Epílogo

El pelinegro que estaba en aquella celda ya pasado mas de 3 años en la cárcel por su condena, este año seria puesto en libertad y mirando su compañero de celda, su primo Tony y una de las razones por las cuales estaba allí encerrado, él estaba como si nada pasara.

Quejándose su realidad y en parte esa estadía era por que su familia amaba tanto el peligro e ir por la vía ilegal...

Su presente sería otro, pero por mas que lo ocultará detrás de aquel libro de reflexión que estaba a su lado, él disfrutaba la emoción del peligro, y por eso siempre se metía en problemas al igual que ellos.

. – Tony, deja de juguetear con tu pene y acompáñame en el ajedrez— le exigió molesto.

— Ey, primo, sabes que no me gusta jugar al ajedrez- siempre me ganas. —se giro dándole la espalda

— Al menos me hubieran puesto un mejor compañero de celda— se quejo mientras colocaba las piezas en el tablero.

— Vamos primo somos familia, por eso estamos aquí. Si tan solo mi tío me viera estuviera retorciéndose de la rabia de que nos descubrieron.

— Por mi padre y el tuyo estamos aquí. Les dije que era una mala idea desde el principio y mi tío era demasiado mayor. Y ahora aquí estamos, con suficiente historial policial que al igual que Los miembros de "la cossa Nostra"

— Si exageras, idiota. Solo has estado preso dos vece, así que no te compares con los demás.— se burló y el hombre en el tablero movió la primera pieza. Aquéllos eran primos y a pesar de todo no se parecían mucho, el alto pelinegro de cejas pobladas y rasgos bastantes marcados que a diferencia de Tony, su primo que las sangres gitanas de su familia rumana marcaban sus rasgos y su peinado puntiagudo.

— Tu amas estar aquí en prisión, mas pasas diciendo que extrañas este lugar que vivir afuera, haz el movimiento Tony.

— Si, tu viviste con el tío Claudio y ese lugar es peor que la cárcel. Dijo mientras se sacaba la mugre de las orejas y el otro giró los ojos y giro el tablero para jugar el otro color

— El tío Claudio enseñaba la palabra de Dios y a tu lado solo hubiera aprendido a ser detenido por lavado de dinero... Como toda la familia— respondió sarcástico .

— Oye... no te molestes... Pero te detuvieron por lavado de dinero y Tenemos el mismo historial. Lo siento primo.— se burlo y él otro suspiró molesto Y se sumergió en sus pensamientos.

Tanto tiempo había estado huyendo de ese lugar y termino en la prisión, había desertado dos veces de sus sueños y esta última vez terminó en presión para evitar que su hermana terminara casada con un mafioso por el control de su territorio.

Pero ya no había territorio en su nombre, todo había pasado por el idiota que ni sabía sumar rápidamente.

Y si, había vivido en un seminario en Italia y por sus "errores" tuvo que irse. El recuerdo de una mujer de su pasado entró en sus pensamientos al ver la fotografía de una mujer morena en traje de baño en la pared de su primo.

Y ahora era obvio que no la volvería a ver más, con su belleza era obvio que ya estaba casada. Suspirando mientras movía el caballo negro hacia un espacio libre en el territorio blanco.

— Dominic... ¿No has vuelto a ver a la dueña de la tanguita? Preguntó con picardía su primo.

— Si, la veo todos los días... -respondió irónico- mas bien, tu jamás debiste llevarte esa tanga. Le arrojó el caballo y este se apartó.

— No me imaginaba que tu tuvieras acción... Eres un seminarista bastante picaron — se burló y chispeando de la rabia le arrojó las piezas en la cabeza al muchacho que se reía.

....

Continuará ...