Capítulo Nueve: "Un buen día"
Pasado un rato, tras admirar el precioso baile de la hermosa Ninfa que se hacía una con el agua, abandonaron la fuente planeando un nuevo rumbo tras que avanzaban por las calles llenas de adoquines y siguieron ese recorrido por el bazar rodeados de cientos de tiendas y sus carismáticos vendedores ofreciendo en cánticos creativos los miles de artículos existentes en cada tienda.
—Saben, quiero contarles que mañana habrá una especie de festival anual aquí. Es una especie de festival comercial donde cada productor, distribuidor y comprador se beneficia mucho pues hay grandes descuentos y los productos se multiplican a cantidades enormes. En estos festivales viene hasta casi el triple de gente y hay hasta 4 veces más productos sin mencionar aún que una buena parte son productos especiales de temporada; Nuestra misión aquí es adquirir de esos productos, en esencia en las subastas donde habrán artefactos como: “Rocas talk” que al fragmentarlas puedes hablarle a una y por los demás fragmentos se escuchara donde sea lo que digas, también especias de hechizos poderosos y otras cosas de interés del reino de las que hablaremos luego. —Contó Conor mientras caminaban en dirección al centro del lugar pero estando lejos aún.
—¡Oh!, ¿quiere decir que nos quedaremos aquí y no iremos a ningún lugar? —Pregunto un cadete de la tierra de hielo que estaba cerca.
—Así es y como seguro deducirán también, calcule justo estas fechas para realizar esta misión de obtención de recursos y fue por eso que comenzamos las expediciones en esta fecha ya que, lo que llevemos, ayudará mucho al reino. —Explicó Conor asombrando a sus exploradores.
Continuaron el andar por el bazar hasta que llegando a una intersección Conor propuso separarse en 10 grupos de 20 dando libertad a todos para que pudieran vagar por cada lugar del bazar y así tomaran costumbre con las estructuras, costumbres y razas extranjeras.
Luego de separar cada grupo por nivel de poder quedándose Conor con los más débiles para equilibrar la balanza, se despidieron y tomaron caminos aleatorios. Todos tenían en cuenta que a la hora del almuerzo se verían por donde entraron y no podrían perderse pues el gran acantilado por el que descendieron se veía a lo lejos por todo el bazar, ¡ese era su mayor punto de referencia!.
En nada, todos los grupos se perdieron de vista.
—Oigan, ¿a donde iremos? —Preguntó Rashi.
—Yo que sé, demos vueltas por ahí y ¡si nos encontramos con problemas le rompemos la cara a los problemas! —Dijo entusiasmado Rak Makron el mismo chico que peleo contra la gran araña la primera noche.
—Creo que eso nos metería en problemas. —Señaló Rashi.
—Ja, yo no le temo a nada, ¡soy un luchador incluso durmiendo! —Alardeo Rak de su fuerza.
—Sí, como digas pues ya lo sabemos. —Replicó Rashi.
—Jah, ¡ustedes simples mortales no pueden apreciar el poder de un guerrero excepcional como yo! . —Siguió alardeando mientras iban por ahí.
Los demás sólo frotaron sus frentes con sus manos en gesto de desaprobación.
De pronto llegaron a un lugar que tenía una inscripción llamada “Club de la lucha” y al ver tan sugerente título Rak insistió para que sus compañeros aceptaron entrar aunque sea para ver que tal le iba a Rak y algunos otros que se animarían a pelear apostando dinero, sin embargo, solo Rashi se animó a entrar junto a Rak y el resto dijo que les esperaría en una tienda de más adelante.
El lugar era un gran edificio con paredes de roca, techo de lona y puertas en forma de cortina custodiadas por un guardia. Los exploradores negociaron con el guardia y este les permitió pasar para poder desafiar a algún lugareño.
Al entrar habían muchos tipos entrenando con los equipos del lugar pues más de la mitad del local era un tipo de gimnasio y el resto tenía zonas de combate en tierra.
—¡Hola!, ¡hemos venido a pelear! —Gritó el desmedido de Rak mientras era detenido por Rashi quien creía que se meterían en problema.
Las palabras de Rak resonaron por todo el local interrumpiendo la actividad de todos ahí los cuales voltearon a ver con extraño pero, particularmente, algunos de los más notables del lugar sintieron incomodidad al punto que en sus rostros se vieron algo asqueados.
Entre los sujetos más resaltantes del lugar estaban: Una Cíclope, un Centauro, un Asag, una Yaguareté Abá, Un Brujo Mico y un imponente Gugwe.
—Tú, gusano con patas, ¿qué has dicho de nosotros? —Dijo el Centauro muy serio sin quitar la mirada de los visitantes extraños en puerta.
—He venido a pelear con cualquiera de ustedes y mientras más fuertes se crean mejor, así les mostraré su grave error. —Contestó Rak sonriente y sacando pecho.
—Entonces, ¿has venido a pelear contra mi? Hecho. Eso sí, que conste que me has molestado y podrías salir muy lastimado. —Amenazó el Centauro.
—Calla y entra a la zona de combate. —Dijo Rak confiado.
Ya en posición, un árbitro Gugwe dio la señal para que ambos pudieran darse de golpes como más quisieran pues, lo único que no estaba permitido era matar al oponente.
—¡Vamos Marz!, quiébrale una costilla. —Decían los compañeros del Centauro llamado Marz.
Tras los ánimos, Marz se lanzó a embestir a Rak pero este actuó deslizándose por el suelo tratando de derribar las patas de su cuadrúpedo contrincante, no obstante, Marz salto al percatarse de las intenciones de Rak y mientras iba en el aire le dio lugar de tirar una parada que impactaría contra la espalda de Rak quien sería lanzado contra una pared del área de lucha a causa del golpe.
Pesé a que el golpe fue contundente y Marz de enaltecía por los halagas de sus compañeros, Rak se levantó.
—Imbécil. Tienes buenos reflejos aunque es un poco penoso recurrir a la vieja técnica de dejarte golpear un poco para conocer como pelea tú oponente. —Habló Rak con confianza y viendo con desprecio a Marz.
—Si eso no te bastó ese aperitivo entonces vamos con toda la guarnición. —Dijo el molesto Marz.
Ambos comenzaron a correr frente de frente sl otro, parecía que la idea era impactar pero otra vez Rak derrapó al lanzarse por el piso como si de un tobogán se tratase.
—“Que idiota quiere más al parecer así que le pateare más fuerte esta vez.” —Pensó Marz antes de saltar sobre Rak.
La imponente pierna con fuerza de proyectil se desplegó para repetir el pasado pero Rak esta vez intervino sujetando las piernas con fuerza y lanzando el a su enemigo contra la pared provocando conmoción en los presentes.
—Maldición, el enano no es tan débil por lo visto. Parece que por fin tendremos un verdadero espectáculo... ¡Voy 10 monedas de oro a Marz! —Exclamó el brujo mico que estaba ahí y al emocionarse lanzó una apuesta a la espera de una contraposición.
—“Diablos, 10 monedas de oro es mucho para nosotros. ¡Ya sé, apostaré solo 5!” —Pensó Rashi.
—Yo doy 5 monedas por Rak. —Dijo titubeante Rashi con miedo a perder su dinero y siguiendo el hecho de que no le gustaban las apuestas pero se dejó llevar por el ambiente efervescente del lugar.
—Entonces irán por 5 las apuestas. —Dijo el brujo.
—Bien jugado pero no dejaré que vuelva a pasar. —Comentó Marz dirigiéndose contra Rak.
—Lo he dicho antes, soy el más fuerte, no es de extrañar. —Alardeo Rak poniéndose en guardia para atacar o defenderse.
Esta vez con cautela, Marz se acercó con intenciones de batirse en un duelo de puños así que con un galope elegante comenzó a desplazarse en múltiples direcciones siendo así más ágil que antes y mostrando una velocidad de respuesta mayor cosa que obligaba a Rak a aceptar la lucha a puño limpio. Por su parte, aunque no le gustará la idea por los imponentes brazos de su contrincante aceptó pues el no era ningún cobarde.
Rak sabía que no podía atacar por bajo ya que su enemigo le esperaba con sus patas traseras para déjenlo e incluso, romperle una mano de ser posible si lograba ser enganchado por lo que ir por bajo no era una opción definitivamente. Ante lo visto dejo de darle vueltas al asunto y como a lanzar golpes con cautela a su enemigo quien los evitaba con gran agilidad.
Rak también evitaba en cuanto pudiera los ataques de su enemigo pero, si por algo se suponía que Marz era de los más peligrosos del lugar era justo por sus movimientos como si de un galope de gala se tratara; Marz parecía bailar en el ring y mostraba con su mirada que podía estructurar tácticas de ataque en estilo de boxeo.
Rak, sin percibirlo, estaba siendo guiado por el galope de Marz lo que lo llevó a unas rocas sueltas del lugar las que le hicieron tropezar torpemente y ahí Mazr arremetió con golpes contundentes hacia nuestro apreciado explorador dragón. Golpes en el abdomen y en el pecho, con fuerza suficiente para romper paredes le impactan hasta que un gran gancho directo en el mentón remató la secuencia de golpes haciendo caer a Rak contra el piso.
—Eres fuerte pero, no el más fuerte; Tú solo te llevaste al matadero así que tampoco eres más inteligente. —Le restregó Marz a Rak poniendo su pezuña sobre su espalda presionándolo contra el piso.
—¡Rak tienes que levantarte, ¿qué esperas?!, no puedes perder así. —Dijo Rashi extrañado pues nunca había visto a Rak de esa forma.
—La pisada de Marz es potente por lo que levantarse supone un verdadero reto, ¿será tan fuerte tú amigo como para lograrlo? —Comentó la Cíclope más fuerte del lugar.
Rak parecía estar en un enrollo bastante fuerte dejándolo a el con una aparente nula capacidad de dar vuelta a la situación, además, Marz no dejaba de cuestionar todo el alarde que hizo antes sobre “Ser el más fuerte” pero, aún con todo eso, Rashi al observar se percató de como los músculos de Rak no estaban tensionados como si el no estuviera intentando escapar lo cual era extraño.
—Hablaste mucho desde que entraste y eso me desagrada. Aquí yo no soy el más fuerte pero si el segundo y no presumo de ello. El más fuerte es Bert, el Gugwe que estaba con nosotros cuando tú irrumpiste en nuestra tranquila mañana y ¿sabes?, podría dejarte ir pero, debes aprender la lección aún si eso significa perder alguna costilla. —Crítico Marz mientras presionaba aún más la espalda de Rak.
—¿Acaso me he quejado? —Susurró Rak con su boca contra el suelo.
—¿Qué dijiste miserable hablador? —Preguntó Marz molesto.
—Nunca me quejé de lo ocurrido por lo que no tienes por qué sermonearme. Sé perfectamente que la mayoría no entiende ni asimila que yo sea el más fuerte pero no importa, me vasta con que yo mismo lo entienda y eso es lo que me vale. —Dijo Rak girando su cara para mostrar una sonrisa arrogante.
—¡Eso es asqueroso, muere basura! —Dijo Marz muy molesto.
En eso se paró sobre sus patas traseras elevando a todo lo alto sus delanteras preparándose cuál cobra para picotear su víctima y en cuestión de instantes más rápidos que un respiro dejó caer su “martillo” de pezuñas contra la espalda de Rak que pudiendo moverse no lo hizo y estaba apunto de recibir el impacto con todo y sus consecuencias pero, de improvisto, Rak volvió a sujetar las piernas que amenazaban su ser.
