CAPÍTUL⊗ 05
CALVIN DURAND
—¿Exactamente como quieres que lleguemos hacia Devon si esta con el puto FBI? —habla Carlos.
Ruedo los ojos mientras acomodo el último botón de mi saco. —Vamos en el Jet privado a Estados Unidos, ahí es donde tienen a Dmitri, aún no lo han llevado con los del FBI —aclaro. —Devon tiene turno ahorita asi que sube tu puto trasero al Jet o te quedas Carlos —digo firme.
Este se apresura a traer sus cosas y desaparece de mi vista.
—Calvin, hijo —Volteo y el padre de Léa está justo detrás de mí.
—Dígame señor —lo trató con respeto,
—¿Tu también perdiste la memoria? —interroga. Frunzo el ceño negando. —¿Qué recuerdas de D? No se alguna marca, rasgos físicos, color de ojos, cabello ¿Algo? —interroga nuevamente.
Frunzo el ceño tratando de recordar, pero todo se nubla dándome un gran dolor de cabeza que hace que me maree.
—Como lo sospeche —dicta él. Lo miro sin entender y él rueda los ojos. —Calvin es obvio —dice serio. —El Señor D se aseguró que nadie lo reconociera, borrando cada parte de él en la mente de todos los que conocía —camina de un lado a otro tocando su barbilla. —Cambio su apariencia, decidió hacer que todos ustedes tuvieran la distracción perfecta en sus vidas para que él desapareciera completamente de su mente —aclara. Lo veo no muy convencido —Bien necesito hacerle una pequeña visita a Dante, Léa tendrá que venir conmigo —ordena.
Lo veo ahora sí con mi ceño más fruncido Léa y Dante juntos.
—¡Oh no me mires así hijo! —suelta una carcajada. —No me separaré de ella en ningún momento si es lo que te preocupa —dice burlón.
Ruedo los ojos y suspiro. —Manténgase informado por favor debemos irnos —es lo único que logro decir.
Al llegar a la pista veo que solo me necesitan a mí para poder irnos. —Leo y Joss ¿no vendrán con nosotros? —interroga Carlos.
Niego, —Tendrán que ir con Léa junto a Devin a Rusia las cosas allá están poniéndose algo duras, después irán junto con Jeferson a París para hablar con Dante —informo. —Nosotros debemos concentrarnos en hacer que Devon nos de una larga y buena explicación, hablar con Dmitri nos haremos pasar por sus primos para que nos dejen ingresar —lo veo serio. —Por favor Carlos necesito confirmar en ti y necesito que todo esto salga a la perfección deja por un rato la rivalidad que ahora somos un equipo —informo.
Este asiente no muy convencido.
Le indico al capitán que nos podemos ir este viaje me pone nervioso y no se si es porque me enteré de la peor y gruesa forma de Devon estaba con vida, que Dmitri este en la cárcel, que el señor D este desaparecido, que yo mismo haya conocido a él Señor D y no pueda recordarme de su rostro maldita sea o el simple hecho que veo como Léa cada día se sumerge en tristeza de ver esta hermosos ojos llenarse de tristeza cada vez que ve a mis hermanos, de ver el deseo que tenía con el pequeño Dean y que no sea la misma mujer fuerte que siempre ha sido, simplemente todo esto nos está afectando no sólo a ella si no a todos nosotros al saber que ella está mal porque sí ELLA es el fundamento de todo, ella es la alegría de cada uno, desde que ella llegó ha tenido algo de significado mi triste y aburrida vida, ella es la razón que todos volvamos a ser unidos ella simplemente es genial y la amo por eso.
—Calvin —escucho como Carlos me llama captando mi atención.
Lo veo esperando su respuesta.
—¿Estás bien? —Por primera vez en muchos años veo la preocupación de Carlos en los ojos.
—Sí solo siento que me estoy ahogando —confieso.
Él se quedó en silencio respetando mis pensamientos y agradezco en silencio eso.
Volteo hacia la ventana, el avión despega, las nubes son ahora el centro de atención de todo el panorama, trato de relajarme y esperar es lo único que puedo hacer por el momento.
—¡Hey! —siento como me sacuden el brazo. —Calvin —llaman. —Calvin —repiten.
Logro abrir poco a poco mis ojos, el resplandor del sol de la mañana me golpea de repente haciendo que cierre nuevamente mis ojos, poco a poco trato de abrirlos hasta que me adapto a la luz, no se cuanto tiempo exactamente nos hicimos de Francia hacia acá pero creo que esas pastillas de Leo son buenísimas.
—¿ya? —interrogó.
Carlos el cual se encuentra a un costado de mi asiente. —Sí estamos por aterrizar —trato de mantener mis ojos abiertos.
Al tener un aterrizaje sano y salvo bajamos, agradezco que hayamos aterrizado en un lugar privado sin cámaras y sin gente de estorbo.
Me coloco mis gafas cuando el sol golpea de repente, los hermosos estados unidos, gente gringa que se cree más que nosotros los europeos, por favor. Río internamente por mis ocurrencias.
—Andando Carlos no tenemos todo el día y no venimos a dar paseos a este lugar —ordeno bajando de las gradas.
Tanto mi hermano como yo subimos al coche que nos llevará al FBI donde tienen a Dmitri; el camino hacia el aeropuerto es muy corto, el gran edificio azul entra en mi campo de visibilidad tengo que dejar mi arma con mi chófer, mis anteojos tienen un pequeño detalle en las patillas del mismo, algo que me ha identificado como uno de los reyes de la mafia es la capacidad que tengo de ocultar armas en cualquier objetos, aunque no se note cada accesorio que tengo es un arma.
En mis anteojos unas navajas en cada patilla, mi cadena unos pequeños explosivos, mi esclava unos gases lacrimógenos y por supuesto en la tarta que le llevamos a Dmitri como regalo, unos pequeños artefactos que estábamos comenzado a practicar, entre micro cámaras y micrófonos casi invisibles ante la vista de los guardias inexpertos.
—Buena tarde ¿A quién visita? —pregunta un hombre obeso con mala cara.
—Dmitri Lébedev —informo.
Este nos ve con mala cara y hasta de forma pesada.
—Identificaciones —habla de mala gana.
Con Carlos mostramos las identificaciones y nuestros pasaportes, allí entró Joss con su magia de la falsificación.
—¿Qué parentesco tienen del detenido? —cuestiona el obeso.
Ruedo los ojos. —Primos —digo secamente.
—Necesito revisar qué es lo que tienen y que es lo que le darán al reclusos —dice husmeando Con su asquerosa mirada lo que traía en las manos.
Hace que dos guardias nos coloquen contra pared y revisen de la peor forma posible, revisan la tarde y destrozan, ruedo los ojos ante tal momento.
—Regluso 213 tiene visita —informa desde el comunicador que tiene en el pecho.
Le hace alguna seña a otro compañero de seguridad y este nos guía por un pasillo hasta llegar en una especie de celda con una mesa en medio de esta.
—El detenido vendrá en un momento —informa
Carlos parece inquieto en este sitio, parece león enjaulado dando vueltas y vueltas, me río ante su forma de reaccionar mi mente vaga en la forma que debe de sentirse Dmitri, el magnate que siempre estaba fuera, viajando, disfrutando de la vida y de los placeres de la misma ¿cómo podrá sobrevivir o si quiera sentirse cómodo en un lugar como este?
—Vaya vaya premios míos que alegría de verlos —la estúpida voz de él gorila hace eco en la habitación haciendo que una sonrisa se alumbre en mi rostro.
Al levantar la mirada veo al despinado y delineado rubio.
—Con qué con esta vida están tratando al rey de la mafia no puedo creerlo —digo abrazandolo.
Este suelta una risa suave. —Te trajimos tarta —digo guiñandome el ojo.
—Tu esposa lo mando especialmente para ti —agregó Carlos
La sonrisa de Dmitri desaparece en un momento, veo sus ojos llenos de tristeza. —¿Cómo está Léa? —susurra.
Suelto un suspiro. —Cada día esta mejorando pero su tristeza es evidente Dmitri no se que hacer para que ya ni este así, me siento agobiado y el que esté Denise en casa no mucho la ayuda —informo.
Dmitri solo asiente. —Déjala, ella sabe como esta con su dolor y no, no es ser egoísta, deja que ella misma encuentre su fuerza nuevamente no es fácil, sabemos lo que ella puede hacer y lo que es capaz de hacer ¿no es así? —asiento en silencio. —Léa aunque no depa será la mejor reina de la mafia solo confía en ella, ella puede, nuestra morena puede Calvin—Sonríe viéndome se que tiene razón. —Tranquilo cada uno está sufriendo de distinta manera y sanando de igual forma, no puedes curar siempre un corazón roto Calvin, debes de dejar que el corazón por sí solo sane si no nunca Sanará
Nos quedamos en silencio por un momento. Hasta que Dmitri cobra su compostura. —Bien, necesito que hagan que mi merca vuelca a estar en marcha, se que son el enemigo pero no sé a quién más podría confiarle la merca, se por fuentes cercanas que mi padre no está bien y sus padres tampoco, el padre de Léa ni lo verán como líder necesito que alguien tome mi lugar de ustedes —ordena.
Suelto una risa haciendo que Dmitri frunza al ceño.
—No entiendo la gracia Durand —habla imponente.
—Soli que acabas de dar un gran discurso que Léa puede sabemos de que está hecho y pues ella está ahorita mismo viajando a Rusia para ver el asunto de tu merca —este me ve sorprendido. —La reina de la mafia está por tomar su lugar y tu ni te has dado cuenta.
Este sonríe. —Bien, entonces ya que ella se puso los pantalones, ustedes nenitas deberán ayudar en como encontrar a ese hijo de puta, tengo un mal presentimiento recordemos que no solo tenemos un enemigo chicos, tenemos mucho en varios lados del mundo hay que proteger a la familia —informa.
Después de estar un largo pero corto periodo con Dmitri los guardias se lo llevan y salimos sin ningún problema esperando al idiota de Devon.
Mi celular indica Que tengo una nueva notificación y veo que es de Léa.
mon diamant
Tráeme a ese tal Devon a la mansión de Francia amore.
No se que pensar pero le haré caso a la reina.
Veo saliendo al pelinegro, sonrió ante lo que va a pasar.
—¿A dónde niño bonito? —digo sin pensar. —Vienes con nosotros Devon.
Este se queda estático viéndonos, veo como todo su cuerpo empieza a temblar y no creer que nos tenga enfrente.
—¿Carlos, Calvin? —dice asustado.
—Los mismos que calzan y bailan —digo y con Calvin sonreímos.
—Carlos traerlo la reina lo quiere ver —digo dándome la vuelta.
Carlos le coloca un pañuelo de la forma más discreta que puede haber.
Devon nos ve aterrorizado —Tranquilo bonito solo haremos un pequeño encuentro al pasado.
Hola amada
Lo sé chicos lo sé y lo siento pero aquí hay otro capitulo de los chicos, les prometo que les traeré el siguiente lo antes posible, espero les guste.
Bye.
Besos 💋
Pam
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