Casi sin darse cuenta, ya habían pasado dos días allí, por lo tanto, ya era miércoles, el día de su cita, podía decirse, con Kaminari. No negaba que un tanto nerviosa si se encontraba, al fin y al cabo, era la primera "cita" que tenía con un chico de su edad, siempre estuvo tan inmersa en los estudios que nunca paró a tomarse un tiempo en esos temas, a pesar de que más de un chico, y chica, la invitasen a salir, ella siempre respondía con que estaba ocupada.

Como había hecho el día anterior, tenía pensado salir a correr, aunque, para su sorpresa, afuera estaba lloviendo, así que simplemente suspiró sentándose en uno de los altos taburetes de la pequeña barra de cocina. Miró el reloj, 7:43 , realmente no tenía mucha idea de que hacer, incluso por primera vez en su vida no tenía ganas de estudiar, en cambio, ansiaba con que fuesen las ocho de la noche, ya que era la hora en la que había quedado con el chico, ¿por qué lo ansiaba tanto? Ni ella lo sabía.

Fue al otro lado de la barra, puso música en la radio y comenzó a preparar el desayuno, al menos así podría entretenerse con algo y cuando su padre se levantase podrían hacer algo juntos, aunque dentro de casa.

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     El mayor, mientras desayunaban, miró la estancia, sin duda a aquello le hacía falta un arreglillo, el sofá seguía cubierto con un plástico para el polvo, habían cuadros por los suelos y cajas con cosas por las esquinas, aunque fuese para un mes, podrían darle un arreglo y, seguro, que en el garaje de aquella casa habían más cosas, así que, ¿qué mejor que una mañana de lluvia para investigar y arreglar?

     ──Ferb, ya sé que vamos a hacer hoy── dijo Kazuo imitando las palabras de aquella serie de dibujos animados.

La muchacha dejó de comer unos instantes para poder prestarle atención.

     ──Sorpréndeme.

     ──Vamos a darle un arreglo a todo esto── dijo con decisión. Si ______ hubiese estado comiendo, fijo que se hubiera atragantado, después de todo era bastante el trabajo que había que hacer ──. Oh, venga, no me mires así. Fuera está lloviendo, ¿que más podemos hacer?── añadió señalando a la ventana a sus espalda, justo en el instante que hizo esa acción, la lluvia comenzó a apretar.

La menor puso los ojos en blanco, aquello no podía ser verdad, lo único que le gustaba era ordenar su cuarto, el resto había que admitir que le daba más pereza.

Después de terminar el desayuno, mientras ( TN ) fregaba los platos, Kazuo comenzó a abrir cajas, sacar lo que tenían e ir colocándolo, aunque, claro estaba, todo después de limpiar.

Mientras ordenaban, la música que se reproducía desde la radio inundaba la casa, en solos dos días ya habían transformado aquello en un lugar acogedor con solo su presencia, de vez en cuando, padre e hija fingían que la escoba era una guitarra y la fregona un micrófono cuando sonaba su canción favorita, tal vez ordenar y arreglar no era algo tan malo.
Solo bastaron un par de horas para terminar allí, después bajaron al garaje, bastante limpio para su sorpresa, simplemente una manta cubriendo algo en un rincón, manta la cual, la curiosidad de ( TN ) la llevó a levantar.

Tres bicicletas, unas vintage, por así decir, eran de paseo simplemente. A pesar de estar llenas de polvo, ( TN ) las veía con cierto encanto, aparentemente parecían estar en buenas condiciones, salvo por algo de polvo que tenían encima y arena en las ruedas.

     ──¿Es un tesoro?── preguntó al mayor al darse cuenta con el detenimiento que la joven miraba bajo aquella sábana.

     ──Depende de como lo mires── dijo apartando los ojos de aquel descubrimiento. Quitó por completo la agujereada sábana blanca para que su padre también pudiese ver que había debajo ──Son bicis── añadió sin más.

El hombre pareció sorprenderse por aquello, como si hubiese recordado algo, así era, albergaba un tierno  y divertido recuerdo con aquellas bicicletas.

     ──No sabía que la tía Ami las seguía guardando── comentó soltando una leve risa.

______ se extrañó ante aquello, ¿se refería a las bicis?:
 
     ──¿Pasa algo?── preguntó.

     ──Bueno, en esas bicicletas tuvimos tu madre y yo nuestra primera cita── dijo a la vez que recordaba con exactitud aquel día ──Íbamos con ellas por la playa, una tarde, justo cuando tu madre me acompañaba de vuelta, se me rompieron los frenos y terminé chocando con ella, al final terminamos los dos riendo en el suelo, la verdad es que sentí miedo de que se hubiese enfadado── relató.

Tal y como contaba, una de las tres bicis tenía los frenos rotos, algunas abolladuras y una rueda un poco doblada, todo indicaba que era la que había llevado el mayor.

     ──Podrías usarla esta tarde si deja de llover── dijo mirando a la niña.

Esta lo miró con sorpresa, ¿se había enterado de su cita?

     ──No me mires así, soy tu padre y lo se todo── respondió ante su mirada, realmente no tenía ni idea de que pasaba, simplemente se lo decía para que se diese una vuelta en bici y se despejase, pero tal como lo miró supo de inmediato que pasaba algo, así que no estaba de más gastarle una pequeña broma.

     ──P-pero que sepas que no me gusta ni nada, solo estamos quedando como amigos── se excusó mientras un sonrojo cubría sus mejillas ¿Por qué se sonrojaba? ¿por qué se estaba poniendo nerviosa? No lo sabía ni ella, después de todo, el mayor no le había dicho nada.

     ──¿Gustar?── preguntó moviendo la cabeza hacia un lado sin comprender. Como suponía, estaba pasando algo que realmente no sabía, pero simplemente tuvo que atar cabos. Miró a la niña con los ojos abiertos ──¿¡Has quedado con el chico de al lado!?── cuestionó alzando un poco la voz, en parte se alegraba y por otra no tanto. Por un lado, su pequeña estaba saliendo de casa, pero por el otro, estaba quedando con un chico, no no, peor aún, iba a tener una cita con un chico.

     ──¡Papá!── le llamó la atención ──No grites, por favor── dijo aún con aquel sonrojo en las mejillas, sin duda se había delatado ella sola. ──Y sí, he quedado con el chico de al lado, pero somos solo a-mi-gos── le respondió negando con la cabeza, realmente no quería ni saber que cosas se estaba imaginando.

     ──Vale vale, de acuerdo, solo amigos── dijo asintiendo, de todos modos tendría vigilado al muchacho, parecía buen chico, pero quién sabe.

     Tal y como suponían, había dejado de llover, aunque el cielo seguía nublado y hacía algo de fresco, pero se estaba bien en la calle, después de todo, algunas tardes, el calor allí era insoportable, así que el fresco era algo que se agradecía.

Tras arreglar un par de cosas y estudiar un poco, ( TN ) se encontraba dando vueltas por el cuarto, impaciente mirando al reloj, aún quedaban dos horas, pero se le estaban haciendo de lo más eternas posibles, no sabía si era porque aquella iba a ser su primera cita o por si era con aquel joven con quien se iba a ver, tal vez las dos, quien sabe, al fin y al cabo, aquella torpeza del muchacho lo hacía ciertamente encantador. Sin seguir pensando mucho en aquello, tomó la toalla, el neceser y fue a darse una ducha o tal vez un baño, tenía tiempo de sobra.

Sobre la cama se extendían los conjuntos de ropa que tenía pensado ponerse, solo iba a estar allí dos días más, así que tampoco llevaba mucha ropa, la justa y la que le cabía en aquella maleta. Optó por el short con tirantes negro y una camiseta de tirantes blanca, algo ajustada había que recalcar, aunque tampoco le tomó mucha importancia, ella simplemente se ponía lo que le gustaba; en el baño se miró al espejo, dudó unos segundos en si arreglarse el pelo de alguna forma, pero prefirió dejarlo tan cual lo llevaba, se podía decir que por primera vez en bastante tiempo, se veía bonita, no para gustarle a su cita, para ella misma.

     ──Hey, papá, ¿Cómo voy?── preguntó bajando la escalera mirando al mayor, el cual se encontraba en el sofá leyendo.

Se quitó las gafas de los ojos para poder ver bien a su hija soltando un "Wow" realmente no sabía que la chica tenía aquella ropa tan bonita, siempre solía verla con las ropas de ir por casa, dado que ella no solía salir mucho que se diga.

     ──Sin duda vas a impresionar a ese chico── dijo asintiendo antes de volver a su lectura.

( TN ) sonrió, aquello pintaba bien, de momento.

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     El reloj dio las ocho menos cinco, así que la menor de los Reiji tomó su pequeña mochila con las llaves, el modero y el teléfono, se cambió los zapatos y salió hacia la calle, después de todo habían acordado verse en la puerta de casa de ella, le pillaba de paso al muchacho, el cual no tardó más de tres minutos en aparecer por la puerta de la casa de al lado.

Nada más ver a la chica, sonrió tontamente, aquello era verdad, una chica linda había accedido a pasar una tarde con él, no podía estar más contento.

     ──Buenas, lindura, ¿me permite acompañarla?── dijo al estar relativamente cerca de ella.

La joven le sonrió asintiendo, aunque no sin antes echarle una miradita, iba de lo más normal vestido, unos vaqueros, una camiseta blanca y encima de esta una camisa abierta, un atuendo bastante veraniego.

Tampoco tenía muy claro que era lo que el chico tenía pensado hacer esa tarde, pero de todos modos le propuso lo que su padre le había dicho esa misma tarde mientras arreglaban el garaje:

     ──¿Te parece que demos un paseo en bici?── realmente no tenía ni idea de si el chico sabía o no montar.

Aquello le sorprendió, aunque sonrió afirmando con entusiasmo, no era una mala idea así la podría llevar a un lugar y no tardarían mucho tiempo en llegar si iban en bicicleta.

La joven fue hacia el lateral de la casa tomando ambas bicis del manillar llevándolas a donde el chico estaba.

     ──Bueno, tú me guías, yo soy la nueva aquí── dijo mientras pasaba una pierna a cada lado del cuadro.

     ──De acuerdo── respondió imitando la acción de ella encaminándose hacia aquel paseo junto al mar.

Se reflejaban en los charcos cuales espejos, el cielo estaba cubierto pero no del todo, en algunos puntos podía apreciarse el azul del cielo y unos rayos de sol filtrándose a través de la capa de nubes sobre el agua del mar, el cual estaba de nuevo de nuevo en calma haciendo que las olas dejasen unos leves susurros al romper contra la arena. Era la clara imagen de "La calma después de la tormenta" todo estaba en silencio, pocas personas habían por allí, simplemente se escuchaban risas lejanas de gente que había en la playa.

El cabello de ambos se movía con la brisa, ( TN ) estaba concentrada en el camino y en seguir al chico, no quería perderle de vista aunque tampoco iban muy rápido, simplemente de paseo, en cambio, él de vez en cuando le echaba una mirada de reojo, no quería que se perdiese, pero tampoco podía apartar la vista de ella desde que la vio en la puerta de la casa.

Ambos protagonizaban la escena perfecta de un cuadro con temática amorosa, era algo bastante tierno de ver.

Solo hicieron falta unos veinte minutos para que aquel camino de losas, aquel paseo, llegara a su fin, frente a ellos se alzaban unos grandes acantilados, donde se encontraba también el conocido faro de aquella bahía.

     ──Ya casi llegamos── informo Denki adentrándose en un camino de tierra para poder subir la montaña.

Era un paseo cansado, de eso no había duda, pero eran muy bonitos los paisajes que se mostraban, sobre todo los de zonas rocosas como aquella, solo por aquello se replanteaba quedarse más tiempo.

Sin rechistar o quejarse lo siguió montaña arriba, se notaba que estaban subiendo, el paisaje a sus pies comenzaba a empequeñecer y las piernas ya comenzaban a pesar, no esperaba hacer tanto esfuerzo en una tarde como aquella, dado que el barro por la lluvia tampoco ayudaba a suavizar la subida.

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     ──Ya está, hemos llegado── dijo Kaminari con la respiración agitada, bajó de la bici y apoyó las manos sobre sus rodillas.

Quería verse masculino y un tipo guay ante ( TN ), pero estaba realmente cansado, mirándolo por el lado bueno, a la chica le había hecho gracia que se mostrase tal cual estaba, cansado.

Ella también bajó de la bici dejándola junto a la del chico. Primero contempló el faro, sin duda era más grande de lo que esperaba y la luz del enorme foco ya se podía comenzar a ver aunque de forma leve. Tras unos segundos de análisis se dio la vuelta, el rubio estaba apoyado en la valla de madera de aquel mirador mientras le hacía señas para acercarse. Se puso a su lado y miró al frente.

Sin duda era una vista asombrosa desde allí arriba, el océano había adquirido unos tonos naranjas por el reflejo del sol sobre él, las olas rompían justo debajo de ellos contra las rocas del acantilado, pero eso solo dejaba un suave sonido de acompañamiento, era una puesta de sol asombrosa, había visto muchas, pero no una como aquella, el cielo había pasado de un azul a tonos anaranjados y las nubes que una vez fueron negras ahora eran de un tono rojizo, colores los cuales conforme el sol bajaba cambiaban. Tan inmersa estaba en la puesta de sol, que sus ojos pudieron apreciar aquel destello verde.

     ──Oh, ¿lo has visto?── le preguntó a su acompañante, señalaba con el dedo el punto donde dicho fenómeno había aparecido.

Denki salió de su pequeño trance para poder responderle:
     ──No, no lo he visto. He pestañeado en ese mismo momento y me lo he perdido── se excusó llevándose una mano a la nuca. 

Esa respuesta llevó a ( TN ) a soltar un leve "Jo", había sido un bonito hecho como para que se lo hubiese perdido. Aunque, Denki no podía decirle la verdad, no podía decirle que se había perdido uno de los fenómenos más mágicos del mundo porque la estaba mirando a ella, perdido en su belleza y el brillo de sus ojos al ver la puesta de sol. Pero no se arrepentía, al fin y al cabo, había presenciado de cerca la mirada iluminada de ella por ver un simple atardecer.

© GARDNER, 2O2O