18| Llegan más Problemas
Ya no lo soporto, no puedo seguir así. Desearía estar muerta, sería mucho mejor estar muerta que ser este monstruo... Mis ojos, mi cabello, ¿Qué se supone que soy ahora?. ¿Soy una abominación?. Nunca había llorado tanto, no recuerdo haber llorado tanto... No recuerdo la voz de mi madre, no recuerdo su nombre, estoy olvidando todo. No quiero olvidarlo, no puedo olvidarlo, ¿Por qué no muero?, Sería mejor morir. ¿Por qué simplemente no me asesinan?.
—¿I-Iza?.—me llamo mi desconocido compañero... Mi único apoyo.
—A-aquí estoy.—le respondí suprimiendo todos mis llantos.
—Es-estas muy triste ¿No es así?.—me pregunto con un tono algo vacío.
—No.—le dije como mentira con todas mis fuerzas... Solo quería llorar en ese mismo instante.
—No mientas... Se que estás triste, lo se.—me dijo con un tono algo roto.—Por favor Iza... Soporta esto, n-no me dejes solo, po-por favor.—me rogó Mike mientras oía sus sollozos.
Es cierto, yo no puedo morir, aún no... Yo no estoy sola en esto, debo ayudar a Mike, no puedo dejarlo solo, debemos salir de aquí.
—No te abandonaré. Lo prometo.—le dije decidida mientras la tristeza me abandonaba.
—Gracias.—oí por lo bajo, susurraba, pero estaba más animado.
Ambos callamos al oír pasos que se acercaban a nuestras celdas, ¿Comida?. Pude oír como dejaban caer la bandeja con comida de Mike, y de nuevo pasos, ahora esa persona estaba delante de mí, de nuevo dejo caer la bandeja con comida sin cuidado manchando el piso y se retiró. Me arrastre hasta mi bandeja y comí un poco, enserio que esto es asqueroso, está comida no sabe a nada y su textura es horrible; trás cada bocado sentía como la comida quería salir, quería vomitar... ¡Maldición!. Rápidamente escupí al piso asqueada, ¿Qué acabo de morder?, Parecía metal. Busque con rapidez por el piso aquella cosa... No podía ser... ¿Enserio está pasando?. Con mis manos temblorosas tomé el objeto, unas llaves; el hambre y la tristeza desaparecieron, sentía como la adrenalina corría, y sin esperar más probé las llaves con la cerradura de mi celda, entro... Click... Ese sonido... Al fin... Era libre.
Extasiada salí de mi jaula, vi a mi alrededor con rapidez, estaba sola, esto enserio está pasando. Corrí hasta la jaula de Mike y al fin vi a mi compañero, de cabello castaño y ojos amarillentos, con marcas visibles de tortura, sin alguna quemadura, vistiendo simple harapos; el chico me vio, dio un pequeño salto hacia atrás de sorpresa y luego me vio en shock.
—¿Iza?.—me llamo sin entender nada.
—Si.—le dije feliz mientras sonreía.—Nos vamos de aquí.
Probé la llave en esa cerradura... Nada, no entraba... No, esto no podía pasar. Sentía como mi esperanza desaparecía, esto no podía pasar... Yo no podía irme y abandonarlo.
—Iza, vete.—me dijo con una voz rota.—Vete, estaré bien, debes salvarte tu.— añadió entre sollozos.—Estare bien ya vete.
—No.—solté como susurro.—¡No te dejaré!.—grité sin pensarlo.
No podía, se lo prometí, no lo dejaría. Forcejeaba con la puerta, intentaba con todas mis fuerzas abrirla, ignoraba todo lo que me decía Mike; simplemente no podía abandonarlo.
—¡Iza!.—gritó con terror.
Lo ignore... Y de la nada sentí un dolor horrible que recorría todo mi cuerpo, grité, no podía dejar de gritar, sentía que la electricidad viajaba por todo mi cuerpo... ¿Me habían atacado con un taser?. Estaba tan cerca, iba a huir.
—¡No!.—gritó de nuevo Mike y luego sentí un dolor fatal...
