CAPÍTULO O6
Los potentes rayos de sol se filtraban a través de la amplia ventana, eso causó que ______ se levantase con el ceño fruncido, realmente solía molestarse cuando alguien o algo la levantaba. Se frotó un ojo mientras se incorporaba sintiendo una leve molestia en su espalda, sin duda no estaba durmiendo en su cama, mientras se apoyaba con ayuda de sus manos, cegada por la luz del sol, palpó algo blando que la hizo sorprenderse. Elevó los ojos encontrándose con una melena rubia: Denki, este simplemente hizo un leve movimiento y continuó durmiendo plácidamente, no se veía de los chicos que madrugasen.
La joven se levantó con cuidado para no despertar al chico y fue corriendo hasta el fregadero, abrió el grifo y se empapó la cara de agua, ¿qué pasó anoche? se preguntó apoyando ambas manos en la encimera. A través de la barra podía observar el salón y sus ojos se fueron directamente al chico que había sobre el sofá, estaba sentado y con la cabeza hacia atrás, realmente le daba pena que hubiese tenido que dormir así; no obstante, ella suponía que había dormido sobre su regazo y que lo que había palpado antes había sido su pierna o al menos esperaba que hubiese sido la pierna, era muy temprano como para pensar mal.
Se sentó en una de las sillas con un vaso de agua en la mano, el chico había pasado la noche sentado por su culpa y ella, en cambio, había podido dormir sobre su regazo, eso no quitaba el hecho de que le doliese la espalda, pero más cómodo sí que era, así que tendría que compensárselo más tarde o cuando se levante, ya vería, ahora mismo iba a centrarse en hacer el desayuno o el almuerzo más bien, ya que se percató de la hora y eran cerca de las doce de la mañana.
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El reloj dio la una de la tarde, ______ fregaba los platos que había usado para desayunar, mientras que sus ojos no se separaban del rubio, el cual seguía descansando sobre el sofá de su salón, en la misma posición que lo había visto hace una hora atrás, era increíble que siguiese durmiendo y no hubiese realizado ni el más mínimo movimiento, ¿estaría muerto? esa idea rondó su mente por un momento.
Guiada por eso, la joven se acercó de forma silenciosa hacia el sofá, la sábana cubría su cuerpo, así que no podía saber aparentemente si estaba respirando o no.
──¿Denki?── preguntó mirando al chico, ambos habían llegado a un punto que se llamaban por los nombres de pila sin sentir timidez alguna.
El chico no parecía reaccionar ante su nombramiento, por un momento se asustó, así que la muchacha se puso a un lado sobre el sofá y se inclino hasta pegar la oreja en el pecho del chico, vale, no tenía de que preocuparse, aún latía y eso la tranquilizó. Justo cuando iba a separarse, los brazos del chico la apresaron contra él, al fin hacía un movimiento.
──______-chan...── dijo Kaminari en un tono adormecido arrastrando las palabras ;──¿Estabas preocupada por mí?── añadió abriendo un ojo, tenía una mirada y voz cansada, pero parecía haber escuchado como la chica lo llamaba hace unos simples instantes.
Esas simples palabras hicieron que un leve sonrojo se esparciese por las mejillas de la joven y más por la cercanía en la que se encontraban.
──No te hagas ilusiones── murmuró levantándose para quedar cara a cara contra él; aunque sus manos seguían apresándola contra su cuerpo.
──Oh, vamos, he escuchado como me llamabas── continuó picándole.
No podía negárselo, lo había llamado incluso por su nombre de pila para ver si reaccionaba.
──Si me has escuchado, ¿por qué no has reaccionado antes?── le preguntó dándole un golpe en el hombro.
──Porque esperaba que me hicieses el boca a boca.
La naturalidad con la que dijo esas palabras hizo que el sonrojo que apenas había desaparecido se hiciese más notable, a veces era incapaz de creer la tranquilidad con la que el chico decía esas cosas, realmente era un mujeriego sin remedio, con las técnicas de ligar más raras que ibas a encontrar.
──¿¡Quién va a hacerle el boca a boca a quién!?── interrumpió una tercera voz el silencio el cual estaban sumergidos.
El padre de ______ acababa de salir por la puerta del garaje y parecía haber escuchado las últimas palabras del chico, a decir verdad, la posición en la que aún se encontraban no ayudaban a darle una explicación lógica a lo que estaba sucediendo.
La joven Reiji se soltó del agarre de Denki; aunque ante la presencia del mayor, el muchacho no parecía tener ni la mínima intención de oponer resistencia ante esto.
──Nadie le va a hacer el boca a boca a nadie, papá, vuelve a lo que estabas── dijo la joven yendo hacia la cocina a por otro vaso de agua, tal vez la actitud que acababa de tomar levantaba más sospechas en vez de disiparlas.
──A saber qué habéis hecho en mi ausencia. Ay, esta juventud de ahora, nos tiene a todos condenados── respondió, en ese instante parecía uno de los típicos señores mayores que estaban siempre molestos refunfuñando.
Sin añadir nada más, el mayor regresó a la puerta del garaje desapareciendo tras esta, mientras que padre e hija hablaban o más bien tenían una pequeña discusión, Denki se había levantado del sofá haciendo crujir su espalda y dobló la sábana con la cual se tapaba, realmente haber pasado toda la noche en esa incómoda posición comenzaba a molestarse, pero no iba a quejarse, había sido culpa suya por haberse quedado dormido allí la noche anterior.
──Perdón, ______-chan, por mi culpa lo ha malentendido todo── se disculpó el rubio llevándose una mano a la nuca; aunque, sus labios reflejaban una ligera sonrisa triunfal, después de todo, había hecho que la chica se sonrojase y eso era todo un logro para él.
──Pff, si es que eres un tonto── dijo riéndose.
Sin duda aquellas respuestas riéndose extrañaban al rubio, la mayoría de veces que se encontraba en situaciones como en las que había estado con la joven Reiji siempre terminaban enfadándose con él, pero con ella, con ella todo era distinto y eso le gustaba.
Por otro lado, ______ no podía enfadarse con él, sabía que no había maldad alguna en lo que hacía, así que no tenía nada que echarle en cara, por lo que, como mínimo, ella se reía. Sin duda aquellos días junto al chico en la playa le estaban sentando bien, se sentía menos agobiada y con más libertad que antes, en otras palabras, su simple presencia la reconfortaba.
──Oye, por cierto, dan lluvia esta tarde, otra vez── volvió a hablar el rubio, parecía haber estado pensando las palabras ;──Y, bueno, ¿quieres venir a mi casa esta tarde?── no sabía explicar por qué, pero le había costado proponerle quedar a la joven, cuando en los días atrás lo hacía como si fuese lo más normal del mundo.
La muchacha se quedó pensativa antes de darle su respuesta, cierto era que nunca antes había ido a casa de un chico, pero no debía de preocuparse, realmente lo que le había sorprendido en todo aquello era la dificultad con la cual las palabras salían de la boca del chico, no era propio de él que le costase invitarle a salir.
──Claro que iré── respondió con una sonrisa, su sonrisa era sincera, de verdad que disfrutaba de la compañía de aquel chico. Desde que llegó, en ningún momento se sintió sola.
El joven sonrió ampliamente ante eso y después, tras despedirse, se marchó. Seguramente al llegar a casa le esperaría una buena regañina por parte de su padre, después de todo, la noche anterior le dijo que simplemente iría a casa de una amiga a cenar y volvería, pero no volvió, así que sus padres no deberán de estar contentos con eso en absoluto.
La tarde se avecinó más rápido de lo que esperaba y tal y como el rubio había dicho, comenzó a llover desde las cuatro, lo que pintaba para un día radiante se había tornado de un gris y la tenue luz del nublado cielo alumbraba escasamente el cuarto de la joven, la cual estaba tumbada sobre su cama con la leve música que se reproducía desde un cassette, podía parecer algo antiguado, pero a ______ le gustaba.
La hora de la quedada se aproximaba y su mente no dejaba de divagar entre los recuerdos de la semana pasada, desde que llegó tenía la sensación de que debía volver, que no tenía tiempo de tomarse un descanso, que tenía que trabajar y trabajar para lograr algo, pero, ahora que estaba allí, ya no quería volver. Las horas que pasaba con el joven Kaminari la hacían olvidarse de todo, olvidarse de sus obligaciones, olvidarse de que no tenía quirk, olvidarse de que era una inútil...Con simples palabras, acciones, él era capaz de remplazar esos angustiosos pensamientos por otros más cálidos, más divertidos, incluso podía jurar que en esos siete días había reído y sonreído más que en los últimos once años. Cada vez que estaba con él, un sentimiento de calidez que nunca antes había sentido se albergaba en su corazón haciéndolo palpitar, ¿qué sería aquello?
La puerta de la muchacha estaba entreabierta, por lo que, cuando su padre pasó, pudo apreciar el cuerpo de la joven tumbado sobre la cama, el antebrazo sobre sus ojos y una leve sonrisa en sus labios, esa escena le enternecía el corazón, estaba volviendo a ver a la niña que recordaba, la cual sonreía hasta por lo más mínimo. Decidió dejarla estar y entró en su cuarto acercándose a la ventana, apoyó la mano sobre el cristal mirando el mar revuelto.
──Mira, Dai, creo que nuestra pequeña ha encontrado a su persona especial...── susurró el mayor sintiendo como una lágrima resbalaba lentamente por su mejilla. Para él no había más alegría que sentir como su pequeña volvía a sonreír, aunque no fuese con él.
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──¡Papá, me voy!── gritó la joven desde la entrada donde se estaba poniendo los zapatos antes de salir ;──¡no volveré tarde!── tras esas palabras cerró la puerta tras ella.
Mientras cruzaba el pequeño delantero se puso la capucha de la sudadera, tal vez habría sido mejor idea agarrar un paraguas, ya que había comenzado a apretar la lluvia; la casa del chico estaba justo al lado, así que no pensó en el paraguas, pero cuando llegó chorreante a la entrada supo que tuvo que pensarlo dos veces. Llamó al timbre y esperó a que le abriesen la puerta, acción la cual sucedió tras escucharse un "Ya voy" que provenía del interior.
──¡______!── exclamó el rubio sorprendido al ver a la chica tan empapada en la puerta.
──Vives aquí al lado, así que no pensé que me mojaría tanto── dijo llevándose una mano a la nuca con una sonrisilla en los labios.
Incluso Denki había podido notar que la joven Reiji estaba menos tensa cuando estaba junto a él. Soltó una risa al verla negando con la cabeza, la muchacha parecía una joven formal, pero se podía apreciar que ambos eran igual de desastres:
──Espera aquí, te traeré una toalla── tras sus palabras, salió corriendo escaleras arriba.
Mientras tanto, la joven apreció la entrada de la casa, no era muy distinta a la suya, simplemente cambiaba la decoración, la de casa de él se veía más acogedora, paredes de un tono blanco decoradas con marcos de fotos de familia y un cuadro en la escalera, también había una planta y una pequeña cómoda para dejar los zapatos, sobre la cual había un espejo, donde ______ pudo mirar su aspecto. El cabello todo mojado al igual que la sudadera y el poco maquillaje que se había puesto se había escurrido, tal vez no tenía la mejor imagen en esos momentos, pero a Denki no pareció importarle en lo absoluto.
Una toalla cayó sobre su cabeza, Kaminari se encontraba secándole el pelo con dicha toalla, bastante cerca el uno del otro, era una sensación cálida.
──Si que llueve fuerte como para que te hayas mojado así desde tu casa a la mía── dijo mientras seguía con aquella acción repetitiva de secarle el pelo.
──No hace falta que-
──Sí hace falta, déjame ayudarte── la interrumpió como si supiese exactamente lo que iba a decir.
Simplemente se limitó a suspirar y a dejarse hacer, no podía quejarse, sus movimientos eran suaves, así que no se sentía para nada incómodo.
──Tu pelo ya está casi seco, sígueme que te de algo para cambiarte, creo que si te enfermases tu padre me mataría── dijo con una sonrisa mientras comenzaba a subir las escaleras seguido de ______.
Tal y como le había dicho, le dejó ropa suya para que se cambiase y él fue a tenderle la ropa en la galería, así para cuando se fuese ya la tendría seca. Se puso la ropa en la baño, esta le estaba grande y ligeramente perfumada con su olor, un día eres joven y al otro te preguntas que clase de suavizante ha utilizado para lavar la ropa.
Un par de minutos más tarde salió del baño yendo a la habitación de Denki, donde él se encontraba, parecía estar conectando unos cables a una pequeña tele frente a la cama. El cuarto no tenía nada fuera de lo común, algo de lo más normal para un adolescente de su edad, la cama, un escritorio, una pequeña mesa en el centro, un armario, cómodas, gorras, una bola de basket junto a la cama, cosas corrientes en el cuarto de un adolescente.
──¿Te gustan los videojuegos?── preguntó Denki sin despegar la vista de los cables que conectaba.
──¿huh? Bueno, puede decirse que sí...── realmente siempre estuvo ocupada estudiando y esas cosas, quien jugaba era su padre y ella se limitaba a mirar, le parecía más entretenido que jugar, podía sonar extraño, pero así era ──, francamente soy más de mirar que de jugar.
──Pues eso va a cambiar hoy── dijo el muchacho mientras presionaba el botón en la tele, abriéndose así la interfaz de lo que parecía ser una consola.
Por primera vez en los cinco minutos que ______ estaba en el cuarto, Denki se giró a mirarla y un leve rubor se instaló en sus mejillas, su ropa le quedaba mejor a ella que a él.
──Mierda, ¿por qué le queda tan bien?── pensó desviando la mirada ──. Voy a buscar algo de comer, siéntate dónde quieras── le dio un mando antes de salir apresuradamente del cuarto bajo la mirada extrañada de la joven, ¿había hecho algo mal?
Se encogió de hombros y decidió sentarse en su cama con el mando de la consola entre sus manos, muchos botones y poco espacio era lo que veía, no tenía ni la más remota idea de para que servía cada cosa, pero el objetivo era pasárselo bien, así que no debería de preocuparse mucho por eso.
Al poco el chico ya estaba de vuelta con una bolsa de patatas, la dejó sobre la pequeña mesa del centro del cuarto y después se acercó a agarrar el segundo mando de la consola, miró donde estaba sentada la joven y después decidió sentarse en el suelo, la espalda apoyada en la cama entre las piernas de ella, la joven estaba sentada sobre la cama y el hecho de que el chico se sentase ahí la sorprendió levemente.
──¿Te molesta si me pongo aquí?── echó la cabeza hacia atrás para poder mirarla mientras preguntaba.
Ella negó, simplemente le había sorprendido, pero no le importaba. Esto hizo que el chico sonriese y procedió a explicarle cómo iba el juego y que controles había que usar, pusieron el juego por equipos, así no deberían de ir separados y la chica no se agobiaría por no tener la menor idea de que hacer. Así consumieron lo que quedaba de tarde, en la habitación del chico llena de risas y algún que otro quejido cuando perdían o morían, conforme pasaba el tiempo la muchacha de vez en cuando se apoyaba sobre la cabeza del rubio, pero no parecía importarle, al igual que tampoco les importaba la lluvia que caía fuera de la habitación, de nuevo volvían a ser ______ y Denki solos, sin nada más que les importase que la compañía del otro.
Esto sería el capítulo 6
¿Qué os ha parecido?
Tengo que admitir que he disfrutado escribiendo esto, aunque siento que el inicio me ha quedado un poco pocho, idk jsjsjs. También quería pedir perdón por haber tardado tanto en actualizar, es que he tenido un bloqueo y no sabía como continuar la historia, porque tenía muchas otras idas; no obstante, me he propuesto no hacer ningún fic nuevo hasta terminar este.
Espero que os haya gustado.
Un voto y/o comentario ayudaría mucho <3
© GARDNER, 2O21
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