Un nuevo comienzo, Una nueva escuela.

Revisando las gavetas buscando algo de comida me di cuenta que mi tía Tere, odiaba cocinar ¿Alguien podía vivir así? Por lo visto ella, – mi tía trabaja en una editorial pero no de modas, ella era la encargada de una editorial de reportaje semanal político, por lo que la política era algo que iba con ella. Levantándome mire las cajas a mi alrededor sin abrir, lo único era el sofá y un piano con una sabana encima.

– tiene dos años aquí y jamás ha terminado de mudarse,— me dije a mi misma, en mi recorrido salí al jardín y vi el jacuzzi lleno de hojas vacío y lo mite sorprendida — En verdad era como decía mi madre .. tenia un jacuzzi, en medio del jardín. ¡Cool!.

Luego de mi recorrido, subí las maletas a lo que sería mi habitación, al menos tenía la cama instalada y la mitad de mis cosas seguían en las cajas, en la pared estaba el espejo grande con mi nombre escrito en brillantina, además tenía mi cómoda aunque no tenía todas mis cosas allí encima, por lo visto en tan solo dos meses de campamento mudaron toda mi habitación pensé, y subí las maletas algunas arrastrándolas al medio de la habitación y me acosté en la cama. Aunque estaba algo polvorienta, era mi cama cuando había regresado del internado, desde la sala logre escuchar la puerta de abajo abrirse y me levanté corriendo para ver quien era.

Mirando la silueta femenina, le sonreí con alegría por verla, corriendo hacia ella me le arroje en sus brazos .

—¡Llegaste! dije emocionada. Mi tía se había quitado el abrigo y lo tenía colgado en el perchero, a diferencia de mi madre ella era tenía un tono casi rosado, pero su cabello lo tenía sin planchar, aunque ella estaba usando un pañoleta, podía ver los rizos detrás, resaltando las mechas rubias de su cabello marrón, abrazándome con cariño, hundí mi cabeza en sus brazos, ella no era la típica tía moderna o la más fashionista tía de todas, siempre usaba ropas color beige y gris aunque no le restaba que era una persona muy espontánea y divertida.

- No me imaginaba que estarías aquí tan pronto.— Dijo ella levantándome- ¿Qué hiciste para que te mandaran a ese campamento? Tu madre me dijo que estabas insoportable. —Dijo ella mientras me dejaba en el piso.

- ¿No trajiste algo de comer? Muero de hambre— evité responderle, entendiendo la situación ella saco de su bolso una bolsa con dos recipientes de plástico.

– traje hamburguesa— dijo llevándolo a la mesa.. y salte detrás de ella emocionada.

— No respondiste mi pregunta— agrego sacando las cajas y las colocó en la mesa. Eran unas hamburguesas enormes y silbando fui a tomar una, sintiendo el golpe rápido de su mano sobre la mía. Ya sabía donde venía ese golpazo.

— La verdad tuve algunos problemas... pero ya esta bien, todo esta bien y el campamento religioso me ayudó bastante. Domine lo que ellos dicen "mi ira" en ese lugar- respondí mientras iba a tomar la hamburguesa y ella puso los ojos en blanco, ocultando la mitad de la información pero esta bien. ¿O no? Al menos todos sabían que tenía problemas de carácter...

— Me mandan a la terremoto a mi, no hay nada mejor que cuidar niños.— se quejó sacándole le sacaba la cebolla y apartándola  a un lado.

— tengo 12, aún no soy una niña... soy casi una adolescente — dije hundiéndome entre. Hombro.

— Peor, en unos meses cumples los 13... a cuidar adolescentes, ¡Mierda!.

Después de comer fui a mi habitación y pensar que empezaba a sentirme feliz por haber sido castigada –.

El año escolar pasado no me había ido muy bien, me habían sacado de un concurso de belleza por haber empujado a una niña que se había burlado de mi cabello rizado, ese ataque de rabia había sido parte de la cereza del pastel, con mis padres peleándose mi custodia para que ninguno de los dos la tuviera y mi tía decidió intervenir para salvarme.

Era eso o quedarme en algún colegio de monja por elección de mi abuelo.

¿ Acaso Taylor será mi compañero de clases?

Se me había olvidado preguntar su edad o donde vivía pero sabía que era cerca por como estaba vestido.

