CAPÍTUL⊗ 01
LÉA COLIN
—¿Hiciste llegar el mensaje? —pregunta Denise cuando entro a la aerolínea.
—¿Acaso no acabas de ver lo que he dicho? —contraataca.
Denise rueda los ojos, verlo solo hace que mi pecho me duela, es tan idéntico a Dmitri que hasta los mismos tatuajes que él tiene los tiene Denise, pero su voz y ojos lo delatan.
—No me mires así Léa —advierte.
Frunzo el ceño cruzándome de brazos. —¿Así como? —pregunto.
Denise me ve frío. —Con amor —suelta.
—Entonces Aléjate te pareces tanto a él que es inevitable Denise —alego.
Denise me ve serio, algo de lo que he aprendido este año con él es que es tan frío, cortante y distante como Dmitri pero él, mierda, él es la versión retorcida y oscura ya que nunca muestra sentimientos y todo lo quiere hacer fríamente calculado.
"Es que eres igual a él carajo, lo quiero a ÉL" —pienso pero doy la vuelta en busca de mis chicos.
—meine Liebe —habla Devin cuando me ve.
Llegó a él y lo abrazo.
Ha sido todo un proceso para todos, el señor Damien ha querido retomar el reinado de la mafia pero el estado de depresión en el que entró al enterarse que Dean ya no estaba y que Dmitri haya sido encarcelado lo ha vuelto un poco loco, después encontrar al hijo que había estado buscando tantos años lo termino de destrozar.
El señor David y Dereck lo han intentado reanimar pero al parecer Damien no es nada sin su hijo.
—Tú padre te está buscando —dice.
Asiento y me dirijo a mi oficina, bueno la oficina de Dmitri que he tomado como mía.
—¿Papá? —interrogó al entrar.
—Cariño, hay que hacer algo, se que eres nueva en todo esto pero debes de ponerte al frente, la mercadería de Lébedev está atorada y si sigue así me temo que van a destronar al rey y no creo que a nadie le convenga eso —dice viendo unos papele en su mano.
Suspiro —Bien ¿que debo de hacer? —interrogó.
Mi padre frunce el ceño. —Léa se que eres nueva pero tu madre te enseño lo fundamental deberías saber que hacer —cruza los brazos.
Ahora yo soy la que frunce el ceño. —¿De qué hablas Papá? Mamá apenas podía estar en su cama ¿como podría enseñarme eso? —interrogó.
—Sé lo dije señor —la voz de Calvin hace eco en el despacho. —Léa ha perdido la memoria ¿que fue? ¿Quién fue? O ¿como lo hizo? No sabemos aún señor pero a Léa le han borrado la mayor parte de sus recuerdos —informa.
Ruedo los ojos. —Ya vas con eso otra vez Calvin ya te dije que si te hubiera conocido lo sobria —digo.
Calvin algo desesperado me entrega una fotografía —Esta foto fue cuando cumpliste doce años Léa, estamos Carlos, Dante, Devon, tú y yo en esa foto —me enseña.
Veo la foto y si es cierto, estamos todos abrazados y alguien me tiene de la mano pero su rostro ha sido tachado con algún marcador negro.
—¿Y él? —pregunto señalandole al chico.
—Es el señor D, Léa —dice.
Aquello hace que me sorprenda, recuerdos bagos que me indicaban que conocía a D siempre llegaban pero pensé que eran alucinaciones o inventos míos pero no que fueran cierto.
—Hay que juntarnos a todos —ordeno saliendo del despacho.
Camino entre los pasillos y con mi tableta en la mano indicándole a cada personal de la aerolínea que es lo que deben hacer, con Brooke desaparecía y Britany siendo interrogada siempre por Damien, no había quien velará por la aerolínea y Dmitri en la carcel, no cabe duda que yo estoy a cargo.
Sin contar el dolor de cabeza que nos han dado las secuaces favoritas del señor D y Terry quienes han desaparecido y por supuesto el increíble señor D que no tengo la puta idea si sigue vivo, cuando lo buscamos en la colina solo habían rastros de sangre por todos lados y no encontramos pistas de alguna señal de vida de él.
No deje que mis chicos lo hicieran porque quiera demostrarme a mi misma que no soy una chica de cara bonita que necesita ser salvada.
—Léa —se acerca Osher.
Le sonrío mi fiel amigo. —Hola, Osher —digo.
—¿Algun vuelo para hoy? —dice emocionado.
—No es un vuelo pero necesito que me lleves donde tienen a Dmitri encerrado —informo. —Eres el piloto y conductor de confianza así que no puedo arriesgarme que me hagan daño nuevamente, salimos en una hora Prepárate —digo adelantándome.
Miro mi tableta mientras camino hasta que choco con alguien, mis tobillos tiemblan y con los tacones altos que tengo hacen que vaya a caer pero me sujetan de la cintura antes que caiga.
Sujeto con firmeza la tableta apegándola a mi pecho y cuando me logro recomponer veo a…
—¿Leo? —digo sorprendida.
El pelinegro sonríe coquetamente. —Hola hermosa —besa mi mejilla muy cerca de mis labios.
Aquello solo hace que me sonroje.
—Sé que fecha es hoy así que te traje esto —dice entendiéndome una caja aun sin soltarme de mi cintura.
Tomo la cajita y cuando la abro llevo mis manos a mi boca sorprendida, las joyas que me habían regalado mis suegros yasen en la caja de tercioelo.
—Pero ¿como? —susurro con lágrimas en los ojos.
Leo quita una lágrima traicionera de mi mejilla. —Sé que te importa mucho y estuvimos un mes buscando esas joyas —dice sonriente.
—¿Estuvimos? —interrogó.
—Sí, no creas que este idiota se lleva todo el crédito, Schatz —me volteo al escuchar a Joss.
Sonrío al verlo, hace un mes que no los miraba y siguen igual de guapos.
—Gracias —digo abrazándolos.
Joss pone su mano peligrosamente cerca de mis glúteos y Leo vuelve a besarme cerca de la comisura de mis labios.
Cuando estoy por decir algo —Oye morena —la voz de Danise hace que me separe de los chicos.
Volteo a verlo. —Ya que andamos dando regalos tengo algo que te va a interesar —dice.
Frunzo el ceño, Denise no es la persona más agradable del mundo como para dar regalos y más este día.
Pero se preguntaran.
¿Qué día es hoy y porque mierda todos andan al tanto se mi?
Pues hoy es mi cumpleaños número veintiséis y Dean hubiese cumplido un año.
Mi pequeño guerrero quería ser igual que yo que hasta la fecha de cumpleaños me había robado, hace un año que mi bebé falleció y lo extraño, pero jure tomar venganza por él y eso haré.
Antes de seguir al rubio les dedico una sonrisa a Joss y Leo que me ven con algún sentimiento ¿amor? No lo sé pero me estoy asustando en tener la probabilidad que mi corazón pueda amar a más personas ¿Será correcto?
Niego sacando cualquier pensamiento y sigo a Denise, quien me lleva al sótano y entramos a una especie de bodega.
—Feliz cumpleaños, сердце —dice con malicia señalando una habitación.
Lo veo mal ya que sabe que aunque sea una palabra, pero aquella palabra me afecta, suspiro y entro, veo a una persona atada y con una pachucha en la cabeza.
Me acerco y quito el objeto dejándome verle el rostro, mi sangre hierve, mi enojo sube y la superioridad que se que tengo hace que hable sin temblar o si quiera mostrarle lo que siento.
—¿Liliana?
OMG OMG OMG agradezco a todos por estar aquí nuevamente.
Aun no se como será el tiempo de publicación y cada cuento lo haré, solo espero sigamos en esta travesía juntos.
No saben lo emocionada que estoy en venir nuevamente con los chicos.
Espero les guste.
Cuídense.
Pam
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