Capítulo Doce: "Descenso"
Roy había aclarado los motivos por los que atacó el Bazar dejándolo desolado, sumergido en miserias y arrancando la felicidad de muchas personas. El capitán de los Sátiros sabía que se había empapado con sangre y respirado las cenizas de inocentes pero, el ya no creía en lo bueno ni en lo malo, pues los que estuvieron del lado del bien también lo rechazaron como a un perro con sarna una vez cruzadas las llanuras Gosherk, ninguno de los autoproclamados buenos de entre los burgueses les extendió la mano a los hambrientos, sedientos y adoloridos Sátiros que habían sobrevivido a su exilio. Al final de todo, cuando comenzaron a vagar por entre montañas y colinas todos se separaron, recuperaron fuerzas robando comida de plantillos y comenzaron a buscar refugio o trabajo en otros lugares vendiéndose casi como esclavos. Viviendo como un sirviente de clase baja, con apenas derechos y con solo la comida que necesitaba, Roy nunca se sintió cómodo; el no era para eso y nunca dejó de pensar también en cuanto odiaba a Dorlegh y como estaba dispuesto a ensuciarse las manos con tal de hacerlo pasar por lo que su hermana pasó.
Fue entonces que Roy encontró un hogar tras escaparse de la granja donde trabajaba con cerdos y dormía con las gallinas. Luego de su escape encontró un hogar en lo que le enseñaron que eran las sombras, en lo que suponía era lo malo del mundo, ahí encontró cobijó entre criminales y estos lo guiaron hasta que Roy se convirtió en un maestro criminal, fuerte como pocos y muy astuto por lo que se hizo con el mando de su grupo criminal a los pocos años de unirse. Cuando tomó el poder gracias a su mentor que le enseñó a usar sus poderes mágicos de Sátiro y a controlar aquella “Energía especial” fue que se convirtió en una influencia que motivó a más Sátiros a unirse a su grupo. Los Sátiros aún después de varios años seguían como casi esclavos y ya estaban artos de ser marginados, así como aquellos que cargaban con rencor hacía Dorlegh por las personas que murieron gracias a su exilio veían en Roy a alguien a quien seguir pues, aún con todos los crímenes que cargaba por haber elegido ese camino, tenía un sueño de justicia, el sueño de hacer pagar a aquél que les condenó a la perdición y arrebató lo más preciado que tenían.
...
Casi al mismo tiempo en que Roy terminaba de explicar los pecados de Dorlegh a la niña que rogó por saber la verdad, Conor y los Dragones iban a más de medio camino y la incertidumbre no dejaba de surgir ante la falta de un plan de acción contra los Sátiros que parecían superarles en número y poder.
—¿Qué crees que haremos cuando lleguemos? —Preguntó Rashi a Lú que volaba cerca de el.
—Sabes, me pregunté lo mismo antes de partir y la verdad sigo sin tener una respuesta. Yo no soy tan analítico como Darwin o Lortz así que, en lugar de sacar deducciones, esperaré a que Conor revele los detalles. —Contestó Lú siendo algo pesimista.
Por su parte, Conor, quién iba muy concentrado tratando de percibir el olor de la sangre de los Sátiros, notó que el caminó que seguían no se desviaba manteniéndose alineado hacía el norte y en esa dirección se encontraban algunas montañas luego de varias decenas de kilómetros de viaje.
—¡Atención, soldados! —Gritó Conor para llamar la atención de todos.
—Avanzaremos 10 kilómetros más a partir de este punto manteniendo la velocidad moderada que tomamos desde el comienzo pero, sí pasados los 10 kilómetros los resultados del rastreo se mantienen, entonces pasaremos a volar a grandes velocidades en la misma dirección que llevamos hasta ahora. —Avisó Conor a sus soldados.
Dichos soldados recibieron la información así que mantuvieron la velocidad que llevaban la cual era bastante lenta a comparación de velocidades normales pues, tenían que ir lento para que Conor pudiera percibir el olor de la sangre que los guiaría hacía los Sátiros.
dentro de 13 minutos más o menos lograron llegar a los 10 kilómetros que Conor propuso y para su suerte no tuvieron que desviarse ni una vez lo que le dio a Conor la razón sobre lo que pensaba.
—Escuchen, hemos viajado 27 kilómetros a lo largo de 35 minutos de vuelo, de haber sabido donde estaba el enemigo, ya hubiéramos llegado pero, no estaba seguro. Durante el viaje hemos seguido la misma línea, siempre apuntando al norte en una aparente dirección, unas cuantas montañas a unos 43 kilómetros de aquí. Luego de meditarlo he concluido que, ese es su lugar de refugio y escondite pues, de ser otro lugar ya habríamos tomado otro rumbo pero el camino se mantiene constante por lo que, iremos hacía allá pero ahora a altas velocidades propias de un dragón militar. —Explicó Conor con seguridad.
