Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

11| La Colonia

El tiempo puede pasar realmente rápido, y más aún si estás distraído. Había pasado una semana desde que Elizabeth practicaba sus poderes junto a Atena y Mike exploraba los alrededores con Aran, para ambos se había vuelto una rutina; despertaban, comían, y cada uno se iba por lados distintos, Mike al bosque y Elizabeth al patio, pasaban todo el día haciendo sus cosas por separado y se volvían a encontrar cuando cenaban, en ese momento los hermanos se relataban sus días con mucho ánimo, este sin duda había sido el mejor cambio en sus vidas.
Elizabeth ya podía sentir a la perfección las vibraciones de las plantas y los animales que vivían bajo la tierra, podía extraer un poco de metal de la tierra y moldearlo de forma torpe, pero era un gran avance; por su parte Mike había visto casi todo el bosque en ese tiempo, había visto con fascinación las bestias que habitaban en el mismo y las variedades entre ellas, era algo sorprendente en todos los sentidos para el joven. Justo ahora ambos se encontraban acompañados de ambos elementales de tierra, delante de la gran mesa con una buena cantidad de comida, como ya se había hecho costumbre los hermanos comían los platillos de forma lenta, los disfrutaban con todo su ser, sin duda alguna era lo mejor que habían comido en toda su vida.

—¿Ya están bien?.—pregunto Aran viendo a ambos hermanos que acababan de terminar su comida.

Elizabeth solo alzó su pulgar en señal de aprobación y Mike asintió con la cabeza. Aran vio a su hermana por unos segundos y está sonrió.

—Bien, nos vamos.—les informo con calma.

—Yo llevaré todo lo que necesitemos.—añadió Atena sonriendo.

—Genial... Esperen un segundo, ¿Adónde vamos?.—pregunto un confuso Mike, pero ya los elementales se habían ido.

—Atena no me dijo nada de una salida.—dijo Elizabeth igual de desconcertada.

—¿Una sorpresa?.—pregunto Mike aún confuso y Elizabeth alzó sus hombros.

—Vayamos con ellos mejor, así nos sacamos las dudas.—le dijo de manera tranquila la chica.—Además... Tal vez Aran quiera mostrarte algo más hermoso de él.—añadió con burla.

—¡E-Elizabeth!.—reclamo un sonrojado Mike.

—Solo tu sabes que pensaste.—le indico aún con burla y se fue.

Ambos hermanos caminaban con calma a la salida, Elizabeth se notaba bastante divertida por lo que acaba de pasar, era divertido molestar a Mike, por su parte el chico iba aún con un color carmesí dominando sus mejillas, su hermana podía llegar a ser muy molesta con sus bromas; afuera de los terrenos de la gran mansión los esperaban ambos elementales, y junto a ellos estaba Kali con su distintivo bolso colgando de su cuello, darían un viaje, pero ¿Adónde?.

                     [———————]

Llevaban una hora caminando, se habían adentrado al bosque que llevaba a la zona muerta, pero en vez de seguir directo hasta la playa se desviaron por una sendero de tierra que los llevaba a la derecha. El camino cambiaba radicalmente, los árboles perdían su follaje verde pálido y tomaban un hermoso color turquesa, un montón de flores lo rodeaban y ahora seguían un sendero de tierra adornado por piedras, algunas grises y otras doradas o azules, un camino hermoso; liderando el viaje iban ambos elementales de tierra, y detrás de ellos los hermanos.

—Chicos, ¿Esas gemas son especiales?.—pregunto de la nada Elizabeth.

—¿Te refieres al "corazón"?.—pregunto un confuso Aran mientras alzaba la gema de su collar.

—Si así es... Espera ¿"Corazón"?.—respondió Mike también confuso.

—Así es, "corazón". Estás gemas como ustedes le llaman son conocidas como el "corazón"... Fueron hechas por los primeros elementales con materiales desconocidos, y en ellas reside el poder de cada antiguo rey.—explico con calma Atena mientras tomaba la gema que descansaba en su frente.—Cada rey de cada tribu de elementales tiene su propio corazón... Es algo especial para todos.—añadió con una pequeña sonrisa.

