Capítulo 17 💥
Las dos caras de la moneda
....
Recapitulemos lo que me pasó el día de hoy:
Al despertarme con toda la energía y acceder a fingir ser la mamá del muchacho no parecía tan mala idea cuando comenzó el día.
¿En que momento todo se fue por la borda?
Por alguna razón, mi cuerpo ya había perdido la tolerancia al azúcar cómo cuando era una niña y todo el helado había sido desechado en menos de lo que duraba el dinero en mi cuenta.
Y aquí estaba... Buscando como huir.
No sé porque yo estaba siempre en el medio de las discusiones Ajenas, era como esas veces que tu amiga con novio pelea en medio de la calle y tu simplemente estas alli buscando alguna forma de huir de esa situación.
En algún momento la puerta de salida estaría fuera de la atención del señor Dominic Elliot y podía escaparme de este problema.
Estaba asustada por su reacción y tampoco que Joe lo hacía fácil con sus respuestas sarcásticas, había sido mala idea de su padre reclamarle sobre sus acciones infantiles, el muchacho se levantó y golpeó la mesa con fuerza.
— ¿No te has dado cuenta que soy un niño?.— le gritó furioso y yo levanté la ceja.
....
"Vaya, el crío tenía razón "pensé y vi a Dominic con la boca abierta procesando lo que había pasado y semejante respuesta que le dio Joe, seguramente no se lo esperaba, el muchacho se fue de la mesa y rápidamente su padre reaccionó como cualquier otro.
— ¡A tu habitación...!
— ¿A dónde Crees tu que voy?— le respondió sarcástico y se fue al pasillo cerrando la segunda puerta.
Por lo visto los dos estaban empatados, La tensión en el aire era incómoda me fui rodando por el sofá para intentar desaparecer del "mafioso" que tenía problemas con su hijo casi adolescente.
— ¡Tú! no creas que te vas a escapar Eleine... he sido tolerante con cada una de tus locuras.. por... ¡demonios! ¿ustedes en verdad creen que yo soy un ogro?— Preguntó ofendido señalándose, la verdad no lo parecía un ogro, ya que era sexy ¿Existían los ogros sexies?... Pero si era de la mafia tal como había dicho su hijo, debía de tener cuidado con mis palabras.
— Bueno la vida que llevas y...
— ¿vida? ¿Qué sabes tú de mi vida Eleine Brooke? —Me Pregunto ofendido.
Por primera vez, Dominic me trataba sin tacto o sin su paciencia que era como una indiferencia característica o en este momento, habíamos cruzado mas palabras desde nuestro primer encuentro.
Levantándose molesto hacía mi, me retrocedí temerosa pero se desvió acercándose a un pequeño bar a un extremo del apartamento, sacando una botella, la destapó y se la llevó a la boca
— demonios — la apartó molesto —... me voy a tomar el maldito vino de consagrar, mierda—. Se quejó con tantos insultos que me sorprendió, jamás lo había escuchado insultar así, se quedó mirando la botella incómodo.
— Tú... Si... esta bien no se nada de tu vida, pero creo que tú tampoco sabes de la vida de tu hijo si al caso vamos. Y no es para que me trates así...— le respondí ofendida levantándome de la mesa .
"El papel de ofendida" no iba con la situación, pero de alguna forma tenía que huir del lugar, salí casi corriendo del departamento. Odiaba la presión de las peleas familiares porque me recordaban a mi casa y en ese sillón me vi a mi misma reflejada con mi abuelo, ese mocoso me hizo darme cuenta que ni de coña iba a tener hijos...
Imaginen el karma que iba a sufrir con mis hijos, de niña había sido insoportable.... Y la ley de la vida dice: "sácale canas verdes a tus padres que tus hijos te la sacaran a ti".
Y estaba decidido:
No tendría hijos propios y menos madrastra. Por más sexy que sea el padre... no me imaginaba siendo madrastra de un niño... Joe no era un niño, iba a ser un adolescente dentro de poco, a todas estas ¿Dónde estaba la madre del niño? Joe hablaba de su padre siempre o de su abuela, incluso de sus tías y de sus parientes mafiosos y las historias de pandillas, pero nunca hablaba de su madre.
¿Era viudo acaso? Y si era viudo tampoco me tenía que importar. O sea, ¿Qué pensaba?
Estaba tan estresada que había olvidado que había cagado en su baño.
¡Maldita suerte! Por lo visto nuestra incomodidad iba a continuar un tiempo mas.
YA alejándome del departamento estaba caminando de regresó al mío, el barrio de día se veía mejor que en la noche, ¿acaso este lugar fue tan pequeño? Cuando era una niña y me escapaba recordaba la ciudad enorme, todo era una larga distancia, pero ahora solo levantaba la mirada y alli estaba por algún motivo la fachada de la iglesia bastante cercana. Era un asco, bueno... ¿A quién engaño? Esa capilla tenía un hermoso diseño y no lo podía negar, acercándome al edificio observaba esa enorme estructura de aspecto gótico que incluso tenía gárgolas en la parte superior.
De todos los caminos siempre me llevaban a mi pasado, ¿había un atajó para mi futuro? Si lo conseguía tenía que marcarlo y no alejarme de éste nunca. Sorprendida con la boca abierta observaba ese edificio, jamás en mi niñez admiré la belleza del lugar, ¿quién lo iba a hacer cuando desde los 4 años era obligada a ir a misa?
Arrastrada por mi abuelo para asistir a la misa: había realizado catequesis, bautizo y confirmación, todo a su respectivo tiempo y con sus respectivas clases y sin ocultar la propaganda religiosa que me hacían lavar el cerebro en primaria.
Pero terminé siendo una especie de agnóstica o atea, ni yo sabía que carajos yo era, posiblemente era una creyente de Coco Chanel y la moda.
— te encontré— sentí su mano sostenerme del brazo, al girarme vi sus profundos ojos, estaba sorprendida ya que no lo esperaba, sus mejillas sonrojadas y sus labios enrojecidos.
Para ser un ogro era demasiado hermoso.
....
Dominic.
Le había gritado a la única persona que ayudaba a mi tonto hijo. Después de regresar de Italia a mi lado, fue extraño intentar una vida "normal" luego que había salido de prisión.
En ese momento cuando regresamos otra vez al país habíamos decidido ser padre e hijo.
Éramos solo nosotros dos desde el momento que su madre lo abandonó con apenas dos años. Regresar del seminario un fin de semana y llevarme esa sorpresa no se comparaba con ir preso por un "error de logística" por segunda vez, no era lo que yo esperaba de mi vida, jamás lo imaginaba cuando apenas salía del reformatorio e iba a casa de mi tío para estudiar la biblia y emprender el camino sacerdotal.
Pero... Al salir y convivir con el niño adorable que recordaba me llevé la sorpresa que aquél niño amable se iba convirtiendo en una bestia gruñona. Si le decía algo éste me respondía sarcástico, si quería ayudarlo en lo que sea, se molestaba y se encerraba en su habitación. Por lo visto aun no estaba comenzando por la terrible "pre-adolescencia" Y si así era normal...¿Qué me esperaba a mi cuando ocurriera eso?
Y lo peor sería que al crecer tendría el mismo carácter de mierda por el cuál todos me criticaban.
No lo podía negar, Joe era mi hijo, todos pensaban que no, pero en el momento que mi madre vio por primera vez al niño se dio cuenta que tanto físicamente era mio, incluso igual de insoportable y sarcástico, yo había sido igual o mejor dicho... seguía siendo igual, ¿Pero un hijo mío y de Eleine?
Ese niño sería el niño mas terco que existiría en el mundo...
Un momento, ¿Qué hacía yo imaginándome en este momento como serían mis hijos con Eleine si apenas lograba controlar al mío?
— No creas que te vas a escapar Eleine... he sido tolerante con cada una de tus locuras.. por... demonios ¿ustedes en verdad creen que yo soy un ogro? — le preguntó Pregunte ofendido, me señalé lleno de impotencia y su rostro decía claramente su respuesta, era la misma cara que había puesto que la recordaba casi la última vez cuando me defendí de aquellos hombres y ella estaba alli, agachada nerviosa, seguía con la misma mirada.