—Señor, tengo una duda, ¿Cómo llegaron tan lejos a pie éstos Sátiros? —Cuestionó la dulce Dornny quien pensaba que el enemigo podría estar más cerca.
—Tú observación es muy buena jovencita pero, te falta conocimiento. Verás, desde que salimos del bazar Durante 2 kilómetros el rastro de sangre, sudor y huellas se mantuvo pero, luego de ese trayecto, desapareció. Aún con eso, decidí seguir puesto que ya tenía corazonadas de lo que pasaba y lo confirmé en todo el rato que llevamos volando. Los Sátiros usaron una técnica de transporte dimensional abriendo portales y avanzado kilómetros en segundos, por eso es que cada nuevo kilómetro que avanzábamos volvía el rastro de sangre y las huellas pero, ahora había una nueva peculiaridad, ahora habían restos leves de energía especial que conforme avanzamos se vuelven más intensos. —Explicó Conor atando todos los cabos y haciendo que sus soldados vieran la lógica detrás de la decisión de ir hacía las montañas.
—Bien, me parece una deducción excelente, Conor, vamos allá cuanto antes. —Dijo Force quien sostenía un extremo de la plataforma de huelo en la que iba Conor.
—Muy inteligente y todo pero, ¿Y el plan?, No podemos seguir sin un plan. Al seguir tus órdenes y volar de prisa, llegaremos en 15 minutos a lo mucho, ¿qué planeas hacer cuando 203 cansados Dragones se enfrenten a más de 400 Sátiros criminales muy bien preparados con todo tipo de artimañas? —Cuestionó con fuerza Zhornil.
—¿Aún desconfías de mi, Zhornil? —Preguntó Conor viéndole seriamente con sus fríos ojos azules de Cadejo.
—¿Y cómo no hacerlo?, Eres un extranjero extraño que ni siquiera es un dragón puro que luego de derrotar a nuestros Reyes se impuso y ahora le seguimos porque así manda la ley pero, ¿obedecer esas leyes es tan importante como la seguridad de más de 200 soldados con increíble potencial?, porque a como yo lo veo solo vamos a probar suerte en un todo o nada donde, sinceramente, yo no pienso poner en riesgo mi vida. —Expuso Zhornil su descontento causando un gran silencio entre los demás.
—Te entiendo y no te culpo así que, para que no hayan dudas, expondré la verdad y el plan que tengo en mente. —Respondió Conor con calma.
—Anda, habla, ¿No escuchas el silencio que hacen mis compañeros?, todos ellos tienen la misma duda y están llenos de intriga pero, ninguno tiene el valor a desafiarte pues, aún te tienen miedo. —Habló Zhornil diciendo algunas cosas de más.
—Zhornil, ¡ya basta de palabrería! deja que nos explique. —Intervino Joss en la subida de tono que llevaba Zhornil.
—Dejando rencillas de lado, el plan es el siguiente:
Llegaremos sigilosamente al pie de este lado de la montaña donde, espero, no estén ubicados pues, al estar ellos del otro lado nos darán pase para un ataque sorpresa. Todos atacarán de forma contundente tratando de dejar inmóviles a los adversarios mientras se les repite casi en coro “Ríndanse o mueran aquí y ahora”. Como es probable que elijan pelear, ustedes deberán dar lo mejor de sí para resistir la batalla pues, deberán usar el máximo de sus poderes para hacer tiempo.
El tiempo que harán es para que yo pueda entrar en combate. Si bien en este estado puedo pelear, de hacerlo, perderíamos. Ante la amenaza numérica y estratégica, deberé neutralizarlos usado fuerza bruta en su totalidad por lo que, antes de hacer tal ataque, deberé recuperar algo de fuerzas para ser capaz de hacerlo bien y como aún falta algo de tiempo para llegar a las montañas, cuando lleguemos, ya me faltarán minutos para estar listo por lo que este plan es fiable y lo mejor que tenemos.
Claro, para asegurar su supervivencia liberen todo sin ningún miedo y restricción pero, sí tienen a la niña o al padre, rescátenlos pues son prioridad pero, más la niña, es por ella que debemos llegar cuanto antes. Por último, al luchar, traten de atacar desde los cielos pues, no todos los Sátiros pueden saltar muy alto o levitar así que, usar el cielo, será de gran ayuda e incluso podría ser determinante.
Espero no queden dudas, ¿tú qué dices, Zhornil? —Preguntó Conor tras la explicación de su plan.
—Apesta. Es un pésimo plan pero, es tú decisión y dejaré que nos dirijas a todos con ella, ¿por qué?, porque necesito dejarte hacer eso para ganar una apuesta y así poder demostrar mi punto con una moneda de oro como prueba, ¿o no, Darwin? —Dijo Zhornil ya algo más calmado.
—Jah, cierto. —Asintió Darwin mientras reía un poco.
—Suena bien para mi así que, ¡en marcha mis soldados, aguerridos militares de Radial! —Exclamó Conor dando orden de avanzar hacía aquellas inciertas montañas rocosas del norte.
Casi al instante, el velo del viento frio nocturno fue roto por el filo de las llameantes alas de los feroces dragones que, ya con objetivos claros y un plan en mente, miraban al norte con ojos de cazadores furtivos. Cada aleteo llameante era dado con fuerza elevando cada vez más la velocidad con afán de recortar el tiempo en el que debían llegar a su cita con el enemigo por lo que, la llama de la pasión por el combate comenzó a arder. Así es como a más de 200 Kilómetros por hora iban aquellos dragones con garras y colmillos ansiosos de una revancha gloriosa.
...
—Capitán, ya he entregado el paquete como ordenó. —Dijo un subordinado de Roy cuando recién volvía de algún lugar lejano.
—Bien hecho, has cumplido con tú deber. —Respondió Roy.
—Mis camaradas, comiencen a empacar muestras pertenencias y lo de más valor, nos vamos. Estar aquí no es seguro pues, más temprano que tarde nos van a venir a buscar y ya no quiero pelear más, yo ya he cumplido mi propósito. —Ordenó Roy a sus Sátiros.
—Capitán, pero, ¿qué haremos con la niña? —Preguntó el Sátiro que la tenía encadenada y dormida.
—Déjenle agua y comida junto con un mapa que indique hacia donde ir si no despierta para cuando nos tengamos que ir pues, la pobre lloró demasiado hace rato y por lo pesado de la noche simplemente cayó en un profundo sueño. —Dijo Roy.
—Bueno, supongo que se acabó esta misión, es bueno saber que nuestros muertos podrán descansar en paz ahora. —Dijo uno de los Sátiros mientras empacaban sus cosas.
—Supongo que sí, creo que hicimos justicia. Ahora podremos volver a la capital y encontrarnos con los superiores. Cuando lleguemos, yo presentaré mi renuncia y el que siga podrá ocupar mi lugar en la organización. Una vez hecho eso, comenzaré a vagar por el mundo, quizá encuentre redención y pueda vivir recordando a mi madre y mi hermana hasta el final de mis días. —Contó Roy.
—Vaya, quién diría que llegó tan lejos en la organización y se retirará teniendo tanto potencial pero, le entiendo capitán... Oiga, y pudimos no lograrlo, ¿cierto?, esos dragones fueron problemáticos. —Mencionó el subordinado.
—Ni que lo digas, nunca me imaginé que siguieran vivos, según se sabe hace más de 10,000 años los Leviatanes los extinguieron de la faz del mundo pero ya vez que no. Por cierto, su líder es formidable y muy determinado, tanto que me dio verdaderos problemas y llegué a dudar si saldría vivo de ahí, no sé su nombre pero, le deseo genuina suerte. —Dijo Roy sorprendiendo a más de uno.
—Como está eso capitán, explíquese. —Pregunto el Sátiro con el que hablaba.
—Veras, se supone que los dragones tienen poderes elementales pero, un elemento por especie y como vieron, estos Dragones usan dos elementos simultáneamente pero, se nota que aún no dominan ese poder por lo que seguro el responsable de dicho poder es su líder. ¿Por qué los dragones están en un bazar luego de tanto tiempo escondidos? Seguro planean algo y creo no es algo malo pues, hablan de justicia así como yo lo hice en su tiempo, quizá buscan renacer, quien sabe pero, debe ser algo grande, por eso les deseo suerte. —Explicó Roy.
—Ya veo, que gentil capitán. —Dijo el Sátiro.
—Jah, lo más probable es que ellos justo ahora nos vean como los Villanos y puede que si nos volvemos a ver no dudarían en matarnos y es que, hicimos muchas cosas “malas” para llegar a este punto pero, yo ya no sé que es correcto y que no lo es, en los últimos 20 años perdí la habilidad para diferenciar esos términos por lo que, solo me guío por lo que el corazón me dice que es bueno para mi. Si los demás no pueden con eso es su problema pues, aún en silencio, ellos también lo hacen. —Comentó Roy.
—Eso cierto y por eso le seguimos hasta aquí y si me permite decirlo, fue un honor servirle todo este tiempo, yo, Wern Turg, agradezco haberle servido. Después de esto volveré a la organización, formaré una familia y trataré de ser feliz con la vida que me tocó vivir, esto es lo que dice mi corazón. —Dijo Wern, el Sátiro con el que Roy estaba hablando todo este tiempo.
—Si eso te dice el corazón hazlo sin arrepentirte. Con toda sinceridad, te deseo una vida plena. —Dijo Roy retirándose del lugar para atender otros asuntos en otra parte del campamento.
—Gracias capitán, muchas gracias. —Dijo sonriente Wern.
Bastante pasivos pero, con alta velocidad, siguieron todos empacado las maletas para retirarse cuanto antes de detrás de la montaña donde se habían alojado estos días y así solo existir en el recuerdo de quienes vivieron esa noche pues no pensaban regresar jamás, ese era el plan.
...
—Niña, ¡despierta!. —Le dijo repetidas veces un Sátiro a la hija de Dorlegh tratando de despertarla.
—¿Eh?, ¡Ah!, ¡Sátiro feo, vete de aquí! —Dijo la niña Gugwe asustada al ver que lo que pensó que era una pesadilla era muy real.
—Shhh, no hagas escándalo. —Dijo el Sátiro.
—¿Y mi papá?, ¿Donde está mi papá? —Preguntó exaltada la niña.
—El ya no está aquí, ya no lo verás más pero, eso no es lo importante. —Contaba el Sátiro pero fue interrumpido.
—¡Devuélvanme a mi papá! —Gritó la Niña.
—¡Escucha por un momento por favor! Tú papá está pagando por sus crímenes y pecados justo ahora pero, tú eres libre, los niños no deben envolverse de maldad y por eso eres libre. Nosotros estamos apunto de irnos pero, hemos dejado en esta choza comida y agua para 3 días junto a un mapa que te dirá a donde ir sí quieres volver al Bazar o esperar que te rescaten, eso ya es tú elección. —Explicó el Sátiro.
—¿Ya se van?, ¿a donde? —Preguntó la confundida niña.
—Nos vamos al lugar de donde venimos, allá afuera están empacando las últimas cosas y nos iremos en unos 5 minutos o mucho menos, la verdad estamos casi listos. —Dijo el Sátiro luego de desatar la cadena de la niña.
—¿Qué le hicieron a mi papá? —Preguntó la niña con ojos que deseaban llorar pero no podían de tanto haberlo hecho antes.
—No pienses en eso, mejor, enfócate en ser una mejor persona que tú padre y vivir para la gente, se amable y amigable con todos pero... a decir verdad, no te confíes, este mundo y su gente es horrible, mejor, sé buena persona cuanto puedas pero, trata de estar preparada para cualquier golpe. —Dijo el Sátiro dándole su daga a la niña.
—No quiero ningún arma. —Dijo la niña tirando la daga.
—Es para que te defiendas en tú camino de regreso, luego podrás destruirla si quieres pero, una daga siempre es buena compañía. Nos vemos niñita. —Dijo el Sátiro y la niña ya no respondió nada.
—Si quieres, puedes volver a dormir, aquí es un lugar baldío así que estarás bien. —Dijo el Sátiro dándose la vuelta para salir de la choza.
La niña se volteó para no dar la cara y el Sátiro salió tranquilo por la puerta. Una vez fuera fue en busca de sus compañeros comentando que ya había instruido a la niña sobre las provisiones que le dejaban por lo que, hecho eso, el tiempo de irse estaba a puertas, sin embargo...
Una onda de choque y calor los azotó en segundos poniendo el ambiente muy tensó y acalorado como sí fuera el medio día en solsticio de verano. Al observar el cielo más de 200 luminarias se habían posado sobre ellos ardiendo ferozmente y entre las llamas solo se podían distinguir unos ojos rojos brillantes como el rubí que los observaban con ansías de sangre. Los Sátiros no lograron procesar la información a tiempo por lo que antes de hacer algo, el infierno que vendría sobre ellos ya estaba en...
descenso.
[Nota del autor:
Hey, ¿un nuevo capítulo después de más de un mes de ausencia? sí pero, es bastante pequeño, no obstante, la parte que sigue, es decir, el capítulo 13 ya está casi escrito por lo que a lo mucho en un par de días estará listo.
En mi tablero de comentarios hablaré más sobre mi ausencia en estos tiempos pero la verdad les extraño y intentaré traer capítulos más seguido como lo hacía antes.
mil gracias por leer y estar aquí, ¡son los mejores! como siempre pueden dejar sus comentarios y sus opiniones, críticas, experiencias, teorías y sugerencias sobre este capítulo y la obra general en los comentarios. ^^
Sin más que decir se despide X=Y, nos vemos en unos días. <3]
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro