Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 14: Un hecho inesperado.

Fui al cuarto de baño a echarme un poco de agua fría en la cara.

Sonreí ante el espejo, dándole un aspecto más tétrico a mi reflejo. Las ojeras que tenía por la falta de sueño estaban muy pronunciadas.

Masajeé mis sienes para relajarme un poco, la cabeza me palpitaba debido a todo. A lo de Robert, a lo de la tormenta...

Maldita sea. Tenía sólo quince años, QUINCE.
Esa no era la edad idónea para salvar el mundo.

Me eché agua fría otra vez en la cara y sonreí con aún más fuerza.

Había decidido que si veía a Robert... no haría nada. No le haría nada a no ser que el me intentara hacer daño.

O a mí o a Lillie.

Y también había decidido que, nada más llegar al colegio me llevaría a Lillie a ver una película en el cine.

Tal vez esa película nueva llamada Transformers o alguna de Indiana Jones. O tal vez Hulk.
Decididamente mi gusto respecto a las películas era bastante malo.

Me masajeé la zona del hombro derecho. Desde que el mármol se había acoplado a mi hombro y había desaparecido, notaba como tenia el hombro un poco más endurecido. Como si tuviera un callo gigantesco ahí...

Salí del cuarto de baño y me estiré hacia atrás. Había dejado de poner esa mueca seria y ahora tenía una sonrisita normal.

-Sam -dijo Daito mientras me daba un vaso de leche-, te veo mejor. ¿Has hablado con Lillie, pillín?

Me ruborizé.

-Pues no, no he hablado con ella zorrito -dije un poco molesto.

Daito gruñó. Sabía que ese mote no le gustaba para nada.

-Hey tortolitos -dijo Beatrice desde el marco de la puerta-. Si queréis hacer manitas buscaos un hotel.

-Técnicamente estamos en...

-Era una forma de hablar -interrumpí a Daito.

Beatrice suspiró y fue hacia las escaleras.

-Definitivamente estoy enamorado -dijo Daito embelesado.

Reí falsamente.

-Anda, tenemos una tormenta que disipar.

***

El plan era el siguiente:

1- Nos infiltraremos en el edificio.

2- Nos ocultaremos en los baños. (Lamentablemente no en el de hombres, así que... Daito y yo tendríamos que no hacer ningún ruido)

3- Daito deberá utilizar un walkie-talkie para distraer a los guardias de seguridad que hay en las escaleras hacia la azotea.

4- Beatrice activará la alarma antiincendios con un mechero. De esa forma haremos que las personas salgan del edificio rápidamente.

5- Yo subiré a la azotea mientras que Beatrice (que ahora me entero de que es una manitas y una informática) desactivará las cámaras de seguridad.

6- Al llegar, deberé correr como nunca antes he corrido para poder acumular la suficiente Fc (fuerza cinética. Se notaba que había aprobado Física).

7- El paso más difícil... por así decirlo.
Deberé calcular el momento exacto y, entonces, saltar al vacío para meterme de lleno en la tormenta.

8- No matarme en la caída. Lo cual... es muy difícil si caes desde unos trescientos metros de altura.

Tragué saliva y revisé la nota en la que estaba apuntado el plan.

-No me convence el punto número ocho -dije entre dientes.

Daito frunció el entrecejo.

-A mí tampoco me entusiasma pero... sobrevivirás. Y si no...

Beatrice tosió y pulsó el botón para poner la luz del semáforo en verde.

Miré hacia el otro lado. Probablemente... no volvería a ver el próximo amanecer.
Ni a ninguna otra persona.

Ni...

... a Lillie.

Le toqué el hombro a Daito.

-¿Qué pasa Sam?

-Calla y cógelo -le dije tendiéndole una carta que había escrito para Lillie.

Una carta... por si no sobrevivía.

Daito al ver que en la carta ponía "Para Lillie" me miró preocupado.

-Vas a sobrevivir. Métetelo en la cabeza.

Suspiré y dí una patada al asfalto. La impotencia de no poder hacer nada al caer... me estaba invadiendo, y ni siquiera había saltado aún.

Beatrice me miró alarmada.

-¿Qué pasa ahora conmigo? -le pregunté.

-Tienes que dejar de romper las cosas cuando te enfadas -dijo señalando al suelo.

Un trozo de asfalto se había agrietado y ahora me subía por las piernas.
Me estaba pasando lo mismo que con el trozo de mármol.

De repente el trozo de asfalto me recubrió las piernas, envolviendomelas, para luego desaparecer.

Afortunadamente solo un niño pequeño se dió cuenta.

-Vámonos -dije medio horrorizado.

-Vale. Sólo nos quedan dos horas -dijo Daito mirando su reloj.

Y dicho eso, cruzamos la calle y entramos al edificio.

Paso 1 completado.

***

Pasamos caminando por la entrada.

Probablemente el paso 1 era el más fácil.

Fuimos al baño de mujeres. Beatrice entró primero, y cuando nadie miraba entramos Daito y yo.

Por desgracia, una mujer anciana, de unos noventa años, estaba lavándose las manos aún.

Daito se quedó petrificado.
Y yo también.

-Chicas, venid anda -dijo Beatrice desde un lado del baño.

¿Nos acababa de llamar chicas?

-Disculpa niña, pero creo que son dos mirones -dijo la anciana mientras se secaba las manos.

-No señora, son mis dos amigas. Son... son chicas vestidas de chicos, habrá oído hablar de ello.

La anciana murmuró algo y me dió un golpe con su bastón en el pecho.

-Auch -dije en un quejido bastante agudo.

La anciana sonrió y me dió una palmadita leve en el hombro.

-Lo siento niña, la verdad es que aunque queráis ser chicos, nunca podréis cambiar vuestro cuerpo -dijo mientras andaba tambaleándose hacia la puerta.

Cuando la anciana salió, me giré hacia Beatrice.

-¿Cómo que el cuerpo?, ¡yo soy un chico!

-Es... una cosa de chicas. Y lamentablemente... no eres una chica.

-Pues yo creo que lo sé... -susurró Daito mientras miraba hacia otro lado.

Beatrice suspiró.

-A mí... Yo no quiero decir nada. ¿Vale? Así que si quieres saber algo ahí tienes al chino.

-Coreano -dijo Daito enfurruñado.

Me rasqué la cabeza, la verdad era que no sabía nada a lo que se referían...

Ya nos estábamos yendo por las ramas.

-¿Seguimos con el plan o no? -dije.

Daito y Beatrice asintieron.

-Me toca -dijo Daito mientras sacaba un walkie-talkie de su mochila-. ¡NECESITAMOS REFUERZOS AHORA MISMO EN LA SALIDA OESTE, ACUDID AHORA MISMO. TODOS LOS GUARDIAS QUE ESTÉN DISPONIBLES DEBEN VENIR DE INMEDIATO!!

Abrí los ojos de par en par.

-¿Qué sucede? -emitió el aparato.

-¡Necesitamos refuerzos ahora mismo en la salida oeste, y con urgencia!

-Ya vamos, resistid hasta que lleguemos. ¿Qué salida es?, ¿La uno o la dos?

-¡Puerta oeste salida dos!, ¡daos prisa! -gritó Daito con una emoción increíble.

Daito apagó el aparato y nos miró con las dos cejas alzadas.

-¿Lo he hecho bien?

-Por un momento casi voy a esa puerta -dije chocándole la mano.

Beatrice rebuscó en su mochila y sacó un pequeño mechero Zippo.

-Ahora me toca a mí -dijo raspando la piedra del mechero.

No se encendió.

-Menudo corte... -dije.

-Cállate -dijo Beatrice mientras intentaba encender el mechero.

Estuvo unos cinco minutos dale que te pego al pobre mechero, intentando encenderlo.

-Pues...

-No tiene gasolina -dijo Beatrice impactada-. Ese hijo de la gran... me lo ha vendido sin gasolina.

Sonreí.

-A que adivino... ¿el recepcionista? -pregunté, medio sabiendo la respuesta.

-Casi. Su hijo me lo vendió mientras... bueno, eso no es de vuestra incumbencia.

-¿Ése pervertido tiene un hijo? -pregunté.

-Lo que me extraña es que no tenga cincuenta... -musitó Daito.

Suspiré y me masajeé la cabeza. Eso no podía estar pasando, eso no podia estar pasando...

Quedaba una hora y media.

-Oye Sam, cariño, antes he visto un mechero en la recepción -dijo el espectro de mi padre.

Lo miré.

-No tengo muchas opciones. Adelante, guíame -le dije.

Daito y Beatrice me miraron extrañados al ver como salía del baño.

-Niño, ¿se puede saber qué haces?

Silencio.

-Sam... -empezó Daito.

-Sé que suena a que estoy loco. Y por cierto, esto no tiene nada que ver con que sea esquizofrénico... pero mi padre, o una visión o un trauma o yo-que-sé-qué-cosa de él me ha dicho que en la recepción hay un mechero.

Beatrice abrió los ojos de par en par. Se había dado cuenta.

-Oye niño, lo siento cuando antes te he...

-¿Me has qué?, ¿me has llamado UN MALDITO PSICÓPATA ESQUIZOFRÉNICO? -dije enfadado a más no poder.

Beatrice me miró asustada.

Un momento.

¿Asustada?, ella, la supuesta "chica más dura" estaba asustada de un maldito enclenque como yo?

-Oye yo no quería... yo...

Me quedé con la frase en la boca. Así de repente, Beatrice se lanzó contra mi.
Ya me veía en el dentista con una muela menos cuando sucedió algo muy raro.

Beatrice me estaba besando.



;)

¿Ahora entendéis el nombre del capítulo? MENUDA SORPRESA.

¡Nos vemos Neo Sapiens!

~ <3






Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro