Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

XLVII "Nankurunaisa"

"El tiempo todo lo cura"
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Ingresan a la habitación de la azabache para Aretha poder retirarse.

Sintió un molesto frío en cuanto los brazos ajenos abandonaron su cuerpo.

La diosa avanzaba entre vuelta y vuelta, danzando al caminar hasta que tropezó cayendo como un saco de papas al suelo, riendo a carcajadas.

-Artie-la pelirroja se acerca para levantarla-debes dormir-murmura al sostenerla

-No quiero-hace un puchero, alzando los brazos, provocando que se suelte del agarre y aproveche de correr lejos de ella, mostrando su lengua de forma infantil, burlándose de su lentitud

Se mantiene así hasta que se comienza a desvestir.

-¿Qué haces?-murmura con la boca reseca

-tengo calor-dice simple al sacar sus últimas prendas

Natasha muerde su labio al intentar desviar inútilmente los ojos de los atributos de la chica, eran meses en que no lo hacía.

Da un respingo al sentir ese cuerpo contra el suyo-Artemisa-exclama aguantando la respiración, tratando de alejarla, ella no estaba consciente de sus actos, no podía aprovecharse, necesitaba mantener toda la cordura

Aunque era una causa difícil, más cuando hace presión, obligándola a retroceder y caer en la gran cama, con la risueña chica encima suyo.

-¿Aún quieres que pare?-dice rozando sus labios, mientras su mano se hace camino hacia su escote

Ya tenía la temperatura por los aires y el tono usado hace que suba de golpe, tiembla ante el necesitado toque, lo anhelaba pero al notar esas pupilas dilatadas, oscuras por la droga. Sus sentidos vuelven rápidamente.

-Debes parar-se reincorpora buscando mantener distancia

-Era cierto-murmura con la voz entrecortada-ya no me quieres-dice llorando

Y la pelirroja se estremeció, conteniendo las lágrimas propias de verla tan vulnerable por su causa.

Tomo su rostro, acariciando dudas mejillas y encontrar su mirada.

-Te amo, eres lo más importante en mi vida por eso quiero que estés consciente cuando te lo diga-explica dulce

-Mientes, tu te fuiste, me dejaste por ser un mostruo-dice desconsolada buscando alejarse

Natasha no se lo permitió, la abrazó con fuerza para que se desahogara contra su hombro, dejándose llorar con ella.

-No lo eres-aseguró -en eso si mentí, perdóname

-¿No me dejarás otra vez?

-Nunca más lyubov, nunca más-susurra para cantar en ruso una melodía que calmará su llanto

Acariciando su espalda hasta que sintió como su respiración se hizo más lenta, se había dormido.

Seco las gotas bajo sus ojos para rescostarla y taparla, despejó su rostro para poder verla dormir ya tranquila.

Siguió perdida en los toques a su mejilla hasta cerrar los párpados de igual forma.

Esperando que al despertar puedan hablar de esa forma tan sincera.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Un terrible dolor que aplastaba su cabeza, hizo despertar a una abatida pelinegra, confusa, con la boca reseca y con un horrible sabor.

Trato de recordar que pasó luego que tomara la bebida que la hizo perder la cabeza. Se estiró, notando un cuerpo a su lado, sudo frío, el pensar que pudo pasar se hizo desesperante, tanto que no quería voltear a comprobar de quién sería.

Su hiperventilación aumentó cuando se percató de su desnudez.

¿Se había acostado con alguien? Palidecio para saltar de la cama con un grito, no podía estar pasando esto.

-¿Nat?-susurra más conmocionada que antes, sintiendo su corazón desenfrenado, al ver las bellas esmeraldas que creyó no volver a ver

Una rubia las saca de su trance al ingresar de un gran portazo, agitada-My lady, ¿Esta bien?...-asustada de que le haya sucedido algo pero al notar su piel al descubierto, no puede evitar sonrojarse y perderse en ésta

-¿Qué miras descolorida?-gruñe la rusa, levantándose a enfrentarla

-Tu no me hablas así, mortal insignificante-gruñe de igual forma

Artemisa por su parte aprovechó la pequeña distracción para colocarse el vestido del suelo y salir rápidamente por una de las ventanas, pasando invicta.

Voló hacia la privacidad que le brindaba la profundidad del bosque.

Dejándose caer en la sombra de un árbol mientras se refugiaba en sus rodillas, sollozando entre todas las emociones que golpeaban contra su pecho.

¿Por qué había vuelto? Eso rompía con todo su esfuerzo en alejarla para no lastimarla.

No quería que su mala suerte acabara con la persona quien más ama, todos lo hacían por estar con ella.

Debía estar sola para no causarle más daño a nadie, pero al verla otra vez le era imposible.

En la habitación aún había una guerra verde y azul, si las miradas matarán ambas ya no serían parte de este mundo.

-¿Artemisa?-dicen al unísono cuando notan su ausencia

-Otra vez no-susurra la rusa, caminando hacia la ventana abierta

-¿Es normal que escape de ti? Bueno con esa cara, es comprensible

-Si no fueras importante para ella y no tuviera que hacer méritos para recuperarla, disfrutaría de partirte la cabeza

-Concordamos en algo por lo que deberías hacer un poco más de esfuerzo con tu causa-se acerca-ya que si fallas voy a conquistar y sanar su corazón yo misma

-no pudiste hacerlo en siglos, deja de soñar con imposibles ya que Artemisa es parte de mí

-puedes irte perdiendo en el barro, ella debe estar en el bosque y como no la conoces como yo, no podrás encontrarla-sonríe burlesca al salir

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.


.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

¡¿Cuán extenso era este bosque infernal?!

Ya había perdido cuenta de los días que lleva caminando, encontrándose con más de un animal hambriento y esas malditas hiedras venenosas que parecían estar en todos lados.

Encontrar una aguja en un pajar era más fácil pero no cedería ante esto, tarde o temprano encontrará a la chica, necesitaba hacerlo.

Una luz de cuatro patas llegó en su ayuda como si hubiera escuchado su lamento, era la primera vez que se alegraba tanto por ver un perro.

-¡Black!-corrió hacia el can quien ladró efusivo-Llévame con Artie-sabiendo que no la entendería, pero de alguna forma camino, girando su cabeza y comprobar ser seguido

Lo había echo, parecía un espejismo, como un oasis en el desierto, estaba allí, tan sólo unos metros las separaban.

-My Lady-apareció la albina, adelantándose a sus acciones

-Esta maldita-susurró para sí, quedando entre unos arbustos, evitando hacer cualquier impertinencia

-¿Ar? ¿Pasó algo?-Se acerca al no obtener respuesta-¿Padre me busca?-gira su cabeza hacia un lado confusa de su expresión abatida

-Yo quería decirte que-se atreve a mirar sus ojos ahora marrones perdiéndose en ese color el cual ya le encantaba

-Sabes que puedes contarme lo que sea-le sonríe para tomar sus manos, provocando que las palidas mejillas se toman de un leve rosa y que la rusa tras su escondite bufé, arrancando las ramas de golpe

Escucho el arbusto moverse, volteó hacía el pero siente una ligera presión en su agarre.

-Creo que ya sé que te sucede-sonríe con picardía, soltando sus manos para darle un ligero codazo-¿Te gusta alguien?

-Yo-muerde su labio, evitando su ligero temblor, juntando el valor para su confesión, era ahora o nunca, una vez que la viera a ella no tendría oportunidad alguna para hacerlo

-Debo admitir que me resulta extraño verte de ese modo, en todos estos años de conocernos nunca te vi interesada en nadie, pero ahora.... ¿Podría ser Wanda? Digo pasas mucho tiempo con ella últimamente y eso es raro en ti, más que no la amenaces por ser una mortal

Agobiada con su propio sentir, se acerca tomándola de las mejillas y juntar sus labios como siempre anheló, haciendo que se tense de la sorpresa, abatida de su acción inesperada.

"Ahora si la mato" la espectadora tenía la cara del mismo color de su cabello, apretando su quijada para no golpearla ahí mismo, alejándola de su
Artemisa.

La que se aleja por su cuenta en cuanto reacciona-Perdóname, no puedo corresponderte yo...-se sentía culpable de no haberse dado cuenta nunca, debió sufrir mucho por eso y era lo que menos quería para ella, era muy importante en su vida más que muchos de sus hermanos

-Tranquila, ya lo sabía, sólo quería decírtelo

-debí notarlo, perdón por...

-No digas eso, no buscaba tu tormento y no es tu culpa lo que dicta tu corazón-Le sonríe-el destino no lo quiso, estaré para ti siempre como tu compañera, esto no lo cambiará-la calma

Le da la última caricia en su mejilla antes de voltearseMás te vale no arruinarlo, mortal!-mira hacia unos arbustos al irse

La morena se queda mirando extrañada su salida hasta que la oye, quedando petrificada con sus emociones queriendo salir de su pecho.

-Artemisa-dijo al acercársele y la chica estremeció, buscando irse sin éxito al ser retenida por unos brazos rodeando su cintura-no escapes más -suplico

-Déjame-forcejeó, provocando que el agarre sea más fuerte

-No puedo-solloza contra su nuca-otra vez no

-Natasha tengo que irme, debo estar sola para que nadie vuelva a morir-la voz le tiembla al intentar no llorar

-Crees eso por mi causa-susurra-Pero está lejos de ser cierto, tu fuiste quien me salvo de mi agonía, tan sólo al aparecer en mi vida, eres lo mejor que me ha pasado y más -continúa al notar su calma-en cambio yo te hecho sufrir más de lo que te he brindado pero cambiaré eso, seré el apoyo incondicional que mereces

La hace voltear, buscando conectar su mirada con la suya y tan sólo ver sus ojos, rompió en llanto, siendo envuelta en un abrazo de contención.

-te amo-esboza una vez más serena-perdóname por...

-Yo soy quien debe disculparse, provoque todo-asegura secando el rastro de lágrimas de su rostro

Se quedan hipnotizados en los orbes contrarios, sumidas en el brillo que tanto anhelaban.

Rompieron la última distancia que las separaba para fundirse en el compás de sus labios, deleitados ante su reencuentro.

-Te extrañé tanto-susurró juntando sus frentes al separarse, sin querer separarse un milímetro más de la pelinegra como si se fuera a desvanecer igual que una ilusión, al hacerlo

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Llegan de la mano hacia el castillo donde las recibieron sus amigos ansiosos por verlas.

-¡Artie! Que bueno que ya están bien-Wanda es la primera en abrazarla hasta que se fija en la rusa quien tiene barro hasta en el cabello adornado con ramas de todos los tipos-¿Que te pasó?

-Definitivamente no se lleva con la naturaleza- ríe la morena

-Otra debilidad para la gran Natasha ¿Quien diría que se perdería?

-Anda a darte una vuelta haber si sigues pensándolo, Barton-gruñe la rusa y el alza las manos en son de paz

-¿Laura y los niños?

-Están en los campos de flores junto a tus escuderas, son los únicos que no miran como si los quisieran matar

-No son malas, sólo desconfían de los mortales

-Creo que ya hablaron lo suficiente, necesito ese baño-comenta en su oído al abrazarla por la espalda

-Ya nos vamos-dice wanda roja para tomar del brazo al arquero, arrastrándolo lejos

-Pero-se quejaba al ser tiroteado

-Ya era mucho tiempo sin traumas-la escuchan susurrar para reír

Fueron hasta el baño principal que consistía en una bañera de metros de longitud dentro de la tierra, con un estante de jabones de diferentes formas y colores, junto a baldes de pétalos de flores y hierbas aromáticas.

-Esto es un sueño-murmura mientras la menor tranca las puertas al ser de su padre

-¿Qué esperas rusa?-ríe en cuanto se queda admirando su cuerpo ya desnudo, imitandola

Ahora le tocaba a ella perderse en su piel, sin darse cuenta cuando ya estaba a centímetros suyo, rodeando su cintura.

-Extrañaba esto-susurra con picardía mientras su mano bajaba por su espalda baja

Dispuesta a devorar sus labios pero unos brazos que la hicieron caer al agua, no lo permitieron.

-Artemisa-se queja abultando las mejillas

-Apestabas-responde riéndose, al ingresar con ella

Ante sus cejas fruncidas la beso cambiando su expresión drásticamente, una sonrisa se formaba entre su boca aún presionando la suya.

Hizo presión para sumergirlas en las cristalinas aguas sin romper su unión.

Saliendo entre sonrisas mientras lavan los rizos contrarios.

-Esto es la gloria

-¿Te gustaron los baños?

-No me refería a eso-dice juntando aún sus cuerpos y sus pechos choquen, sin necesidad que hablen más allá para explicar sus deseos

Artemisa termina con la distancia que las separa, tomándola desprevenida pero no evita que responda con fuerza, mordiendo su labio inferior levemente para tener un acceso completo a su boca, sacándole un gemido tan dulce que apretó uno de sus senos sin aviso y escuchar otro de esos sonidos gloriosos.

-¡¿Quién cerró mi baño?!-la voz de gran Zeus retumba en las paredes, haciéndolas sobresaltar y detener sus acciones de golpe

-No demorarán en entrar-le dice al no querer soltarla

Salen de la ducha para vestirse rápidamente, lo que demoran en derribar la puerta.

-¡Artemisa!

-Padre, puedo explicarlo-Sonríe inocente

Lo que generó ternura a los ojos del hombre, creyó no volver a ver esa sonrisa de sus travesuras. No se equivocó en confiar en Natasha Romanoff.

-No te molestes, hija-responde sereno, sorprendiendola

-¿Estas enfermo? , ¿No me vas a gritar?

-No, cariño, sólo avísame si usarás mi baño

-¿Bien?

-Pueden irse a resolver lo que sea que estaban haciendo-responde sin cuidado

-De eso no tenga duda, señor-la rusa sonríe

-Controla tu pensar sobre mi hija en mi presencia, mortal vulgar-dice el dios para irse casi corriendo

-¿Qué le hiciste a mi padre?-aún putrefacta

-Sólo hablamos-alza los hombros
Para tomar su mano y dirigirse a su habitación, la que ya había memorizado su camino

Una vez allí, asegurándose de trabar la puerta para evitar más interrupciones. Se pierden en los labios contrarios expresando cada sentimiento retenido hasta ahora, disfrutando del preciado sabor tras sus labios.

Deben separse ante la necesidad de aire, lo que Natasha aprovecha de levantarla, volviéndolos a unir, para recostarla en la cama.

-Extrañé tanto tenerte entre mis brazos-susurra delineando la comisura de su boca, mordiendo el suyo-Quiero que lo sientas en cada parte de tu cuerpo

Sus manos bajan por el escote del vestido, acariciando ambos senos a la vez, por encima de la tela provocándole un jadeo.

-Quiero escuchar cada uno de tus gemidos mientras te doy placer-susurra en su oído, mordiendo el lóbulo de su oreja

Artemisa subió su pierna y su rodilla roce la vagina de la rusa, haciéndola estremecer para ella poder rodearla, quedando encima suyo.

-También quiero que me sientas en cada parte de ti-ronronea

La pelirroja traga lento, extasiada con esa nueva actitud, no acostumbra a ceder el control pero tratando del ser majestuoso que tiene arriba, podría tomarle el gusto.

Quería saber hasta que punto podría llegar...

La morena se sienta, flexionando sus rodillas y así poder sacar su vestido, mordiendo su labio inferior, sin perder el contacto visual.

Acción que termino con la cordura juntada mentalmente por la rusa que no demoró en acercar su manos a la tentación.

-Sin tocar-demandó

Se iba a quejar pero el movimiento de cadera sobre su entrada ya sensible, la deja sin habla.

Notando de paso la prisión de sus muñecas.

-¿Qué haces?

-Seguridad-le regala su mejor sonrisa de inocencia, antes de formar una fina garra de su índice, para rajar el vestido que le había pasado, Avia la mataría pero es un riesgo justificado

La expresión de Natasha en estos momentos, valía el esfuerzo.

Una vez que ambas se encuentran en las mismas condiciones, Artemisa pasa a reclamar sus labios, mordiendolos y así tener un mejor acceso.

Besos húmedos que desciende en un camino con escala en su cuello para bajar entre la separación de sus montañas, succionando su piel blanquecina, provocándole.

Sólo gesticulaciones sin sentido salían de su boca, no alcanzando a escuchar maldiciones, al estimular sus necesitados pechos.

Todo en una tortuosa lentitud, sabiendo a la perfección como hacerla divagar

Desciende a probarla, abriéndose camino entre sus pliegues y adentra su lengua en ello, sin aviso previo.

La pelirroja grito su nombre, a la vez que levantaba la cadera, buscando más contacto.

Besó y lamió, mientras sus dedos jugaban con su clitoris, dejándola al borde de una liberación total, que nunca llegó, al alejarse por completo.

-Maldición, Artemisa-insulto que fue ahogado, al sentarse sobre su cadera, alineando sus entradas.

Al juntarlas gimen al unísono, estimula sus propio busto ya necesitado, acabando con la paciencia de la rusa por completo.

No demoro en zafarse de la tela que la aprisiona para empujarla, quedando encima suyo.

-No se vale si te tocas-susurra antes de devorar sus labios con la lujuria y pasión, desenfrenadas

No le dio tiempo de reaccionar, apretaba sus pezones a la vez que juntaba sus vaginas, acción que repitió, aumentando la fuerza y rapidez de cada estocada.

-Mierda-gimio entrecortado al estar perdida en las corrientes de placer que sentía su cuerpo, arqueando el cuello y ser atacado en el proceso

Ya no sabía cuando tocaba la tierra o el cielo, estas sensaciones sobrepasaban la galaxia entera.

Pero como su propio karma o simple venganza rusa, Natasha no la dejo alcanzar el preciado orgasmo.

En su caso mejor se aguantó la maldición...

-Tu me provovocaste, ahora te aguantas-gruñe, atrapando su boca en un beso demandante

Al separarse la hace voltear quedando de rodillas con el trasero al aire, a su completa disposición.

Acaricio la línea de su espalda para agacharse, rozando sus senos contra ella, mordiendo su hombro.

Su mano se detuvo la separación de sus glúteos, escuchando su nombre una vez más en sus dulces entonaciones , siguió hasta su entrada ya humedecida, jugando con sus pliegues, antes de ingresar un dedo, comenzando un vaivén.

Artemisa sentía quemarse como si estuviera en el infierno pero era el maldito cielo.

Ya tenía tres dedos penetrandole sin piedad mientras su cuello era devorado.

-Te amo-escucha la voz de Natasha en cuanto alcanza el orgasmo, reclamandolo

Se dejó caer buscando su correcta respiración mientras la rusa se quedaba encima suyo, de igual forma.

Al hacerlo se acomodan para conectar sus miradas con sonrisas adornando sus sonrojados rostros, con dificultad, se había echo de noche.

Artemisa se levantó a prender las velas de su alcoba cuando la mano de Natasha la hace volver a la cama.

Ríe besando el puente de su nariz al taparlas.

Se quedan sumergidas en la intensidad de los orbes contrarios.

-Cásate conmigo-dice la rusa con las mejillas sonrojadas, tomando a la diosa por absoluta sorpresa

-¿Qué?-murmura sin creerlo

-Quiero que seas mi esposa-dice segura

-Yo...-tartamudea al tener su corazón queriendo salir de su pecho

-No es una obligación si no-muerde su labio, nerviosa-sólo que no imagino ningún futuro sin ti a mi lado, te haz vuelto tan necesaria en mi vida que siento que eres parte de mi-la mira-repito, si no...

Artemisa la besa en respuesta, mojando sus labios con lágrimas de emoción, las que compartieron.

-Ya no te podrás separar de mí, jamas-sonríe la rusa sin dar crédito que al fin se haya atrevido a decirle lo que pensó durante tanto tiempo,. Tenerla otra vez consigo, acalló todas sus inseguridades

-Te amo más que a nada-le susurra acariciando su mejilla

No sabían que les deparaba el destino pero estando juntas superarán cada obstáculo por venir.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro