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LVII "Estela"


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Bajo la sombra de un gran árbol descansaba una chica de cabellos rojos, la que fue despertada por el ataque de un pequeño ser de rizos igual de pelirrojos.

Extrañada de la dulce mirada marrón hacia su persona, una niña adorable ¿Que hacía aquí?

¿Aún estaba en manos de la habitación roja?...

Se levantó rápidamente de sólo pensarlo con el sentido de protección golpeando dentro de su pecho, llevaría a la niña consigo en su búsqueda a Artemisa.

-Debemos partir antes que vuelvan, mantente cerca mío-Demanda y la pequeña frunce tanto la nariz como su entrecejo con claros signos de confusión

-¿Qué dices mamá?-dice al hacer un lado su cabeza cual cachorro-¿Otra broma?

Su mundo tambaleó con el mencionar de esa palabra tan anhelada en su vida...

¿Tan fuerte se había golpeado la cabeza?

-¡Mami, mi mamá tiene cara de loca!-grita mostrando la falta de sus dientes de leche, viendo hacia una cascada tan sólo metros de su posición

Mientras la rusa estaba en un trance de no saber lo que pasa, la llamada por la infante se acerca.

-¿Qué pasa cariño?

Escucha su voz sin poder creerlo, sus esmeraldas desmoronandose con las lágrimas que acumuló saliendo sin más, antes de poder levantar su vista y comprobarlo.

-¿Nat?-dice una vez más para su cuerpo ser envuelto en un abrazo cargado de conmoción, dejándose impregnar de su caramelizado aroma

Ahora pudiéndose sentir en las nubes por tenerla consigo, con una alegría cargada de paz llenando su preocupado corazón.

Separándose ligeramente de las caricias otorgadas por la menor en su espalda, conectó sus miradas ya sonrientes y así poder reclamar sus labios con la emoción del momento, necesitaba sentirla, ver que no era un sueño, hasta que un quejido las interrumpe.

Con la pequeña pelirroja mirando molesta a la rusa mayor-Deja a mi mami-dice para ponerse en medio al aprovechar su confusión

-No me levantes la voz mocosa-no pudo evitar reprender

-¡Mami! Mamá me dijo mocosa-se queja al cruzar sus brazos

-No le respondas a tu madre-responde para la pequeña indignarse y la rusa sonreír-Y tu Natasha, no molestes a la niña-dice para ahora la menor sonreír pudiendo mostrarle la lengua

-Esta bien, si me das un beso-dice y la pelinegra cumple, estaba en el maldito cielo

Los orbes esmeralda se abrieron de forma pausada y cuando sintió la punzada en su pierna volvió a la realidad que Artemisa no estaba consigo.

Tratando de levantarse, siendo reprendida por su preocupado padre.

—Déjame ir

—No empieces Natasha, debemos planear las cosas bien esta vez

—¡¿No entiendes que me es imposible quedarme aquí cuando mi novia está sufriendo en manos de mis enemigos?!

—Debes hacer un esfuerzo por ella—la voz de Melina era firme como autoritaria, tras la conmoción de los demás tuvo que tomar el puesto al mando por poderse mantener con la cabeza fría, también había aprendido a querer a Artemisa tan sólo en días de conocerla, estaba preocupada por su bienestar pero si otra vez actuaban por impulso las probabilidades de pérdida aumentaban tanto para ella como para todos los involucrados.

Siendo el deber de una madre en contener y hacer entender a su hija.

—Artemisa estaba de el borde de un estado crítico, Susan está incapacitada y Madame B está muerta, quieren usarla para revivirla por lo que deberían cuidarla en que recupere sus fuerzas, lo que nos deja unos días de ventaja para comenzar un buen plan esta vez

—No puedo, tengo que ir

—Estas lastimada, sin descanso nisiquiera podrás llegar allí—Melina cada palabra dicha se va acercando, así pudiendo abrazarla cuando las esmeraldas se inundan en lágrimas ante la frustración—Tranquila, estamos aquí para ayudarlas—susurra con voz dulce mientras acaricia su espalda

—Me parece una falta de respeto que Natasha se haya convertido en la consentida—Aparece una Yelena de brazos cruzados—Por cierto, al fin despiertas

—¿A qué te refieres?

—Estuviste inconsciente por casi una semana

—¡¿Qué?!—el rostro de la pelirroja se vuelve cual papel para su hermana ser reprendida por sus padres

—Es algo que no te podíamos ocultar—dice viendo el desapruebo de sus mayores—Ya pasaron días, puedes seguir esperando, como Melina dice, necesitan a Artie en buen estado

—¿Qué harías si fuera Kiara la que se encontrara a manos del enemigo?

—Eso no viene al caso

—Claro que si, porque debes saber lo que se siente no poder ayudar a quien amas

—No discutirán ahora—regaña la madre

—Justo cuando Natasha comenzó a asumirla en mi vida—se cruza de brazos la rubia, antes de soltar un pequeño brinco por recordar a lo que había venido—Tengo una sorpresa para ti Nat, y no, no es un nuevo consolador para que uses con Artie

—¿Por qué? ¿Te lo quedaste para usarlo con la pelo de zanahoria?—responde al encarnar una ceja y su hermana le muestre su dedo corazón

—Vengan—alza la voz y un grupo de chicas entra a la sala

Eran viudas retiradas como ellos, habían querido escapar de su vida y ahora que tuvieron la oportunidad con el percance de hace unos días, estaban dispuestas a unirse a su operación. Convirtiéndose así en la estela de la familia y la diosa.

No eran muchas pero con una buena táctica serían fuertes pilares en su operación.

Comenzando a armarse y planear las posibilidades de error junto a las entradas, en lo que sienten un ruido a las afueras de su nuevo escondite para  ponerse en alerta.

—¡Intrusos!—Gritó Alexei para dar aviso de un ataque por ser sólo tres, cuando la rusa al reconocerlos se interpone, corriendo lo más rápido que puede con la cojera de su pierna aún en recuperación

—¿James?—dice esperanzada de encontrar al dios consigo, serían más manos en la ayuda para su amada

—Ar, quieta—la regaña ya que la rubia seguía apuntando con su espada en el cuello de dos chicas, obedeciendo regañadientes antes de posar su azulada mirada en la pelirroja

—¿Acaso no puedes hacer nada bien, mortal insignificante? Dejé en tus manos a mi Lady unos días y la perdiste?—se acercó llena de furia y altivez pero Natasha no se inmutó, interponiendo su cuerpo con la misma intensidad emocional

—No me levantes la voz teñida

—Mortal...

—Ar, suficiente—vuelve a reprender el pelinegro para ella gruñir, haciéndose a un lado de brazos cruzados—Debo admitir que yo mismo quisiera enfrentarte pero estoy al tanto de la terquedad de mi hermana y si osara a tocarte un  cabello solo los cielos saben que me haría esa mujer

—¿Cómo supiste de...

—cuando recuperamos la memoria de  nuestra vida como dioses y volvimos a nuestro hogar natal, Padre nos otorgó una nueva capacidad de conexión entre hermanos como otras habilidades, quería asegurar nuestra seguridad luego de lo pasado en la tierra, resultando ahora muy útil—explica Apolo—Ahora que llegamos y ustedes formaron su pequeño ejército podremos ir y recuperarla—sonríe al apoyar su mano en su hombro—Artie siempre se tomó el crédito del Heroísmo, ahora me toca a mí salvar a mi hermana

—Por cierto, tu amiga es muy linda, le dijo mi Lady a Artemisa, ¿Será que fueron amantes en sus tiempos de divinidad?—cuestiona una divertida Yelena de ver a Natasha casi caer al suelo ante sus palabras

—Mi lady mantiene las relaciones con su respectivo profesionalismo

—O mejor dicho nunca se fijo en ti—recalcó la peliroja y Aretha la miro fulminante

—Aún creo que soy la mejor opción para ella, es una lástima que se haya fijado en una simple mortal sin gracia alguna

—¿Sin gracia alguna?—ríe la mayor—Artemisa me vio las virtudes que la hicieron amarme como no a ti

—Espera... ¿Tienes virtudes?—dice con la nariz fruncida, aumentando su ironía

—Maldita oxigenada

—Mortal insignificante

—Ya callense que parecen un par de crías—Reprende Melina—los incluiremos en el plan para rescatar a Artie y ustedes se mantienen alejadas antes de que alguna le arranque los ojos a la otra

—Pero melina, aún no traía las palomitas—se queja la rubia

—¿Todos los mortales son así de peculiares?—menciona por primera vez el chico acompañante de los nativos del Olimpo

—Se me olvidaba, no hicimos las presentaciones, el es Jacinto, mi prometido —Sonríe embobado el Dios—Mi hermana no es la única en tener la gracia de conocer el amor de su vida

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La diosa reina del conflicto ruso, se encontraba buscando la manera de soltarse de su encadenamiento a una camilla en cuanto se acerca un aroma conocido y desagradable a su nariz, teniendo sus sospechas que creyó incorrectas al verse envuelta por los celos, determinando que trataba de una idea falsa en base a ellos pero ya era evidente su participación con la habitación roja.

—Rick Mason—gruño en su puesto con su mirada fulminando al moreno quien sonrió con arrogancia

—¿Al fin te das cuenta, diosita?

—Sabía que tu olor me era familiar, eres Tansmasker

—Muy bien, la perrita no es tan tonta como se ve

—Sabía que eras despreciable, me das asco

—El sentimiento es mutuo—se acomoda a su lado, cruzando sus piernas—¿Qué pudo ver ella en ti?—frunce su nariz

—Cualidades que no vió ni verá en ti —sonríe

—Créeme que las vió, en cada momento que la tuve en mi manos disfrutando su glorioso cuerpo, Natasha es una mujer ardiente que sabe como complacer a quien se proponga—dice arrogante y a la menor le dan náuseas ante el asco de imaginar la escena

—Pavoneas de tus noches con ella, sé de su antigua vida como también sé que desde el primer momento conmigo no fue un interés en caliente, no fue un desliz desechable como en tu caso—responde altiva y el moreno se trastorna, golpeándola en la mejilla con rabia

—Natasha es mía y  cuando ya no seas útil yo me encargaré de sacarte de su vida

—Ella nunca que amará, nunca alcanzarás siquiera imaginar ser digno de una mujer tan perfecta, no siendo tan insignificante y básico—dijo y el mayor la tomó por el cuello, llegando así Susan

—Déjala o habrá consecuencias, nos es de utilidad y su sangre debe estar en buen estado para la resurrección,—regaña y el hombre la suelta de un gruñido,  para salir con los puños apretados hacia la salida

—Vine a hacer la conexión —sonríe al acercarse con una jeringa y una máquina filtradora con dos pequeñas mangueras, mientras el inerte cuerpo de Madame B es traído a la sala y dejado a su lado, conectando su brazo al suyo por medio de los tubos, así pudiendo dar inicio al traspaso de sangre

El pálido y tieso rostro arrugado, comenzó a adoptar color de inmediato, gracias a la recuperación de la Diosa.

—Tu sangre es un bendito tesoro—una sonrisa adorna su rostro pero los ruidos de una conmoción a los alrededores la hace desvanecer y maldecir antes de salir al encuentro de una guerra

Al quedar sola volvió a intentar librarse de sus cadenas en lo que un ya alistado Tansmasker hace presencia y se adelanta a sus acciones.

—Haremos que mi Nat venga a mi—dice al tomarla de los cabellos, arrastrandola consigo

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El inicio de una guerra se abría camino desde las afueras, acabando desde puntos ciegos al enemigo antes que lo pudieran ver, todo gracias al grupo de infiltradas que le mostraron la capacidad de la cede y les permitieron la entrada una vez despejada la primera línea.

Llegando así la hora de separarse en parejas para el ataque y búsqueda de la diosa.

Sus padres por el oeste, Yelena y Kiara por el este,  James y Jacinto por el norte, quedando de mala gana con Aretha de compañera la que compartía su evidente desacuerdo pero poco les terminó importando ante la necesidad de encontrar a Artemisa.

Natasha pudiendo avanzar con más agilidad ya agradecida de obedecer a sus padres en cuanto al reposo, pudo atacar a las viudas sin mayores problemas y aunque nunca lo fuera a admitir, la albina fue la principal ayuda por su perfecta táctica de combate con sus espadas.

No tardaron en acabar con todas cuando la escuchan gritar a la distancia mirándose preocupadas, antes de correr a su encuentro.

Tansmasker la tenía desde las alturas y en cuanto las vio, la dejó caer, atajando la antes de que tocara el suelo y pudiera ser alcanzada, buscando así provocar a la rusa.

—Sueltala

—Lo haré si vienes conmigo, será libre en cuanto recuperemos a nuestra Madame, lo prometo

—Natasha no—interrumpió la menor para ser callada de una bofetada del hombre y la peliroja no demore en acercársele ya decidida

—Iré contigo si cumples ahora—demandó y el moreno tras la máscara sonrió

—Tenemos un trato—dijo para soltar a la pelinegra quien fue recibida en brazos de su escudera

La pelirroja no alcanzó a mirarla cuando el hombre retuvo su brazo, sin esperar que tuviera un paralizador eléctrico que lo hizo retroceder, quedando la distracción que le permitió darle una patada que lo dejó en el suelo.

—Ahora si, acabemos con esto—dijo al sacar sus armas en lo que el mayor la imita mientras se levanta

—¡Nat!—la menor ante la preocupación, buscó librarse de los brazos que la retenían pero el agarre de estos se hizo más fuerte

—Es su lucha—explicó Aretha ante su conmoción

Debe ser alejada por la lluvia de disparos que se originó, la rusa repelió cada uno de estos con gracia pero cada uno de sus movimientos era copiado a la perfección por el hombre, lo que hacía más difícil su combate.

Pensando así apoyarse en calcular su modo de ataque antes de volver a enfrentarlo pero este no le dio tiempo alguno al disparar cerca de su abdomen,  tan solo unos milímetros  de la bala impactar su cuerpo, aunque no era una simple bala, dándose cuenta muy tarde al soltarse un gas que la hizo caer al suelo al instante.

Tansmasker ya conforme se acercó para tomarla en sus brazos siendo su máscara cortada en dos como si tratara de mantequilla, sin dar a esperar una puñalada mortal a su cuerpo busca retroceder pero una patada incrusta en su rostro, rompiendo su nariz y boca al instante.

Mirándola ensangrentado esta vuelve la suya con más rabia de reconocerlo.

—¡¿Todo el tiempo fuiste tú?!—gruñó al disparar en su pierna antes de poder reaccionar—eres un maldito traidor

—te dije que sólo eras mía Natasha

—Y yo te dije que no fui, soy mi seré tuya porque amo a una chica que ni siquiera puedes osar en mencionar—avanza hacia él—Y la usaste en mi contra, lastimadola en mi presencia pero al fin todo terminará

—El trato queda anulado, acabaré con el obstáculo de nuestra relación de una vez por todas—se levantó aún sangrando, con la adrenalina y rabia en el cuerpo permitiéndole su avanzar

—Cierto, el trato queda anulado—dice al disparar a su corazón desde su espalda—para siempre

Una vez el hombre caído Ar libera a su ama quien se lanzó a los brazos de la rusa la que la alcanzó antes de poder caer juntas, apretando la contra suyo con la misma intensidad, dejando salir ambas las lágrimas que acumularon en su cruel separación.

Y antes que pudieran cantar la victoria, Susan apareció disparando en su dirección pero la bala se desvió al no prevenir a la albina tras el pilar.

Comenzando una lucha de fieras pero en cuanto a esta la rubia no tenía oportunidad ante semejante guerrera menos al estar cegada por la furia del rapto de Artemisa, pero la rabia era más astuta en cambiar las contiendas pudiendo así escapar.

O así hubiera resultado de no ser por la llegada de un chica de cabellos anaranjados, quien la tomó por el cuello con una mirada fría como el hielo.

Se levantó atónita al verla frente a ella, levantando sus manos en son de paz.

—Hermanita, que gusto verte

—Diría lo mismo pero sería una mentira—mentira respondió con una de sus manos en su espalda y la rubia sabía lo que se venía  a continuación

—Escucha, lo que pasó fue hace años, en verdad no quise matarte, sólo...

—Querías mi muerte para convertirte en una agente Scorpion graduada con honores

Susan suspiró,  tomando la desicion de alejarse lentamente.

—Habrías hecho lo mismo, Kiara—expresó con obviedad

—Quizás, pero no lo sabremos ya que estas muerta

Seguido de eso sacó su arma, disparándole en el pecho, viendo como el cuerpo de su media hermana caía al suelo, ahogándose con su propia sangre.

Kiara la observó una vez más para soltar el último disparo que dio fin a su vida.

—Adiós hermana

La albina molesta por su distracción con haberse mantenido al margen de su ansiada lucha, se acercó al inerte cuerpo para cortar su cabeza y tomarla del cabello como regalo a su ama.

—¡Aretha! Que no estamos en el olimpo para tus salvajadas—Apareció el pelinegro

—¡James!

—¡Cariño!

La pelirroja dejó que fuera a abrazar a su hermano a pesar de la creciente necesidad de tenerla contra suyo, no queriendo volverla a soltar nunca.

—¿Cuándo será el día que dejarás de meterte en problemas? ¿Quiéres infartar a tu novia antes de la boda?

—Podríamos hacerla en conjunto—propone Jacinto a su lado

—¿Te vas a casar? ¿Tanto transcurrido tiempo sin vernos?

—¿Qué puedo decir? Fue amor a primera vista—sonríe al separarse y tomar la mano de su novio

—Si es así, Enhorabuena, es un gusto conocerte...

—Jacinto—responde feliz de ser aceptado y sobre todo de recibir un cálido abrazo de su cuñada, conformando su aprobación

Natasha quiso atraerla consigo pero la albina se le adelantó,  tan sólo al Artemisa verla no demoró en abrazarla y tuvo que ahogar el molesto gruñido ante la escena.

Así fueron llegando todos los participantes de su ya gran familia, los que no demoraron en abrazar a la menor con más pesar en la rusa, donde literalmente le robaron a su novia frente a sus narices.

Volviendo al lugar de encuentro los hermanos se encargaron de las curaciones mientras se ponían al día de sus ausencias.

Yelena molestaba a la peliroja quien tenía los labios fruncidos en todo momento, ya sin escucharla por su atención en su novia.

Al todos estar reunidos en la sala a la menor se le ocurrió una idea por la necesidad de los rusos en desaparecer.

—Acompáñenos a nuestras tierras, allí nunca más serán perseguidos, nos encargaremos de ellos, y será su hogar  definitivo y momentáneo en el caso que quererlo—propone para el grupo de pares de ojos posarse en los propios

—¿Hay buena comida?

—Los más grandes manjares—responde con una sonrisa que no demora en ser correspondida

—Me convenciste entonces—dice un Efusivo Alexei como la voz de todos

Mañana tras descansar irían al Olimpo.

Con Natasha no demorar en alcanzarla tras verla ya libre, tomando su mano entre la suya, pudiendo ir al pequeño cuarto en que se hospedarian por esa noche.

Donde tras arreglar unas mantas simulando una cama, se acostaron abrazadas mientras acariciaban el rostro contrario sin separar sus miradas, todo en un reconfortante y necesario silencio de comprobar que no tratara de una ilusión.

—Tuve un sueño donde no había nadie buscandonos, y en él estaba una  niña con tus ojos y mi cabello, era nuestra—sonríe de recordarlo—Quiero hacerlo realidad, quiero un hija contigo, lyubov, ¿Qué dices?—muerde su labio ante la espera por la respuesta de su propuesta, sintiendo las mariposas de su estómago ante una floreciente ansiedad

Sentimiento que la menor compartia con creces, su corazón estaba desbocado ya sin tener espacio dentro de su pecho ante la emoción de sólo imaginarlo, el tener una pequeña Natasha fruto de su amor.

—Nada me haría más feliz—dijo con una sonrisa que quedo corta ante la grandeza del momento, buscando en  conjunto el demostrarlo a través de sus labios su sello de una promesa de vida .


○|Escena de Kiara y Susan por RedvelvetGhost con su historia de Yelena en conexión a esta (I kised a girl)

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