La semana había pasado relativamente rápido, así que finalmente llegaba el fin de semana, aunque eso no importaba mucho, a fin de cuentas eran vacaciones, así que todos los días se sentía como si fuese fin de semana.

______, a pesar de ser temprano, se encontraba estudiando para crear nuevos inventos; aunque no íbamos a ignorar el hecho de que decidió quedarse en aquella casa hasta final de mes. El acuerdo que tenía junto a su padre terminaba en viernes, el día anterior, pero ella decidió negarse a marcharse, comenzaba a divertirse y a disfrutar de estar cada día en la playa, llevaba un ritmo de vida más despreocupado que el que tenía cuando estaba en la ciudad, allí sus días se cerraban en estudiar y trabajar; en cambio, en la playa, salía a divertirse y quedaba con aquel rubio, el cual ya comenzaba a conocer mejor, podía decirse que habían forjado una bonita amistad entre ambos.

Echó la espalda hacia atrás recostándose en el respaldo de aquella silla de madera, confirmaba que echaba de menos su silla de escritorio, pero no iba a quejarse. Soltó un largo suspiro estirándose, sintiendo como los primeros rayos de sol se filtraban a través de la fina cortina y le golpeaban contra la cara, era una sensación agradable, no lo iba a negar, no necesitaba más pruebas para decir que comenzaba a acostumbrarse a aquel ritmo de vida, a pesar de todas las quejas que formuló al principio. Abrió la ventana haciendo que la fresca y suave brisa de la mañana entrase en la habitación, eso causó que algunas hojas de bocetos volasen por la habitación; pero aquello le daba otro ambiente a la estancia, eso sí, la daría algo de rabia tener que recoger los papeles después.

Cuando el hambre empezó a hacerse notar, la chica bajó las escaleras hasta la cocina, como todas las mañanas, se hizo el desayuno y se sentó en uno de los bancos mientras miraba a través de la ventana que daba hacia el pequeño jardín trasero, más allá podía verse la playa, como casi todos los días, la marea estaba en calma. Mientras contemplaba el exterior, el único hombre que vivía en aquella casa bajó para poder desayunar con su pequeña.

     ──Aunque no estemos en casa, podemos seguir haciendo nuestros sábados de pizza y peli── le informó mientras se acercaba a la nevera para poder sacar leche y hacerse un café rápido.

Aquellas palabras llamaron la atención de la menor, era tradición en su casa comer pizza mientras veían películas, la mayoría cutres, sentados en el salón de casa, era un momento padre e hija que tenían una vez a la semana, si te lo saltabas, tendrías que fregar los platos en toda una semana, más que nada, era una forma para poder apartar a ______ de sus estudios una vez a la semana al menos.

     ──Aunque...── comenzó a hablar alargando la "e" ──, esta noche podemos hacer una excepción y podrías invitar a tu amigo a cenar a casa. La verdad es que quiero conocerle mejor── comentó, esas simples palabras captaron totalmente la atención de la menor, ¿de verdad se lo decía en serio?

     ──Y...¿por qué quieres conocerle mejor?── preguntó a la vez que se llevaba una cucharada de cereales a la boca.

     ──Tendré que saber con certeza cómo será mi futuro yerno── dijo con total tranquilidad, ya había tenido La Charla con su pequeña, así que confiaba plenamente en ella.

Si no se hubiese tragado ya los cereales, los hubiese escupido tal y como los hubiese tragado, realmente lo había dicho en sí no era lo que la había sorprendido, si no la tranquilidad y la naturalidad, como si esas palabras no significasen nada.

     ──Papá, por favor...── dijo poniendo los ojos en blanco, su relación parecía ser más de amigos que de padre e hija, pero así estaban las cosas.

     ──Papá, por favor, nada. Tengo que aprobar esa relación── dijo negando con la cabeza.

La muchacha simplemente suspiró dejando al tazón sobre la barra de cocina.

     ──Bueno, vale, está bien, pero solo pido que te comportes como un hombre de tu edad. Como el hombre de cuarenta y cinco años que eres── le advirtió.

     ──Oh, venga, no seas así. Los hombres de mi edad la mayoría están amargados y la clave para llevarme bien con un chico de tu edad es pensar como uno── se defendió cruzándose de brazos.

Admitía que agradecía que su padre fuera como es, realmente le gustaba que fuese de mente abierta y que no tratase de guiarla siempre, si no que solía dejar que ella fuese por su propio camino; aunque, claro estaba que no dejaba de ser su padre, así que tenía que tener cierta autoridad, admitía que tenía la suerte de que su pequeña era bastante responsable y no daba muchos problemas.

     ──Vale vale, tú ganas, pero no le hagas muchas preguntas o algo así── dijo mientras estiraba el brazo para agarrar el teléfono que cargaba sobre la encimera.

El mayor asintió con una sonrisa triunfal en los labios; aunque no se viese, en su mente ya estaba planeando que preguntas hacer y qué responder ante las posibles respuestas que podría decirle.

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     Algo común que estaban haciendo esos días era ir a playa como muchas otras familias que hacían lo mismo que ellos. Instalaron las cosas sobre la arena, se deshicieron de la ropa restante y, como solía hacer, su padre se despidió de ella para irse a nadar hasta donde la marea le llevase; pero con precaución de no alejarse demasiado ni de la orilla ni de donde estaba su pequeña, quería vigilarla por lo que podría pasar.

______ se quedó de pie en la arena, simplemente sentía como las pequeñas olas le acariciaban los tobillo y la arena se hundía bajo sus pies, deleitándose con el suave sonido del mar y las gaviotas; aunque, a veces, este último sonido podía parecer estridente.
Tan inmersa estaba en sus pensamientos, que no se percató de quien se acercaba por su espalda, esto hizo que dicha persona cumpliese su cometido, asustando a la joven haciendo que esta diese un pequeño bote en el sitio mientras soltaba un leve grito. Se giró con rapidez topándose con aquel muchacho, con el cual había estaba pasando tanto tiempo esas vacaciones.

     ──Serás estúpido── dijo dándole un leve golpe en su torso desnudo, admitía que lo había visto más veces en bañador que vestido completamente.

Soltó un leve y fingido quejido de dolor, pero no cesó las risas que salían a causa de la reacción de la joven ante el susto.

     ──Te vi y me acerqué, pero como te hablaba y no me hacías caso, tuve que recurrir a asustarte── se excusó encogiéndose de hombros.

Se llevó la mano a la cara negando con la cabeza, cada día tenía una sorpresa nueva por parte del chico, en definitiva era difícil saber qué se le pasaba por la cabeza en cada momento.

     ──Pues la próxima vez tócame o algo, pero no es necesario asustarme── replicó, no había medido muy bien tus palabras.

     ──Uy, ¿tocarte?── dijo mientras movía las cejas hacia arriba y hacia abajo, realmente no había especificado dónde podía tocar.

Esa respuesta hizo que la joven se sonrojase, realmente no esperaba que se le hubiese ocurrido eso, a saber qué se le había pasado por la mente al chico.

     ──De verdad que eres un estúpido, Kaminari Denki── dijo dándose la vuelta yendo hacia la sombrilla aún sonrojada.

El chico puso la mano sobre su boca tratando de no soltar una risa, bueno, había conseguido ponerla nerviosa y con eso ya se sentía realizado. Por otro lado, sentía de que "estúpido" era ya un apodo que la joven le había puesto; no obstante, no sabría decir si aquello se lo estaba poniendo de forma cariñosa o no, a fin de cuentas tampoco sabía diferenciar si se había enfadado de verdad o no.

Kaminari fue hacia la joven para sentarse junto a ella, aunque al sol, el cual no pegaba flojo. Al darse cuenta de esto, la joven levantó la mirada de su libro, le miró y le hizo un gesto con la cabeza para que se sentase a su lado bajo la sombra de la sombrilla; ese simple hecho hizo que el joven sonriese haciendo lo que le decía, se sacudió la arena del bañador y se sentó a su lado en la toalla.

     ──Oye, por cierto, ¿haces algo esta noche?── preguntó la chica sin apartar los ojos de su libro, eso era un hecho que le daba algo de rabia al chico, preferiría que tuviese su atención puesta en él.

     ──Para ti siempre estoy libre, lindura── respondió imitando un tono coqueto.

La muchacha suspiró rodando los ojos, en definitiva, nunca sabía qué pasaba por la mente de aquel chico.

     ──Te veo a las ocho en mi casa── dijo, tomaba aquella respuesta como un sí ──. Espero que te guste la pizza── añadió, aunque, ¿a qué joven de dieciséis años no le gustaba la pizza?

     ──Soy más de hamburguesas, pero la pizza también me gusta, así que está bien, iré a tu casa a las ocho── aceptó su propuesta, ahora que lo pensaba, era la primera vez que la chica lo invitaba, siempre era él el que la invitaba a ella para quedar, pero esta vez era distinto.

Si su instinto no le fallaba, sentía que se estaba acercando más a la joven, que se abría más a él, que podía hacerse más cercano a ella, no ignoraba el hecho de las pequeñas charlas nocturnas por chat que tenían entre ambos, reconocía que aunque la joven tuviese un toque serio, era entretenido y divertido hablar con ella, al fin y al cabo era una de las pocas chicas que no le habían dado calabazas en lo que llevaba de vacaciones, así que eso lo animaba más a acercarse a ella, aunque no necesariamente de forma física.

     ──Por cierto, ¿qué películas te gustan?── preguntó dejando el libro de lado, ya que estaba allí, trataría de hablar con él para que no se aburriese o algo así.

Esa pregunta lo pilló desprevenido y quería verse cool, así que tardó algo en responder:

     ──Hmm, las de terror creo── respondió.

La joven le miró, realmente el chico no se veía del tipo que le gustaban las películas de miedo, admitía que ella tampoco, no es que pasase miedo en sí, si no que se le hacían desagradables y se sorprendía cuando salía algún susto, pero a la noche podía dormir perfectamente, sin el miedo de que algo apareciese mientras dormía, ya que, al fin y al cabo, aquello no era más que ficción.

     ──Pues veremos que hay.

Si la memoria no le fallaba, en casa de su tía había un pequeño "libro" donde se podían guardar CD's seguramente la mayoría de películas serían antiguas, pero para un sábado de pizza y peli, eso no importaba mucho, el caso era ver una distinta cada sábado.

Mientras ambos adolescentes seguían hablando, Kazuo acababa de salir del agua y se acercaba hacia donde estaban para poder agarrar la toalla y secarse. Su presencia, cabía recalcar, que sorprendió al rubio, a fin de cuentas, el padre de ______ era un hombre físicamente fuerte, con un cuerpo definido y alguna que otra cicatriz que le daba un toque de "Chico Malo" y los tatuajes no ayudaban a contrarrestar esta idea, bueno, mirándolo bien, tal vez su padre era la razón por la cual los chicos no solían acercarse a ella, ya que este tenía una apariencia intimidante, pero atractiva.

     ──Oh, bueno días, Kaminari── saludó el hombre al muchacho, era sorprendente que se haya acordado de su nombre, a pesar de su mala memoria para estos ──. Espero no haber interrumpido nada── añadió pasando los ojos entre ambos jóvenes.

     ──No, papá, simplemente le estaba proponiendo lo de esta noche── respondió la chica, tampoco quería que su padre se hiciese ideas equivocadas.

     ──Oh, entonces, ¿nos vas a acompañar?── preguntó con cierto tono alegre, realmente esperaba que fuese así.

El muchacho asintió con la cabeza, aunque esas palabras lo desanimaron un poco, ¿acompañar? eso significaba que no estaría a solas con la chica como le gustaría que fuese, lo cual era una pena.

     ──Pues fantástico entonces── respondió ante su asentimiento.

Así continuaron aquella mañana, hablando y riendo, así Denki, había podido comprobar bien, que a pesar de su apariencia, el padre de ______ era un hombre simpático con el cual merecía la pena hablar.

     Eran las nueve y media de la noche, no estaba bien entrada la noche, pero algo era, la hora perfecta para poder comenzar aquella noche de pizza y peli.

En la casa de los Reiji todas ventanas estaban abiertas, lo que causaba que la brisa marítima nocturna se introdujese en la casa y se colocase por cada rincón de esta refrescando la estancia. Las risas y las quejas acompañaban esa brisa dándole un toque de calidez a aquella casa. Todas las pizzerías estaban saturadas de gente, así que si hubiesen querido comprar una, habrían tardado mucho en cenar, así que la única opción que les quedó fue hacer ellos mismos las pizzas, ya que la otra alternativa hubiese sido comprar una del supermercado, pero no era lo mismo.

Por un lado, ______ y Kazuo se encontraban en la concina haciendo las pizzas, teniendo algunos problemas con el horno, por el otro, el joven Kaminari había accedido a arreglar el reproductor de CD, ya que su quirk le ayudaba a eso, después de todo tampoco habían comprobado si dicho reproductor funcionaba, aunque no era extraño que no dado que hacía años que nadie visitaba la cassa.

     ──¡Esto ya está!── dijo Denki desde el salón, le había costado más de lo que esperaba, pero funcionaba, incluso había introducido ya el disco, antes de nada habían elegido que película ver de terror, la cual era relativamente nueva.

     ──Esto también lo tenemos── comentó ______ mientras colocaba un mantel sobre la mesa de café del salón, con la ayuda de Denki puso también las servilletas y los vasos.

En aquel salón habían dos sofás dobles y un sillón para uno, así que el rubio esperaba poder sentarse en uno de los sofás dobles junto a la chica, ya que, sentarse con el mayor sería algo extraño y sentarse solo algo triste, así que la opción perfecta era sentarse junto a la joven Reiji.

Y bueno, tal y como quería, ambos adolescentes se sentaron en aquel sofá doble y el mayor solo en uno de los sillones, de vez en cuando le echaba una que otra ligera mirada al rubio de que no hiciese nada raro, ya que, ambos, tan juntos...quién sabe que podía pasar ahí.

Por otro lado, el comienzo de la película no fue nada del otro mundo, lo malo, fue cuando venía la parte de acción, cuando salía algún que otro susto, el chico, se escondía junto a la chica, haciendo que esta soltase una risa silenciosa, a fin de cuentas, había sido él el que había dicho que le gustaban las películas de terror, pero realmente no iba a comentar nada sobre eso, al menos de momento, ya en otro momento le echaría eso en cara. Realmente agradecía que su padre se hubiese dormido y no presenciase los pequeños sustos de Denki, ya que lo más probable es que haría bromas sobre ella durante un largo periodo de tiempo.

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     Los dos adolescentes seguían en aquel sofá, a pesar de que la película había terminado y los créditos finales inundaban la pantalla. Estos se encontraban durmiendo, ______ terminó subiendo los pies al sofá y su cabeza cayó sobre el hombro del rubio, el cual tenía la cabeza apoyada sobre la de ella, ambos dormidos, bastante juntos, ya que la ventana seguía abierta y el aire frío de la noche entraba en la casa, lo que antes era un leve brisa ahora era una helada.

El mayor se levantó del sillón en el que estaba y, nada más realizar la acción, se fijó en la pareja que descansaba a su lado. Suspiró negando con la cabeza, que bonita que era la juventud, pensaba. 

Recogió en silencio la pequeña mesa del salón y después subió las escaleras para agarrar unas sábanas limpias, bajó, cerró la ventana y cubrió tanto a Denki como a ______ con la sábana, tras esto simplemente sacó el teléfono de su bolsillo para tomarles una foto, necesitaba evidencia de eso, no sabía para qué, pero para un futuro le serviría.

© GARDNER, 2O2O