Al día siguiente lo esperé afuera y no lo v en ningún lado, luego de un rato me rendí y entre a comer recalentado. Era un día ocupado donde tenía que sacar las cosas de las cajas y ordenarla, dándome cuenta que mi madre había olvidado enviarme la mitad de mis trofeos de concursos, había participado en muchos y había ganado 10, pero ya no era algo que le gustaba hacer conmigo, ya que a nadie le gustaba salir conmigo y algunos eran organizados en el mismo hotel del abuelito.

Aunque este año al tener 13 podía inscribirme yo sola... Falsificando la firma de mi representante y eso era tarea fácil, y tenía la madurez de diseñar un nuevo vestido, esa era mi meta.

Aunque no tenía ni la mas mínima idea de como hacer algún vestido, jamás había cosido y mucho menos tenía un sentido de delicadeza predominante, pero ¿Uno aprende... No? .

Esa noche había arreglado todo para ir a clases, en un colegio con uniforme por desgracia, pero sentía que sería un buen comienzo.

Un buen comienzo, que yo insistía que sería cada vez que comenzaba en un nuevo lugar... aunque no conocía a nadie tenía el presentimiento que sería un buen día, era una forma de auto engañarme todos los nuevos comienzos en un nuevo lugar, así sea el internado o en el campamento o en colegio donde me expulsaron por un accidente piromaniaco.

¿Un buen comienzo para variar? Pues no.

Al despertar mire mi cabello más esponjoso que de costumbre, mientras corría de un lado a otro buscando algún accesorio para mi cabello, me había rendido y decidí hacer dos trenzas y colocarme una diadema de tela azul, que combinaba con la falda color azul marino, el uniforme era un chaleco Vinotinto con franjas, con una camisa manga 3 cuartos color azul cielo y una falda azul oscuro, mire mi reflejo e hice una mueca de desagrado, a pesar de estar cambiando físicamente me sentía como si era una ridícula con aquellas calcetines a la rodilla, pero tenía que resignarme, busque unos pequeños calcetines y los coloque debajo de mi sostén para hacerlo ver mas grande y sonreí orgullosa.

¡Que inteligente soy! ... me alabe a mi misma.

Teresa ya había decidido buscar el uniforme con semanas de anticipación. Sabia que yo le haría una jugada de usar ropa llamativa y cara para el primer día era Teresa 1- Eli 0... pero no contaba con mi hermoso busto de medias... Cosa que me las saco antes de llegar al colegio, y decidida esperando llevarme hasta la puerta de la escuela y dejarme en mi salón para ver que no cambiaba sus planes.

— Pensé que usarías el cabello suelto.— Dijo ella mirándome luego de sacarme mis hermosos pechos y colocado detrás del asiento.

— Mal día para mi cabello, amaneció poseído por un espíritu y lo peinaba hacia un lado y salía hacia el otro.

— es la humedad, luego se acostumbrará.

— ¿Puedo alisarlo?

— No... — respondió mientras se aplicaba labial durante el tiempo que el semáforo estaba en rojo. — Este nuevo colegio es muy caro. Lo paga tu abuelo así que espero que aproveches la educación—.

— Mi querido abuelo — musite sarcástica —Espero que no sea del mismo estilo que el campamento— Aunque no iba a negar que me la había pasado mal allí a pesar de rezar en la mañana, al mediodía, de noche. Ella continuó conduciendo hasta frente a un enorme edificio de ladrillos rojos – parece un convento. ¿Tengo que estudiar aquí?.

— Si, No entiendo como tienes una pelea a cada lugar que vas por favor controlarte Eleine, te lo ruego — agregó frustrada mientras se arreglaba para salir.

En la entrada vi que en verdad parecía un buen lugar, los chicos eran en verdad lindos y era un colegio ¡Mixto! Nada que ver como la mierda de internado donde había pasado la mitad del año anterior, al llegar a la oficina del director, él nos miro inspeccionándonos, aunque su miraba se dirigía mucho mas a los enormes pechos de mi tía, que a pesar de estar vestida casi igual que yo, pero con pantalones... su silueta era marcada con delicadeza.

— Veo que usted tiene bastante sobre su vida en el expediente que me mandaron señorita Helena broke— dijo el director de mala gana.

— Es Eleine, "Brooke" suena U.— y sentí el codo de teresa incomoda golpeándome la costilla Tenía que corregirlo... ¿estaba mal eso?— Eso creo que es un poco de fantasía para agregarle drama a mi vida ¿Sabe?— respondí nerviosa, mirándome como si fuera el anticristo frente a él y mi tía mas estresada por saber que demonios había hecho continuó.

