Chapter 3: Snow

Descripción - Relatando como Caitlin se siente sola en navidad y Barry le ofrece una navidad en familia

    El invierno apenas hacía entrada en Central City ese 23 de diciembre y la cuidad sufría la primera nevada de la estación. A esas altas horas de la noche sus habitantes ya se encontraban resguardados en sus casas, abrigados y con sus calefacciones al máximo o al menos iban en sus coches a hacerlo, la ciudad se veía hasta solitaria. Todos esos autos avanzaban con lentitud en una hilera sobre el fino manto blanco del Asfalto sabiendo que en esos momentos la paciencia sería una gran virtud.

Pero no todo el mundo se estaba dirigiendo a sus casas. La Bio-ingeniera Caitlin Snow, ex trabajadora de Star Labs y actualmente parte del Team Flash se encontraba trabajando aún en su sala médica, analizando villanos, rellenando papeles para ayudarlos, investigando poderes. Las luces del resto del lugar se encontraban por completo apagadas y esta sin ninguna compañía aparente.

A ella le gustaban los silencios de la noche, la soledad entre la oscuridad, cuando nadie podía distraerla de su trabajo, ella es muy dedicada y se diría que un tanto dolida y culpable por lo ocurrido con el acelerador. Pero esa capa de silencio absoluto fue interrumpido por el sonoro pitido de su móvil, el cual a pesar del intento de ignorarlo, este aún seguía sondando. A lo cual resignada tuvo que contestar.

— Snow — contestó simplemente.

— ¿Sigues aún en Star Labs?

— ¿Barry? Si, estoy aquí en la zona médica. Me quedan unos papeles y casos más que investigar para irme a mi departamento. ¿Por qué llamabas? ¿Necesitas algo?

— Si, que te vayas a tu casa — sentenció, en un tono agradable pero a la vez preocupado por la joven.

La castaña dejo escapar un fuerte suspiro ¿Acaso el tan gran Barry Allen no tenía nada mejor que interrumpirla? Seguro debía de tener algún gato en un árbol que bajar o una abuelita siendo robada.

— Me iré cuando acabe todo.

— ¿Y eso cuándo será exactamente? — interrogó desde el otro lado del móvil.

— No lo sé. — respondió con seriedad — Todo depende de cuanto me lleve acabar estos papeles. Quizás un par de horas.

— ¡Estás loca! — exclamó, teniendo Caitlin que apartar su oreja del móvil.

— No, estoy bien cuerda. Además tampoco estoy sorda, no tienes porque gritarme.

— ¿Acaso viste afuera? ¿Viste la nevada que cae? — interrogada con dejos de preocupación en su tono

— Si, ¿Algún problema? — preguntó confundida ante el abrupto cambio de escenario.

— Viniste en tu auto ¿Cómo piensas que pase la nieve? ¿Volando? — dio choque de realidad el velocista.

Ahí había captado el cambio y su gran equivocación al no pensar en cómo regresaría su casa. A pesar de que ya tanto Cisco como Barry le habían recordado que no se quedara hasta tarde, que se venía una nevada y tendría problemas. Estaba tan concentrada en su trabajo que se le pasó por completo. El silencio que mantuvo Caitlin le dio avance a Barry para decir lo que estaba esperando.

— Ya mismo iré a buscarte.

— ¡No! — exclamó con rapidez. — No hace falta que corras hasta aquí, solo llamaré un taxi. Ellos usan esas cadenas para la nieve.

— Ni hablar, quiero asegurarme de que llegues sana y salva. Además es noche buena, deberías ir a casa.

Le hizo recordar Barry, en realidad ella lo había olvidado por completo la última vez que festejó navidad había sido con Ronnie antes de eso no. Su padre ni siquiera estaba y su madre por otro lado era tan fría con ella que apenas se dirigían la palabra... Estaba sola en estas fiestas.

— Tampoco me digas que puedes cuidarte sola, lo sé perfectamente — volvió a hablar el castaño. — Pero acepta mi ayuda, así llegaras más rápido. — soltó una sonrísa el chico.

Antes de que Caitlin pudiera darle réplica al asunto, Barry cortó su móvil para dirigirse a Star Labs. Ella, ya vencida, decidió recoger sus cosas. No había nada que discutir. Conocía a Barry y la sacaría si era necesario.

Justo unos minutos después de cortar la llamada, Barry ya estaba en los laboratorios. Pudo notar como todo estaba apagado excepto la sala médica, se fue acercando a paso sereno y con tranquilidad. Sabía como sería la expresión de su compañera y quizás el enfado que tendría. Pero en vez de encontrarse con ella, se encontró una nota.

"Estoy arriba"

Todo el lugar estaba recogido, el ordenador apagado y los papeles ordenados. De inmediato se dirigió arriba, sabiendo exactamente dónde se encontraba, era de sus lugares favoritas en Star Labs. Nada más salir a esa pequeña azotea estaba ella, alrededor de tal manto de nieve y ventizca, era fácil ver donde se encontraba solo debía de seguir la pisadas en la nieve. En uno de los laterales se encontraba ella, contemplado la cuidad desde esa altura.

— Caitlin

A pesar de que expresó su nombre en casi un susurro, la chica se sobresalto al escucharlo llegar. Ella se giro un momento para verlo y regalarle una sonrisa, para después volver a su posición inicial.

— ¿Qué haces aquí? —preguntó Barry.

— Termine de ordenar los papeles y no quería esperar allí sentada, así que vine a ver la nieve. — expresó con tranquilidad.

La castaña alargo su brazo hacia el cielo, pudiendo capturar algunos copos de nieve en su mano pero estos de comenzaron a derretir casi al instante al tener contacto con su pálida piel.

— Cada copo de nieve puede estar formado por 200 cristales de hielo. Depende del estado climático la forma que adquieren. Por eso es que nunca hay dos copos iguales. — miro nuevamente al chico, que la observaba atentamente.

— Como las personas, todos somos diferentes. — decidió añadir.

— Así es. Bueno menos los gemelos con su ADN idéntico. — sonrió.

— Caitlin vamonos, te debes de estar congelando.

Sin una chaqueta o un abrigo, Caitlin había subido allí apenas con unos jeans y una camisa. Barry se quito el abrigo que llevaba y se lo puso por encima, después de todo con su metabolismo no tenía tanto frío como ella seguramente tenía. Finalmente ella lo miró a los ojos.

— Ahora te va a dar frío a ti

— No importa, lo puedo soportar — dice sonriendo.

Caitlin desvío su mirada. Barry supo que algo andaba mal, que algo rondaba por su cabeza. Se podía notar que estaba preocupada por algo, un tanto pensativa y distante.

— ¿Ocurre algo? — decidió animarse a preguntar.

— Si es solo que... La última vez que me pare así en noche buena a mirar la nieve, fue con mi padre. — soltó casi en un susurro y cabizbaja.

Barry sabía bien lo que implicaba, quizás no tanto ya que Caitlin no hablaba tanto de su vida, pero si tenía un aire de saber de que trataba el tema.

— ¡Hey! Tranquila. Comprendo que esto te pueda traer malos recuerdos y aunque sea doloroso intenta dejar el pasado atrás. Yo tarde mucho dejar esos fantasmas atrás y concentrarme en el ahora, pero estoy seguro que tu lograrás hacerlo. Eres Caitlin Snow, claro que puedes. — concluyó este su relato, en un intento por animarla. — Intenta construir recuerdos nuevos de estas navidades.

— ¿Cómo? Mi madre ni siquiera me dirige la palabra, no será tan fácil pasarla en familia.

Los ojos de Caitlin brillaban tenues bajo las luces que llegaban a la azotea. Barry alzó la mano a su rostro retirando algunos copos de nieve que caían sobre su cara y pelo. Al notar ella el contacto pudo ver el frío que en realidad estaba teniendo, sujetandose más fuerte del abrigo y decidió mirarlo.

— ¿y tú? ¿Qué harás?

— Iré a casa de Joe a pasar la navidad, como todas las navidades

— ¿Y el resto de la navidad? ¿Y ahora en noche vieja? — comenzó a preguntar la castaña, sin dejarle de verlo.

Barry se encogió de hombros, no muy seguro de que su voz comenzará a decir lo que su mente pensaba, pero dejó todo aquella controversia y tomó el valor para hacerlo.

— A lo mejor... A lo mejor te gustaría venir a pasar la navidad conmigo — soltó, junto con un leve suspiro que ella no logró notar.

Caitlin, no tan segura de su propuesta, solo porque temía de cómo en realidad sería. Durante unos segundos se mantuvo en silencio pensante, pero sólo se armo un gran lío en su mente.

— La navidad es tiempo para pasar en familia, agradezco tu propuesta pero entendería que lo hagas por pena en realidad, al fin y al cabo ya debes hasta de estar cansado de verme cada día en el trabajo...

No pudo continuar aquel relato y su voz logró apagarse con los cálidos labios del castaño chocando con los suyos. Si bien fue sorpresivo al principio, tardo unos segundos en responder debido a su sorpresa.. Pero después de todo lo hizo.

— ¿Te gustaría ser parte de mi familia? No hay cosa que quiera más que pasar la navidad contigo. Por mucho que creas que me aburre verte, en realidad es de las cosas que más espero al comenzar el día.

— Me encantaría — solamente logro responder con una sonrisa en su rostro. — Me encantaría formar parte.

— Ahora vamos a entrar, o nos congelarmos — sonrió, tomando su mano.

— ¿No dijiste que tenia que crear nuevos recuerdos de las navidades? Pues esto estoy haciendo. — concluyó, volviendo a besarlo.

Después de todo, las navidades imperfectas y solitarias que tanto Caitlin pasaba, fueron completamente reemplazadas por navidades en casa de Joe, una pequeña gran familia que después de todo creyó que no volvería a obtener, pero Barry le había dado eso... Una perfecta navidad y una familia, no podía estar más plenamente feliz.

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