Rak detuvo la pisada martillo de Marz generando un sonido como un aplauso fuerte tras la sujeción forzosa de ambas patas. La cara de asombro de Marz quedó inmortalizada en la retina en sus compañeros pues nunca le vieron tan atónito y fue en ese momento de distracción y dominancia que Rak, sujetando con fuerza una de las patas, flexionó el brazo dándose a lanzar a su rival con una fuerza bruta que acabaría haciéndolo traspasar contra la pared dejándole sepultado entre los escombros de la misma.
Entre el impacto físico y social que generó ese movimiento tan bien ejecutado de Rak todos quedaron atónitos y quienes eran amigos de Marz fueron a verle.
Cuando removieron los trozos de pared que yacían sobre Marz se enteraron de algo inaudito por todos y es que, el se había desmayado. Entre heridas y moretones también perdió la conciencia a causa del golpe pues en parte, lo recibió con la cabeza pero, aún así todo no era suficiente por lo que algo quedó en claro, la fuerza que usó Rak fue descomunal. Casi al instante con la confirmación de la incapacidad de Marz para pelear, el explorador Rak que se ponía de pie y estiraba su cuerpo para evitar problemas en los huesos, terminó vencedor y Rashi ganador de las 5 monedas de oro que apostó.
—Por lo visto ese tipo si es fuerte y bastante; ¡quiero que me enfrente a mi! —Exclamo el más fuerte del lugar el cual es un Gugwe.
Ese sujeto que se postulaba para nuevo contrincante dejó las pesas con las qué hacía flexiones y soltó las muñequeras y las botas de peso extra con las que cargaba.
Cuando estuvo listo en segundos volteó por Rak para proponerle pelear.
—¿Eres el más fuerte?, no hasta que me derrotes. —Dijo el tipo con una mirada siniestra entre su rostro de oso.
—Ya he terminado de pelear, soy el más fuerte y ya lo probé. No me molestes. —Rechazó Rak.
—No te irás de aquí sin pelear conmigo, ¿oíste? —Dijo el Gugwe mientras de pronto le sujetó la espalda.
—¿De verdad vas a insistir? —Preguntó Rak.
—Sin duda, soy Bert y Bert cuando quiere una pelea la tiene y la gana. —Contestó el Gugwe de nombre Bert.
—Genial, bien por ti. —Replicó Rak y al instante se dio la vuelta mostrando una postura de combate.
Bert sonrió al ver que su propuesta fue aceptada y entró también en posición de combate.
Bert era enorme, 2.5 metros de altura y kilos y kilos de músculo. Su peludo cuerpo era resguardado por una piel gruesa hasta sus manos que poseían unas zarpas enormes y su mandíbula era enorme por lo que una cabeza pequeña bien pasaba de un bocado por ella.
Rak vió a su enemigo en guardia y no sintió ninguna intimidación por lo que arremetió de inmediato pero antes de hacer algo dicho enemigo paro su golpe con su gran mano y cuando Rak trató de usar el otro puño que le quedaba Bert lo detuvo igualmente.
La mirada de Bert se pudo ver con total malicia pues planeaba un ataque doloroso y sin piedad lo ejecutó. De pronto se escucharon los primeros quejidos de Rak pues Bert dio como 10 rodillazos contra su estómago haciéndole vomitar un poco los fluidos de su interior y dejándole tumbado sobre el suelo.
—Esto era todo, así se calla a un hablador. —Dijo serio Bert.
—Aquí ni has callado a nadie, imbécil. —Contesto Rak tosiendo un poco por los golpes.
—¿Y aún te atreves a abrir tú sucia boca? —Dijo Bert mientras se acercó molesto a Rak.
ahí mismo lo tomó del cuello y estrangulándolo un poco lo sostuvo hasta que pudo apuntar bien y soltó un puñetazo bestial contra el rostro sin aire de Rak.
el golpe lo sembró por segunda vez en el suelo y le dejó la boca herida liberando algunas cantidades de sangre. Ahora la tos era más grave y sus ojos se mostraban aturdidos por el impacto junto a la falta de aire por el estrangulamiento. sin duda el cuerpo de Rak estaba en una situación difícil.
hubieron segundos de mucha tensión en ese entonces, más que nada para Rashi que observaba como su amigo era aplastado por un contrincante que se veía superior. Entre el disturbio y el bullicio Rak se refugió en su mente, su conciencia entró en si misma hasta ver un rostro conocido. Rak vio un rostro suave y con una cabellera larga que le traían una sensación cálida de paz que le hizo recordar porque el era el más fuerte y fue hasta entonces que se levantó de un salto justo antes que Bert le atinara una patada.
—¡Maldición! ¿Aún puedes moverte? —Preguntó Bert con asombro.
Rak se quedó sin contestar mientras avanzaba contra su enemigo y le lanzó una patada que iba justo a su cara pero, bert pudo bloquearla con su brazo sin embargo, eso fue justo lo que Rak necesitaba puesto que, ahora el, ya sabía que debía hacer.
El escenario y el ambiente de pronto se silenció, nadie sabía lo que había pasado o al menos no lo entendían, no podían comprender como Rak estaba de pie y Bert inconsciente en el suelo. La respiración de Rak estaba muy agotada pero no era para menos, había sido torturado por dos oponentes dignos de su fuerza y los había derrotado aunque los presentes no comprendieran el cómo.
—Oye Rashi, Es hora de irmos. Estos tipos no tienen nada que ofrecer a alguien como yo. —Dijo Rak sonriendo y quitando la sangre de su boca mientras recogía su armadura que había dejado fuera para la pelea.
—Como tú digas Rak. —Replicó Rashi titubeando en sus palabras pues aún no asimilaba lo ocurrido.
Mientras los demás hacían silencio por asombro y respetó ante Rak, este último junto a Rashi se dignaban a salir del establecimiento.
—Oye Rashi, no sé tú pero a mi me dio algo de sed, vamos a tomar algo quieres. —Dijo Rak como si nada.
—Como quieras, no me opongo. —Contestó Rashi algo más calmado.
—Ese sujeto es impresionante. Su fuerza no es como la nuestra, su fuerza, su estilo de pelea y actitud es por algo en concreto; el no es como nosotros que buscamos fuerza porque sí, quizá por eso perdieron ellos e incluso todos lo haríamos si peleáramos contra el. Al final solo me pregunto, ¿qué y como lo hizo así?. —Dijo la cíclope que estaba ahí analizando la situación.
—No estás tan mal. Se nota la dedicación y el deseo de acabar las peleas cuanto antes, otras peleas duran más pero el acaba cuanto antes y no se anda de rodeos. Es bastante charlatán pero no creo que lo haga por orgullo como lo haría cualquiera pero, aunque fuera por presumir, ¿Qué de malo tiene si ha demostrado con creces esa fuerza de la que presume? —Continuo el análisis el Brujo Mico que había observado todo desde el principio.
—¿Verdad?, jah, de entre todos los idiotas que pasan por aquí el ha sido el más interesante en mucho tiempo además, a todos nos dejó impresionados al darle ese golpe en el mentón a Bert dejándolo inconsciente y mientras caía de un rodillazo en el pecho lo levantó hasta el techo y le dejó caer en el estado que está actualmente. Pasó de no poder darle un golpe a encestarle uno certero y fulminante, sin duda fue algo inesperado. —Contestó la Cíclope que estaba asombrada y de cierta forma, admiraba lo hecho por Rak.
Rak y Rashi se encontraron con el resto del grupo unas 3 cuadras más adelante sentados bajo el cobijo de la sombra de unas chozas junto a una barra de bebidas a la cual Rak y Rashi se unieron sin pensar mientras se disponían a contar lo ocurrido.
Mientras esos eventos se desarrollaban, casi al paralelo, ocurrían otras cosas en los demás grupos:
15 minutos antes:
—Adiós chicos, cuídense por favor. —Dijo Dornny Mails como siempre preocupada por el bienestar de sus compañeros.
Luego de despedirse el grupo de la soldado clase 1 Dornny, continuó por las calles del bazar observando y platicando sobre lo visto.
De entre los 20 del grupo había uno que tenía una petición curiosa para Dornny...
—Oye oye, Dornny amiga mía, ¿tienes plata? —Preguntó Lu Vurú un soldado clase 1 al igual que Dornny y también originario del pueblo de hielo.
—¿Para qué quieres plata Lu? —Cuestionó Dornny.
—Solo mira el cártel de esa tienda, dice: “Se venden empanadas dulces, de queso y picantes” Junto a un dibujo de un tipo de pan. ¡No sé que sean empanadas pero suenan deliciosas!, por favor, déjame comprar algunas que no traje dinero. —Suplicó Lu muy emocionado con esperanzas de recibir plata de su conocida pues, solo le había hablado algunas veces en el entrenamiento.
—Ay Lu si que se te ve ilusionado, sería una pena no permite una “empanada” así que anda, ve y comprá no solo una para ti sino que también para el grupo. —Dijo sonriente Dornny.
—Eres genial, ¡gracias, gracias! —Dijo Lu mientras tomaba dos monedas se plata.
Al regreso volvió no con 20 empanadas sino con 60, una de cada tipo pues, justo ajustaba con las dos monedas de plata para ello. Con las manos cargadas de empanadas le vieron llegar sus compañeros y Dornny quien río al ver tal cantidad de empanadas. El olor podía olerse pues estaban recién sacadas del horno y todos no pudieron quitar sus ojos de esos extraños pero apetitosos panes.
—Muchachos, antes que nada, den las gracias a Dornny que permitió esto. —Pidió Lu.
—¡Gracias!, ¡Gracias!, ¡Gracias! —Gritaron todos repentinamente en un gesto de gratitud hacia Dornny lo que acabó sonrojándola.
Luego de eso, cada uno tomó una empanada de cada una y se dispusieron a comer.
—¡RICO! —Exclamaban todos ante lo bien que les parecían las empanadas.
—Si que estaban buenas Lu. —Dijo Dornny con algo de empanada en la boca.
—Están tan buenas que te hacen hablar con la boca llena, ¿verdad? —Dijo Lu cuestionado los modales de Dornny que normalmente son muy refinados.
—¡Ups! —Se le escuchó a Dornny mientras se volvía a sonrojar y cubría su boca por la pena.
Lu y los que estaban al rededor se reían de lo tierna que se veía Dornny al avergonzarse haciendo que sus mejillas se sonrojasen cosa que solo conseguía avergonzarle más.
pronto, como en 10 minutos dejaron las empanadas y siguieron su camino sin destino para ver que más encontraban de interesante.
Mientras avanzaban podían percatarse de los trabajos de las personas de ahí. Ellos veían algunos Centauros cargando cosas de gran peso de un lugar a otro, en algunas tiendas veían señores Yaguareté-Abá de alta edad haciendo artesanías desde pinturas a cortinas e incluso muñecos. El lugar y el ambiente era muy pintoresco y nada desagradable, tanto que les hizo olvidar el miedo que todos tenían justo antes de salir de Radial llegando a ver como tonta esa actitud que tuvieron.
Al caminar, Dornny que tiende a percatarse muy bien de las situaciones, vió un niño de Brujo mico intentado arrastrar una carga de frutas que para el se le era imposible mover y por la desesperación en el rostro del infante, Dornny dejó 3l grupo para ir a ayudar.
—Oye Dornny, espera, ¡voy contigo! —Dijo Lu siguiéndola y abandonando el grupo.
—Ustedes dos, ¿qué creen que hacen? —Preguntó el sargento a cargo del pelotón.
