LV "La una por la otra"
En medio de la arrebatadora nostalgia culposa Artemisa no reparó en pensar las consecuencias y la evidente trampa de Susan Sean. En su mente sólo estaba el salvar a Yelena quien la había encantado más de lo que hubiera imaginado, no pudo desear una mejor cuñada y se aseguraría que lo siguiera siendo.
Camuflada corrió como pudo al internarse en el bosque pero su cuerpo aún dolía debido al atraso en su cicatrización tras ayudar a Alexei.
Una vez entre los extensos árboles divisó su posible ayudante, que trataba de un gran oso, quien no demoró en acercársele y agacharse para que pudiera subir a su lomo con más facilidad, emprendiendo la carrera a la sede antes vista.
Al encontrarse a unos metros dejó al animal escondido entre los árboles para ella irse sola pero como si la peluda bestia supiera del peligro que conlleva su ida, interpuso su cuerpo entre su camino mientras su intensa mirada negra se posaba en la suya, como si tras esta pudiera expresar su preocupación.
Artemisa sonrió dulce ante el gesto, acariciando su pelaje mientras este cerraba los ojos buscando más contacto. Unió sus frentes para hablarle y pedirle un favor.
-En caso de yo no salir, necesito que lleves a alguien por mi con los suyos- demanda y oso parece asentir
La morena abre su traje para sacarse la polera de Natasha, impregnada de su aroma y entregársela al animal quien la tomó entre sus fauces memorizando este.
Con una última mirada la chica se alejo a la gran instalación donde se encontraba su posible perdición.
Al llegar a la puerta, esta es abierta por un grupo de viudas que la agarran con fuerza consigo. La morena no pudo hacer nada en resistencia por la debilidad de su cuerpo y la posibilidad que tuviera consecuencias con la rubia.
La dejaron con la sádica Susan quien sonrió ante su presencia, generando ese odio puro de querer descuartizar su cuerpo y lanzarlo en diferentes zonas donde sus no puedan ser encontrados ni velados.
-Artemisa, sabía que tus culpas te traerían conmigo tarde o temprano
-¿Dónde está Yelena?
-Esta siendo tratada como merece, en tu auspicio debo recalcar
-Estoy aquí, ahora cumple-gruñe la pelinegra
-Esta bien, soy mujer de palabra-exclama al apretar el botón de su auricular-Traiganla
Sus chicas no demoran en traer en inerte cuerpo de Yelena Belova, arrastrando sus pies para tirarla a sus pies sin delicadeza alguna, Artemisa debe ahogar un sollozo de admirar sus recientes heridas que decoraban su pálida piel en una mezcla de tonos rojizos y morados, su rostro estaba inflamado por la intensidad de los golpes sufridos.
Le lanzan agua y ella despierta abatida con un grito en confusión de no saber de momento en donde se encuentra.
La morena se agacha en medio de lágrimas para abrazarla con suma delicadeza de no maltratar más su cuerpo, rogando su perdón una y otra vez.
-No fue tu culpa yo creí verla y no pensé sólo salí sin precaución alguna
-Quien diría que mi hermanita me serviría después de tanto-sonríe la de ojos azules
-Eres una perra arpía-gruñe la rubia buscando levantarse
-A mucha honra querida, si no lo fuera no lograría mis metas como ahora-se acerca con la arrogancia plasmada en su rostro-Artemisa-demanda para la nombrada erguirse
-¿Qué crees haces?-Yelena se estremece al verla ir con la sádica chica
-Salvarte
-¡¿No ves que es una maldita trampa?! Estas haciendo todo lo que ella quiere
-Era mi deber, no mereces sufrir a manos de mis sombras, es algo que debo afrontar por mi cuenta, sin arrastrar a nadie más conmigo-se aclara la garganta ante el nudo que se formó en ella-debes irte ahora
-¿Perdiste la cabeza? ¿Qué hay con Natasha? Seguro ella sí me mata por dejarte aquí dentro
-Dile que lo siento-muerde su labio para no romper en llanto, su cuerpo tiembla consigo
-Díselo tú misma
-Por favor-súplica-vete
Unos aplausos interrumpen el momento-Que conmovedora escena, enserio es digna de una tragedia griega, ya deberías estar acostumbrada a ello Artemisa y como dicta el género no puedes escapar de tu destino amargo- sonríe al dar un chasquido con sus dedos y se lleven a Yelena
-Sueltenme... ¡Artemisa!
Al abandonar la sala la morena se dejó caer al suelo ante la conmoción que arrebató su ser, ya estaba hecho, ella estaba salvo, lo que le pasara ya no importaba si la rubia volvía con su familia.
-Que honorable has resultado, lástima que aún no entiendas que eso precisamente es tu perdición y de quienes se te acercan
-No descansaré hasta verte muerta por mis propis manos-dice la menor entre dientes-debí dejarte sucumbir ante el veneno cuando pude
-Cierto debiste matarme cuando pudiste pero ya es tarde cariño, eres tu quien está en mi manos por cuenta propia-sonríe en cuanto su cuerpo es escoltado hasta una sala de blanco que le trajo los amargos recuerdos los que creía ya superados pero al ver la maquinaria de tortura y extracción, el tormento golpeó la puerta del miedo con fuerza.
La registraron en una camilla de metal protegida por grandes cadenas que ataron a su cuerpo, impidiendo cualquier tipo de movimiento como la función del collar que la electrocutaría en casi de usar sus poderes, quedando completamente indefensa y en absoluta disposición de Susan.
Quien se sonrió al tomar un kit de jeringas y frascos antes de acercarse a ella.
-Al menos ten la convicción que servirse para una causa importante-explica mientras extrae su sangre-Gracias a ti podré crear guerreras invencibles en todo el sentido de la palabra
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Tanto Melina como Natasha sienten el desespero de sentir su cuerpo desfallecer ante el agotamiento de la reciente lucha y sin tener éxito alguno en la búsqueda de la rubia de la que no había rastro, era como si hubiera desaparecido de la fas de la tierra, la que seguramente trataba de la habitación roja.
Decidieron volver a descansar en cuerpo y pensar con la cabeza fría un mejor plan para dar con su paradero, donde no demoran en donde se les aparece un abatido Alexei.
-¿Qué tienes? ¿Pasó algo?-indaga la mayor al apreciar su estado
-Artemisa-tan sólo su nombre sale de sus labios para que la pelirroja sienta el suelo estremecer bajo suyo
-¿Qué...
-Desapareció, debió ir por Yelena-dice con la voz temblorosa-es mi culpa, la dejé sola y por eso...-Melina apoyo su mano en su hombro al ver que un sollozo quería salir de su pecho, tratando de calmarlo
Natasha en cambio estaba en el trance de entrar en un cuadro de pánico, su respiración le comenzaba a fallar, siendo frenética e irregular como los latidos de su corazón, los cuales sentía por su garganta.
-Tengo que ir por ella-murmura al voltearse dispuesta a irse pero su brazo es retenido por su madre quien debía tomar las riendas de la situación ante los dos abatidos seres consigo
-No puedes, no sabes donde está e irás directo a su trampa-explica con voz firme y autoritaria para hacerla entrar en razón
-Ellos la tienen, no me pidas que este tranquila sin hacer nada-busca zafarse pero el agarre se hace más fuerte
-Basta Natasha, Artemisa te necesita con la cabeza fría y pensante, no como una impulsiva bomba que caerá antes de poder salvarla-al ver la conmoción en sus esmeraldas acaricia su mejilla para la rusa poder soltarse en llanto por lo que la abraza-las encontraremos, estarán bien ellas son fuertes
Acaricio su espalda con una mano mientras la otra sujetaba la mano de su esposo en cuanto sienten ruido a las afueras colocándose en guardia al instante.
Esperando lo peor hasta ver a una chica de cabello anaranjado ingresar al edificio.
Natasha salió de su escondite con un gruñido saliendo desde lo más profundo de su pecho mientras se acercaba rápidamente a la menor con ira desbordando de sus poros.
La toma por el cuello de su ropa con tal fuerza que hace su cuerpo levante del suelo.
-¿Dónde las tienes? ¿Qué les hiciste?-aprieta su agarre- ¡Si le has tocado un solo cabello te mataré sin piedad!-dice pataleando en los brazos de su padre quien las separó con ayuda de Melina, la que se acercó a la chica
-¿Quién eres tú?
-No importa quién soy si no la ayuda que les daré
-¿Por qué confiar en ti? ¿De qué te sirve ayudarnos?
-Tenemos un enemigo en común, es todo ¿Lo toman o lo dejan? Aunque no tienen mucho tiempo, ti que ustedes me aprieta en decidir a la vez que le ponen una correa a la descontrolada-sonríe y Natasha la maldice
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Como si tratara de un perro senil o un estropajo, su cuerpo fue lanzado hacia las afueras sin tacto alguno, donde sus fuerzas sólo le permitieron maldecir contra el pasto que se humedecio con sus lágrimas.
¿Qué haría ahora?
Y al parecer su suerte empeoró sin tener la necesidad de preguntar qué podía salir peor, cuando un imponente oso se le acercó.
Una risa irónica salió de sus labios por el inesperado final de ser comida por una bestia, no calculó sus acciones al ver su cabellera anaranjada la cual ni siquiera le pertenecía, no resolvió sus dudas con ese ser que amo y llevó de paso a la enamorada de su hermana a su perdición, sintiendo merecer esta trágica muerte por lo que cerró los ojos esperándola pero esta nunca llegó, abriendo estos y encontrar la oscura mirada de una extraña calma hacia ella.
No entendía nada hasta que una ropa le fue entregada por la misma bestia quien bajo las orejas en sumisión a la vez que se agachaba, dando a entender que subiera a su lomo, ahí comprendió que fue dejado por Artemisa, sintiéndose aún peor.
Cabalgó al animal quien la llevó sin demora hasta las proximidades de la ciudad donde al bajarse este hizo una seña con su cabeza antes de marcharse.
Sin más fue hasta el edificio, ya era de noche por lo que sus heridas no serían vistas sin ser un blanco evidente ante la curiosidad de la gente.
Sin saber que en su interior se encontraba la persona por la que cayó en el vil engaño, la que junto a su familia armaban el plan de rescatarla.
Los que aparecen al sentir el sonido de la vieja puerta, y al verla vulnerable sienten estremecer, incluso el semblante de Kiara cambio con clara preocupación que lograba esconder mediante su característico frío semblante.
No demora en ser envuelta por efusivos abrazos cargados de los sentimientos encontrados que los hizo sentir en su ausencia.
-¿Estás aquí?-pregunta más para sí al no dar crédito a lo que sus ojos le mostraban, olvidando por un instante la situación en que se encontraban, inmersa en descifrar la diferencia entre el verde y café de sus orbes
La emoción de Natasha por su parte se desvanece por completo al no ver a Artemisa tras suyo, volviendo a ese estado de histeria medida en la preocupación de no saber lo que pudiera estar pasando.
Se sentía tan inservible en estos momentos, no pudo evitar el traerla consigo, aún sabiendo todos los peligros que venían al acecho y ahora las consecuencias se la arrebataron sin piedad.
Otra vez por su culpa esta en peligro...
¿Por qué no insistió en que se quedara a salvo en sus tierras?
No le importo romper sus barreras frente a una potencial amenaza, se sentía desolada sin Artemisa a su lado, la necesitaba consigo sana y salva.
Su padre se acercó esta vez, envolviendola en un abrazo como nunca antes, en su relación por sus crianzas el afecto no era común, bastaba con una mirada de cariño pero ahora esa demostración resultó necesaria para contenerla.
Después de todo Natasha era humana y sentía como todos... no trataba de una asesina de la cual quisieron hacer de ella.
Yelen salió de su ensueño al ver la conmoción de su hermana, cayendo de golpe en la realidad con la culpa dentro suyo.
-Perdóname si no fuera por mi descuido Artie ...-su voz se comienza a quebrar
-No te culpes, sé lo terca que puede llegar a ser-riéndose en medio de sus lágrimas
La rubia le pasó la blusa por la que llegó y no pudo evitar empeorar su estado. Ella también disfrutaba el usar sus prendas todo el tiempo, recordando su aroma de caramelo.
-Debemos sacarla de allí cuanto antes-dice Melina al unirse al momento de familia hasta que sintieron la fingida tos de la pelinaranja
-Siento interrumpir tan conmovedora escena pero su quieren hablar de sus planes antes hay que sacarte el micrófono
Los rusos no demoran en verla con confusión por lo que ella suspira, acercándose a la rubia quien abrió los ojos con sorpresa ante su cercanía mientras su hermana ahogó un gruñido de desconfianza y más cuando saco una navaja.
Pero antes que la detuvieran, mediante una corta disculpa más hacia la rubia, hace u pequeño corte para poner su pulgar e índice a su alrededor y hacer presión hasta que salió un pequeño transmisor.
Kiara apretó el botón principal con una pequeña corazonada dentro suyo, la cual dio frutos en cuanto una grabación comenzó...
-Si oyen este mensaje seguramente Artemisa ya esta en mi poder y su novia esta histérica en encontrarla-se escucha la voz de Susan y Natasha estremece
-Por tu estado sé que no demora en venir y caer como tu querida en mi trampa, si no tus padres querrán detenerte, haciéndote entrar en razón pero así Artemisa sólo pasará más tiempo a solas conmigo y déjame decirte que disfrutaré de probar que tan eficiente es su inmortalidad, ¿Cuánta sangre puede perder un Dios sin desfallecer?, te dejo la incógnita y te recalco que independiente de tu desicion yo ya gané, puedes ahorrarle sufrimiento a tu amada si lo deseas, es todo"
Natasha no emitió palabra ni demostró emoción mediante algún gesto, simplemente se alistó para correr sin pensar en nada más que Artemisa pero nuevamente sus padres detuvieron su desatino, ya tenían su dirección exacta, sólo tenían que prepararse para actuar en conjunto.
Entre rondas se dedicaron a cuidar que la pelirroja no escapara hasta que amaneció y emprendieron su camino de recolección de armamento, del cual perdieron en su reciente lucha por un lado mientras los otros buscaban información que les resultara útil.
Los mayores se dedicaron a la investigación mientras las chicas se armaban tras uno de los escondites de Kiara.
La rubia sin recordar aún sus momentos de conocerse y entrar en es relación de la que su cuerpo le ha echo saber de la importancia que tuvo para desmoronarse sin más, necesitaba saber más de ella y su pasado en común, sólo si calmaría el agobio de su corazón desbocado por la chica de cabello anaranjado.
Aprovechando su minuto a solas en que su hermana administraba las balas, se acercó a la chica que le causaba tanto revuelo dentro suyo.
-Quiero que me digas todo-la mira directo a sus ojos que parecen inexpresivo de un principio pero al apreciarlos con más detalle puede ver tras ellos parte de la emoción que ella misma siente ganando esa grata confianza de poder seguir-¿Cómo nos llegamos a amar? Y -suspira al morder su labio inferior-¿Qué nos hizo separarnos?
La chica de ojos pardo quedó abatida en su sentir y la batalla de no demostrar signo alguno de ello.
Quedando ambas inmersas en la intensidad de sus miradas que no se dieron cuenta de la salida de la pelirroja quien gracias a su pequeño momento de su descuido, ya armada, salió en búsqueda de Artemisa por su cuenta, sin medirlo, ya no podía esperar más, no cuando seguramente estaba siendo torturada para lograr los sádicas métodos de la demente rubia.
Una vez interna en el bosque con mapa en mano, corrió y corrió con el corazón en mano, sin descanso hasta que en el anochecer llegó al lugar momento en el cual sus padres ya estaban al tanto de su partida buscando en conjunto con Yelena el no caer bajo esta trampa colectiva.
Consiente de ser esperada, ella misma se sentía preparada para lo que viniera en relación a acabar con Susan Sean como diera de lugar pero quien la recibió no fue ella si no en su reemplazo estaba su peor pesadilla de toda una vida.
Una sonrisa se formó en los arrugados labios de una rubia mayor, al ver a su proyecto después de tantos años tras su huida, Blackwidow estaba de vuelta en sus manos.
-Miren que nos trajo la marea-sus pupilas se agrandan-¿Quién diría que la calculadora Natalia caería en una trampa por una banalidad como el amor?
Su nombre fue mencionado por esa despreciable voz y toda su seguridad se remeció ante el asco mezclado con el temor que le generó aquello...
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