Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

trece

〇 〇 〇

Jamás había tenido a alguien que se preocupara por ella así.

Y es que en cuanto Ed procesó lo que estaba viendo, sus ojos se llenaron de cantidades iguales de ira y preocupación. Ira, porque asumió lo peor, y preocupación, porque alguien había puesto sus manos sobre Eleanor.

Y Eleanor no sabía muy bien cómo sentirse al respecto. Su primera reacción fue la de bajarle el perfil a la situación, como se había acostumbrado a hacer ya toda su vida cada que pasaba algún inconveniente.

De partidas, a Ed no le agradó en absoluto que llamara a lo ocurrido un inconveniente.

—Es abuso, Eleanor.

Eso le había dicho. Pero ella no podía asimilar esas palabras, porque eso significaría que toda su vida, que había estado llena de ocurrencias similares, había sido una vida de abusos.

¿Y quién puede vivir con eso?

Eleanor se quedó en silencio. Logró identificar una de las cosas que estaba sintiendo: vergüenza. Vergüenza, porque Lorraine la miraba con una expresión que no supo identificar, mientras que el rostro de Drew estaba lleno de algo que pudo reconocer muy bien: lástima.

Y si había algo que Elle detestaba era eso, que le tuvieran lástima. A donde quiera que fuera siempre era la pobre y huérfana Eleanor. La chica a la que ni su propia familia quiso. La chica a la que no lograban toleran en ningún sitio.

Pero jamás le había dolido tanto que la miraran así, porque jamás había considerado ningún lugar —o a ninguna persona— como merecedor de que le importase.

Pero le importaba. Lorraine le importaba. Ed le importaba. Sophie y Judy le importaban.

Drew le importaba.

Se había sentado en uno de los últimos escalones de la escalera, escuchando, pero sin prestar atención, como Ed iba y venía, caminando por la cocina y hablando con Lorraine sobre qué hacer.

Drew se había sentado a su lado, pero había guardado silencio. Siendo sincero, el chico no sabía muy bien qué decir, o si debía siquiera decir algo. Jamás había estado en una situación así, y desde que se había unido a Ed y Lorraine en sus casos que había pasado por muchas situaciones extrañas. Pero era esta la que lo superaba.

El Señor Warren regresó y se arrodilló frente a ella. Lucía más relajado, y Elle se imaginó que esa era la magia de Lorraine.

La miró y soltó un suspiro— Sube al auto, Ellie.

Si Eleanor pensaba algo sobre el nuevo apodo, no lo mostró. Su expresión era inexistente, no había forma de saber lo que estaba pensando.

—Por favor —agregó entonces Ed, y la adolescente se sorprendió con el tono suplicante en su voz.

—¿Estoy en problemas? —preguntó finalmente, bajando la mirada a su regazo, moviendo sus dedos nerviosa.

Ed negó de forma inmediata, Lorraine a sus espaldas con su bolso ya en mano.

—No, no, tu no estás en ningún problema —le aseguró el mayor, poniendo una mano sobre las suyas— Vamos.

Eleanor permitió que Ed tomara su mano y la guiara a la entrada, Lorraine y Drew —que se había encargado de guardar en su mochila la ropa que llevaba antes Elle— siguiéndolos hasta el auto.

Elle pensó que Ed, siendo el hombre preocupado que era, la llevaba al hospital —como hace unas semanas atrás— o algo parecido, pero cuando tomó otra calle comenzó a sentirse nerviosa.

Cuando se dió cuenta de hacía dónde iban sintió como si fuese a hiperventilar— No, no, no —exclamó, desabrochando su cinturón de seguridad para inclinarse entre los asientos de Ed y Lorraine— ¿Por qué vamos para allá?

—Tranquila, Elle —intentó calmarla Lorraine, mirándola por el espejo retrovisor— Solo iremos a charlar con...

—Vamos a decirle a esa directora de... —Ed se interrumpió a sí mismo cuando su esposa lo miró. Tomó una bocanada de aire antes de volver a hablar— Vamos a asegurarnos de que esto no se repita. ¡Deberíamos de hacer que cierren ese lugar y...!

Ed se detuvo cuando vió la expresión de Eleanor por el espejo. Su labio inferior temblaba, y tenía el rostro contorcionado por aguantarse las lágrimas.

—¿Elle?

La voz de Drew la sacó de su estado de pánico, haciéndola bajar un poco de su ensimismamiento. Había tomado su mano, proporcionándole un poco de alivio.

—No quiero irme —susurró entonces, desviando la mirada a sus zapatos— Si hago problemas me envían lejos. No quiero irme.

—Tu no has hecho nada malo, hay un problema, y es por ellos, no por ti —le aseguró cálmadamente Lorraine, volteando ligeramente en su asiento para tomar su mano— No te irás a ningún sitio —le prometió, justo en el momento en que Ed estacionó el auto en la entrada del orfanato.

Lorraine levantó la mirada en cuanto sintió el vehículo detenerse, un escalofrío recorriéndole el cuerpo cuando sus ojos se posaron en las pesadas rejas que rodeaban el lugar.

Todos bajaron del auto, Drew situándose junto a Eleanor enseguida, ambos caminando detrás de los Warren.

—Debería estar abierto —murmuró entonces Eleanor, cuando estuvieron frente a la reja— es sábado de adopciones.

Ed lo comprobó al sacudir la reja con fuerza, escuchándola chirriar antes de abrirse.

Podían escucharse niños riendo y jugando, y ya cuando recorrieron el largo camino entre la reja y la entrada del edificio pudieron oírlos más claramente.

Lorraine se agarraba del brazo de Ed como si su vida dependiera de ello, sintiendo como la energía del lugar la presionaba, como aplastándola y haciéndole difícil el caminar.

Elle se detuvo entonces, provocando que Drew, a su lado, lo hiciera también. El chico siguió su mirada y dió con la figura de la directora en los jardines, riendo junto a un par de adultos que no conocía.

—Ed —llamó entonces, la pareja volteando para verlo. Levantó una mano, la que Eleanor no sujetaba, y señaló a la mujer— Griffin —explicó brevemente.

Y eso fue todo lo que Ed necesitó.

—¡Hey! —gritó, acelerando el paso en dirección a la mujer mayor, atrayendo la atención de las pocas parejas que habían asistido ese día a la jornada de adopciones.

Lorraine se apresuró tras su marido, no queriendo hacer una escena. No porque le importara lo que fuesen a pensar un grupo de desconocidos de ellos, sino que por la pobre Elle, a quien jamás había visto así de pálida.

Griffin se separó de la pareja con la que hablaba y caminó a encontrarse con el señor Warren, no queriéndolo cerca del resto de personas. Hizo un gesto a una de las empleadas para que guiara a las parejas adentro con la excusa de una taza de té y, mirando hacia atrás para asegurase de que no había nadie más, se plantó impetuosa frente a Ed.

—Para asistir a la jornada necesita inscripción previa, señor... —Griffin miró a Ed en busca de una respuesta, alzando una ceja de forma altanera.

—Warren —le respondió agitado él, mirándola con una mueca de molestia— Y no estoy aquí por la jornada.

—Estamos aquí por Elle —explicó mucho más tranquila Lorraine, alcanzando a su marido y parándose frente a él.

Ante la mención de la chica la directora miró a sus espaldas, viendo a la nerviosa pelinegra de pie junto a aquel muchacho.

—¡Tú! —exclamó entonces, pasando entre los Warren para alcanzar a la adolescente— ¿Qué hiciste ahora, niñita promiscua? —le preguntó con la voz alzada, tomándola bruscamente del brazo y separándola de Drew. Luego volteó nuevamente hacia Ed y Lorraine, una sonrisa falsa en su rostro— Lamento muchísimo lo que sea que hayan tenido que ver, me aseguraré de que jamás ocurra de nuevo.

La voz amenazadora de la mayor hizo a Eleanor temblar del miedo, y a Ed temblar de la rabia. Se acercó nuevamente a la mujer, dando zancadas que deformaron el césped bajo sus pies. Quitó la mano de la directora del brazo de Eleanor, haciendo que la chica se pusiera tras de él delicadamente.

—No —le soltó en seco a la mujer, viéndola moverse incómoda bajo su mirada— Venimos porque usted le ha estado haciendo daño a Elle.

La mujer soltó una carcajada que hizo a la pelinebra encogerse, Lorraine abrazándola de lado apenas notó lo afectada que estaba.

—Haces tonterías, recibes el castigo correspondiente —respondió a las acusaciones Griffin, encogiéndose de hombros y dando por terminada la conversación, volteando para regresar a la jornada.

—Eso mismo le dirán en la comisaría, cuando llame para denunciar abuso infantil en este establecimiento —amenazó Ed, la mujer parando en seco su caminar— Cerrarán este lugar y usted se quedará sin trabajo.

—No lo haría —se giró Griffin.

Haces tonterías, recibes el castigo correspondiente —repitió Ed, cruzándose de brazos.

—¿Y dejar a tanto pobre angelito sin hogar?

—Mejor que siendo abusados.

La mujer apretó los labios, lanzándole a Eleanor una mueca antes de volver a mirar a Ed.

Eleanor se sintió aterrada. Estaban haciendo enojar a Griffin y, aunque sabía que lo hacían para defenderla, ella aún debía vivir allí.

—Bien. ¿Qué quiere, entonces? Por no decir nada —bufó la directora, dirigiendo la mirada a Ed y Lorraine.

Ed iba a abrir la boca e insistir en que denunciaría los hechos, pero Lorraine, alentada por Eleanor, respondió primero.

—Déjenos investigar.

Griffin alzó ambas cejas y se cruzó de brazos también— ¿Investigar qué?

Lorraine se separó de Eleanor y caminó hasta estar frente a la mujer, Drew aprovechando de pararse junto a Elle otra vez— Los fantasmas.

Griffin rió de nuevo, aunque esta vez parecía que lo que había oído sí le había hecho gracia— ¿Fantasmas? No existen los fantasmas.

Su risa lo molestó aún más. Ed no era una persona muy paciente, y esta mujer ya lo había sacado de quicio— O nos deja investigar, o la denuncio y viene la policía y la investiga de todas formas.

Al parecer la idea de una pareja investigando sus instalaciones no era tan mala en comparación a tener a la policía involucrada, al menos para la vieja Griffin, que acabó aceptando.

—Bien —gruñó, asintiendo— Eleanor. Adentro. Ahora.

—No —respondió Ed por ella, no dejando que la mujer se le acercara o siquiera mirara a la pelinegra— Va a sobrevivir una noche sin Elle aquí, nos vamos.

Y así lo hicieron.

Elle pasó, por primera vez en meses, una noche de profundo e ininterrumpido sueño.

〇 〇 〇

ed t amo

qué opinamosssssss qué creen que vaya a pasar?

como siempre no olviden comentar, que siempre estoy leyendo y respondiendo sus comentarios

BESITOS ♡

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro