Capítulo 13
Adios.
Al darme cuenta de donde estaba, vi mi alrededor, el parque donde en ocasiones venía con mi padre, este era el mismo lugar. ¿7 años o mas? Él nunca estuvo presente y cuando por fin tuvimos nuestra primera salida juntos fuera de Nueva York a vivir con él un tiempo, me dijo que se divorciaba- me quedaría con mi madre y con mi abuelo y solo lo vería en vacaciones.
Pero algo dentro de mi sabía que nada volvería a ser igual, aunque tampoco era que fuéramos una familia "perfecta " ya que habían pasado mucho tiempo desde que ellos eran felices, si es que alguna vez lo fueron.
Mientras caminaba me sentía un poco más en una especie de paz, este parque me recordaba mucho a Central Park; y amaba ese lugar. Me senté en el césped mientras jugueteaba con este, el césped húmedo y las mariposas rodeándome.
— Disculpa.. ¿Señora me puedes ayudar? Pregunto un niño como de 8 años, este era bastante pecoso y pelirrojo, yo lo mire con fastidio y arrugue la nariz
— ¿Si? ¿Qué ocurre? Este mientras jugueteaba con sus manos sonrió sonrojado
— ¿Usted puede ayudarme a atrapar mi globo?
— ¿tu globo? ¿Tu no tienes padres? Anda con ellos. — respondí irritada, para haber estado a punto de creer que tenía un hijo hacía algunos meses atrás, a darme cuenta que era un asco con los niños.
— Mi globo está allí arriba y no quiero molestar a mi mamá.. — respondió haciendo puchero. Suspire y me levanté de mala gana y fui a donde el niño dijo. Me acerqué al árbol y traté de saltar para tomarlo, luego de varios intentos, sonreí emocionada ya que al atraparlo por la cuerda mire la esfera rosada y se la di, con una sonrisa tierna lo tomó y detalle al pecoso, éste estaba vestido con ropa fina: suéter de Cachemira y zapatos pulidos "demasiado pulidos para venir a un parque".
— Mira, allá están mis padres dijo señalando una pareja a lo lejos que hablaban sin darse cuenta de su alrededor como dos enamorados. Era una mujer joven de unos veintenitos, pelirroja y muy hermosa y a su lado, un hombre que ya yo conocía.
— ¿Esos son tus padres? Pregunte sorprendida
— Si. Mi mamá y mi Bueno papá... lo quiero mucho- respondió sonriendo orgulloso – ¿Usted quieres conocerlos? Mi mamá escribe libros...— y antes que continuara lo mire llena de odio
— ¡Tu... aléjate mocoso! — le murmure llena de rabia, tomando el globo intente romperlo pero al no lograrlo lo deje ir en el aire. — llegas a gritar y te meto esos zapatos pulidos en la boca— lo amenace.
Si, no fue una decisión muy madura de mi parte, aunque fue lo primero que se me ocurrió. El niño corrió aterrado y yo me fui molesta corriendo de lado contrario. Ya habían pasado tantos meses, mas bien años. Si, casi 3 años que no lo veía.
Y la última vez lo vi, fue de casualidad en el hotel del abuelo. Pero jamás me iba a imaginar que el muy maldito tenía otra familia. En la salida del parque los mire a lo lejos llena de celos, mi padre era un hombre de unos 45 años, era alto y de piel rosada pero una de las mismas características que compartíamos, solo era nuestro apellido. Él era feliz con ese cuadro, yo no era completamente blanca como él o rubia como esperaba y muchas veces me lo recordó cuando era niña.
¿ Él podía ser acaso más estúpido? Mi madre tenía una piel de un color bronceado con largos rizos que siempre alisaba mientras que su hermana era Morena y de cabello rizado, y mi padre pensó que por el gen recesivo de mi abuela materno que era blanca y con los suyos, él esperaba que fuera una niña blanca, o mejor dicho: un chico blanco perfecto, porque eso era lo que él quería: Un niño blanco.
Y si, aunque el mocoso zanahorias no se veía tan perfecto. Sentía un dolor en el pecho por la ansiedad, todos los que quería me abandonaban.
Yo estaba sola llena de rabia, ¿Con mi fideicomiso puedo comprar una familia?
— ¿ Donde estabas? Estuve llamando y no me atendías y...— dijo Taylor.
— Yo...yo, tenía cosas que hacer— respondí dejando los zapatos en la entrada, fui a la nevera a buscar algo que comer, yo estaba estresada y lo único que me ayudaba en estos momentos era comer, en el fondo vi que había un plato cubierto con una tapa
— ¿ y eso? Pregunte destapándolo y vi su contenido, era un plato con carne en juliana y arroz.
— Eli, es tu comida... no has comido a las horas, me di cuenta que no estas comiendo bien –
— ¿ acaso ahora te preocupo? Le interrumpí con sarcasmo.
— Siempre me has preocupado – contesto rápidamente, sentía la molestia en su rostro pero lo ignore. Tome el plato y me senté a comer y sentía su mirada sobre mi.
— ¿Tengo algo en la cara?
— ... tu... te ves distinta —dijo Taylor. Yo suspire y le sonreí de mala gana
— ¿ acaso ahora lees mi mente o que? Respondí sarcástica mientras picaba la carne.
— estas muy seria... pero...¿ estas bien? Insistió tomando mi mano y Levante la mirada.
— ¿A ti te pasa algo? Pregunte sorprendida
— yo solo... siento que nosotros nos estamos.. intoxicando.. somos..
— Tu..¿ esto es lo que quieres?¿ Irte? Estas endulzándome para decir " Ey, me ire" ¿Asi... como si nada? Me levanté dejando el plato a un lado.
— ¿Pero que hablas? Yo.. yo... Tú...
— ¡Se que te quieres ir.! Lo se...
— Eli...¿Tu, estás espiando me? Preguntó arrugando el rostro.
— Lo vi de casualidad, se que no me soportas se que no me quieres.. solo ten el valor y dímelo en mi cara — le grité. molesta. Me sentía herida por todo, pero entonces era verdad y ya él lo había dicho... Yo solo lo había mencionado por pura casualidad de la rabia que sentía, pero de verdad quería irse... me dolía, era igual que papá y que todos a mi alrededor.
— Tu no deberías decirme cosas yo te quiero... pero...
— ¡No me amas!,¡Aquí nadie me ama!... solo soy un tonta esperando el amor de alguien... ¿acaso era tan difícil amarme? Le grité molesta con las lágrimas en los ojos.
— Eleine.. yo... no entiendes. — dijo en voz baja
— claro no entiendo, no entiendo nada. Tu eres el único perfecto, ¡Eres mas perfecto que yo! Le grité arrojándole el tenedor. Su mirada sorprendida se fijo en el objeto que estaba en el suelo, había faltado por unos centímetros para golpearlo. Taylor se levantó yéndose a la habitación y se encerró. Y me había dado cuenta de lo que había pasado y me levanté detrás de ella corriendo.
— ¡Taylor!.. abre... ¡hey!.. ¡Abre!— grite asustada, escuchaba ruidos desde adentro y traté de mirar debajo de la puerta y no veía nada, solo sus pasos de un lado a otro. Ella abrió la puerta y la mire desde abajo, y tenía a su lado una maleta de ruedas.
— Yo... lo siento amor.. yo.. — me disculpe llorando.
— Esto tiene que acabarse. Nosotros... nos terminaremos odiando mas si no me voy — sentenció nervioso.
— Yo .. te amo no digas eso.— Dije llorando y Taylor ese agachó y me limpió las lágrimas.
— Eli, ya estamos descarriados y tu no quieres enfrentar la realidad, es tiempo que lo hagas. Por ti... — y yo negué con el rostro lleno de lágrimas — se fuerte Eleine, tu puedes ser feliz sin depender de mi sombra o de tus padres. Yo sé que puedes...
— ¡Yo no dependo emocionalmente de nadie.! Estoy ...bien... Por favor, no me dejes. No me dejes tu tampoco— insistí desde el suelo y Taylor se limpió sus lagrimas.
— No te estoy dejando.— Dijo con dulzura—. Jamás te dejare, tu eres lo mejor que me ha pasado... Me ayudaste a ser quien soy. Tú no me necesitas para ser feliz, ya simplemente Tu eres un Rayo de felicidad donde quiera que te pares.
— ¿A donde irás? No tienes donde ir.. y yo..—
— Tranquila.. iré a casa de una compañera, allí después entregaré todos los trabajos para graduarme e irme a casa de mi prima en Alaska... Yo odio el frío, pero ella puede recibirme un tiempo ya que vive sola y luego iré a estudiar en la universidad. Tu debes hacer lo mismo, eres hermosa... de verdad lo eres—. Dijo limpiándome las lágrimas y yo le tomé las manos.
— No me dejes por favor. — insistí sollozando y Taylor negó con l cabeza.
— Tu tienes que dejarme ir. Te amo... y Es lo mejor.
Apartándome mire como tomaba su abrigo color verde y se enrollo una mascada en el cuello. Así se fue, sin mirar atrás y dejándome en ese apartamento solitario y vacío.
— Sabes Ty, yo vi a mi papá... en el parque, tenía un hijo al que quería.. ya que todos quieren más a otros... más que a mi... yo solo soy... un estorbo, — dije llorando y me acurruque en el mueble mientras miraba el ventilador del techo girar.
Sabia que tenía que acabar con todo esto desde una vez por todas.
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