Capítulo 5 💥
Un improvisto.
....
Con mi cabeza dando vueltas me levante de una cama que al parecer... No era la mía, y a duras penas recordaba lo que había pasado la noche anterior, y mire a mi alrededor sorprendida por la luz tenue, trate de moverme de donde estaba y algo me detenía.
—¿Qué?
Mire mi cuerpo extrañada y me vi que estaba como enrollada o amarrada con una sabana, ya no era Eleine Brooke, si no: Eleine el taco.
—¿ Qué me paso? Me quejé mientras me quitaba el cabello del rostro sacudiendo la cabeza, sintiendo punzadas por la resaca hice una inspección rápida en donde estaba, era una habitación con tonos de grises y no había mucho en ella.
Solo un puf y una puerta que parecía una especie de armario y a mi lado pequeña mesita con una lámpara. La luz de la ventana traspasaba en las cortinas blancas.
— ¿Que demonios? ¿La luz? ¿Hay luz?— me quejé tratándome de levantar, estaba completamente amarrada, y a un lado en la cama mi vestido, desatándome como pude y me vestí.
— Mi ropa interior ... ¿ donde fue? ¿Que paso anoche? ¿Por que siempre pierdo mis pantaletas? — Me pregunte sorprendida.
Ya vestida, camine lentamente por el piso helado de madera y abrí la puerta.
Con un olor familiar sonreí un poco incómoda, estaba en un apartamento pequeño con una pequeña sala acogedora limpia, con muebles rojo oscuro y una cocina de fondo bien iluminada.
Si, este olor era a despertar con comida y casa limpia, cosa que nunca pasaba en mi casa. De espalda estaba una mujer de unos 40 mirando una revista mientras estaba en la barra de la cocina.
— ¿Despertaste niña? No me imagine que alguien durmiera tanto ... con lo que te costo que te durmieran.— se burló de forma amable y yo arrugue el rostro.
— ¿Donde estoy? ¿Quién es usted?— Aún seguía algo mareada, me sostenía caminando hacía la barra de la cocina y con cada paso sentía una punzada en mi estomago. ¿Tal vez era hambre o miedo?
— Ey pequeña.. no vayas a vomitar otra vez, y menos en la cocina que después el olor no se va. Ten— me arrojó un sobre y lo vi sorprendida .
— ¿Que es esto? .
— Para la resaca, aunque lo que tu tienes es mucho mas que una "resaca". tómalo para que después comas una sopa — me dijo con cariño, tanto que sentía que estaba frente a mi tía o a mi abuelo en sus dias buenos — No puedo creer como existen personas capaces de hacer esas cosas.— Dijo llena de indignación. Mientras mas la veía miraba que no era de aquí, su pronunciación algo forzada y no se si era el dolor de cabeza pero su tono de hablar hacia que mis oídos dolieran, vestida en pleno día con un vestido de brillantes rosados y el pelo rubio alto y observé sus rasgos y su forma de caminar con una gracia femenina, me sirvió un tazón de sopa como si de un comercial se tratara.
— Esta muy "rica" —
— No tengo ganas.. yo.. — le evadí mientras terminaba de tomar el jugo, sentía un dolor en mi estómago y ella me sonrió.
— Tienes que comer. Tu cuerpo débil, terminaste tan drogada que estas débil. Necesitas buen caldo de pollo para recobrar energías— me insistió con fuerza y yo la mire extrañada.
— ¿Drogada?
— ¿No lo recuerdas? En el bar... tu... tomaste algo ... y claro, no fue culpa del bartender porque él no se dio cuenta ya que atendía otras personas. Pero tu tienes que tener cuidado mi niña —
— ¿Drogada? ¿Yo? — con mi cabeza que daba vueltas, recordé el trago... Si, ese mismo trago, después de eso todo se volvió mas confuso...
— Ese desgraciado te drogo para abusar de ti. Que bueno que lo detuvieron a tiempo, él es tu salvador. — Dijo suspirando sonriendo.
— ¿Abusar? ¿En serio ese sureño hizo eso?— Me reí al darme cuenta de la verdad,— Yo me iba a acostar con él sin falta de que me drogara... esto es el colmo.— respondí ofendida mientras revolvía la sopa y la mujer me miro llena de tristeza.
— ¿estas bien?
— Claro.. si... huele muy rico...— respondí sonriendo,
— No tienes que hacerte la fuerte frente a mi, yo se lo que significa eso. Lo he pasado y mas veces de lo que te imaginas- dijo ella tomándome la mano— Tú tuviste suerte, muchas chicas no lo tienen...tu...— me consoló tratando de no llorar.
— Estoy bien, señora...— le sonreí para hacerla sentir bien, y me di cuenta que ni su nombre sabia..
— Mirla Poopa—
— ¿Poopa? ¿Eres griega?
— No, rumana- con raíces italianas como casi todos en este lado de la ciudad ¿Y tú? Pregunto ella.
— Dime solo Eleine, — respondí sonriendo. Ella fue a la nevera y saco una especie de batido verde.
— No se que tiene, se me había olvidado dártelo, pero te lo prepararon con mucho cariño.— dijo oliéndolo y arrugando el rostro.
— ¿No lo hiciste tu? Pregunté curiosa — Esta rico a pesar de verse tan feo – respondí probándolo sorprendida, el aspecto verde era desagradable, pero el sabor de la miel me calmaban las náuseas.
— No, ¿No te acuerdas de anoche? ¿Nada de nada? Preguntó insistiendo y yo cruce los brazos a la expectativa.
— Cuéntame.
— Cuando el desgraciado ese llego, mi esposo estaba con su amigo en el fondo, pero todo paso tan rápido, se dio cuenta y fue y lo golpeó, si, Eliot lo golpeó en la salida y luego mi esposo lo agarró a la comisaría, tu tienes suerte, tomándote en sus brazos y no dejabas de decir: vivo cerca o decir tus claves de teléfono, toda esa clases de cosas hizo que él se diera cuenta que estabas super drogada. No se porque, pero mi esposo me dijo que ustedes venían para acá y les abrí la puerta.
— ¿De verdad? Pregunté otra vez procesando la información que decía ella con tanta rapidez.
— Si, él se trato se zafar de ti pero no dejabas de besarlo.
— ¿Yo? Esa no soy yo...— me reí incomoda.
— Si, tu señorita... jamás lo había visto así de asustado, el señor Elliot siempre ha sido muy frio con sus relaciones y lo hubieras visto esta asustado, no se que paso fui a buscar unas sabanas y al llegar él te había atado con la sabana y tu vestido estaba aun lado.—
— Ya veo eso explicaba todo... pensé mientras asentía con la cabeza.
— No lo querías soltar hasta que te quedaste dormida, debieron ser acelerones.
— ¿Yo hice... eso? Pregunte sorprendida.
— Si.. además, el señor Elliot fue quién preparo todo, te atendió como si fueras una princesa.— dijo suspirando ilusionada.
— Aun sigo confundida, no conozco....— dije revolviendo la sopa.
— Ya tranquila, todo esta mejor. Me sonrió con cariño.
— ¿ era guapo? Si yo quería acostarme con él... debe ser muy guapo — Dije con picardía, yo no conocía a ningún Elliot que fuera joven, solamente un abuelito de 50 años que dudaba que pudiera conmigo.
— Es muy guapo, "muy guapo" es un adjetivo muy corto, tu lo ves... ¡Y wow te enamoras! aunque lo decías una y otra vez: " te amo mi muy guapo príncipe" incluso le pediste matrimonio— bromeó haciéndome sonrojar.
— ¿Yo? ¿Yo? Jamás he hecho eso.— me disculpe ofendida — Jamás actuaría de esa forma con un hombre. No soy tan facil.—
— Bueno... hace un rato comentaste que te ibas a acostar con un desconocido de todas formas— agrego y ante esa lógica, quede en silencio.- dijo ella . Yo le sonrei apenada, quería conocer a ese hombre que me habia salvado, al menos para agradecerle — El señor Elliot, es un buen hombre pero lindo... por como veo, no creo regrese hoy.
— Yo... ¿Tanto se notaba el interés? — comenté riéndome- Dale las gracias de mi parte.
Luego de un rato me fui a casa, me sentía mejor y con la compañía de Myrla, no me sentí tan sola, ella era una chica amable que insistió en acompañarme pero yo necesitaba un tiempo a solas.
Solo para pensar al menos.
— ¿Él me habían drogado... por sexo? ¿ Solo por sexo?¡ Que basura de tipo! Me quejé mientras caminaba sin rumbo.
En el metro, observaba a todos felices o cansados... Y alli estaba yo, invisible.
***
¿Por qué me sentía tan mal? Me había tomado 2 días libres de trabajo y aun ni quería ir a la sesión de "apoyo" me sentía pperdida
A medida que pasa el tiempo te das cuenta de lo que una persona es capaz de hacer por lastimar a otras, No les importaba si tenía dinero o no.
Por lo visto, con o sin este igual yo seguía siendo presa de ese tipo de personas.
Cada año que madurada mas y mas, me daba cuenta de esa cruel reflexión.
Si yo era la mas "fuerte"... ¿Qué quedaba de las débiles?
......
Ajaaa pillines
Teorías?
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