El cuarteto seguía su corto viaje hasta las tierras "desconocidas" del reino de fuego. Mike le daba una ojeada al mapa mientras caminaba, Aran se aseguraba de que su acompañante no cayera, y le daba unas pequeñas caricias en sus mejillas o espalda, Elizabeth yacía al frente protegiendo el frente, evitando que se encontrarán abruptamente con alguna bestia, y a su lado Joash la ayudaba con su tarea. Cuatro personas cuidándose entre sí era mejor que solo dos cuidando a otros dos, pero los tortolos no parecían entenderlo.

—Bien, ya llegamos.—señaló Joash viendo un denso bosque delante de él.—Nunca he atravesado este bosque, debemos estar atentos.—añadió serio y tomó su arco y flecha.

—Claro.—dijo a secas la chica y moldeo una lanza con algo de metal del suelo.—¡Ustedes dos, atentos!.—les gritó a los amantes.

Tanto Mike como Aran se sorprendieron ante el grito, vieron al frente notando el espeso bosque y a sus compañeros armados, así que habían llegado.

—Lo-lo siento.—dijo algo apenado Mike.

Aran solo agachó su cabeza con un pequeño sonrojo y luego hizo lo mismo que Elizabeth, creo su propia lanza para defenderse y a sus amigos.
Ya todos estaban listos, el cuarteto se dispuso a adentrarse al bosque esperando cualquier peligro que podría acechar en el sitio.

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Las hojas naranja caían como si de un atardecer en otoño se tratase, el aire cálido llenaba el bosque, y tras cada paso el cuarteto se relajaba un poco más; no habían visto nada que diambulara por los alrededores. Mientas su andar seguía pudieron oír con claridad como algo se movía delante de ellos y rompía las hojas secas, por precaución se escondieron detrás de un árbol y pudieron ver a una bestia... Unas grandes llamas dibujaban a un ciervo, desde su cola hasta su cornamenta estaba hecha de llamas amarillentas, cerca del mismo también se acercaron dos "ardillas", ambas al igual que el ciervo hechas de llamas amarillentas; espíritus de fuego, en esta zona tan apartada reposaban los espíritus de fuego.

Mike veía con admiración a las hermosas criaturas de llamas, mientras que Aran veía con una sonrisa a Mike, los híbridos solo le dieron una pequeña mirada a las criaturas y luego vieron al frente... Podían ver como algo se alzaba más allá del bosque, ¿Qué podría ser?. Muy pronto lo sabrían, solo debían seguir con su andar.

—Rodeen lo, no llamen su atención.—señaló Joash y dirigió el camino.

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Después de unos pocos minutos de caminata el grupo llegó a aquella estructura que se alzaba después del bosque... ¡Una mansión!. El cuarteto veía con sorpresa la estructura delante de ellos, era una mansión bastante grande de dos pisos, con unos pilares hermosos que sostenían la estructura, más que una mansión o casa, parecía un pequeño museo. La zona que creían abandonada estaba decorada con esta gran estructura, era sorprendete todo lo que habían hechos los "orgullosos" de fuego.

—Este sitio.—comento Aran.

—Parece abandonado.—soltó Joash con calma.

—Esa estúpida abandonando un sitio, el orgullo no la fuera dejado.—comento Elizabeth.

—Ve-veamos que hay adentro, ¿S-si?.—ofreció un temeroso Mike.

El resto solo asintió con su cabeza en señal de aprobación, ¿Qué era lo peor que podría pasar?. Con pasos lentos Aran y Elizabeth se adentraron con sus armas al frente, mientras que Joash apuntaba su arma desde la lejanía; sin cuidado ambos chicos irrumpieron en la casa listos para atravesar a quien fuera con sus lanzas, pero grata fue su sorpresa al ver que la entraba estaba sola... Y se veía totalmente abandonada, polvo, piso agrietado, algo de maleza dentro de la casa se filtraba por el piso, era un sitio totalmente abandonado; con una señal Elizabeth le señalo a Joash y Mike que era seguro entrar, ambos entraron con pasos precavidos y vieron la abandonada casa, no era el sitio más hermoso, pero si estaba solo podían vivir aquí.

—Deberíamos revisar las habitaciones.—indicó Aran.

—Bien, cada quien por un lado.—añadio Elizabeth.—Estaremos bien, no hay nadie.

Con pasos lentos cada uno se dirigió a distintos sitios, Aran y Elizabeth revisarían la plata baja mientras que Joash y Mike el segundo piso. Solo habían pasado unos pocos minutos, cuando un gritó de Mike saco a todos de su reciente shock; con rapidez se dirigieron hasta donde estaba el antiguo, en shock, delante de una especie de vitrina al final del corto pasillo lleno de puertas. Cuando estuvieron a punto de hablar pudieron ver que provocó el gritó, en la vitrina descansaba un cráneo en descomposición, expuesto como si fuera lo más normal del mundo... Un cráneo humano.

—¿Qué demonios es esto?.—gritó una asqueada Elizabeth.

—E-es un cráneo.—respondió Aran contenido el vomitó.

—Es un trofeo.—aclaro Joash viendo el cráneo.

Todas las miradas viajaron al híbrido, querían una explicación razonable de tal atrocidad que acababa de decir.

—El temido de reino fuego, los más sanguinarios durante el Gran Cisma, ¿No es obvio qué se llevarían algún recuerdo?.—soltó como si fuese obvio.

—¿M-me estas diciendo qué es un cra-cráneo de algún e-elemental de hace años?.—gritó un perturbado Aran.

—Si, justamente eso te estoy diciendo.—soltó tranquilo Joash.—Me sorprendería no ver esto aquí.—añadió.

—¡Pe-pero esto es inaudito!.—gritó Elizabeth asqueada.

—Yo vi unas armaduras por mi camino.—soltó Joash restándole importancia al cráneo.—Este sitio fue un museo de trofeos... Ahora es una casa de trofeos.

—¿Por qué estás tan tranquilo?.—le replicó Aran al híbrido.

En ese momento una charla entre Elizabeth, Aran y Joash empezó; ambos chicos se quejaban de la actitud del híbrido ante esta situación, y el híbrido solo le restaba importancia... Era realmente raro.
Mientras el trío discutía Mike le quitó el cristal a la vitrina para poder tocar el cráneo... Quería saber que le pasó a ese elemental, la curiosidad le podía, y antes de que lo notará ya estaba tocando el cráneo. De nuevo otro gritó de Mike llamo la atención de todos, pero esta vez no estaba en completo shock; el antigua tocaba el cráneo con ambas manos mientras que veía al techo, sus ojos brillaban en su totalidad de un tono amarillento fuerte; otro gritó salió de su boca, pero esta vez su voz sonó más gruesa y profunda, era un gritó de terror y sufrimiento.

—¡Mal-malditos elementales!.—grito Mike... Pero la voz que salía de sus adentros no era suya.

—¿Mi-Mike?.—le llamo Aran preocupado.

—¡Tu maldito elemental, tu gente comenzó esto, deben morir!.—grito esa voz ajena a Mike.

El príncipe retrocedió algo lastimado por las recientes palabras... ¿Qué le estaba diciendo su dulce Mike?. Elizabeth pudo notar el cambio, ese no era Mike, era esa cosa, con rapidez se dirigió a separar las manos de Mike de aquel cráneo, pero antes de que lo tocará una gran corriente de viento le arrancó el cráneo de las manos al antiguo y lo llevo hasta las manos del híbrido. Mike cayó al piso mientras respiraba con dificultad, se veía asustado y lastimado, por su parte Aran se dirigió con lentitud a él y buscó refugio en sus brazos, el antiguo abrazo con cierto temor al príncipe; la chica solo vio al híbrido algo confundida mientras el mismo veía el cráneo.

—Los antiguos pueden ver recuerdos de alguien solo con tocar algo que les perteneció, ¿No?.—pregunto Joash algo interesado.

—Así es, pero eso no importa ahora.—le replicó Aran algo lastimado.

—Dicen que cuando un antiguo toca a otro alguno de los dos se puede poseer.—solto con interés Joash.—Eso quiere decir... Que este cráneo perteneció a otro antiguo.—añadió con una sonrisa torcida.

—¿Qu-qué?.—soltó confundido Aran.

—Mike, ¿Qué viste?.—soltó con rapidez la chica.

Mike solo subió un poco la vista para ver a su hermana, luego vio a Aran quien lo seguía abrazando algo preocupado, y por último a Joash, quien aún sostenía el cráneo.

—E-era... Era un antiguo... Y lo asesino un elemental.—les respondió con preocupación Mike.

Continuará...

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Esperó les haya gustado, estrellita y compartir ayuda.