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Capítulo 13 💥


UN SECRETO. 

.....


Al día siguiente, todo se dio como cualquier otro en mi vida:

Se pueden imaginar como empezaba: sí, fue ¡Súper aburrido!

Me sentía incómoda por todo lo ocurrido, pero hoy tenía cita con mi abogada y tenía que ir a juro, pero en la entrada me lleve una gran sorpresa.

— ¿ Teddy? — dije emocionada al ver a mi ex compañera de celda frente a mi en aquella oficina.

— Siempre luces bien, niña fresa... ¿En cuantos líos te has metido últimamente? Preguntó sonriendo mientras se acercaba a abrazarme.

— No muchos, tu sabes muy bien que no me meto en problemas...solo... ¿Qué haces aquí?

— Estoy en libertad condicional oficialmente,¡ soy libre!— saltó animada celebrando su libertad y yo la acompañe en su baile mientras la gente nos miraba extrañamente como si estábamos locas.

— ¿Vendrás con mi mismo abogada? Pregunte emocionada y ella negó.

— Vine porqué me ayudo a pasar el caso con un abogado en el sur... Regresare a casa. — dijo emocionada, me sentía desilusionada por lo que ella me decía, perdería a otra amiga por lo visto.

— ¿ A casa? — pregunte sorprendida y ella asintió,

— Me siento feliz, luego de tantos años... regresare a mi hogar, fueron 10 años en una prisión, la mitad de mi vida. Pero...

— ¿Pero?

— Consecuencias que uno debe asumir por malas decisiones. — continuó con melancolía.

Teddy había sido atrapada con una cantidad importante de droga que su novia había dejado en su maleta, por desgracia ella había sido atrapada y puesta tras las rejas,ella era una chica bonita y para ser unos años mayor que yo en prisión fue una chica que me ayudo bastante y me protegió siempre, de aquellas chicas que solo querían abusar de mí por verme tan delicada.

— Entro a mi cita, ¿ me esperas? Te doy un café por eso. — dije sonriendo.

— ¿No lo harás tu cierto? Pregunto riéndose y yo negué, insinuó recordando aquellas historias de los escupitajos en el café.

— Yo solo se hacer instantáneo, saliste de prisión no te voy ha tratar tan mal.— le respondí avergonzada-

Terminada la sesión, me encontre con la chica sentada en la sala de espera, Teddy no era una chica fea por lo que incluso yo la consideraba bastante atractiva, pero la imagen que daba era de una chica ruda: de cabello corto y rapado de un lado, con los rasgos bastantes fuertes y con tatuajes mal dibujados en sus brazos, era del tipo de mujer que si te cruzabas en la calle o el subterráneo te asustabas por su presencia y al ser mi compañera de celda, en mi primera noche no dormí del terror, pero resulto ser mejor católica que yo, siempre rezaba antes de comer y de dormir e incluso era bastante inteligente para los números, de ascendencia hondureña sus rasgos estaban acentuados en ese look un poco bronceado.

— ¿Sigues en terapia de ira? Preguntó mientras me rodeaba con su brazo en mi hombro y yo le sonreí.

— Si,— afirmé—si no lo hago me tocaría ir a recoger basura.

— Al menos saliste bien librada y rápido, gracias a tu abuelo.— Dijo ella animándome, yo suspiré y evité ese tema. — ¿ has ido a verlo? — preguntó y yo me rasque el tabique de la nariz incómoda.

— Él vino a mi, me lo encontré camino a mi trabajo... Y tu sabes... siempre "preocupándose"— dije hundiéndome entre hombros avergonzada.

— Tu abuelo te quiere, exageras todo lo que te pasa...— me regaño y yo levanté la ceja —¿trabajas de que? — preguntó curiosa y yo sonreí.

— Soy mesera. — respondí avergonzada — luego de haber sido secretaria, asistente en oficinas... termine siendo mesera, aquí — dije enseñando el pequeño cafetín y ella arrugó la frente en desaprobación.

— Tienes una familia con la fortuna que se compara a la gente que sale en la lista Forbes ¿Y trabajas cómo mesera?— se burló y yo apreté los dientes —¿ Qué paso con la universidad?

— No quiero continuar... además ¿ cómo lo voy a pagar? Pregunte y ella estalló de la risa.

— ¿Cómo? ¿Me estas jodiendo Eli? Tus padres son herederos, tu eres heredera de una cadena de hoteles, ¿ has pensado en eso? Vives como una indigente en un apartamento donde vivió un asesino satánico y dónde ocurrieron 10 asesinatos. — me reprochó.

— No, Teddy. No fueron 10, solo 2 y un suicidio y no fue un asesino tan "inteligente..." apenas mató dos personas y un gato. — le corregí y fui detrás de la barra para cambiarme, alli la hermana Doris que era la mayor nos miró y asustada siguió con la mirada a mi compañera.

— Te sigue una carterista, esperemos a que se distraiga y la golpeamos para llamar a la policía. — me susurró preocupada y yo me reí.

— Es mi amiga, no te preocupes.. — dije riéndome y ella me miró sorprendida y le dedicó una mirada de odio.

Luego de cambiarme, salí ajustándome el delantal y la señora Doris me sonrió.

— Tienes un admirador que ha estado toda la mañana esperándote— dijo riéndose.

— ¿Admirador yo? Si a mi nadie me busca o mejor dicho: "me admira"— negué y ella sonrió con picardía. Tomé la jarra de café y fui a la barra donde estaba Teddy para servirle.

— ¿ te seguirás llamando Teddy, mi querida " Theodora"? — comenté con aquella malicia ya que ella se había burlado de mí primero... Bueno, había dicho la verdad..

— ¿ Te regañaron por mi culpa cierto? Preguntó preocupada y yo negué.

— No, las viejas son así, incluso conmigo... cuando llegue pensaban que era inmigrante ilegal.. ¿ Me veo como una? — vi que Teddy sonrió y antes que me contestará yo me adelante — no le veo la gracia. — dije colocando los ojos en blanco y la amenace — si sigues así escupiré en tu café.

— ¿ Se te quitó eso de escupir en el café? Susurró Teddy riéndose y yo me fui con la jarra a la barra, molesta, todas en la prisión me conocían como "escupitajos" ya que al contar esa historia todas se murieron de la risa, busque unas rebanadas de pan tostadas para darle y en la barra me llamo Doris.

— Míralo, alli esta— dijo señalando me giré y busque en el cristal al supuesto "admirador" ¿ Y si era el señor Elliot? ¿ O un millonario que me diría: "vamos a gastarnos toda mi fortuna en zapatos"?—¿No lo ves? Lleva toda la mañana alli— señaló al pequeño que miraba entre las persianas hacía la barra, lo miré y lo reconocí, el niño perdido: "Joe" saludándolo e invitándolo a entrar me miró y siguió de largo.

— ¿Qué? ¿ está loco? — pregunté y la señora sonrió.

— Tu primer admirador en este lugar, desde bien temprano esta por alli, pero al parecer solo quería verte— se burlo la señora.

— ¿Qué paso, Eleine? Saliste con un anciano y ahora con niño,— dijo cubriéndose el rostro por la risa que tenía —"la moral Eleine, la moral..."

— El "innombrable" no era un anciano. — me quejé molesta.

— Para mi era un hombre mayor y tengo 31 y tu con 25 saliste con un señor de 55 años.. — me reclamó y yo me reí.

— Teddy, él no tenía 55... —negué —tenía 51 y no era un viejo en la cama... — le aclaré y ella .

— Claro Eleine lo que tu digas— masculló entre risas

— ¡Cállate! me quejé y ella seguía riéndose —

¿Qué mas me quedaba? Reírme de mis desgracias con ella.

Yo nunca fui de tomar buenas decisiones y lo único bueno de haberle destrozado el auto George en un ataque de ira... había sido... No sé ...¿Conocer a Teddy? Yo no me justificaba, aquel acto de violencia en plena calle había sido igual de estúpido que lanzarme en una alcantarilla, pero tampoco lo que este tipejo me había hecho y lo que pensaba que yo era para él.