Ambos hermanos se vieron entre sí algo sorprendidos, todo lo que tenían los elementales era importante o sorprendente; luego vieron a Atena y asintieron en señal de entendimiento.

—Chicos, llegamos.—informó Aran antes de detenerse.

Ambos hermanos estaban delante de lo que parecía ser una cueva, custodiando la entrada de esta yacían dos trolles. Uno de piel rocosa de color rojiza y bastante alto, en una de sus manos cargaba una lanza, a su lado uno de color grisáceo y cubierto de capaz de musgo verde en su pecho y cabeza y también cargando una lanza.
Los trolles vieron a los reyes y los hermanos que le acompañaban, le dedicaban una mirada algo confusa a los primeros.

—Solo vinimos a dar un paseo.—se limitó a decirles Aran.

Los trolles soltaron un gruñido como respuesta y se apartaron dejando el camino libre, primero pasaron los reyes, y seguido los hermanos; en voz baja los trolles se quejaban de la presencia de esos desconocidos, solo esperaban que no ocurriera algo malo por su presencia. Era una gran cueva, de lo más alto colgaban unas estalactitas de color azulado que iluminaban todo el camino, pero no había un camino recto a seguir, si no una gran pendiente que parecía llevar a la nada propia, un descenso al mismísimo infierno. Aran camino con naturalidad ahora dirigiendo la marcha, ante los ojos del resto del grupo se dirigía al vacío; Mike ahogo un gritó con sus manos al ver como Aran camino sobre la nada, pero no cayó al vacío, por el contrario, debajo de su pies una luz resplandeciente apareció, y seguido de esa luz más aparecieron; esas luces pertenecían a un sin fin de escalones que parecían estar hechos de diamante, eran de color azulado y nada refinados con una superficie brillante, los suficientemente grandes para que un troll los usará para bajar, y eso lo hacía un poco incómodo para una persona norma.

—No se asusten chicos, hoy no moriremos.—les dijo con un tono burlón y una sonrisa al verlos paralizados.

—Idiota.—se limitó a decir Atena con una mueca de molestía.

—Ya, sigamos.—dijo Elizabeth y comenzó su descenso.

—Me asustas, estúpido.—solto como susurro Mike y siguió a su hermana.

                   [———————]

Ciertamente la entrada de la cueva era sorprendente, pero su interior era otra historia. Habían llegado a una gran cueva interna en lo profundo de la tierra, por el tiempo que caminaron podían decir que estaban cerca del poblado de los elementales de tierra... Solo que bajo tierra; del techo sobresalían un sin fin de cristales azulados, naranjas y amarillos junto a estalactitas, las paredes de piedra eran toscas y las pequeñas chozas donde vivían los trolles estaban moldeadas con las misma piedras del piso, hechas a mano, nada elegante pero cómodo para vivir. Cerca de donde estaban corría un río de agua cristalina, y había que pasar encima de el para llegar a donde estaban las casas, donde vivían los trolles.

—Hermoso, ¿No?.—pregunto Aran viéndolos.

—Esto... ¡Esto es increíble!.—grito Mike viendo todo.

Ambos elementales de tierra taparon de forma brusca la boca de Mike y lo vieron, Elizabeth por su parte seguía en su shock viendo todo.

—No grites.—indicó Elizabeth.

—Los trolles son muy sensibles al ruido... Por eso lo odian.—añadió Aran.

—Lo-lo lamento.—comento apenado Mike.

—Y, ¿Qué hacemos aquí?.—Elizabeth soltó la pregunta obvia.

—Bueno, pensé que les haría bien.—dijo con una sonrisa Aran.—Este sitio es perfecto para manipular minerales... Y las vistas son hermosas.—añadió viendo todo.

—Pero, ¿Qué es este sitio?.—pregunto Mike.

—Bueno, esta es La Colonia. El hogar de los trolles.—contesto Aran con las manos alzadas.

Continuará...

———————————————

Espero les haya gustado el capítulo nuevo gente, ya saben estrellita y compartir ayuda mucho, los comentarios también, motivan, y hasta otra amigos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro