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XXIV "спокойный"

"Calma antes de la tempestad"
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[Advertencia: contenido sexual]
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—Artemisa Warren explícame todo lo que pasó en mi ausencia—dice su amiga al acomodarse a su lado

—Bueno resumiendo, tuvimos que calmar al hombre verde y arreglamos las cosas con Natasha

Al terminar de hablar, viendo la expresión fastidiada de la castaña, le pone al corriente con lujo y detalle.

—Al menos hoy tengo el día libre—se estira hacia su cama—en cambio tu tendrás que entrenar

—No es justo, tu estas excelente

—Shhs, es un secreto—sonríe

Pero no pudo burlarse de Wanda ya que fue llamada por Fury a los minutos...

—Piratita antes que digas tus fechorías, exijo un abogado

Al decirlo se gana una burla por parte de moreno, antes de pasar a saludarla.

—Y antes que tu digas estupideces... Gracias por lo de ayer, enserio—posa su mano en su hombro para brindar una sonrisa

—Wa has sonreído—exclama como una niña sorprendida—¿Entonces me libero de lo que fuera que venías?

Borra su sonrisa antes de responder—No, de echo tienes una pequeña misión en encubierto

—Pero

Le interrumpe—Ya sé que estas bien, además, solo tienes que conseguir información

—¿De qué forma, específicamente?—pregunta al resignarse

—Le sacarlas la información a Freud Spencer, un sospechoso doctor de Hydra, hoy estará en un bar y podrás aprovechar

—¿Qué?

—Usa tus encantos para seducirlo y soltará lo que sea con unos cuantos tragos

—¡¿Por qué yo?! Hay más agentes

—Porque tiene un historial de apreciar a las latinas—explica con toda la naturalidad del mundo mientras la chica solo tenía cara de póker.

No se pudo quejar cuando le entregó los datos necesarios y se largó.

—Maldito tuerto—exclama desistida

En lo que restaba del día aprovechó de dormir ya que su cuerpo al cicatrizar rápidamente solo, necesita de reposo y alimento por la energía gastada en el proceso.

Al sonar su alarma comenzó toda la parafernalia de arreglarse, tomaría esto como una obra, tenía que disfrazarse para hacer su personaje como primer paso.

—Estas lista para el estrellato—Dice al su reflejo—o que Natasha quiera estrellar su ira en mi al enterarse—suspira al solo pensar en la segunda posibilidad

Sam se ofreció en acompañarla en caso que tuviera un percance, además de ir anotando lo relevante del caso.

Se estacionaron cercanos al lugar acordado, donde el moreno se quedó en el auto, se colocaron ambos los transmisores.

—Suerte Tigresa—comenta aguantando la risa

—Sigues y te mato, Wilson—amenaza antes de ir hasta el antro

Una vez adentro no fue difícil divisar al hombre.

"Entra en el papel" se dice antes de acercarse, marcando sincronización en sus caderas y sentarse a su lado, ganando su completa atención al instante.

—Gustaría de compartir una bebida, bella dama—le ofreció el señor Freud

"Eso fue rápido", sonríe—suena estupendo

—Una botella del mejor vino—pide al mesero antes de voltear con la misma sonrisa que más bien provoca náuseas

—¿Y usted señor cómo se llama?

—Freud, ¿y tú, cariño? Puedo notar un ligero acento en su voz

—Carla—dice el primer nombre que se le viene a la cabeza—y bueno si, soy de Brasil

—Un país con todo el fulgor que se oye, con los carnavales y los climas templados, playas cristalinas—se apoya en el barandal, más cercano—las mujeres de haya son tan candentes como dicen los rumores

"Bendito asco" La chica anula una posible expresión de desagrado por una sonrisa pícara.

—No se imagina cuanto—dice manteniendo la penetrante mirada del hombre

En eso traen su pedido por lo que comienzan a beber.
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Por otro lado Natasha venía llegando de una misión, también de encubierto pero en su caso, tuvo que pasar horas siguiendo a su objetivo para poder obtener mayor resultado.

Saludó a los presentes, para ir al cuarto de Artemisa y al no verla, siguió buscando donde al no encontrarla por ningún sitio, paso a la opción más segura de respuesta.

Steve, siempre decía la verdad, lo que era lo mejor en estos casos pero al enterarse el y en que estaba la chica solo pudo maldecir una y mil veces a Nick Fury en su cabeza, antes de salir disparada al mismísimo bar.

