doce
Dedicado a merryblueberry que siempre me apoya uwu ♡
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Eleanor se había dado cuenta de las miradas que el señor y la señora Warren se enviaban a lo largo del almuerzo. No era difícil notarlas, puesto que sus ojos estaban puestos en ella siempre segundos antes y después de mirarse entre ellos.
Era como si estuviesen manteniendo una conversación en silencio. Hablaban con los ojos y el tema de conversación era, sorpresa, sorpresa: ella.
Supuso que se trataba de algún tipo de información sobre su caso que no sabían cómo darle. O quizá no era nada y ella estaba paranoica.
La segunda opción no era para nada descabellada cuando realmente lo considerabas; es decir, llevaba semanas teniendo que mirar sobre su hombro cada que dejaba el orfanato, por miedo de hacer algo mal y que eso llegase a oídos de la directora. Llevaba semanas teniendo pesadillas o despertando en medio de la noche sin la posibilidad de volver a dormirse. En resumen, no estaba en un estado mental u emocional que le permitiera pensar con claridad, así que ya ni se esforzaba por intentarlo.
Siguió comiendo como si nada, participando de la conversación como si no hubiese absolutamente nada en el mundo que la molestara.
La casa de los Warren era el único lugar en que se sentía realmente segura, incluso sabiendo la cantidad de objetos paranormales que Ed y Lorraine guardaban.
Y ellos parecían saberlo, no por nada insistían siempre que pasara el fin de semana con ellos, ofreciéndole incluso en ocasiones que se quedase a dormir.
No lo hacía, por supuesto. No podía arriesgarse a perder sus privilegios de fin de semana, no podía darle a Griffin la oportunidad o la razón para mantenerla encerrada los sábados y domingos.
Pero disfrutaba al máximo sus domingos ahí, y ahora también sábados, -como en ese instante- aunque estos fueran principalmente para seguir sus investigaciones.
Al terminar el almuerzo ella y Drew ayudaron a Lorraine en la cocina mientras Ed llevaba a Judy a casa de Sophie para que esta la cuidara, con la excusa de que saldrían a trabajar en un caso.
No era del todo mentira.
-¿Estás bien? -Drew susurró la pregunta en su oído cuando se inclinó a su lado para guardar un par de platos. La miró expectante, y ella no supo muy bien a qué se refería, y él lo notó- Estás roja. ¿Segura que no tienes calor con ese sweater?
Afuera el sol brillaba sin ninguna nube que se atreviera a interferir. Dentro de la casa había un ventilador funcionando, pero no era suficiente para alivianar el pesado calor que azotaba a la ciudad. Él llevaba una simple camisa de mangas cortas, muy parecido a Ed, mientras que Lorraine había optado por un vestido de verano que le llegaba hasta un poco más arriba de los tobillos.
Ella era la de elección de atuendo cuestionable. Estaba usando una falda de tela delgada y floreada para que el calor no le hiciese sudar las piernas pero, al mismo tiempo, llevaba un sweater con cuello alto que la estaba sofocando lenta y tortuosamente.
Era el de tela más fina que había encontrado, pero aún así la tenía sintiéndose como si se axfixiara.
De todos modos asintió, dedicándole una sonrisa tan poco convincente que hizo que ella misma reaccionarán segundos después con una mueca, él alzando una ceja en su dirección.
La presión de su mirada más la potente ola de calor la hicieron cerrar los ojos con fuerza. Un mareo la desestabilizó por un momento, haciéndola tambalearse y casi dejar caer el vaso que había estado a punto de guardar antes de que el chico se le acercara.
Drew tomó el vaso de entre sus manos y lo dejó sobre el mesón antes de guiarla devuelta a la mesa del comedor, una mano sobre la suya y la otra en su espalda, asegurándose de que no fuera a caerse.
Lorraine los siguió preocupada, pero no antes de llenar aquel mismo vaso con hielos y mucha agua.
Cada uno se sentó a un lado de la pelinegra en la mesa. Lorraine notó como Drew no había soltado la mano de la adolescente, pero no lo mencionó, solo se permitió una pequeña sonrisa para sus adentros antes de hablarle a la chica.
-Elle, querida, necesitas quitarte ese sweater -le dijo suavemente, buscando su mirada preocupada.
La aludida negó enseguida, encontrándose con los ojos preocupados de la mujer pero aún así no siendo capaz de llevar a cabo la petición. Buscó alguna excusa plausible dentro de su cabeza y cuando la encontró la soltó, victoriosa.
-No llevo nada debajo.
Drew desvió la mirada, sintiendo sus mejillas calentarse; lo atribuyó al calor que hacía.
Lorraine no dejó que la excusa de Eleanor cumpliera su cometido. Le sonrió, intentando ser comprensiva en una situación que aún no entendía del todo- Ven conmigo, estoy segura de que tengo algo que puedes usar.
La mano de Eleanor dejó la de Drew en cuanto Lorraine la instó a ponerse de pie. Siguió a la mujer bajo la atenta y preocupada mirada del chico que, al verlas dejar la cocina, se propuso terminar de limpiar para distraerse.
Arriba, en la habitación del matrimonio Warren, Lorraine hizo a Elle sentarse a los pies de la cama mientras buscaba en su armario. La menor la escuchó soltar un casi inaudible perfecto antes de caminar devuelta a ella, un lindo vestido en sus brazos.
-Este es de cuando estaba en secundaria -le dijo, poniéndolo delicadamente sobre el colchón y junto a ella- Lo usé en una de mis primeras citas con Ed.
Una pequeña sonrisa nació en los labios de Eleanor al escuchar la historia. Lorraine la vió sonreír y sonrió también.
-Es lindo -alabó la pelinegra. Y no estaba mintiendo. Era un vestido simple, de verano. Era de un suave color beige y estaba cubierto de flores blancas, naranjas y amarillas minúsculas. Tenía un pequeño cinturón compuesto de la misma tela y una hebilla a la altura de la cintura, un cuello en v y mangas cortas estilo Julieta.
-Y se te verá hermoso -le aseguró Lorraine, indicándole que lo tomara- Anda, ve a probártelo. Te espero aquí.
Lorraine le señaló la puerta del baño y Eleanor soltó un suspiro, asintiendo. No tenía excusas, no después de que la mujer estuviese dispuesta a dejarle usar un vestido con tal valor sentimental. No podía decirle que no.
Entró al baño y se cambió. Dobló su falda y luego su sweater, poniendo una cosa sobre la otra antes de mirarse a sí misma en el espejo, ya usando el vestido. Le sonrió a su reflejo al ver lo lindo que en realidad le quedaba, los colores cálidos haciendo contraste con su pálida piel y oscuro cabello, añadiendo algo de vida a su imagen.
La sonrisa se tornó amarga, claro, cuando notó también que el contraste no se detenía ahí. Los tonos morados a ambos costados de su cuello irrumpían la armonía del vestido, haciéndola ver enferma.
Resopló, escuchando a Lorraine preguntándole si todo estaba bien, respondiendo un rápido sí antes de soltar la coleta que llevaba y moviendo su cabello lo suficiente por sobre sus hombros como para que el moratón estuviese escondido.
Solo cuando se aseguró de que así fuera se permitió salir.
-Oh, cariño -Lorraine se llevó una mano a la boca, mano que le fue inútil en la tarea de ocultar la enorme sonrisa en sus labios- Luces hermosa.
-Gracias -respondió Elle torpemente, para nada acostumbrada a recibir algún tipo de cumplido- Es el vestido.
-Eres tú -le aseguró la mujer, entrelazando sus brazos y guiándola fuera de la habitación y devuelta al primer piso- Solo espera a que Drew te vea -le susurró, una sonrisa pícara en sus labios cuando Elle no encontró su voz para responderle.
-Hey, yo conozco ese vestido -Ed estaba en el pasillo hablando con Drew. Hacía tan solo unos minutos que había regresado de dejar a Judy.
-Creí que luciría divino en nuestra Elle, y no me equivoqué -respondió Lorraine, de inmediato junto a su esposo en cuanto bajó el último escalón- ¿Verdad?
-¿Te has equivocado alguna vez? -la alabó Ed, rodeando su cintura y mirándola con adoración antes de girarse de nuevo a Eleanor- Te ves hermosa, Elle.
La pelinegra sonrió tímida, tantos cumplidos la estaban avergonzando en la mejor de las maneras.
Oyó a Drew carraspear y se giró para mirarlo, sus mejillas sintiéndose calientes de nuevo, pero esta vez no por el calor.
-Muy linda -confirmó el chico, sonriéndole por primera vez con una timidez que no correspondía en él.
Eleanor rió despacio, bajando la cabeza ligeramente para admirar sus zapatos, la alfombra, el suelo de madera... Todo parecía ser interesantísimo en esos momentos.
-¿Elle? -la voz alarmada de Ed la hizo enderezarse, y la mano de Lorraine sobre su boca la hizo preocuparse pues, esta vez, detrás de ella no se ocultaba una sonrisa- ¿Qué es eso?
El hombre se acercó a ella y movió su cabello, revelando los moratones que adornaban su cuello, los tonos oscuros resaltando sobre su blanca piel.
Y Eleanor no supo que responder.
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drew cuidame a elle porfi
espero que les gustara el capítulo y de nuevo perdón por la demora, no se olviden de comentar para alimentar a su escritora ♡
besitos besitos besitos
(alguien me mandó un mensaje quejándose de que les dejase besitos al final de los capitulos y quedé como ???¿¿¿ asi que amigue: besitos para ti JAJAJAJ)
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