Capítulo 7 💥
Un nuevo curso... ¿Un nuevo comienzo?
.....
Había decido ir por fin a la clase de "control de ira" para ex convictos, era bastante chistoso, no me imaginaba mi nombre seguido de esa frase: "Eleine asiste a clase de control de ira". Jamás se me había ocurrido ir por mi cuenta a menos que mi libertad estuviera ligada a esta. En aquel viejo y grande centro comunitario, estar alli solo me serviría para deprimirme más.
¿Tenia opción?
¿Recoger basura o controlarme....?
Resignada, seguí la dirección que según decía en la cartelera. Me mire en el reflejo de la puerta de cristal y reflexione, tal vez no fue buena idea venir vestida así.
A mi se me había ocurrido una de mis grandes ideas, ¿Saben cual? Yes, Pasar por una ex convicta para que no me molestaran y de referencia busque a la única que conocía bastante bien, mi compañera de celda: "Teddy" ella siempre usaba cuando era libre minifaldas, botas de tacón o blusas de brillantes, y yo tomé esa misma descripción y usando un abrigo rosado, ella me decía que en las calles se vestía así para obtener respeto.
Pero... dudaba de su versión o tal vez no funcionaba en mi, no había nadie que me mirara con "respeto" mientras subía las escaleras.
—¿ Mi falda era muy corta? Pensé mientras la arreglaba, era una falda corta negra de gamuza que por lo visto que sea cara no significara que fuera "elegante".
¿Por qué carajos nadie disimula cuando llega alguien nuevo a la sala? Y mucho menos cuando entrabas de manera triunfal como yo.
Al abrir la puerta, enredándome con el abrigo hice un estruendo con la puerta y traté de zafarme mientras maldecía en voz alta.
¡Fuck! Ya había tenido la atención de todos en mi, pero ahora con esto se demostraba que era una idiota, aquellos 13 adultos que entre ellos estaba una chica casi de mi edad ( que parecía una nudista o vendedora sexual, unas ancianas y varios abuelitos y algunos tipos que si estaba cerca de ellos el metro me alejaba debido a que pensaba que me robarían...
— Buenas noches. ¿Eres.. brooke no? Pasa adelante.— Dijo la profesora o lo que sea que ella era, una señora de unos 60 y su forma de hablar bastante acentuada como si provenía de Bulgaria o transilvania yo exageraba también, pero si era bastante marcado su acento. me senté en un asiento que estaba al lado de un abuelito que extrañamente no me imaginaba en este lugar, esté me sonrió y yo le sonreí de vuelta casi sin muchos ánimos.
Mientras la profesora me daba la bienvenida yo mira a mi alrededor, mi plan era llamar no llamar la atención y ya todos me miraban, incluido la chica joven del fondo. Ella me miraba como si era la competencia en su esquina esperando golpearme, con su vestidito azul de brillantes y su cabello suelto largo y rubio teñido.
Inocentemente le sonreí al menos para hacer una amiga y esta solo hizo una mueca de desagrado ignorándome y mire hacía un lado para ver la araña en un rincón de aquél salón.
— ¿Comprendiste señorita Brooke? Me Pregunto la profesora y yo levanté la ceja
¿Comprender que? Si ni atención le estaba prestado.
— Si... — respondí a lo que sea que ella dijo de forma enérgica.
— Vamos a ver.. falta.. el señor.. Elliot ¿no? Pregunto la profesora..
Un momento, ¿Otra vez ese apellido? no podía ser el mismo, ¿ Era acaso el amable señor Elliot que me había dicho la señora Poopa... podía ser un exconvicto...?
Pero, aunque no recordaba su rostro siquiera, dudaba que fuera un tipo con problemas de ira al igual que yo. Mientras la profesora hablaba del autocontrol mire a todos buscar en un diccionario rápidamente cada palabra y yo simplemente pensaba cosas sin sentido .
— Un momento... Tengo que ir a la coordinación— interrumpió la profesora que ni su nombre recordaba— se portan bien— nos señaló como a unos niños, y al irse todos empezaron a hablar y a sacar su telefono... Por lo visto, los viejos hábitos no se perdían.
— Tu.. ¿por que estas aquí, chocolatito? Te ves muy limpia para ser una ex convicta— preguntó un muchacho desde atrás de mi asiento, no sabia en que momento él se había cambiado de lugar.
— ¿Yo..?
— ¿Por que no tienes tu diccionario? Pregunto el señor mayor que estaba a mi lado, por lo visto el grupo era demasiado raro.
— ¿Diccionario? Pregunte curiosa.
— Si.. la profesora Heinz muchas veces dice palabras en rumano y en ocasiones en alemán, es muy difícil seguirle el paso, por lo que buscamos a veces una palabra parecida en el diccionario... — me respondió el señor.
— Ahh. Ya veo...— dije sorprendida. No me había percatado que ella decía frases o palabras en rumano en ocasiones.
— Su consentido no vino el dia de hoy, y él es quién nos ayuda con la clase—. Dijo el muchacho de atrás yo lo mire y sentí mala espina por su aspecto ya que estaba vestido como un pandillero y me aparte mas.