Con su respuesta vaga me molesté ¿ está mujer que pensaba?
— ¿vida? ¿Qué sabes tú de mi vida Eleine Brooke?— le reclamé.
Ella seguía con la misma expresión de miedo, la misma maldita cara.
¡maldición, Eleine!
¿Qué pensaba que yo era? ¿Un asesino a suelto o que mierda? Estaba frustrado y con solamente una botella de vino de consagrar que me tocaba llevar a la iglesia, deteniéndome antes de cometer un pecado vi a Eleine corriendo dejando su abrigo en el mueble.
Suspire tomando fuerzas y lo sostuve, aquél pequeño abrigo aún tenía algunos cabellos rizados de la muchacha.
— Entre tú y el demonio lleno de cambios que tengo en el cuarto, me enloqueceré...—
De todas las mujeres en el mundo me tenía que gustar la loca que se lanzó en un charco de agua contaminada cuando tenía 17 años. Siempre la miraba sin que ella supiera, las veces que la veía camino al trabajo cuando debía estudiar en la secundaria, esa torpe adolescente solamente había cambiado en el volumen de sus curvas y la sensualidad de su cuerpo. ¿Tendría suerte de encontrarla? Si no lo hacía al menos llevaría el vino en la iglesia antes de tomármelo con la rabia.
El destino en verdad me quería meter a la pequeña entre ceja y ceja.
Con su sonrisa y observando manera absorta la iglesia, ella era hermosa por mas que fuera un huracán desastroso que revolvía todo a su paso ¿Acaso no había una tormenta natural llamada "Eleine"? Si no existía, en la próxima temporada de lluvias enviare una solicitud para que sea incluida.
Mientras me acercaba sin querer molestarla, no se porqué sentí el impulso de abrazarla pero simplemente la tomé del brazo, ella se giró y me vio con enormes ojos hambrientos de afecto.
— Te encontré,... No imaginaba que regresarás a la iglesia— apartando su brazo de mi mano, me miró con el rostro arrugado.
— ¡Me asustaste!. Mierda al menos avísame, carajo— maldijo llevándose la mano al corazón.
— El lenguaje frente a la casa de Dios...Eli— le señalé la capilla y ella suspiró incómoda.
— Lo siento.. "Dios"... — se disculpó y volvió su mirada hacía mi esperando aprobación, Ambos nos miramos el rostro esperando alguna respuesta de alguno de los dos lados... ¿Ninguno iba a ceder?
— ¿Qué haces aquí?— Preguntamos al mismo tiempo y sonreímos.
— Discúlpame...— dijimos a regañadientes al unísono y ella oculto la sonrisa con un gesto tímido, cubriendo sus labios con ternura.
— Discúlpame tu a mi... yo..— continuamos por lo mismo era al mismo tiempo como los tres diálogos anterior.
— Déjame hablar—. Le contesté avergonzado mientras le cubría los labios con la mano —, no debí pagar mi rabia contigo... yo..
— Yo no debí tratarte así.— apartó mi mano— tienes razón... Yo no debí meterme en su vida. Ni juzgarte... Joe siempre dice lo bueno que eres y ...
— ¿joven Dominic?— Nos interrumpió justamente el padre Alexei deseaba que fuera otro y no él, mirando a Eleine con una sonrisa de picardía y antes que explicara lo que sucedía sonrió tomándola de las manos.
— Tenía tiempo que este pícaro no traía una chica a la iglesia... ¿Han pasado cuantos años? — yo lo miré incómodo y negándole con la mirada que no continuara Eleine me vio como si fuera un casanova.
— ¿Así que traes muchas mujeres a la iglesia? No sabía que te gustaba esas citas— Dijo riéndose Eleine.
— A él le encantan las mujeres, tanto que dejo los votos y...
— Padre Alexei, le traje su vino.. — le interrumpí antes que terminara contando una biografía de mi vida distorsionada de mi vida.
— ¿Vino? Vaya... se me había olvidado.
— Vámonos... — la llamé rápidamente y tomándola de la mano Para huir de allí.
— No me has presentado a la niña. ¿Cómo se llama? ¿Cuándo vienen a la asesoría de parejas de la diócesis?...
— Ella es Eleine y esta ocupada... Vamos—
— Un placer padre ¿ o sarcerdote? ¿cómo le digo? — preguntó riéndose ella siguiéndole el juego y yo la arrastre más hacia atrás.
— Recuerda venir antes de la misa que tenemos que arreglar las cosas — despidiéndose yo sonreí nervioso. Tomándola de la mano rápidamente trate de sacarla de alli mientras el padre Alexei empezaba a relatar citas de la Biblia que hablaba sobre las parejas.
Fuera de la vista del padre, suspire aliviado y ella seguía riéndose.
— ¿asesoría de parejas?— Preguntó riéndose.
— Si... bueno... ignoremos lo que paso— le dije avergonzado.
— Debo disculparme— me interrumpió y la mire sorprendido — lo siento, yo... No te conozco y te ofendí Señor, ¿Puedo decirte Dominic?... Dominic, no quise hacerlo, solo siento ... me dio miedo.
Me detuve y me acerqué hacia ella.
— ¿Miedo? ¿De mi? Te he visto casi desnuda mas veces de lo que puedo mencionad... — dije riéndome y ella hizo un tierno puchero.
— ... es porque como eres mafioso..
— ¿Mafioso.? ¿Es por qué estoy en la misma clase que tú? Si mal lo recuerdas tu estas en clase de dominio de ira, no de narcotráfico o de mafias— ella me miro en silencio y vi que quería preguntarme algo más —¿de dónde sacaste esa idea?.
— Si te das cuenta tu rostro es de un mafioso. Eres misterioso, vas a la iglesia... extranjero.
— ¿Esa es tu definición de estar en la mafia? ¿Una definición que podías haber sacado de una película?— me burle y ella titubeando respondió.
— Joe me dijo que su abuelo lavaba dinero.. —dijo casi en un susurro y yo sonreí. Todo esto venía por Joe, ese mocoso por lo visto había hecho demasiada confianza con Eleine. Suspire y me revolví el cabello para liberarme el estrés.
— Eleine... veamos... yo nunca fui de la mafia...
— Pero...
— Espera, déjame explicarte Eleine y escúchame. No quiero que estés aterrada por mi presencia. Si fuera un mafioso no hubiera durado tan poco tiempo en la cárcel y entré por culpa de mi primo... él quería envolver a mis hermanas en los negocios de mi padre... ellos lavaban dinero de un mafioso de la zona, mmmm mi papá... era ese... — carraspeé tratando de explicarle.
— Por primera vez siento que conozco algo de ti que no sea... la verdad nunca he hablado nada de ti y pareciera que nos conocemos... de siempre — dijo ella nerviosa y sonreí.
— ¿Y ahora te das cuenta?— Pregunté riéndome y ella ocultó su sonrisa con la mano.
— Me da vergüenza pero... Yo... suena loco y nos hemos encontrado siempre...— se trató de explicar sonrojada— siempre... ¿Por qué no nos conocemos mas?.— propuso sonrojada.
— Has vomitado encima de mi y has...
— No sigas por favor — insistió avergonzada y sonreí suspirando.
— Gracias por estar atento con Joe, de verdad el cambió mucho.. demasiado no sé... — le traté de explicar.
Tal vez no perdonaba que su madre no lo hubiera llevado con ella o que yo hubiera ido preso por bastante tiempo, aquél cambió donde tuvo que ir a Italia y luego regresar otra vez.
— Él te quiere, solo habla de ti si es lo que te preocupa, Dominic... solo dale su espacio y su tiempo... él no es un niño difícil...—aseguró con una sonrisa —difícil fui yo... — dijo jugando con las manos, era cierto... esa niña había sido un terremoto cuando era pequeña, quería besarla, acariciando aquél rizo sobre su mejilla lo aparté a un lado.
— Eres buena con los niños, mas de lo que crees. Si se abrió contigo, he tratado de todas las formas.
— ¿ has pensando en no insistir tanto? ‐ me respondió y la vi sorprendido.
— ¿Ahora eres consejera infantil?— Pregunte riéndome y ella asintió frunciendo sus labios.
— No soy consejera pero así en la vida, date cuenta... veamos, insiste en algo e insiste y eso te frustra... deja que el mismo venga a ti—. Dijo con una extraña aura de sabiduría.
— Es la cosa mas sensata que he escuchado de tu boca en mucho tiempo—
Con ternura me dio un codazo y yo me reí por eso.
— Déjame, que me haga la idiota no significa que lo sea. — contestó ofendida y yo seguí riéndome, su presencia a mi lado era algo que me gustaba.
Me arrepentía de muy pocas cosas, pero haberme alejado sin conocerla... Tampoco era una persona tan habladora cómo lo era mi compañía, ella hablaba sin parar... relatando una historia de ¿zapatos?.
Si ... Eleine estaba hablando de zapatos, mientras caminábamos de regreso a su casa, y sentí una presencia extraña en el ambiente. Eleine se detuvo y me miró inquieta y sonrió.
— ¿ Te ... — se detuvo antes de terminar la pregunta y sacudió su cabeza.
— ¿Pasa algo?— Pregunté al ver que se había percatado de la misma sensación que yo tenía y negó.
— Estoy bien.. solo estoy algo cansada... si cansada— reafirmó, aunque no le creía lo que me decía, observando en la calle como un automóvil negro aceleraba y cruzaba, por lo visto alguien estaba detrás de esta chica.
— ¿ No has pensando en mudarte...o vivir en casa de alguna amiga, o compañía...? .
— No soy alguien de muchos amigos y me gusta ser autosuficiente... tú ... ¿Quieres cenar conmigo?— Preguntó sonrojada y antes que le respondiera— Tu y Joe, como disculpas... por lo del baño.— me explicó y lo ultimó fue en voz baja.
— Somos humanos... todos ca...
— ¡No lo digas en voz alta!— chillo nerviosa—... solo di si quieres venir a cenar y si tu respuesta es no, bueno.. — dijo avergonzada.
— ¿Dónde será?
— en mi casa y yo cocino —me insistió y por alguna forma eso me hizo reir.
— ¿Sabes cocinar?— Le pregunte riéndome y ella arrugó el rostro. — vamos no te molestes, claro que iré.. iremos, Joe y yo... — respondí y ella sonrió — ¿ Te acompaño a tu casa?— Pregunté al verla aún incomoda y ella asintió. Al llegar a la puerta de su apartamento la mire mas aliviada, nerviosa la abrió y miré a los lados.
— ¿Estas bien Eleine?— ella asintió con la cabeza.
— no te preocupes... estoy bien...— respondió desanimada.
— ¿Mañana vas a ir al taller?— le pregunte para calmarla y desviar el tema.
— Tengo que ir, no quiero terminar cavando y sacando basura en las afueras del camino...
— Te paso buscando entonces, —
— No hace falta Dominic, yo estoy..
— No voy por ti, simplemente tengo negocios que hacer cerca... — le expliqué y ella me miró inspeccionándome, por lo visto no era bueno mintiendo — No es de la mafia... voy a entregar unas cosas de la parroquia y luego voy a buscar mis papeles de "graduación" en administración. — mentí y ella termino aceptando al final.
No era la primera vez que sentía esto, ella estaba siendo seguida y Alguien debía saber de esta situación, ya que no era algo tan secreto porque si esa niña tan despistada como Eleine se diera cuenta de que la seguían, con el primer ataque y cada sombra que siempre estaba detrás tenían relación.
Anguila se había dado cuenta y me lo había advertido, alguien debía saber más de esta situación, pero si un carterista como Anguila se había dado cuenta pero no sabía nada, tendría que buscar un mejor informante como diera lugar.
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