—Disculpe señor pero ese niño necesita ayuda por lo que le ayudaré. —Dijo Dornny sin siquiera voltear a ver al sargento mientras corría.
—Y yo le ayudaré a ella. —Añadió Lu siguiéndola.
—“Jah, estos jóvenes entusiastas, supongo está bien” —Pensó el sargento.
—Vayan con cuidado, nos alcanzan luego. —Dijo el sargento.
Solo se vio a ambos alzar sus manos en señal de que habían recibido el mensaje y el grupo siguió mientras los soldados de hielo se encontraban con el niño que tenía sus ojos llorosos.
—Oye pequeñín, ¿necesitas ayuda con algo? —Preguntó Dornny con una vos cálida que sonó bien a oídos del niño.
—Mi mamá enfermó y no puede llevar estos canastos con fruta donde los clientes, quisiera ayudarla pero no tengo la fuerza ni sé usar la magia como otros de mi especie por lo que no puedo hacer nada y sí no se entregan estos canastos no nos pagarán y no habrá comida en nuestra casa. —Dijo el niño con una voz algo rota por la impotencia que sentía.
—Vaya, entiendo. ¿Cómo te llamas pequeñín? —Preguntó Dornny mientras se agachaba y acariciaba la cabeza del pequeño Brujo mico.
—Soy Juan, ¿y usted señorita? —Contestó el pequeño Juan.
—Encantada, yo soy Dornny, el es mi amigo Lu y hemos venido para ayudar, ¿Donde llevamos estos canastos? —Dijo Dornny mientras tomaba una de las grandes canastas y las colocaba sobre su cabeza.
—No debería molestarse pero, ¡muchas gracias! ¡solo síganme y les diré donde! —Comento Juan entusiasmado.
—Bien, tú mandas niño. —Dijo Lu tomando también un canasto dejando otros dos para volver luego por ellos.
Poco después al caminar...
—¿Entonces tú mamá padece de ataques nerviosos? —Preguntó Lu.
—Así es, por lo visto no conocen de enfermedades. A ella le tiembla mucho el cuerpo y cuándo eso pasa le duele mucho y por desgracia, soy solo un niño que no puede ayudarle. —Explicó Juan.
—Anda Juancito, ni te desanimes. Sí de verdad quieres ayudar esfuérzate y poco a poco serás más fuerte y quizá hasta aprendas esos hechizos que dices que aún no manejas. —Dijo Lu con mucha energía tratando de animar a Juan.
—Muchas gracias, claro que me esfuerzo pero, hay momentos que nos topamos con retos fuera de nuestro alcance y en ese momento, ¿qué podemos hacer? —Dijo Juan.
—Vamos, no pienses esas cocas negativas, ¡tú puedes con todo! —Dijo Dornny en otro intento de animar.
—No es cierto, no soy un guerrero como ustedes. No pude con estos canastos y menos con cosas más grandes, apreció la ayuda pero tampoco deben mentirme. —Dijo el niño Juan muy serio.
—Oye oye, tranquilo, queremos que te sientas mejor y eso es todo. algún día podrás con estos canastos y cosas más grandes, solo nunca te rindas, ¿vale? —Dijo Lu algo incómodo por el pesimismo del niño.
—Eh sí, supongo que sí, todo sea por mamá. —Contestó Juan con desánimo.
—¡Vamos así se habla! —Exclamo Lu.
—“Pero, ¿y sí mamá empeora y yo aún no estoy listo para hacerme cargo?, ¿Podría ganarle a los gigantes siendo un duende?” —Pensó Juan en su preocupada cabecita.
—¡Ya llegamos!, en está tienda dejemos la fruta y los vegetales. —Indicó Juan.
Juan fue a dentro de la tienda para decir al dueño que recibiera el producto y así regresar por la última carga.
Regresaron más rápido de lo que llegaron pues no traían más carga que Juan en los hombros de Dornny riendo por la experiencia.
Pronto tomaron la última carga y procedieron a llevarla mientras Juan les explicaba cosas del lugar.
—Y por eso siempre tienen que sacarle el hígado a los buitres cuando vas a cocinarlos. —Dijo Juan.
—Con razón, que asco. —Dijo Lu entre risas.
—¿Juan que harás después de esto? —Preguntó Dornny.
—Nada más que estar con mi madre y servirle en cuanto pueda en lo que se recupera. —Respondió Dornny.
—Eres un buen niño, me agradas. —Comentó Dornny.
—Ustedes también son muy buenos, ¿por qué lo hacen? aquí pocos son así. —Preguntó Juan.
—¡Gracias Juancito! De mi parte, yo soy así porque mis padres me lo enseñaron. Esos señores me dijeron que, ser alguien que trabaja, ser alguien de provecho junto a tener buenos valores es de mucha honra y, la verdad, siempre me he sentido feliz de seguir esos consejos por lo que si quieres tomarlos, te los doy a ti. —Contestó Dornny amablemente y con una linda sonrisa contó su razón de ser.
—Yo no soy alguien tan mágico como Dornny, incluso, vine porque sentí que debía pagarle un favor que hizo por mi hace rato pero estoy contento de venir a cuidarla. —Dijo Lu algo avergonzado.
—Entiendo y ¡muchas gracias por todo! Por cierto, tomen en serio eso de cuidarse y estar juntos, esta última semana se han incrementado robos, asaltos y exptorciones por aquí. Por eso deben cuidarse ya que los malhechores podrían ir tras esas armas especiales que tienen ustedes. —Explicó Juan mientras llegaban al local dónde entregaban la carga.
—¡Muchas gracias por la advertencia Juan! —Dijo Lu quien se sentía confiado pues no creía que algún ladronzuelo le fuera problema.
—No hay de que. —Contestó Juancito.
Pasado la entrega, llevaron a Juan a su tienda que también era su casa y ahí se despidieron con un abrazo muy emotivo. Luego de eso comenzaron a caminar cuadra tras cuadra y a veces saltando para lograr ver a su grupo. Cuando por fin encontraron al grupo y pasaron la información que les dio el niño solo por si acaso pues, un asalto podría generar problemas.
Más tarde, del otro lado del centro del bazar, andaba un muy curioso y rápido grupo. Ellos visitaban varías tiendas en busca de algo que, según sus palabras, “valiera su dinero”. Entre los veinte destacaban mujeres muy simpáticas pero igual de voraces en batalla. Sus nombres eran: Lili Podnerf y Kayle Haw. Una destructora de clase 2 y la otra una Comandante clase 1.
—¡Comandante! —Exclamo Lili.
—¿Sí, señorita Podnerf? —Contesto en tono de pregunta Kayle.
—¡Le tengo una adivinanza! —Comentó Lili.
—Vaya vaya, ¿de verdad?, cuente su adivinanza aunque somos dragones no esfinges. —Dijo en tono burlón Kayle.
—Pues, la adivinanza va así: ¿Qué tiene pico y no pica, patas y no camina, alas y no vuela y ojos y no ve? —Pregunto Lili.
—Pues trato de buscarle el sentido a su pregunta pero no lo encuentro, ¿cual es la respuesta? —Cuestionó Kayle extrañada por tan aleatoria adivinanza.
—Vamos, si está fácil. —Insistió Lili.
—Jah, créame que si supiera la respuesta se la daría pero no la tengo, dígame, ¿cual es la respuesta? —Insistió Kayle.
—Un pájaro muerto. —Dijo Lili soltándose en una risa chillona.
—¿Qué demonios? —Preguntó extrañada Kayle.
—Sí, ¡un pájaro muerto es la respuesta! —Afirmó Lili entre risas.
—¡¿Pero qué idiotas más grande es esa?! —Cuestionó Kayle muy extrañada sintiéndose incómoda.
—Es como es. ¡Te dije que estaba fácil! —Dijo Lili controlándose.
—En eso tienes razón pero no le quita lo estúpido. —Dijo Kayle mientras veía seria a los ojos de Lili quien era 40 años menor que ella pero su tenue sonrisa tan amigable le contagió y terminó riendo un poco también.
—Eso es, ¡ríe un poco! —Dijo Lili tratando de animarla.
—¿Ustedes que están viendo? —Frenó Kayle de repente su risa para hablar seria con los demás militares que le miraban raro por reír sin motivo aparente y al ver su mirada llena se molestia, los militares apartaron la mirada e hicieron como si nada.
—Justo eso pensé y usted señorita Lili, vuelva a su posición. —Ordenó Kayle.
Así dejaron de hablar por un rato concentrándose en explorar la zona cuando se toparon con una tienda que desde su nombre llamó la atención de Lili.
—Miré Sargento, una tienda de “Flores mágicas”, ¿me da permiso para entrar? —Preguntó Lili haciendo voz de niña pequeña pese a tener 50 años.
—Como quieras. —Contestó Kayle en tono indiferente.
Lili entró y salió con un ramo de flores muy llamativo con colores muy vivos y frescos aunque un olor demasiado dulce se desprendía de ellas.
—Esto es impresionante y huele muy bien, ¡tiene que probarlo comandante!, el señor de la tienda dijo que te hacen volar. —Habló Lili un poco más lento mientras inhalaba y exhalaba con fuerza.
—No quiero nada de esa porquería. —Contestó Kayle presuponiendo de que se trataba de alguna broma o algo similar.
Lili que no se quedó contenta, se lanzó sobre la comandante para ponerle el ramo en la cara justo al respirar.
—¡Destructora Lili puede explicar que demonios está haciendo con...! ¿sabe?, no huele tan mal, muestra un poco más... —Gritaba Kayle hasta que el efecto de las flores le llegó.
—Aquí tiene cuanto quiera. —Dijo Lili entre risas y un tono flojo.
—¡Oh sí!, sin duda se siente como vuelas, ¿lo sientes? —Dijo Kayle mientras se reía más y más.
—Sin duda Kayle, ¡hasta puedo sentir las nubes! —Dijo Lili acompañando a Kayle en su vuelo al ponerle la mano sobre los hombros.
—Oigan, ¿les decimos que se drogaron por accidente con flores que de mágicos solo tienen los efectos que causan? —Preguntó alguien perturbado al ver a esas dos “volar” por la calle.
—No no, bueno sí pero, no aún, hay que reírnos un poco y luego les quitamos el ramo de flores aunque cuando el efecto pasé Kayle va a matar a Lili y es que siempre es así. Lili es demasiado juguetona y confía en todo lo que le rodea y aunque es una excelente militar pues, no por nada está en el rango de destructora clase 2 y además fue ella quién encontró a la cíclope de hace unos días; aún con eso tiene esa conducta “inocente” ante cualquier situación jugando con todo sin miedo a nada. —Comentó otro soldado.
—Tienes razón. Lili es agradable y buena persona pero es muy crédula ya que estoy seguro que el vendedor de la tienda le dijo que eran flores normales y seguro le invitó a olerlas y ahí quedó drogada pues es la primera vez de ambas, ninguna consume ningún tipo de sustancia. Sin duda Kayle le va a romper algún hueso o le destroza el corazón con un regaño de proporciones inigualables. —Afirmó otro que estaba por ahí.
—Vamos, hay que quitarles el ramo. —Indico un cadete preocupado en que no se intoxicaran.
Fue fácil quitarles el ramo pero, los efectos de este eran inamovibles por lo que solo esperando recuperarían a su comandante y su compañera para continuar pero, mientras tanto, se sentaron a ver como ellas daban vueltas hasta caer al piso por los efectos del polen inhalado.
Más tarde...