— Espero que en este colegio no hayan accidentes de niñas rodando en las escaleras, incendios o arrestos. — mire a mi tía y vi como borró su sonrisa.

— ¿Arrestos?¿ Escaleras,? No dijiste que todo fue una confusión.— Me grito molesta y sonreí nerviosa.

— Yo... eso fue una sola vez... o 2 veces pero nada grave... tu sabes como es la prensa, inventa cada cosa— respondí calmándola y ella seguía mirándome como si quería empacarme y enviarme de regreso a New York con mi abuelo... Aunque de allí, también estaba exiliada.

— Queda advertida señorita. Puede retirarse que se le hará tarde en su primer día.— Ellos se quedaron hablando de mi papeleo y yo bajé a clases.

Era mi primer año de secundaria y aunque en mi otro colegio después del internado, no era muy "amada" que digamos tampoco era odiada del todo, más bien era un balance equilibrado aunque en este lugar sería la nueva, otro año seguido.

— Primer día. ¡ Tu puedes hacerlo!– me dije animándome, al entrar mire a todos reunidos en grupos, ya se conocían de años anteriores y fui a sentarme en un asiento vacío que estaba en una esquina en la primera fila, la profesora llego y era una chica de unos 20 y tantos y de aspecto atractivo, y luego entro agitado un chico que conocía, de mejillas enrojecidas, la profesora suspiró mirándolo.

— Señor Jouffrey, llega tarde... en su primer día.. un nuevo récord para usted. — Dijo la profesora sarcástica, él se quitó la gorra y se sentó en el asiento cercano a mi, varios de los chicos lo saludaron y la profesora tosió para llamar su atención.

— Lo siento señorita beil – dijo Taylor cabizbajo, yo lo mire emocionada casi que saltaba encima de él,

— Bueno, comenzaremos con las presentaciones ya que es el primer día aunque ustedes se conocen desde siempre pero veo algunos rostros nuevos — dijo mirándome y él se giró y me miró y se sorprendió, sonriéndole agitando mis dedos saludándolo se giró y volvió a lo suyo. Taylor se levantó nervioso.

— yo me llamo ... Javier Jouffrey .. todos me conocen como Javier y ya.— respondió con nerviosismo y se sentó, en mi momento de presentarme yo sonreí.

— Hola, mi nombre es Eleine Brooke, soy del norte y me dicen Eli... espero que este año seamos buenos amigos todos- dije mirándolo, éste se sonrojo y apartó su mirada.

Al terminar la clase varias chicas se acercaron y las reconocí cuando se presentaron. Eran Kristen, Jessica, heattler y Jesse, eran bastante bonitas y se notaban que eran adineradas.

— ¿Tu apellido es Brooke? ¿Tu eres familiar de los dueños de Brooke 's company no? Preguntó Kristen, ella tenía el rostro largo y perfilado lleno de pecas y sus labios delgados estaban tan llenos de gloss que sus dientes incluso estaban manchados por el gloss rosado con brillantinas.

— ¿Por que seria importante esto? Le Pregunte iirónica y ella puso los ojos en blanco pero igual extendió su mano.

— Soy kristen weitz mi padre tiene acciones en esa cadena de restaurantes y había escuchado que la hija del dueño se mudaría a este lugar – dijo con soberbia, yo la miré y me reí ante tanta prepotencia.

— ¿ es enserio? Eres bastante arrogante. Si yo fuera la hija de un peligroso criminal estuvieras en problemas. — Dije riéndome mientras tomaba mis cosas y me iba, ellas se quedaron sorprendidas mirándose entre ellas.

— ¿Qué ocurre? ¿Nos estas dejando? Kristen te está hablando. – me grito la que se llamaba Jennifer yo suspire y me fui dejándolas peleando con lo que debía ser mi presencia.

— Eres bastante arriesgada- el grupo de Kristen es el más popular- sus hermanas y hermanos son los populares del colegio y de la universidad- dijo una chica con ortodoncia que se me acercaba en el pasillo, yo la miré sorprendida casi que riéndome.

— Yo estudié en varios colegios con ese mismo tipo de chicas y en este primer módulo pude darme cuenta de quiénes son cada quien – dije mirándola, ella era parte del grupo de chicas normales o promedio simpáticas pero no pasaría de ser una chica asistente de alguien en su vida, aunque si la veía bien yo necesita a una asistente, si quería sobrevivir y evitar un nuevo incidente como en el internado de niñas, una asistente en bruto era necesaria..