— Mmmm, Ya veo.—
Antes de que este hablara, la profesora regresó emocionada y detrás de ella una silueta masculina con una cabardina negra hacía presencia.
— ¡Llegaste! Exclamó la rubia emocionada al ver al otro integrante del grupo, éste se sentó a un asiento de distancia de mi. Si alguien había llegado mas tarde que yo, merecía un premio, girándome para mi sorpresa sentí un sentimiento melancólico de ¿Deja vu? Dentro de mi había algo que me decía que lo conocía, él me miró y se sorprendió. La expresión de su rostro era... ¿Era sorpresa?
— Señor Eliot, ¿como esta la parroquia? Hoy no pude ir a la reunión...— le dijo la profesora emocionada y yo miré sorprendida al "Señor Elliot".
— Muy bien, discúlpeme que llegara tarde. Tuve que atender unos asuntos familiares — le respondió con esa voz gruesa y masculina.
Si una voz te hiciera sentir emocionada, esa era la de él, y con tan solo un simple "muy bien" me hacia sentir algo familiar... Pero no sabía que era, me giré y mire a la chica mirándome con una especie de odio en su mirada. "Excelente Eli, ya tienes una nueva enemiga y solo han pasado 10 minutos como mínimo" Mientras la profesora hablaba me di cuenta que algunas muletillas eran rumanas y a su vez su acento tan marcado me recordaba a la niñez.
— De algo sirvió pelear tanto con los gitanos en mi niñez, me dije a mi misma sonriendo. En ese momento sentía como me estiraban los rizos y al girarme era aquel extraño pandillero que jugaba con ellos haciéndome fruncir el ceño.
— Me llamo Steven y todos me dicen anguila -¿Y tu? ¿ Broke no? Preguntó mientras estiraba mis rizos y yo inhale profundamente.
— ¡No me toques el cabello.! No me gusta — dije apartando mi cabello hacia un lado.
No importaba que parecía que me iba a matar, pero si alguien que no me agradaba tocaba mi cabello, me hacía enfurecer. Mientras transcurría la clase e ignoraba al tal camarón, yo giraba mi cabeza disimuladamente para ver al hombre, que estaba a solo 2 asientos de mi. Este era bastante atractivo y vestido de negro con una cruz pequeña y plateada que sobresalía de su suéter negro.. me hacia sentir como si miraba una especie de seminarista sexy mafioso ¿ Existía esa clase de fetiche? Y si no, él sería el primero en la definición. ¿ Acaso era un seminarista? Habían hablado de iglesia asi que... era posible.
Al terminar la clase todos se levantaron cansados, luego de hablar de la ira, de cualquier cosa psicológica que ni me importaba, ¿la verdad? Ni tenía idea de que había tratado la clase. Sentada alli estaba en modo automático.
— Yo creo que aprendí mas rumano que cuando estuve en el ejército— se quejó el señor mayor que estaba a mi lado , por lo visto ya estaba menos amargado — Me llamo Jose Rosas, — extendiéndome la mano y a pesar de donde estábamos, parecía un simple abuelo que jugaba ajedrez los fines de semana en Central Park.
— Eleine brooke dije sonriendo.
— Yo vivo cerca de un restaurante que tiene ese apellido.— me señaló con una sonrisa. Y alli estaba de vuelta mi pasado.
— Que bueno— dije con algo de desagradó.
— Ten cuidado con anguila. Si ya te puso el ojo es difícil escaparte.— me aconsejó.
— Anguila, el muchacho que estaba detrás de ti, de gorro y cadenas— se recordó de lo que tenía y yo asentí.
— Cierto... el que tiene nombre de animal. Agregue y ellos se sonrieron.
— ¿Por que no tienes tu diccionario? Pregunto la señora.
— Ella dijo que le entiende, Dolores — le respondió el señor Rosas.
— ¿Le entiendes? Te sientas a mi lado la próxima vez— dijo ella sonriendo y antes que respondiera, la rubia del salon me empujó hacia un lado y yo la miré sorprendida.
— ¡No te acerques a mi hombre! Me amenazó mientras se iba y yo levanté la ceja sin comprender.
— ¿ Y esta que?
— Ya empezó Merida con su drama. — se quejo Dolores.
— No entiendo nada —dije confundida ¿ Hablaría de Anguila?
— No te preocupes. Ven nosotros te acompañamos. ¿Hacía donde vas? Pregunto la señora con amabilidad... demasiada amabilidad para donde estaba al igual que yo
— Voy al sur... ¿Y ustedes?
— Vamos en distintos caminos. Yo voy hacia el otro lado de la ciudad y Rosas también-
— Tranquilos, yo puedo sola —dije sonriendo –
Me despedí y seguí mi camino. No había nada increíble en la clase, si tuviera que decir que había aprendido diría que nada ya que la mitad de la clase miraba a la araña en la esquina y la otra miraba al sexy "Señor Elliot" Mientras iba camino a mi hogar, tenía una sensación que me seguían.
Podía ser tal vez mi imaginación, pero esta sensación me venía acompañado desde que había sido puesta en libertad, una posible sombra que me seguía y nunca veía... sensación que me acompañaría bastante tiempo.
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