Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

07| Elementales

Al fin la luz del sol había iluminado el rostro de los hermanos; ambos soltaron un suspiro de alivio mientras eran bañados por la luz, por su parte Atena había disminuido su velocidad.

—Chicos miren.—les pidió con un sonrisa.

Ambos hermanos vieron lo que señalaba Atena. Ahora estaban en una pequeña pradera, pero más adelante se alzaba otro bosque, no tan lúgubre como el que habían dejado, en este si entraba luz solar y se veía mucho más espacioso; fuera del bosque ambos chicos podían ver como los jabalís corrían por un sitio cercado, también habían unos cuantos cerdos cerca de ellos, una granja de madera nada refinada pero acogedora; Kali salió en carrera sin previo aviso y empezó a perseguir a los jabalís, y ante la escena Atena solo sonrió. Con pasos lentos el trío se acercaba al nuevo bosque; la expresión de asombro no se había borrado del rostro de los hermanos; y está solo creció más. La entrada a este bosque no era algo común, un gran arco se alzaba ante ellos, el mismo estaba formado por dos árboles que se habían torcido e unido sus follaje; a cada lado de los arcos seres no humanos descansaban, parecían estatuas de dos metros y medios con colores grisáceos distintos, uno era de un azul pálido y el otro de tonos grises, ¿Como sabían que eran seres?, Fácil, se veía que respiraban. Ambos gigantes de piedra se pusieron en guardia al ver que los hermanos se acercaban, pero al ver a Atena se relajaron un poco; eso no significaba que sus ojos oscuros que parecían estar tallados en sus caras no dejarán de ver a los hermanos.

—Tranquilos, vienen conmigo.—informo de forma tranquila la chica.

—Entendido su majestad.—respondió con voz áspera el ser rocoso; sus adentros y dientes también eran rocas, trolles.

El trío se adentro por el hermoso arco a la ciudad, la hierba del piso estaba acompañado por piedras que dibujaban el camino a seguir; pequeñas hada revoloteaban por todo el lugar y casi chocaban con los presentes; de los árboles colgaban y descansaban las luciérnagas, pero no eran normales, algunas soltaban una luz morada y otras una luz verde, otras incluso soltaban una luz cegadora, deberían ser muy útiles para la oscuridad; entre algunos árboles y en varios sitios repartidas de forma organizada habían pequeñas chozas y cabañas de madera, casas nada ostentosas pero bastante acogedoras si se veían desde afuera. Los hermanos veían todo con sorpresa y asombro, era un sitio realmente hermoso... Así que este era el reino de los elementales de tierra.

—Señorita Atena.—la saludo otro elemental.

En ese momento el resto de elementales salieron de sus hogares; todo poseían unos ojos verdes hermosos como los de Atena, algunas marcas verdes yacían dibujadas por los rostros de los elementales; todos los elementales llevaban alguna marca del mismo color, pero no todas las marcas ni los lugares del rostro donde se encontraban eran las mismas para todos; vestían ropas holgadas y ligeras con algunos toques de cuero, sus ropas iban de tonos verdes hermosos a tonos azules como el mar y marrón. Uno de los elementales se acero a Atena con una expresión preocupada y se detuvo a solo pasos de ella.

—Señorita, su hermano le busca.—le informo mientras recuperaba el aire.

Por unos segundos la expresión de Atena se mostró algo preocupada, vaya problema; de nuevo su expresión relajada volvió a ella, vio a ambos hermanos con una leve sonrisa y dijo unas simples palabras, "siganme". Siguieron el camino de hermosas piedras hasta una casa bastante grande, de paredes hecha de maderas acacia bien pulida, una gran cabaña acogedora que daba la impresión de ser una gran mansión. Cerca de los aposentos de la misma yacían dos seres, mitad humanos mitad caballos; centauros; uno poseía una larga cabellera negra y el otro un cabello rubio más corto, ambos llevaban grandes lanzas consigo; al ver a Atena ambos se mostraron relajados y dejaron de bloquear la entrada del patio con sus lanzas.

—Su majestad.—dijeron al unísono.

—Descansen.—ordenó con simpleza.—ellos vienen conmigo, son amigos.—añadió con su típica sonrisa.

—Entendido su majestad.—respondió el rubio.

—Su hermano le espera en su habitación.—le informo el pelinegro.

Atena no respondió, solo mostro una sonrisa y entro en la mansión; por su parte ambos hermanos la siguieron de cerca viendo todo, estaba bastante claro... Ella era hija del líder del clan. Escaleras rústicas se asomaban una vez se entraba al lugar, estás dirigían a las habitaciones que se encontraban arriba, a su lado derecho ambos podían ver algo que se asemejaba a un comer, había una larga mesa de madera blancas y sillas del mismo color; podrían recorrer todo el sitio, y querían hacerlo, pero Atena los saco de su trance y los hizo seguirla. Al final de ambas escaleras que tomaban sentidos opuestos habían pasillos, y en ellos se encontraba unas cuantas habitaciones; siguiendo a Atena fueron por las escaleras de la derecha, llegando hasta una puerta de madera oscura sin más habitaciones cerca; y sin previo aviso Atena entro.

Esa habitación no era exactamente un desastre, pero tampoco estaba organizada; la cama yacía bien extendida y acomodada, el ropero yacía cerrado escondiendo su contenido, pero en el piso había unos cuantos papeles esparcidos, y en el escritorio había una pequeña montaña de papeles arrugados junto a un montón de hojas amontonadas sin cuidado y unos lápices; y al otro extremo de la gran habitación, un muro yacía totalmente rayado con cosas sin mucho sentido, tal vez hecho por algunos niños, y uno que otro juguete esparcido; esquivando los papeles y juguetes esparcidos por el piso Atena se dirigió a una puerta, de nuevo la abrió sin preguntar y allí yacía alguien, en un pequeño balcón viendo a la nada.

—¿Qué ocurre Aran?.—pregunto de forma tranquila Atena.

La persona que veía por el balcón volteo de forma lenta para ver a Atena, sus ojos serios tomaron por sorpresa a ambos hermanos; o tal vez no fueron sus ojos, tal vez fue otro hecho; su parecido con Atena.

Con su mirada seria la persona vio a ambos hermanos y luego a Atena; pero su vista se volvió a posar en ambos hermanos, en específico en Mike.

—¿Quiénes son estas personas Atena?.—pregunto de forma seria.

—Son unos nuevos amigos Aran.—le respondió con tranquilidad la chica.

—¿Y de dónde son?.—pregunto aún con semblante serio mientras se acercaba a Mike.

—Los encontré en el bosque.—se limitó a responder aún con tranquilidad.

—¿Qué?. ¡Son desconocidos Atena!, ¡No sabemos nada de ellos y los traes a casa!.—grito Aran mientras veía a Mike con suma atención.—Y este... Este es un antiguo.—añadió para alejarse de Mike.

—Lo se, lo supe cuando vi sus ojos.—dijo restándole importancia.—Son personas, necesitaban ayuda Aran.—añadió un poco más seria.

—¡Son desconocidos Atena, son peligrosos!.—gritó de nuevo mientras parecía perder los estribos.

—No son desconocidos, son Elizabeth y Mike.—le dijo de forma tranquila.

—Genial, ¿No?. Son Elizabeth y Mike, eso resuelve todo.—comento con un tono lleno de ironía y molestia.—No sabemos nada de ellos.—repitió con molestia.

—Bien, pregúntales algo.—dijo con cierta molestia y tranquilidad Atena.

—¿De dónde son, por qué los ayudaría?.—pregunto con un tono algo tosco mientras veía a ambos.

Ambos hermanos se vieron con cierta preocupación, esto era un incoveniente; pero habían llegado muy lejos, y aunque Aran se veía bastante irascible e inestable Atena se veía tranquila, podían confiar en ella si decían la verdad; o eso querían creer.

—Venimos del mundo humano.—dijo Mike viendo a ambos elementales delante de ellos.

—Y deben ayudarnos... Porque somos como ustedes.—añadió con rapidez Elizabeth y se apartó el cabello de los ojos.

Las expresiones de los elementales cambio con rapidez; ambos habían quedado consternados al ver los ojos de Elizabeth, una expresión de sorpresa y horror se dibujo en el rostro de Atena, pero está intentaba disimularlo; por su parte Aran no pretendía ocultar nada, su expresión de horror y asco era bastante clara en su rostro. Elizabeth dejo sus ojos a la vista mientras veía la expresión de ambos elementales, era algo doloroso; Mike por su parte abrazo a su hermana para darle algo de apoyo.

—¿Qué eres?.—pregunto aún consternado Aran.

—Soy una elemental.—se limitó a responder Elizabeth.

Continuará...

———————————————

Aquí acaba este nueve capítulo, espero que les haya gustado, ya saben estrellita y compartir ayuda, y hasta otra amigos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro