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Tres


SeokJin pagaba por la cena, no dejando que TaeHyung pusiera ni la mitad. Salían del lugar y SeokJin seguía repitiendo en su cabeza que volver a ver a TaeHyung era muy mala idea.

—Puedes dejar de pensar tanto —soltaba la voz grave y relajada tras él—. Solo será una cena en mi apartamento el próximo viernes. Dijimos nada de sexo y puedo cumplirlo

—Aún si no lo cumples y decides arrojarte encima mío —respondía Jin girando y encontrándose  con el fotógrafo bien de frente y cerca—. No voy a acostarme contigo, niño.

TaeHyung hacía un puchero y acortaba la distancia, tomando a SeokJin de la cintura. En seguida notaba como el castaño miraba hacia arriba exhalando el aire por su nariz y apretando sus dientes. Sus manos seguían dentro de los bolsillos de su pantalón. No había correspondido al agarre pero tampoco lo había empujado y el azabache pensaba que eso era un gran avance.  

— ¿Quieres que te lleve? —preguntaba con su voz grave y sensual.             

—No uses esa voz conmigo porque me provoca golpearte no querer follarte ¿entiendes eso? —exclamaba con voz grave y rozando su nariz a la ajena, intercalando entre los ojos de Tae y sus labios.

—Jo-der —soltaba TaeHyung ronco y con volumen bajo—. Tienes esta forma peculiar de rechazarme pero tu cuerpo pareciera pedir lo contrario —bajaba su vista refiriéndose al bulto que se asomaba en los pantalones del castaño.

—Soy un ser humano y estas pegando tu polla a la mía ¿Qué esperas?

—Que te des cuenta que podríamos tener el mejor sexo del jodido mundo pero no quieres acceder —replicaba.

SeokJin reía de forma ronca y finalmente se alejaba—. Puedo enfriarme rápido. Tú sin embargo sí que te pones duro con facilidad —señalaba la entrepierna de TaeHyung y reía maliciosamente dejando al tipo colgado.

—... ¡Y tuve que recurrir a Manuela! —soltaba frente a HyungSik, quien no dejaba de reír.

—Te lo dije. Amigo, olvídate lo de las citas. Vas a terminar duro en cada una de ellas y el tipo no te va a dar lo que quieres

—Te equivocas, lo note duro cuando me acerque. Le gusto pero quiere jugar a la casita porque se cree mejor que yo

—No creo que se sienta mejor que tú. Solo son dos personas con necesidades diferentes

—Oh, vamos. Él quiere follarme y yo quiero que lo haga —afirmaba con una dona en su boca—. ¡Queremosh lo mishmo! Sholo que yo lo admito y él no

—Por favor termina de comer eso. Puedo ver los restos de dona en tu boca y es asqueroso, amigo

—Ay, que sensible —tomaba su té para bajar el resto de la comida—. Como sea, jugaré su estúpido juego. Y le volaré los sesos cuando meta al pequeño Jinnie en mi boca

—Espera, ven aquí —decía el pelinegro y fingía limpiar algo de la comisura de los labios del fotógrafo—. Estás babeando de solo imaginarlo, asqueroso.

TaeHyung quitaba su mano con rabia y lo señalaba—. Tendré sexo antes de programar una tercera y ridícula cita

— ¿En serio creés que él va a ceder? —preguntaba seriamente su amigo.

—Lo hará. Soy irresistible y aunque él quiera negarlo la tensión sexual la tenemos. Habrá que cortarla pronto con una tijera —hacía la seña de la misma, con una sonrisa juguetona.

— ¡Ay, eres un hijo de perra! —gritaba horrorizado y saliendo de la vista de TaeHyung. Mientras éste se iba en sonoras carcajadas.

SeokJin se encontraba rehaciendo el bizcocho de un simple pastel, por tercera vez aquel viernes por la tarde.

—De acuerdo, Jefe —jisoo, una bonita chica de pelo castaño largo se acercaba a SeokJin para quitarle la bandeja con el bizcocho quemado de la mano—. No sé qué te pasa hoy, pero es el tercer bizcocho que arruinas. Me remonte  a mis primeros días contigo donde yo era la que quemaba todo.

SeokJin limpiaba su frente y suspiraba derrotado.

— ¿Quieres decirme que sucede contigo? —preguntaba su empleada y amiga.

—Cometí un terrible error —soltaba cansado.

— ¿Mataste a alguien? —preguntaba Jisoo, evitando reír.

—Ay, Jisoo. Solo accedí a tener otra cita con el fotógrafo que te mencioné —exclamaba.

— ¿Una segunda? Eso es genial, Oppa

—No, es una pésima idea. Él solo quiere verme rogarle por sexo, porque para él es estúpido tener millones de citas si al fin lo que cuenta es como conectan en la cama y yo-...

—Tú eres todo lo contrario —afirmaba la castaña sobando su hombro—. ¿Y tendrán esta cita para ver quién de los dos tiene la razón?

—Para mí la conexión va más allá del sexo y él solo lo resume a eso. Aparte el tipo no repite con nadie, él es un descarado que no le gusta el compromiso

—O quizás le teme al compromiso porque le hicieron mucho daño en el pasado —replicaba suavemente.

—Son excusas para no admitir que es un idiota

—Oye te he visto juntarte con gente que tiene su misma filosofía y no te enfurecías tan fácilmente

—Porque no estaban empeñados en meterse conmigo —respondía de inmediato.

—Bueno, pero si lo verás de nuevo es genial, tu siempre utilizaste las citas para ver con qué clase de idiota te estas metiendo. Dale chance, no lo juzgues antes de tiempo

—Es exactamente lo que él dijo, pero créeme, es una persona bastante transparente y competitivo. No está acostumbrado a que lo rechacen, solo busca divertirse y sacarme de quicio. Es una mala idea

—Bueno, haz lo mismo con él

— ¡Dios! ¿Por qué todos me dan esos consejos? —cuestionaba frustrado.

—Porque hace mucho tiempo no estabas en esto de las citas —le animaba la chica—. ¿Qué puede salir mal, excepto de un mal sabor? Claramente puedes divertirte o estar listo para hacerlo de nuevo. Sal, sé sociable. Vive un poquito. A lo máximo será un idiota en tu lista pero no corres riesgo de un corazón roto

—No. Solo mis bolas hinchadas por culpa de ese engreído —afirmaba.

Jisoo estallaba en risas y añadía—: Divierte y sácalo de quicio también. Solo no vuelvas a encerrarte de nuevo ¿Si, Jefecito?

—No puedo contigo y con Moonie —decía pasando un brazo por los hombros de la chica para atraerla hacía a él—. ¿Por qué no salí hetero, bi o pan?

—Me lo pregunté mucho al inicio cuando tenía un suuuper crush contigo. Ahora ni se te ocurra probarlo porque estoy de novia y juro que si lo intentas te cortaré las bolas —amenazaba la castaña y se ganaba un gran beso en su cabeza por parte del castaño.

TaeHyung llevaba puesto un pantalón negro que le hacía relucir su trasero y llevaba una remera negra simple encima. Su cabello estaba hacia todos lados pero con unos rizos preciosos. Estaba cocinando una tradicional comida coreana para recibir al castaño. Habían hablado durante la semana o más bien TaeHyung había mandado mensajes para recibir escasas respuestas que lo incitaban a echarse atrás con esto de las ridículas citas. Pero luego recordaba la cercanía de SeokJin, su perfume y su calor corporal y el tipo se enceguecía. Su timbre de abajo había sonado hacía unos segundos y había dejado pasar al castaño, ahora el timbre principal sonaba y no podía evitar darse un vistazo en el espejo y mirar también que tan bien lucia su trasero esa noche. 

—Bien Jinnie. Ven con papi —susurraba camino a la puerta.

Al abrirla veía al castaño de espaldas con una remera blanca y pantalón negro. Sus hombros anchos se lucían aquella noche y TaeHyung quería colgarse de ellos y arañarlos y morderlos y....

