XXII "Batalha de monstros"
"Batalla de mostruos"
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Fueron rápidamente a la calle donde se desató un verdadero caos, Hulk estaba presente, destruyendo todo a su paso.
—Prepárense para ayudar, lo mantendremos quieto—les dice Steve junto a Sam
No podían estar en peor desventaja con tan pocos integrantes ante semejante bestia.
Por eso, en tiempo récord fueron por sus trajes y armas en el caso de la espía para volver rápido en su ayuda pero una vez en el exterior, cuando la azabache estaba por actuar; fue detenida por Natasha.
—Ve a socorrer a las personas, yo me encargo
—Pero tu no eres capaz de atacarlo, déjame ayudar
—Te di una orden—le mira demandante
A lo que la chica obedeció regañadientes, con la preocupación latente por ella pero también al tener tantas vidas en sus manos.
Emprendió el vuelo junto a Sam para divisar a los civiles e indicarles que fueran en orden hasta un lugar más apartado, señalado por el dron especializado del moreno; mientras intentaban detener cualquier escombro que les pudiera alcanzar.
Dieron la orden a la policía que cerrarán el perímetro.
Artemisa al llevar consigo a los últimos afectados, no puede evitar fijarse en la situación de los ahora tres agentes, los cuales no podrían aguantar por mucho.
Con toda la velocidad que pudo los dejo en el lado seguro e ir por los demás.
Donde tanto Natasha como Steve estaban tan malheridos como agotados y Sam no muy lejos de estarlo.
Mientras la furia verde estaba lejos de calmarse, con su juicio nublado y con nula capacidad de sosiego.
La rusa al ver que la menor iba entrometerse en la lucha, se acercó a la bestia; en un último intento de provocar su calma, con los agentes cubriendo su espalda.
—Hola chico—alza la mano como muestra de paz—¿Te acuerdas de mi?—le sonríe ganando se atención—debes estar tranquilo, te queremos ayudar
Un gran gruñido salió de lo profundo del pecho de hulk, pero no hacía ella, si no, ante el mismo, con una batalla interna que no parecía dar tregua.
Bastaron unos segundos para que volviera a su agresividad, agarrando al que estaba en los aires para hacerlo volar en dirección contraria con suma fuerza, con el abatido capitán consigo.
Luego sus ojos se fijaron en la pelirroja, ya sin tener juicio alguno de quien se trataba, dirigió el puño en su dirección.
Pero antes que le pudiera rozar, la morena alcanzó a tomarla y llevarla a la azotea de la torre.
—Quedate aquí—dijo en cuanto la rusa tocó el suelo
—No irás sola allí—le afirma de la muñeca
—No queda de otra—insinúa—Estaré bien—saco la mano de la contraria, con delicadeza, para volver a los aires
Desde gran altura bajo en picada, veloz y precisa hacia el ser verde, quien llegó a tambalearse debido al fuerte impacto pero no era suficiente.
Logró tomar su cuerpo pero al desatar una corriente eléctrica le soltó por unos segundos, permitiendo su escape y preparar su siguiente ataque.
Con todo el veneno paralizador que pudo acumular en sus manos fue a por él pero éste fue más rápido en golpearla, provocando que se estrelle contra el un edificio, traspasando su estructura.
Pudo oír el grito desesperado de Natasha, que estaba siendo retenida por Steve, con la poca fuerza que les quedaba.
Artemisa ahí en medio de los escombros, logró entender el olor químico que desprendía Hulk, recordó la sonrisa de su padre y fue claro que era su plan para provocar su propio descontrol
«—Cuando una especie dominante es una amenaza para su manada o entorno, es inevitable que se ataquen—dice mi padre al ver la lucha de liderazgo entre dos leones—así funciona el instinto animal y también muchas personas»
Con esa conversación en su cabeza, logró incorporarse y sumando la adrenalina del momento, el dolor pasó a segundo plano.
Ya estaba dispuesta a una segunda ronda.
Aviso a los chicos que habían drogado al doctor Banner.
Al salir esta vez con más velocidad y cautela logró rozarlo con su veneno pero a pesar de las numerosas ocasiones, ninguna fue lo suficiente profunda o certera para un mayor efecto.
Tenía que resistir sólo un poco más para que alguno volviera armado hasta ellos o que llegará la doctora Cho.
Pero en una batalla de monstruos nada es predecible y el tiempo nunca está a favor.
En contrariedad del resultado esperado, la lluvia de disparos en vez de alejarlo de la chica, provocó que con más rabia e intensidad la agarre en el aire, apretando su cuerpo con fuerza, dejándola sin aire, con sus huesos crujientes y estrujar su también su interior.
Si no hacía algo rápido estaría muerta...
Un oso aplastaba su diminuto cuerpo, frente al imponente animal, ruge en su cara, dejando a la pequeña de cuatro años presa del terror.
Su padre como espectador con un golpe en seco sobre su maquinaria, le causa aún más miedo que la bestia por lo que con lágrimas en sus ojos, entierra sus uñas en la yugular del animal tal como le habían enseñado.
Le cae muerto encima, bañandole en sangre.
Los hombres se acercan para quitarlo y su padre la toma entre sus brazos, ahora sonriente.
—Buena niña
Acumuló más veneno, uno más potente esta vez para comenzar a formar espinas tan firmes como finas para que pudieran atravesar la gruesa piel verde.
Logró su cometido pero también la fuerza ejercida sobre ella aumentó, provocando que escupa sangre.
Un tiempo eterno entre el líquido y los volteos traspasando su cuerpo para que el ser la fuera soltando hasta quedar inconsciente, quedando la menor en pie.
Los demás quedaron atónitos de ver al mutante indestructible en el suelo, derrotado.
Estaba comprobado el gran poder y valor de la chica que además no se doblegó ante el plan de su progenitor.
Natasha fue la primera en correr hacia ella pero antes que la pudiera abrazar o insultar como tenía planeado, Artemisa se desplomó en sus brazos.
Los llevaron a la enfermería a ambos ya que llevarlos al hospital solo sería pintar un señuelo blanco en las caras de ambos, al tener que dar explicaciones como la cicatrización precoz.
La ojiverde se quedó al lado la chica esperando a los especialistas.
Los signos vitales en ambos casos estaban regulares dentro de la especialidad física de cada uno.
Bruce por su lado solo estaba durmiendo, la menor no se tendría que preocupar de haber errado en la cantidad o sustancia venenosa.
Pero de ella no había una respuesta clara, sus heridas externas ya eran menores pero los hematomas que sobresalían de sus costillas, eran de preocuparse.
—El doctor Banner estará bien para mañana pero Artemisa podría presentar una hemorragia interna, por el momento está controlado aunque al parecer sus huesos y órganos internos, demoran más en sanar—dijo rápidamente a todos
—¿Puedes hacer algo?
—No mucho, su cuerpo solo debería hacerlo, si no tendremos que considerar una operación
Ojalá no tener que llegar a eso pensaban todos, ahora atendiendo sus propias heridas.
—¿Por qué todo el mundo me mira así? Nadie se me acerca—dice al ver a los hombres cercanos de su padre con sus familias
—Los demás nunca comprenderán lo perfecta que eres, siempre te verán como una abominación por eso debes silenciarlos para siempre
—no quiero hacerle daño, a nadie
—Ellos lo harán si no
La pequeña niña baja la mirada ante las palabras de su padre
—Sólo yo te querré
—¿Y mi madre?
—Es uno de ellos Artemisa, te quiere lastimar... le aterras
—Pero yo amo a mi mami
—Ella te odia y si no haces algo al respecto te volverás débil
Otro flashback se presenta en su mente...
—mami te dibujé junto a padre y a mi—Dice una Artemisa de tres años con sumo orgullo de la hoja entre sus deditos
Pero la mujer no la voltea a ver
—Mami toma es para ti—la tomó del pantalón
Y como si de corriente se tratara le dio un bofetón en la mano—no me toques
—perdón Mami
—¿Hasta cuándo te tengo que repetir que no me digas así?—le dice sumamente enojada
—Pero ma...
—No eres mi hija—le quitó el dibujo—entiende que no somos una familia—terminó de decir para romper éste
La niña comenzó a llorar desconsolada sin entender la actitud de su madre
—Y no llores, sabes que a tu padre no le gustan las niñas tontas—dijo de espaldas para largarse
Despertó con esa proyección de su cerebro, con lágrimas en sus ojos con un dolor en el corazón como si lo estuviera viviendo otra vez.
Se sentía fatal y los espasmos no ayudaban en mucho.
No pasaron ni cinco minutos en que apareció la rusa ya curada y al verla a la cara no pudo evitar su propio llanto.
Corrió hasta la chica pero tenía miedo de tocarla por lo que no se le acercó mucho.
—No llores, estoy bien
—Tu también lloras... ¿Te duele mucho?
—No tanto como creí
—¿Por qué tenías que arriesgarte así?—dijo permitiéndose tocarle el cabello
—Soy una Vengadora más, era mi deber
—No lo vuelvas a hacer o tendré que patear tu bello trasero—se fue acercando a su rostro
—¿Cómo está Banner?—dijo alejandose nerviosa
—No debes moverte—recrimina—él va a dormir un buen tiempo pero esta súper
Sintió un gran peso fuera de sus hombros al oír eso.
—Artemisa, ese día lo besé para aclarar algo que sabía hace mucho pero que no quería ver—explica rápidamente
—No te estoy entendiendo
—Tal parece que me enamoré de ti sin darme cuenta y es algo que no se puede comparar con lo que sentí por Banner—le confiesa mirándole fijamente a sus bien abiertos ojos, comprobando con los propios la veracidad de sus palabras
Toma su rostro entre sus manos con suma delicadeza y dulzura, dando pequeñas caricias en éste—Te amo
Ese simple y bello gesto bastaron para que la menor olvidará todo lo sucedido este día, con una alegría incondicional en su corazón.
Unieron sus labios en un beso, distinto a cualquiera que hayan compartido, esta vez expresando todo, sin la necesidad de más para transmitir sus sentimientos.
—Tendrás que decirle que no a la salida con la idiota esa—le dice al separarse unos milímetros
—Eras tú quien nos estuvo siguiendo—dice incrédula—pero ... ¿Cómo pudiste ocultar tu aroma?
—Un mago nunca revela sus secretos—dice para volver a besarle
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