XLIV "Máscaras"
El sol salió en todo su esplendor, pocas nubes blancas y espumosas lo rodeaban, inmersos en ese celeste intenso.
Hermoso, digno de un destinado a la felicidad...
Muy contrario al ánimo que se vivía en la torre donde cada miembro pasaba por un distinto tormento desde la visita del secretario de estado. Aunque para dos chicas con el corazón desparramado en pedazos por el suelo; era triplicado.
La pelinegra por su parte pasó la noche en vela, buscando una explicación concisa del comportamiento de Romanoff, indagó su culpabilidad pero no encontró nada que lo hiciera.
También tuvo la dicha de pensar la situación de los tratados, se avecinaba una guerra a la vuelta de la esquina, eso estaba escrito en un futuro próximo, quizás tan solo en una semana. No podía darse el lujo de quedarse lamentando por sus negativos sentimientos.
No hay tiempo de llorar sobre la leche derramada, se repitió. Hasta que se convenció y levantó decidida.
Paso a la habitación de al lado, esperando ser la única y encontró una castaña aún durmiente.
—Wanda—murmura suavemente mientras la mueve cuidadosamente
Ella abre los ojos repetidas veces antes de fijarse en su acompañante—¿Artie? ¿Qué pasó? Tienes ojeras
Suspira aturdida, amarrando su angustia repentina bajo siete llaves.
Resultando inútil frente a su amiga.
—¡Sujetame que la golpeo!—dice levantándose molesta al ser testigo de sus recuerdos
—No vengo por eso—la detiene—Quería hacerte una propuesta
—¿Qué?
—Ya sabes que nos tienen encerrados en esta torre, independientemente de que firmemos, se pondrá peor
—¿Y qué con eso?
—Acompáñame a mí tierra, al menos hasta que las cosas se calmen
—¿Quieres que huyamos?
—Iré a entrenar—explica—voy a recuperar mi potencial para poder ayudar a Steve, nos necesita fuertes
La castaña se quedó en silencio, abatida.
—Visión comprenderá—la anima—hasta le pueden entrar ganas de acompañarnos, la curiosidad lo puede convencer—sonríe
—Seguro—responde de igual forma
—Es tu decisión, allá estarás bien
—Iré contigo—toma sus manos—gracias
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El Capitán no podía estar en peor momento, entregar al amor de su vida en el caos del que nunca saldría era una emoción inefable.
Para su sorpresa apareció su amiga de hebras rojizas quien no parecía tener una cara mejor que la suya. Aún así sonríe al verlo.
—No me esperaste—dice al quedar frente suyo
Se quedaron en silencio, admirando el interior de la iglesia, hasta que la rusa volvió a tomar la palabra.
—Me voy a Viena para la firma de los acuerdos—exclama—Hay mucho espacio en el jet
—Supongo que será un viaje en solitario porque no iré
—Steve no que sea el camino de menor resistencia significa que sea el equivocado—Explica
—Seguir juntos es más importante que las circunstancias—dice para que el interior de la pelirroja se desmorone con la mirada destrozada de la morena invadiendo su mente
Al verla Steve recordó la misma expresión en Artemisa quien le dio el pésame en la torre, parecía rota, buscando ocultarlo con una sonrisa, fingiendo que todo está bien, como Natasha en estos momentos.
Algo les pasó y los acuerdos tenían que ver.
—¿Y qué sacrificamos para ello?—dice con la voz ligeramente quebradiza, disimulando
Ahí comprendió, sacrificaron su relación por este claro desacuerdo. Sintió una vez más odio de lo que logro este asunto.
¿Perderían el amor que se tienen por una orden del Gobierno?
No era de entrometerse en la vida de otros pero no quiere verlas pasar por el dolor que le hizo pasar a Peggy.
No quería ver la historia repetirse.
—No permitan que este problema las separe—busca su mirada
—¿De qué hablas?—frunce las cejas, las que parecen temblar
—Artemisa es el amor de tu vida, no la pierdas—suspira mirando las flores—Al mío lo hice esperar décadas para que ya no esté
—Hice lo que debía—dice más para ella, tratando de convencerse de sus palabras
—¿Romper tu corazón y el suyo?
—Al menos ella estará bien— respirando lenta y profundamente para evitar lágrimas
—Lo estará a tu lado, con tu apoyo—posando la mano en su hombro y que lo vea a los ojos pero baja la cabeza
Se reincorporó con la máscara de hielo que la caracteriza.
—Seguiré con mis planes, ¿Vienes o no?
—Perdona no quiero hacerlo— resignado en no volver a tocar el tema
—Lo sé
—¿Entonces que haces aquí?—Suspira
—No quería que estuvieras sólo—volviendo a relajar su mirada—Ven—atrayendo su cuerpo y fundirse en un abrazo que ambos necesitaban
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La pelinegra esperaba a su entusiasmada compañera, guardaba cientos de cosas en su mochila ya que no la dejó llevar maleta o si lo metería medio cuarto dentro.
—Vamos a traficar café y chocolate
—Te van a venerar como un Dios
—La mejor forma de agradar a alguien es por el estómago—Sonríe terminando de cerrar su bolso
—Bien, vámonos
Fueron a la sala principal a despedirse de los chicos pero también estaba un filántropo, claramente molesto.
—¿Alguno de tus papis te enseño a escapar de tus problemas? Que digna solución
— Anthony—advierte
—y arrastras a Wanda contigo—acercándose poco a poco
Natasha ingresó y la morena se mantuvo firme en no voltear hacía ella, ver sus ojos la haría perderse.
—Nat ¿Aún no consigues la correa?
—Artie, creo que Steve no vendrá ahora—murmura tomando su brazo
—¿Artemisa te convenció de abandonar a Visión?
—Que afán de meterte en lo que no te incumbe
—déjame avisarte que lo hace—suspira formando el guante de su traje—No podrán irse
—¡Stark!
Aretha se interpuso entre ambos cuerpos, defendiendo su ama, rozando un cuchillo en el cuello del castaño.
—Atrévete a mover un dedo, mortal ¿Seguirás hablando idioteces?
—Si hasta guardaespaldas conseguiste, ¿Escribirás sobre cobardía?
Se le acercó Artemisa esta vez, tomándolo de la camiseta—No sigas buscándome porque me vas a encontrar
—¿Ahora te crees el padrino?
Un simple pinchazo bastó para que cayera a sus pies inconsciente.
—¿Nos vamos?
La castaña toma su mano y la rubia crea el portal para desaparecer en el arcoíris.
Ya la tenía a salvo pero ¿Por qué le dolía tanto?
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—Si no quieres escuchar tapa tus oídos hija mía
—Sé que me dirás, no te desgastes
—Es gratificante decirlo de todas formas
La morena se fue del trono de Zeus, al que fue a saludar, no sin antes escuchar un "Te lo dije" por su parte, muy feliz con su situación.
Paso a buscar a Aretha quien la esperaba en los campos de lucha.
Wanda como espectadora se sentó en el pasto con las galletas de Avia y un grupo de niñas curiosas la acompañaban. Se desenvuelve muy bien en aquí, lo mejor que pudo hacer fue traerla consigo.
—Ojos en tu oponente— exclama la albina con ambas espadas cruzadas en su cuello
—¡Oye! Que yo te enseñé todo lo que sabes
—Ahora me toca a mi—sonríe, recibiendo una patada por los pies, haciéndola caer
—Sigues siendo torpe—se burla
—Ya veremos—se reincorporó
Artemisa formó unas crecidas garras de sus nudillos, comenzando una guerra de reflejos.
Entre vueltas y saltos esquivaba los ataques de la rubia, buscando una distracción para contraatacar, igual a igual.
La rubia se estaba midiendo, la morena lo notó y le hizo un pequeño corte de incentivo, volviendo la seguridad a los ojos claros.
—¡¿Tienen que cortarse?!—se espanta la castaña cuando unas gotas carmesí de ambas, salpican en su cara
—Esa es la mejor parte—responde una de las pequeñas de nomas de siete años aparentes
—Sangrar es parte del aprendizaje su no ¿Cómo te haces más fuerte?—secunda otra
Dejando a la bruja abatida con las palabras de las criaturas.
—Así nos educamos aquí—aparece la morena ya sin herida alguna
—Tu amiga es una miedosa—se les une la albina sin inmutarse de sus propias marcas recientes, aún sangrantes
—Ar acércate—dice mirando su palma, concentrada
—Estoy bien—se cruza de brazos pero la empuja hacia ella la morena
Posó su mano directamente sobre uno de los cortes, formando una energía cálida a través de esta.
En cuestión de minutos se fueron cerrando, mientras pequeñas gotas de sudor decoraban su frente.
—Ya no están—se acerca una castaña incrédula
—Por eso vine, James ya debe estar al cien por ciento de sanación, debo alcanzarlo esta noche
—¿Tan rápido?
—mañana será el día decisivo en la tierra, acá el tiempo transcurre más lento, por así decirlo
—¿Pelearemos contra ellos?
—Lo que se venga—responde—puedes quedarte si lo deseas, eres bienvenida aquí
—No te dejaré sola—sonríe
—Ni yo—secunda la albina
Sólo quedaban horas para enfrentar lo que se venía, y ahora estando en el bando contrario de Natasha.
Lo más difícil sería verla sin desmoronarse.....
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