Un simple polvo y nada mas.

Unos meses atrás

---

—¿Vas a dejar tu esposa por mi? — pregunte emocionada y él asintió sin mucha emoción, George era el contador mas reconocido del lugar que incluso su nombre salía en revistas, aunque no tenía idea de ese tema o de lo que "contaba" porque no era un tema que me importara.

Solo me importaba él, y eso no dejaría que me arruinara las ilusiones que él mismo me había cultivado.

Quitándome con delicadeza el vestido, yo desabotonaba los botones de su camisa y la apartaba, su cuerpo no era de ningún joven pero se notaba que se seguía cuidando ya que él siempre corría en el central Park, era lo que diríamos: "un mayorcito bastante atractivo", por unos mas mayor incluso que mi madre y sin contar que su hijo menor era casi de mi misma edad, nos dábamos cuenta de la diferencia enorme de edad entre nosotros.

Pero no me importaba, solo me importaba embriagarme por el amor.

—¿ Me amas? — pregunté mientras me acariciaba el cuello y apartaba el brassier, acercando su mejilla de mi pecho sostuvo mi cuello y empezó a succionar mi pezón izquierdo, cubriéndome con firmeza la boca con su mano.

— No hables de amor en la cama, tienes que aprender eso por las buenas, Eleine... No te comportes como una adolescente que se acuesta con otro. Tú eres una mujer y mas si estás conmigo, debes estar a mi altura— me exigió con dureza, apartando su mano, empujándome contra la cama sus labios me atacaron con fuerza, mordiendo y succionando mis labios con pasión y rudeza. George era la mayoría de las veces frío e incluso por mas activo en la cama que era, me sometía con mano dura.

Alli estábamos, como toda enferma por amor lo seguía, debido tal vez a la falta de afecto paterno o cómo siempre dicen los psicólogos que la mayoría de las mujeres sin padre buscan afecto de un hombre en algún lugar y mayormente eran con una gran diferencia de edad. Yo estaba en esta relación sin retorno con él, sus besos fríos, sus caricias... Todo estaba lleno de frialdad, terminando el acto me apartó el cabello y me limpió el rostro con algunas lágrimas que se corrían por mis mejilla.

Eso era lo las amable que siempre hacía después de tener sexo, besándome con calidez me rodeó en sus brazos velludos y acaricie su pecho cubierto de vellos. No me gustaba tanto" cabello" en el cuerpo de un hombre, pero en él era sexy además de haber pasado de un chico que "cambió de género" a un macho alfa lleno de testosterona que para ser un contador se veía demasiado misterioso y oscuro más de lo que imaginaba.

¿No que todos los contadores eran aquellos nerds que usaban lentes y camisas sin combinar que sólo hablaban cosas aburridas?.

De todos los que conocía, George no era tan "transparente" como yo.

.....,

.....

— ¿Te gustó? — Pregunté mientras me acurrucada en su pecho.

— Me gusta pero me gustas tú,— aseguro acariciado mi torso desnudo debajo de la sabana —a ver dime ¿Cuál es tu número de seguro social?— preguntó curioso.

— ¿Mi número de seguro social? Le respondí riéndome

— Sí, tu número, además ¿ Me habías dicho que tu cumpleaños era el día 7 no? — preguntó curioso.

— ¿ me vas a robar mi dinero? Si eso es lo que quieres déjame decirte que mi cuenta está en cero.. — bromeó y él sonrió.

— No, solamente quiero saber todo de ti, tu cumpleaños tu tipo de sangre, la edad de tus padres... quiero conocerte mejor, porqué te amo.— dijo besándome y colocándose encima de mi para otra ronda, cómo toda idiota enamorada lo veía como si fuera el último chocolate en la faz de la tierra, colocándole los brazos en el cuello sonreí ilusionada.

— Te amo, George — dije besándolo con pasión.

(...)

...... 

¿Por que cuando uno se enamora se apendeja? 

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