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Joash yacía de pie viendo el mar burbujeante. Era el primero en despertarse y pudo ver con claridad como el antiguo y el príncipe dormían abrazados, el amor, algo que nunca entendería... Luego vio a Elizabeth, la chica se movía de un lado a otro con algo de brusquedad mientras jadeaba. El híbrido se acercó con pasos lentos a la chica, está murmuraba, sudaba y se retorcía; algo iba mal. De nuevo posó su mirada al mar, y ahí podía ver todo lo que estaba mal, un tsunami.
—¡Mierda!.—gritó a todo pulmón.
Su gritó logro que el príncipe y el antiguo despertarán, aunque no de tan buen humor.
—¿Qué demonios pasa Joash?.—le pregunto un malhumorado Aran.
—Que tenemos mala suerte, eso pasa.—le respondió el híbrido.
Tanto Aran como Mike se dedicaron una mirada confusa y luego vieron al híbrido, este suspiro con pesadez y sin decirles más nada dobló sus pantalones hasta sus pantorrillas y se adentro al mar. El príncipe y el antiguo esperaron el gritó del híbrido, pero este nunca llegó, al contrario, ambos vieron como el chico se había adentrado al mar, su rostro como siempre no expresaba nada, y las aguas más cercas a él ya no desprendía vapor ni burbujas. El híbrido poso ambas manos sobre el agua y cerró sus ojos.
Aún confusos, el príncipe y el antiguo vieron más allá de dónde estaba Joash; ahora entendían porque habían gritado, un tsunami bastante grande se dirigía a la playa. Mike corrió hasta donde estaba la chica y se arrodilló a su lado, posó sus manos sobre su pecho y de nuevo ese gran brillo amarillo se desprendió de él; Elizabeth dejo de retorcerse mientras la gran ola iba perdiendo altitud, aún así ellos recibirían un pequeño impacto de la ola, iba a doler.
La chica abrió sus ojos con algo de pereza, pero sin oportunidad alguna de reaccionar fue arrastrada hacia atrás y obligada a ponerse de pie, antes de que pudiera soltar una queja una ola golpeó su pecho con fuerza y la arrojó al piso, Mike se tambaleó pero fue agarrado por Aran, quien también levantó a Elizabeth con rapidez; esperaban ser quemados por el agua y gritar, pero el dolor nunca llegó, el agua estaba tibia. Los ojos de Elizabeth soltaron un pequeño destello azul y la misma extendió su mano al frente, toda el agua que había invadido la playa volvió al mar, y del mismo mar Joash salía, el agua lo había cubierto hasta su cuello, pero al igual que sus compañeros, no parecía haber recibido daño alguno.
—¿Estás bien?.—le gritó Mike con una leve preocupación.
—Todo bien chico.—le respondió a secas mientras salía del mar.
Después de salir del mar, las aguas volvieron a burbujear y desprender vapor detrás de él.
—Entonces, ¿Por esto quieres entrenar?.—le pregunto el híbrido a la chica.
—Si.—respondió a secas.
El híbrido soltó un suspiro algo pesado y vio en dirección contraria al mar, lo más seguro era que todo el poblado había visto ese tsunami, entonces los problemas estaban por llegar.
—Controla lo interior para manejar el exterior.—soltó el híbrido causando confusión.—Controla tus emociones y así controlarás bien tu poder.
—Si, lo se, idiota.—le respondió la chica algo molesta.
—Entonces aprende a controlar tu magia y tus emociones al mismo tiempo. Empecemos con tu magia.—le señaló recuperando su típico tono.
—Chicos.—los llamo Mike.—Creo que vienen problemas.—añadió y señaló al cielo.
El grupo fijo su mirada al punto que señalaba Mike; podían ver como una gran silueta se acercaba a ellos, la silueta de un dragón y su jinete.
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Hasta aquí el capítulo, espero que les haya gustado. Si está algo corto, pero no está mal, ¿No?. Ya saben si les gusto estrellita y compartir ayuda mucho, hasta otra amigos.
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