— Que divertida eres Yo me llamo Marianne,¿ tu eres Elena?— preguntó extendiendo su mano.

— E-lei-ne – dije estrechándola, la chica tenía algunos granos en su rostro unos dos o tres aunque no era nada grave tenía la nariz redonda y una bonita sonrisa.

— me gustan tus trenzas- están bonitas —dijo tratando de ser amigable.

— ¿ la siguiente clase es en la otra aula ? Pregunté y ella asintió.

— Ven, yo te llevo —dijo ella tomándome del brazo.

Tal vez no servía como asistente... si no como una amiga.

Ya al llegar a la hora del almuerzo me había contado sobre todos, incluso de Taylor, o Javier como le decían todos, pero este me seguía evitando en clases y en la hora del almuerzo se sentó con los otros chicos, Marianne me había contado que había estudiado con el desde preescolar y jamás había tenido novia... debido a que lo consideraban como muy "raro" y su hermano era el galán del colegio – miembro del equipo de lucha y de rugby: Nathan- mientras que el era un chico normal que iba con su familia a misa los domingos

– ¿tendría que ser religiosa?,¡ Maldición! yo odiaba ir a misa... evitaba la misa católica y ahora tendría que ir a la Iglesia Cristiana.

(...)

Todo iba genial, hasta que terminamos la primera semana de clase. Ese viernes, antes de salir Kristen se levantó con su teléfono en medio de la clase y se acercó a mi.

— Tengo entendido que nuestra nueva compañera fue expulsada por agresión en su antiguo colegio- además- todos saben que ha tenido muchos novios e incluso ¡Novias!- dijo ella riéndose

— Era la chica fácil de su colegio, se le nota por sus pechos falsos — agregó Jennifer riéndose , todos empezaron a verme y murmurar.

Me sentía acorralada, siempre habían dicho que era una fácil, por lo que ya lo había asumido en mi vida, pero en este momento donde había un chico que me gustaba, sabía que no debía reaccionar con ira no debía golpear a otra chica más o terminaría en un internado y allí si la pasaría mal, me levanté y empecé a contar hasta 10 para calmarme.

— Lo que ella sea no tiene que importarte a ti o a ustedes, vamos. Dijo Taylor mientras me guardaba las cosas en el bolso.

— ¿Tu estas de lado de esa niña?¿ Tu? Javier siempre has sido amable pero no te pases. No seas estúpido, ¿o acaso ella ya lanzo sus garras sobre ti? Se burló Kristen y él la ignoró.

— Tu...— gruñí furiosa, sintiendo cómo el llamado de la cartuchera rosada que tenía en mi mano para golpearla.

— Metete en tus asuntos Kristen – le dijo molesto

— ¡Maricon! — le gritó molesta al ver que éste la ignoraba, me tomó de la mano y salimos corriendo de allí.

— Ey — me detuve y lo miré sorprendida.

— Yo...— tartamudeo apenado mientras desviaba la mirada.

— Me has evitado toda la semana: en clase, en el vecindario, de camino a casa... ¿Y me tomas de la mano en una discusión y me sacas de allí?

— Yo... lo lamento. Solo que no me gusto ver como se metían contigo.—

— También se metieron contigo — y él negó nervioso y me dio una palmada en la cabeza.

— idiota. — Caminando hacia el estacionamiento de bicicletas para tomar la mía, él arrugó sus cejas y vio mi bicicleta.

— ¿ usas un triciclo? — Yo lo mire haciendo puchero mientras quitaba el candado

— son entrenadoras. Cuando este lista las dejaré, en la otra escuela tenía chofer... Ahora tengo esto — respondí mientras dejaba el bolso en el canasto del frente, a mi lado tomó su bicicleta y camino a mi lado.

— Yo ... puedo traerte si quieres. Si te da miedo andar en bicicleta— tartamudeo.

— yo ... puedo con las rueditas —

— ¿.. me vas a tratar así distante? No estas actuando de la forma que siempre me hablas. — miraba sus ojos azules mirándome preocupado, y yo suspiré incómoda.

— solo quiero calmar mi mente. Odio sentirme así, molesta y furiosa— respondí sacudiendo los bicicleta y él se sorprendió.

— Si quieres vamos a dar una vuelta a la playa. ¿Aún no has ido? — propuso y yo negué apenada.

- Vamos. — sonrió mientras se montaba en su bicicleta entusiasmado, emocionada lo seguí.

Era obvio, ya me imaginaba en el altar a su lado.

....