—¡Eres una estúpida!, ¿cómo carajos se te ocurre drogarme?, ¡de verdad que no entiendo como demonios tienes un rango tan alto siendo tan estúpida!, alguien como tú solo nos pondrá en peligro... —Reclamó fuertemente Kayle.
—Pe, pe, pero coman... —Intentó hablar Lili titubeando pero fue interrumpida.
—¡Pero nada!, ¡me importa un carajo lo que digas! —Exclamó con furia Kayle para luego atinar un puñetazo en el estómago de Lili lo que la votó al suelo.
Lili al caer no pudo hablar pues el llanto le consumió hasta explotar en lágrimas.
—De verdad no lo entiendo. Tan risueña y desatada; no tienes ninguna preocupación y por eso haces de todo sin medir tús malditos actos, sin duda tú personalidad es irritante y ya no te quiero cerca de mi. ¡Eres alguien extraña diferente a los demás por lo que molestas y mucho! —Terminó Kayle de escupir su furia.
—En eso es lo único en que somos similares, no, más bien, iguales. —Dijo titubeando Lili mientras paraba de llorar.
—¡¿Qué dijiste, maldita?! —Reclamaba Kayle lanzándose sobre Lili.
En ese entonces Lili no pudo responder y solo apartó su cara esperando otro golpe que nunca llego aunque estaba lista para llorar de nuevo por la carga emocional que le suponía la situación. Lili se sintió débil y amenazada, justo como no debía sentirse pero, aún con eso, nunca dejó de repetir en su mente la respuesta a esa pregunta, la respuesta que ella creía correcta, dicha respuesta es: “La verdad”
Pasaron muchas horas luego de esa incómoda confrontación que fue presenciado por su grupo y personas del lugar, sin embargo, pese a diferencias que podrían haber entre los miembros del grupo de exploración, eso no sería impedimento para continuar con lo establecido por lo que todos se reunieron a eso de las 1 para almorzar en conjunto y más tarde, a la puesta de sol, buscarían un lugar para acampar para las festividades del siguiente día.
—Espero que hayan disfrutado explorar todo el bazar y espero hayan conocido aunque sea un poco sus calles y como es su gente pues, mañana esto estará muy lleno y si alguno se pierde tendrá que reincorporarse de inmediato por sus propios medios. —Explicó Conor mientras salían del bazar a un monte cercano donde todos podrían acampar en paz.
—¿Más gente extraña eh? —Dijo Zhornil de forma despectiva.
—Oye, ¿por qué hablas así de ellos? —Preguntó Darwin.
—Jah, si crees que todos esos tontos me importan no podrían estar mas equivocados. ¡Soy un dragón, no cualquier otra cosa rastrera como ellos! incluso Rak venció a un charlatán que se creía la gran cosa pero no aguantó más de dos golpes y ¿Conor?, no entiendo como se llevó a los cadetes de menor rango a un paseo turístico saturado de información de ellos, es innecesario... —Comentaba Zhornil su descontento.
—De verdad, ¿estamos equivocados?, explícanos ¡oh dueño de la sabiduría e iluminadísimo Zhornil. —Dijo Darwin sarcásticamente!.
—¡Sí, lo están!, perdemos el tiempo. Conor explica todo como si fuéramos tontos y nos pone a socializar con esos tipos ¡Por favor! ya estuviéramos adentrándonos a las tierras áridas que hay más adelante porque vi su mapa y siguen tierras así o, estuviéramos entrenando muestras habilidades de hielo ardiente o fuego helado. —Explicó Zhornil.
—Entiendo. ¿Entonces no te llevas con los métodos del rey? Supongo está bien y no intentaré cambiarte de parecer porque estás decidido, no valdrá la pena. Supongo que me queda dejar que el tiempo avance y este mismo le de la razón a quien la merezca. —Dijo Darwin fríamente.
—Yo creo que no tienes forma de contradecirme pero no importa, ya sé que tengo razón a fin de cuentas. Yo solo espero que nuestro objetivo se cumpla como se debe pues, si Radial será invadida pronto, espero estar lejos junto con todo el pueblo disfrutando de algún racimo de uvas en alguna cabaña, ¿será mucho pedir? —Alardeó y se expresó Zhornil.
—Jeh, eres gracioso Zhornil y pese a todo, ¿me caes bien. Qué te parece una apuesta?, es sencilla... —Dijo Darwin muy pretenciosamente.
—¡Te escucho! —Contestó de inmediato Zhornil que es aficionado a las apuestas, tanto que visitó un casino durante el día y ganó 100 monedas de plata.
—Sé que eres bueno con las apuestas de casino pero, está es diferente. La apuesta consiste en dejar pasar el tiempo; cuando la expresión termine veremos si los métodos de Conor son acertados o no. El que pierda le pagará una moneda de oro al ganador y quizá sea poco pero, el valor de la moneda será simbólico pues, será la declaración del perdedor de que estaba equivocado en creer demasiado en su propia palabra, ¿te animas? —Explicó Darwin lucidamente.
—Es extraño pero lo aceptó, una moneda de oro es una moneda y ganarla solo porque sí está perfecto, incluso tiene sentido en que no quieras apostar más pero bueno, ¡hagámoslo! —Dijo Zhornil aceptado la apuesta.
—Es un hecho entonces. Bueno, hay que dormir ya, ten buenas noches Zhornil. —Dijo Darwin.
—Jeh, lo mismo digo. —Dijo Zhornil terminando la conversación.
Bajo las estrellas durmieron en las afueras del bazar esperando a la mañana siguiente que llegaría más pronto de lo esperado.
Antes de que amaneciera, todos ya estaban aseados y cuando el sol salió ellos estaban rumbo al bazar para desayunar ya que, si tardaban más, todo se iba a sobre saturar pues a lo lejos se veían las turbas de comerciantes y potenciales clientes que venían a la festividad que celebran en honor a la abundancia del bazar.
