La sangre de mi cuerpo se comienza a calentar debido al sentimiento de adrenalina que atraviesa mis venas en estos momentos.

Cuatro hombres armados se encuentran a un metro, apuntando cada uno en un distinto signo vital, definitivamente serán certeros.

En una fracción de segundo me cubro y los impactos comienzan, uno...dos...tres... Pero ninguno me logra atravesar, ni un mísero rasguño aunque duele como un demonio.

Me aprovechó de su sorpresa para entrar en juego, aproximandome y atacar con mi mejor golpe, a sus cuellos, siendo más rápida que ellos. No pasan ni cinco segundos para que estén inmovilizados en el suelo.

Una vez en silencio el señor Miller apareció adoptando un semblante pálido.

Y con mi mejor sonrisa de calma le expliqué que ya nos teníamos que ir, donde sin rechistar me siguió.

Llegando a la azotea pude percibir que Wanda se encontraba en problemas.

—Señor, necesito que salga por la salida de abajo, está todo despejado ahí... mientras yo iré a ayudar a mi compañera—le ordeno

—No puedo si mi familia se ve implicada

—Peor será que usted se ponga en riesgo, yo los voy a sacar de aquí a todos—tocó su hombro y lo miro a los ojos—confíe en mí

El no muy convencido me obedece para yo ir donde ellos.

Wanda estaba con la señora y el pequeño Miller a sus espaldas, deteniendo las balas a la vez que alejaba a los hombres.

Eran muchos para nosotras y muy riesgoso con los dos que teníamos que cuidar.

Mientras sigo escondida le habló en mi mente.

—Debes irte

—¿Cómo lo haremos? Acaso tienes un plan... No podré retenerlos mucho—escucho su respuesta enseguida

—Sólo se que ellos tienen que estar a salvo y tu

—No me digas...

—Yo los voy a distraer para que salgan, el señor Miller ya debe estar fuera

—No puedo dejarte

—Confía en mi, estaré detrás tuyo pronto —pienso para salir de mi escondite

—Hola chicos, ¿me puedo unir a la fiesta?—digo y comienzan disparos de dos hombres que se frustraron al ver que las balas no tenían efecto

Más se me acercaron pero algunos seguían disparando y aproximándose a Wanda.

No quería hacer esto, de verdad que no pero no encuentro otra alternativa.

—El Verdadero problema aquí soy yo—digo en cuanto detengo a uno de los hombres de su traje y que mi mano lo atraviese en el pecho.

Y con el baño de sangre provocado, se abre la oportunidad de Wanda, tan sólo en segundos.

—¡Vete!—pienso para que sólo ella escuche

Vi sus lágrimas amenazando con salir, sólo sonreí y ella pudo bajar a salvo a la familia.

Todos a la vez me atacan y golpean con todas sus fuerzas, el dolor no me permite hacer mayor movimientos, más que dejarme caer mientras poco a poco me comienzo a sumergir en una profunda oscuridad.
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La castaña con el corazón en la mano llevo a la familia ya completa, hasta el auto y arrancó en peor estado... habían atrapado a Artemisa, no quiere perder otra hermana.

Llegaron a la torre en silencio, pasando a donde supuestamente se encontraba Fury.

—Samuel Miller espero que ya se encuentren bien—dijo alegre al verlos entrar pero dejó de estarlo al ver el rostro de la castaña

—La tienen—pudo decir antes de romper en llanto

Fury se sintió culpable pero después de todo estás cosas pasaban.

—Haremos todo lo posible para sacarla de alli pero antes con la cabeza fría y tranquilos, tenemos que formar un plan—dijo luego de mandar a los Miller a su hogar

—¿Cómo quieres que esté tranquila cuando está ahí por ayudarme? Y por cumplir con una misión que sinceramente no le correspondía a unas primerizas

—No contaba con tanta vigilancia de parte de ellos, fue un error

—ese error como dices le puede costar la vida

—Lo solucionaremos, ve a que te atiendan tus heridas

Wanda fue hasta la enfermería regañadientes dejando a un molesto Fury, pensando en una estrategia.

No pasó ni una hora en que volvieron Natasha y Steve de su misión quiénes notaron lo tenso del ambiente tan sólo al ingresar.

—¿Qué pasó? ¿Por qué Wanda está herida?—encaró a Fury el capitán a penas lo vio, sabía que era el posible causante del problema

—Fueron con Artemisa a su primera misión—dijo sin más

—¡¿Cómo las mandas a una misión en nuestra ausencia?! No puedes mandarlas solas así

—Son adultas y además agentes sólo hacen su trabajo

—¿Dónde está Artemisa?—habla ahora Natasha, interrumpiendo la discusión

El moreno sólo la mira y ella puede deducir la respuesta.

—¿Qué le ha pasado?, ¿Qué haz echo?, ¡Fury!

—Se complicaron las cosas por lo que capturaron a Artemisa

Natasha no sabía que sentir en ese momento, sólo dejo de oír lo que estaban hablando, todo pasó a segundo plano y no podía más que preocuparse de lo que pudieran hacerle a la chica.

Se aproximó al causante, quien por inercia retrocedió.

—maldito imbécil irresponsable—fue lo que se permitio decir en esa situación, le quería dar un sermón entero y golpearlo con todas sus fuerzas pero después de todo era su jefe y además Steve ya intervino al ponerse delante de ambos. Natasha apretando sus puños decidió quedarse en silencio.

Se juntaron todos para formar el plan de rescate al que irían en la madrugada.
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Despertando por un punzante y cesante dolor la chica despertó poco a poco fijándose que estaba amarrada literalmente de pies a cabeza, las amarras asfixiando su piel, eso sin contar que estaba dentro de una jaula de vidrio, resguardada por agentes armados.

—Veo que la fiera despertó, pero te veo mala cara, ¿La gatita tiene miedo?

—Que irónico,  contando que me tienen presa así—dijo con el poco movimiento que le permitía esa mascarilla de cuero y hierro

El tipo rió con voz seca para quedarse con una gran sonrisa—Tenemos suerte a pesar que nos hayas quitado algo, pudimos recuperar a la mascota de papi

Su estómago se revolvió en cuanto escucho esa última palabra, volvería a ese horrible lugar.

—Así es minina traviesa, volverás a tu casa y esta vez no tendrás a nadie para salvar la damisela en peligro—aplaudió una vez abriendo aún más su sádica sonrisa—que pases buena noche

Se fue dejándola custodiada por siete llaves y dos guardianes.

No pudo aguantar más y simplemente se desmoronó, permitiéndose llorar con temor.
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Una vez dada las altas horas de la madrugada, el equipo de Romanoff, Stark y Rogers entro en acción donde gracias a los rastreadores que implantó Tony en los trajes, no fue difícil dar con el paradero de la chica.

—Ya que estamos todos será pan comido y vamos rápido o Nat matará a uno de nosotros—dice al ver el semblante de la pelirroja pero antes de darle una oportunidad de contestar, subió a monitorizar

—Tranquila estará bien, no es una chica débil—Steve la reconforta, antes de recibir la señal de ironman para ingresar

Con la estrategia de Tony, quién desactivó el sistema de seguridad, ahora siendo amigos de la oscuridad del lugar; atacaron a los agentes que iban apareciendo.

Pero como hormigas seguían saliendo, mientras unos ya iban a informar que venían por la chica.

—Sigue, nosotros nos encargamos aquí

Natasha asiente para salir veloz y para su suerte eran un sólo un par que custodiaba, más los dos que fueron a informar.

—Gatita creo que nuestro viaje se adelantó, así que puedes acomodarte—buscando unos informes

—No creo que sea necesario—aparece la pelirroja luego de silenciosamente haber derrotado a sus hombres

El tipo iba a disparar pero la chica fue más rápida al hacer estrellar la cabeza contraria con el arma y así poder arrebatarle ésta de las manos.

—Antes que hagas otra estupidez, abre

Con la nariz rota y sangre corriendo de la frente, accedió a las puertas con su huella, entregandole las llaves de las amarras en el proceso.

Luego de amarrado de las manos pasó a ver el estado de la chica que se había mantenido en silencio hasta ahora, sintiendo su corazón estremecer al ver que la tenían amordazada como a un animal salvaje.

La desató y abrió cada candado con delicadeza al notar como presionaba contra la carne de ésta.

—Nat, los Miller ... ¿Están bien?—pregunto enseguida, una vez liberada, asustada de que su plan de último momento no haya resultado

Recibió un abrazo en respuesta, con una delicadeza tan grande para no lastimar su herido cuerpo al hacerlo.

—Claro que si, idiota

—gracias—dijo para dejar caer algunas lágrimas

Natasha sólo hizo un poco de presión para que la chica se pudiera desahogar apoyada en su cuello.