Al pasar de copa en copa de a poco el hombre fue soltando información.

—Así que un doctor y científico... que sexy—como pudo aguanto las risa, mostrando una sonrisa de lado en su lugar

—Debes seguir...Pregunta sobre sus últimas experimentaciones—se escucha la voz de Sam "claro si tu no eres el que está coqueteando con un cerdo"

—¿Y tiene más anécdotas de sus pacientes?—se acerca lo que más puede resistir soportar el aliento contrario, bueno todo el horrible aroma que expele

El sonríe para seguir su relato, pero antes con la poca cordura que le quedaba mando a poner alguna droga, con una seña discreta en un segundo de distracción de la latina, pero le salió el tiro por la culata ya que se dio cuenta enseguida por el olor químico y cambio los vasos, acción que ni se notó, por parte del científico.

Ahora además de alcoholizado, estaba ido, todo para su suerte, al hablar todo sin tapujos de lo que le preguntaba, todo súper a excepción de que ahora tenía la cara contra su cuello y tenía que resistir más las ganas de vomitar

La furia roja ya estaba por entrar cuando fue detenida por su compañero, el que al solo oír un casi gruñido de la rusa, por su vida mejor no interfiere, primero su bien estar y además ya tenía suficiente información.

En el interior si ya estaba enojada ahora estaba furiosa. Ver un hombre sobre la pelinegra, con sus repugnantes manos en su cintura, sin contar que estaba por su cuello no ayudaba mucho en su capacidad de paciencia

Fue a paso seguro hasta la chica quien sudo frío al verla, si Sam le hubiera avisado al menos se lo quitaba.

—¡Artemisa!—ahí sintió el verdadero miedo, enfrentar a Hulk no es nada al lado de la cara de la agente en estos momentos

Ya era muy tarde para hacer algo Natasha ya lo había golpeado y tirado al piso.

Al menos con la mezcla que tenía en su cabeza entre la bebida y droga, seguro no se enteraba de nada esa noche.

No exclamó palabra alguna luego de eso, no fue necesario al quedarse muda al ver la expresión de la pelirroja, mejor la siguió en silencio, si no más muerta estaría.

En el camino fue rezando a todo los santos que se le ocurrieron, incluso Superman, para salvar su salud física y hasta mental de una despiadada espía rusa, de la que esperaba cualquier cosa.

—¿Cómo les...-apareció Steve a resivirles pero por la seña de Sam, se quedó mudo

Siguieron hasta el cuarto de la chica en un tortuoso silencio, que se mantuvo hasta el cerrar de la puerta.

—Nat—se atrevió a hablar—Fury...

—Shh...—interrumpe de golpe—ya sé todo, tengo que ajustar cuentas con ese imbécil

Cambia su expresión de rabia a una coqueta en cuestión de segundos, dejando a la chica con la duda de si sufría algún tipo de bipolaridad en su presencia.

Mejor quiero pensar que ese vestido te lo pusiste por mí—se acerca cual felino acechando a su presa, mientras le admira de arriba a abajo

—Esa idea no es para nada errónea—le sigue el hilo con una sonrisa socarrona—¿Te gusta?—dice a milimetros de su rostro

—Me encanta—terminando con la distancia que separa sus labios, para unirlos con fuerza, apasionado, en una lucha por el dominio con la rusa proclamada vencedora

En lo que se separan a tomar oxígeno, la pelirroja aprovecha de empujarla contra la cama, colocándose encima para poder aprisionar su cuerpo bajo suyo y volver a atacar sus boca.

Sin piedad y con la pasión que las embriaga, muerde el labio contrario, ingresando en un jadeo a explorar su cavidad bucal a deleite.

La azabache mantenía los besos como podía mientras sentía que bajaban por su quijada hacia su cuello, mandando increíbles sensaciones a todo su cuerpo. De succión a mordidas contra de ella hacia que perdiera la poca cordura que le quedaba.

Pero cuando el glorioso ser sobre ella pasó al inicio de su monte Venus, esta cordura volvió de golpe al recordar su inexperiencia en tales asuntos.

—Nat—dijo intentando moverse al no ser escuchada—espera—suena como un chillido, alertando a la mayor que detuvo sus acciones enseguida para poder mirarla a los ojos

—¿Qué pasa?—dice con la voz entrecortada

—Yo... no sé... em—la pelirroja encarnó la ceja al no entender

—¿No quieres esto?—pregunta confundida con una gota de desilusión tras su mirada

—No es eso—aclara rápido para tomar de las mejillas a la ojiverde donde fue trazando pequeños círculos—es sólo que es mi primera vez y no se bien como...

Natasha se dio una bofetada mental por no haberse dado cuenta con el calor del momento, quería demostrar ese amor de todas las formas que se pudiera pero sin presionar el acto en sí. En verdad aún no comprende bien como expresar sus emociones o pensamientos.

—No me malentiendas, lo que más deseo es que sea contigo

—Lo sé, también sería mi primera vez con alguien que amo de verdad—le da una sonrisa dulce y al sumar sus palabras, la chica podía sentir su corazón derretirse dentro suyo

—Que cursi

—Me obligas a hacerlo—le recrimina

—No lo hago—ríe

—Sólo con existir me provocas éso—pasando sus manos a través de la cortina de mechones negros—quiero que este momento sea especial como mereces

Ahora si siente su alma desfallecer de ternura, al ver todo el amor desprender de esas esmeraldas que están más brillantes que nunca.

—Lo es si tu estas ahí—para darle un beso transmitiendo la veracidad de cada palabra dicha

—Que así sea—sonrie

Vuelve a unir sus labios está vez en un compás apasionado pero calmado a la vez, sin prisa, que con cada roce de estos marquen sus profundos sentimientos

Se levantaron en medio de los besos para facilitar el acceso a los cierres de sus vestidos los que fueron bajados por las manos contrarias sin perder el contacto visual.

Quedando en ropa interior, dándose el placer de admirar cada parte de sus cuerpos, guardando cada detalle en su memoria.

Tanto Artemisa como Natasha volvieron a fundirse con su piel quemando todo su ser ante el tacto ajeno, cada caricia iba más allá de cualquier demostración terrenal.

Con una simple seña del sonrojado rostro de la azabache, se concedió el permiso de sacar sus últimas prendas donde su amante le regalo una resplandeciente sonrisa antes de hacer un camino de besos hasta sus senos lo que no demoró en sacarle gemidos transmitiendo una corriente de placer hasta su sexo.

Romanoff tenía la intención que no fuera capaz de olvidar ningún momento de ésta noche y lo estaba logrando de maravilla.

Sintió unas tímidas manos comenzando a subir por su cuerpo hasta su brasier donde con una pícara sonrisa, le ayudó a retirar, liberando sus pechos a deleite de la menor.

Río ante la atención que prestaba a su anatomía, contagiando a la chica antes de darle un piquito con suma ternura antes que volviera a lo suyo con ahora ella siendo protagonista.

Aunque el intento mantener la cordura, fue inútil al tener esas manos brindando un glorioso masaje mientras su caderas con vida propia comenzaban a moverse sobre la contraria.

Fijo su mirada en los brillosos ojos marrones y al ver la misma urgencia en ellos fue directo a por la intimidad de la morena donde rozó su botón de placer sin previo aviso escuchando su nombre en una nota tan dulce que tuvo que morder su labio para ahogar un gemido propio.

Sin medir su siguiente acto y con la necesidad latente, paso a simular un beso en los labios internos de la chica que parecía alcanzar el cielo y volver a la tierra en cuestión de segundos, ya perdida en un mar de gemidos, coemzando a sentir como sus paredes se contarían anunciando el orgasmo que no demoró en liberarse en la boca contraria.

Ahora con una mayor excitación que la esperada, sólo por entregar placer, pasó a sus boca, dándole de prueba su propio sabor, mientras se sacaba sus bragas intentando no separarse.

Se hicieron una sola al unir sus entradas y comenzar un baile sincronizado de maravillosas sensaciones , con un ritmo que fue aumentando junto a los gemidos, jadeos y gruñidos, los que resuenan por toda la habitación, que fue testigo de la liberación del clímax de ambas con sus nombres de por medio.

La pelirroja cayó a su lado mientras intentaban regular su respiración.

—Я люблю тебя больше всего на свете—suspira perdida en el marrón de sus ojos

—Te amo—respondió sin la necesidad de entender el idioma ya que sabía con sólo mirarle

Se abrazaron para caer en los brazos de Morfeo con una sonrisa.

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