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XXIII "Momentum"

-—Artemisa desper...—Steve se quedó con la palabra en la boca en cuanto vio al par de chicas en su sesión de besos

Quedándose perplejo por un buen tiempo.

—¿Te comieron la lengua cap?

—Sólo quería ver como estabas—se sonroja—muy bien puedo notar

—¿Te quedarás más tiempo parado ahí como idiota?—ahora dice la pelirroja fastidiada

—disculpen la interrupción pero igual venía para ayudar a llevarte a tu cuarto—se rasca la nuca nervioso

—Está bien—dijo Natasha al levantarse y junto al capitán hacer apoyo, cargando a la chica camino a la habitación

La recuestan suavemente en su cama...

—Gracias—le sonríe

—Debes dormir bien para renovar fuerzas, así te vas a recuperar—le explica Steve—No vuelvas a actuar tan imprudente con alguien que no podamos manejar

—Lo haré

Iba a seguir hablando pero al ver la mirada de ambas sobre él y en especial de la ojiverde que no disimula su molestia, decidió mejor no hacerlo.

—Bueno me voy, me llevaré a Black para que no les moleste

—Si, sigue inventando excusas para raptar a mi perro—le recrimina divertida al verlo largarse avergonzado

En cuanto salió se pusieron a reír de la actitud del pobre soldado.

—Entonces ¿Me das un lugar en tu cama está noche?—pregunta algo tímida, siendo raro en ella pero esas actitudes y comportamientos a los que no estaba acostumbrada, se habían vuelto habituales cuando de la chica trataba; quedaba al descubierto, sin esas máscaras que aprendió a formar

—Eso no se pregunta—ríe—pero antes aprovecha de ponerte una pijama, yo también

—Necesitarás ayuda con eso—sonríe coqueta, acercándose—¿Quieres que te ayude a vestir?—susurra en su oído, provocando mil y una sensaciones en la menor

—¿Qué dices?—dice nerviosa y muy sonrojada a la vez

—Los poderes de la bruja no son nada con tus mejillas, estás muy roja—se comienza a reír en su cara, recibiendo una almohada contra la suya

—Vete a vestir

La mayor sigue riendo camino a su cuarto, lo que aprovechó para colocar su ropa de dormir, la que menos mal trataba de una ancha prenda de una sola pieza porque si no hubiera sido una tortura.

Al pasar un rato que no volvía, con algo de dificultad fue a su baño.

Y al parecer lo hizo más lento de lo que pensaba, ya que al salir, la pelirroja ya estaba de vuelta con una bandeja en sus manos.

—¿Qué haces en pie?—dice enojada, dejando la comida en el velador y ayudarla a volver a la cama

—Tenía que ir al baño

—Pues te aguantabas—recrimina

—Bueno, calma—alza las manos en son de paz

—Traje alimento—dice ahora feliz para acomodarse al lado de ésta y tomar la bandeja

—Gracias—responde con una sonrisa boba por las atenciones a su persona, sirviéndose las tostadas junto al café

Luego de comer se acomodaron mejor para quedarse conversando trivialidades en los brazos de la otra, hasta caer dormidas al mismo tiempo.

-¡Mami!-gritaba asustada una pequeña niña al ser encerrada-perdón, perdón... quiero salir-golpea la puerta desesperada-¡Mami!

Despierta de golpe, abatida por el mal sueño donde le cuesta recuperar el aliento, pero darse vuelta con una inevitable sonrisa por a la chica a su lado, y tranquilizarse instantáneamente

Removió los rizos rebeldes para admirar su rostro con más detalle y poder besar su frente.

Amaneció sin dolor como sin hematoma alguno, lo que comprobó al darse una ducha y carbiarse.

Sonrió al ver que la pelirroja seguía durmiendo por lo que fue a hacer el desayuno para ambas.