—Gracias por estar aquí, para nosotros es un honor tenerlos en estas humildes tierras. Por favor, disfruten de las fiestas, el comercio especial y las subastas. ¡Con estás palabras sean todos bienvenidos! —Dijo el jefe Gugwe de la zona y dueño de las tierras.
había música por doquier, los mercaderes estaban muy bien vestidos, los productos eran de alta calidad, el aire olía a un sinnúmero de festines, el sol destellaba con fuerza, el ruido de cada ser ahogaba el lugar, el chocar de monedas que eran contadas resonaba, los artistas del entretenimiento no dejaban de sonreír, los niños más pequeños se comenzaban a aburrir, los ancianos eran cautelosos, los alcoholizados eran muy ruidosos, las parejas declararon su amor y otros se divertían locamente para aliviar el dolor. Un bazar que normalmente tenía entre 1000 o 2000 personas, ese día albergó 5500 personas con múltiples personalidades y motivos para estar allí. Los exploradores del reino oculto de Radial se desplazaban por las apretadas calles en aquella mañana irradiante de un fulgor de felicidad donde, pese a que aún no encontraban los artefactos que buscaban, se estaban divirtiendo tal cual era la intención de Conor el cual, desde un segundo plano, siempre observaba que todo marche bien para sus súbditos.
—Esta gente si que aprieta, deberían bajarle a las carnes. —Dijo Gont sin miedo a ofender a quienes le podían oír.
—Que va, solo es cuestión de dominar los huesos. —Comentó Joss sacando su lado egocéntrica al referirse a que sus huesos son más flexibles que los de los demás y por eso se puede mover mejor.
—Oigan, se que es importante buscar los objetos claves pero, ¿podríamos pasar por esa tienda? —Pidió Wanda a sus compañeros.
—¡Pero si es una librería! —Exclamó en descontento Daz Freck, un Destructor clase 3 del pueblo de hielo.
—Oye amigo, ¿tú estás tonto o qué?, En una librería podemos encontrar información valiosa así que no lo digas como si no fuera importante solo porque tú pequeño cerebro no lo entiende ni conoce el valor de un libro. —Contestó Gont sin ningún cuidado en sus palabras.
—Eso es ofensivo, ¿sabes? —Señaló Daz disgustado por la relación de su compañero.
—Oigan oigan, tranquilos, solo era un petición, no es para que peleen así. —Dijo Wanda tratando de apaciguar la situación.
—No te preocupes, entiendo que un ciego puede hablar cuanto quiera de los colores pero si nunca los ha visto jamás sabrá realmente como son. —Dijo Daz refiriéndose a Gont.
—¿Qué estás diciendo de mi, tonto? ¡habla bien que no entiendo! —Reclamó Gont.
—Entonces el tonto es otro... —Dijo Daz haciendo reír a quienes estaban cerca pero sin duda molestó a Gont pero este fue intervenido por Wanda.
—¡Ya por favor, no peleemos más, se los ruego! —Pidió Wanda dirigiéndose a Gont el que dejo de discutir para evitar más disgustos.
—Ahora que dejaron de pelear es que puedo hablar. Destructora Magnos, tiene permiso de ir a la librería. —Dijo Conor apenas cesó el ruido de la discusión.
—¿De verdad?, ¡muchas gracias señor! —Contestó Wanda muy entusiasmada.
No tan aparte del grupo estaba Rashi Balto mientras conversaba con Rak sobre como volverse más fuerte y claro que Rak respondía las interrogantes del joven no sin antes e incluso después alardear de lo fuerte que el era...
—Y como puedes ver, pese que hay más personas hoy por lo visto ninguna es capaz de hacerme frente, ¿tú quieres ser fuerte y evitar que tus enemigos te rompan? ¡créelo y lo serás! Nunca se sabe cuando todo puede ponerse mal por lo que debes ser siempre el más fuerte y así no temer al peligro aunque, si tú quieres ser el más fuerte podrías ser el segundo ya que el primer puesto siempre será mío. —Contó Rak terminando su explicación entre risas muy llenas de ego.
Fue luego de las palabras egocéntricas pero carismáticas de Rak que un Rashi con una mayor confianza y optimismo habló. El ahora comenzaba a sentirse seguro fuera de Radial, tanto que le parecía un chiste que haya estado tan preocupado cuando le escribió una carta a su madre pero, ahora creía que volvería con relatos cómicos sobre su primera expedición y lo agradable que le estaba pareciendo el exterior. Con eso en mente, Rashi habló:
—Gracias por los consejos aunque siempre hables de lo fuerte que eres y no como lograste ser así. En fin, por ahora no importa mucho pues estamos bien, ¿no?, después de todo también tenemos a Conor y no hay de que preocuparse. Todo marcha bien y así seguirá, por eso es que creo fielmente que hoy será...
Un buen día.
[Nota del autor, nota del editor, al final soy la misma persona así que no importa jajaja: Hola chicos, espero estén bien y llevando lo mejor posible la cuarentena. Espero que mis capítulos les sean de socorro cuando el aburriendo les atrape, sin embargo, no puedo hacer un trabajo perfecto a la primera por lo que espero que si tienen críticas o sugerencias me las dejen en los comentarios o por mensaje privado si gustan, ¡yo respondo todo!
En este capítulo conocimos varios personajes aunque sea un poquito, ¿alguno que les gustó más que otro?. A todos ellos y más aún les veremos en la próxima entrega, ¡el capítulo 10! el cual será un capítulo especial y que prometo tendrá un nivel de exigencia de mi parte muy alto. Espérenlo en un par de semanas que por cierto, se viene el “nudo” o conflicto de este arco así que atentos.
Sin más que decir, me despido. ¡Un abrazo psicológico en tiempos de covid y hasta la próxima! <3]
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