficiente con su arco y flechas, las dagas en sus botas de respuesto y una espada.

BeomGyu fue delante de él, caminando con rapidez.

Su vida estaba en juego, una vez más.

Ya no estaba del lado de los japoneses, ahora debía colaborar con la APRSE y eso Takeo lo consideraba traición y la traición se pagaba con muerte.

—No se te ocurra entregar a Sana —dijo en medio del silencio, iban subiendo las escaleras. SooBin lo observó.

—No me digas que hacer —contestó de vuelta, BeomGyu suspiró.

—Puedes alterar todo, hasta tú propio destino —dijo suspirando, ya iban a llegar.

SooBin se quedó callado los últimos dos pisos, tocó la puerta, de inmediato Nayeon abrió la puerta, con su mismo uniforme, observó a BeomGyu con seriedad.

—Necesito ayuda, de ustedes —dijo BeomGyu entrando a la oficina, SooBin lo siguió por detrás, sin poder fingir su sorpresa cuando vio a Sana ahí, sentada mirando sus manos.

—¿En qué? —preguntó Momo cruzada de brazos, sentada en el escritorio.

—Los japoneses lograron entrar aquí, y me están buscando por desertor, yo simplemente soy un hada guía y no merezco morir por ayudar —dijo dirigiéndose a Momo, avanzó a la mujer, SooBin solamente estaba analizando todo— Solo pido protección el tiempo que dure la batalla, luego me iré.

—¿Irte? ¿Siendo un desertor, un criminal? —preguntó Momo con una pequeña sonrisa incrédula.

—No seré el primero ni el último de, por lo menos, esta agencia —contestó apacible. Momo ladeó su cabeza.

Sana se levantó del sillón, con el ceño fruncido, tomó a BeomGyu de los hombros.

—¿Tu trajiste a mi padre aquí? —pregungó furiosa.

—En efecto, su alteza —contestó quitando con manotazos las manos de la pelirroja que molesta, soltó un grito. SooBin rodó los ojos.

—¡No debías hacerlo! ¡No sabes todo lo que pasará cuando él me atrape! —gritó desesperada. Nayeon tomó su cabeza en sus manos apenas Momo colocó una mano en el hombro de la pelirroja— ¡Eres un inepto, no te metas en lo que no te incumbe, maldita sea! —BeomGyu la observó con una ceja arqueada, se inclinó un poco.

—Y usted no se meta en países que no son suyos, alteza —dijo volviendo su mirada a Momo que lo observó con el ceño fruncido— ¿Me van a proteger si o no? —preguntó cruzando los brazos.

Nayeon dió un sí en voz alta, SooBin simplemente calculó las posibilidades de llevarse a Sana de ahí, pero eran nulas, no sabía si Nayeon también la defendería pero darle pelea a Momo en ese momento no era lo que buscaba.

No cuando los japoneses habían entrado.

—-Hay que informar, bajen a los demás pisos —ordenó Momo mirando a SooBin y luego a Nayeon— Tú, te quedas acá con ella, voy a bajar —le indicó a BeomGyu que ya se estaba poniendo cómodo en la silla de los escritorios.

SooBin soltó una carcajada llamando la atención de todos, solamente le dió una mirada a BeomGyu y partió escaleras abajo, para dar una información que ya no necesitaban.

Habían perdido demasiado tiempo, ya los japoneses estaban haciendo de las suyas en los pisos de abajo.

BeomGyu miró la puerta cerrarse, le sonrió a Sana que simplemente lo observó con un odio que a él no le importaba.

—Si no fueses tan estúpida esto no estaría pasando —habló dando vueltas en la silla. Sana lo observó con la ceja arqueada.

—No digas estupideces —espetó.

—¿Ahora hablas sola? —se burló posando los pies en la mesa, sus botas blancas luciendo— Si fueses un poco más inteligente hubieses tomado el mando de Japón y eliminarías de raíz todo lo que cultivó tu padre, y los reinados anteriores, y cortarías aquello de los reinados en Japón pero no, preferiste crear una guerra —dijo. Él sabía muy bien lo que decía, necesitaba acabar con eso, Sana debía ir a la batalla y que pasara lo que tenía que pasar, él seguía su instinto y premoniciones y ninguna de las dos les habían fallado en esos años.

—Jamás me iban a dar el mando —habló Sana apretando sus manos, BeomGyu sonrió, estaba logrando lo que quería.

—¿Por qué? ¿Por qué no usas las neuronas? Lo creo, ¿Por qué dependías de tu sirvienta? También lo creo, ¡oh, esta está mejor! Tal vez porque no sirves ni para enfrentar una pelea que tú misma formaste —aplaudió mientras carcajeaba.

Sana se levantó furiosa, sus orejas rojas y su ceño fruncido hasta más no poder.

—¡Claro que puedo! —dijo mirando las armas que tenían las líderes ahí, entre ellas dos pistolas, las tomó. BeomGyu alzó las cejas.

—Entonces ve y demuestra que una de tus neuronas sirve —dijo también levantándose para tomar la ballesta, estaba cargada, y encontró rápidamente el bolso con las municiones, el cual se instaló en la espalda.

Volteó y encontró a la pelirroja dejando las armas a un lado, tomando una espada, le dió una mirada furiosa y salió de ahí, dando un portazo.

BeomGyu sonrió, lo había conseguido en el menor tiempo, ahora tenía más para él.

Debía escapar de ahí, porque sabía que ni SooBin estaría al tanto de él.

Miró el acero que cubría la ventana y lo alzó con sus manos, soltó un jadeo por el esfuerzo y miró hacia abajo, calculó si su cuerpo cabía por la rendija que había abierto y salió de ahí, sujetándose momentáneamente del marco de la ventana.

De nuevo, iba a escapar.

Y de nuevo, dejaría una guerra empezada.

























Holaaaaa!

Tardaré en subir los siguientes Capítulos pues quiero que todo salga bien u.u

Por cierto, sé que hay errores y Wattpad me sube los diálogos con guión corto, todo esto será corregido cuando el fic sea finalizado.

Nos vemoooos

The_Dark_Diamond

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