Preparo unos waffles con fresas y el infaltable café de la rusa, manteniendo la sonrisa de verla a su lado esta mañana, pero fue borrada en cuanto María Hill apareció en la sala junto a unas flores.

Mierda, por un segundo se había olvidado de ese pequeño gran detalle...

Se sentía mal de sólo imaginar decirle que está con Natasha, luego de haber salido aunque fuera a una sola cita, la agente se vio bastante interesada y no quería ser la causante de una posible rabieta o tristeza en ella.

—Antes que digas algo por lo cliché de mi regalo—sonríe—me alegro que ya estés bien—se acerca lo suficiente para hacerla retroceder

—¿Podemos hablar?

La mayor asintió con extrañeza del tono de voz usado por la chica.

—Tu dirás

No sabía empezar sin lastimarla...
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Por otro lado una rusa abrió los ojos, estirando su cuerpo entre las sábanas.

—¡Artie! Recién pude llegar, ¿Cómo estás?—entra la castaña y al ver un bulto en la cama siguió hablando—por cierto María está abajo

Se acercó para despertarla pero al ver a la pelirroja en su lugar, se cayó al suelo asustada y más al ver como la ira se iba apoderando de sus ojos

—¿Vino a verla?—pregunto más para ella pero de todas formas Wanda asintió asustada, manteniendo su puesto hasta que la rusa desapareció de su vista

—Creo que la he cagado—murmura al levantarse

—Debes saber que eres una mujer tan bella como cautivadora pero yo...

—No me vengas con esas mamadas de "No eres tu soy yo"—se vuelve a acercar, invadiendo su espacio personal pero con molestia está vez—ve al grano

—Estoy en algo con Nat—dice retrocediendo pero choca con uno de los muebles de la cocina

—¿Enserio?—la otra responde encarnando una ceja—No ves que ella ama a Bruce en verdad, solo está confundida y al pasar la etapa de encanto por ti, volverá a él

La pelininegra frunce el ceño dispuesta a contestar en defensa de su amor pero fue interrumpida.

—no te dejes engañar, ella no se da cuenta de lo que vales en cambio yo—se acerca más y antes de ser alejada, aparece una tercera voz

—En cambio tú, ¿Qué?—Natasha quien se había quedado distante decidió intervenir—Tu eres la que no sabe nada—se acercó a encarar a la ahora cercana agente, manteniendo la potente mirada, a pesar de la diferencia de altura, es incluso más intimidante

—Te equivocas con ella Artemisa, por dentro lo sabes—alza la voz hacia ella pero mantiene la mirada con la contraria—no vengas a mi arrepentida luego—termina para irse con fuertes pasos

La morena se quedó estática en su puesto, no se atrevía a mover un pelo porque podría alterar más el humor de la espía rusa y era lo que menos quería al ver como sus orbes esmeralda parecían salirse de sus cuencas por la rabia.

Se mantuvo un largo silencio hasta que decidió hablar.

—Nat—dijo llendo lentamente hacia ella

Pero cuando estuvo a su lado la sensación fría volvió a su cuerpo al ver que no relajada su expresión.

Se iba a retirar pero la a prisión de su brazo no se lo permitió.

—¿Qué?—muestra enojo en su mirada pero detrás de ella se puede apreciar la tristeza, algo que aprendió a notar hace mucho

—No creo en nada de lo que dijo—habla dando en el clavo por la nueva expresión de la pelirroja—Sé de tus sentimientos por mi, todo lo que me confesaste es cierto—le seca una lágrima que salió sin permiso

—Pero sé que te lastime al confundir lo que sentía por él

—Bueno, ahora estas aquí para mi—le acaricia el cabello—te amo—dice para besarla y acallar sus inseguridades, las que estaba dispuesta a borrar

—Tu desayuno se enfrió—dice al ver la bella bandeja que había preparado la chica

—Era una sorpresa—se cruza de brazos—ahora te haces la sorprendida—dice al volver a la cocina

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