—Deja de babear, por favor —pedía SeokJin. Quien ya había girado para ver de frente a un TaeHyung que estaba teniendo una fantasía sexual con su objeto de deseo.

—Lo siento, lo siento. Solo pasa —se excusaba y se hacía a un lado para que el castaño pudiera entrar.

Lo que SeokJin no esperaba era que una mano impidiera su paso y TaeHyung echara su rostro sobre la curvatura de su cuello para oler su fragancia bien de cerca.

—Dios, hueles tan bien —soltaba sobre la piel, provocando una vibración que le daba ciertos escalofríos.

—No soy Dios y no hagas eso ¿Espacio personal? —de nuevo SeokJin no empujaba al tipo a pesar de tener una actitud constantemente hostil, no era tan desagradable como para propiciarle un empujón y a decir verdad TaeHyung a veces lo merecía.

—Sabés que soy muy toqueton y necesitado de afecto —soltaba con un puchero—. ¿Puedo morderte aquí? —tocaba con su dedo la zona del cuello de SeokJin.

—No, Tae —replicaba con seriedad—. No puedes morder y tampoco deberías tocar. Aunque solo me das la razón, supongo que debería irme

— ¡Nop! —TaeHyung pegaba el grito y se alejaba con sus manos en alto—. No te vas a ir y prometo no volver a tocar.

SeokJin reía de lado, no creyendo una sola palabra que salía de la boca del azabache. Suspiraba rendido y levantaba la bolsa de papel que llevaba consigo.

—Es mi postre. Lo hice yo, guárdalo porque necesita frio —explicaba con total seriedad.

—Eres tan hostil que me calienta

—Lo haces de nuevo, TaeHyung —replicaba con suavidad.

TaeHyung reía adorablemente con aquella sonrisa inocente y cuadrada y tomaba la bolsa con suma delicadeza.

—Ven ¿Tienes hambre? —Comenzaba a caminar frente a SeokJin con un vaivén lento de sus caderas—. Apuesto a que pensar en cómo deshacerte de mí te habrá dado hambre ¿No? —se volteaba y guiñaba un ojo a SeokJin.

—No camines de esa forma —pedía de brazos cruzados, mientras se paraba frente al refrigerador.

—Oh, vamos Hyung —replicaba el otro—. Es mi naturaleza coqueta, tolérame un poco

—Estoy aquí ¿no? —Mencionaba, viendo ahora alrededor y notando lo bonita que estaba la sala de TaeHyung—. Nos estamos tolerando mutuamente. No finjas que te súper agrado. Por cierto, tu sala es preciosa

— ¿Acaso esperabas menos o un gran desorden?

—Considerando que hablas con la boca llena sin tener vergüenza alguna. Todo puede ser contigo —respondía, aún de brazos cruzados.

TaeHyung se acercaba, nuevamente sin respetar el espacio personal y SeokJin suspiraba.

—Mi cerebro ignoró todo lo que dijiste para simplemente rescatar el "Todo puede ser contigo" —respondía de forma coqueta y tomaba a SeokJin de sus brazos exclamando—. Relaja tus brazos, no estés en constante defensiva conmigo.

TaeHyung estiraba sus brazos señalándole la mesa para que tomara asiento, mientras él preparaba los platos de tteokbokki para cada uno. Al llegar SeokJin aspiraba el aroma de la comida y cerraba sus ojos.

—Bueno, no solo eres bueno tomando fotos —admitía.

— ¿Alguien reviso mi blog laboral? —mencionaba sorprendido.

—Es mucho más interesante que tu blog personal, lleno de fotos de cama en las que estás denudo por completo o aquellas fotos en donde estás de fiesta

—Definitivamente revisaste ambos perfiles —replicaba satisfecho—. ¿Te molesta que duerma desnudo?

—Yo también lo hago. Pero ponerlo en tu bio ¿En serio? ¿Acaso tienes dieciséis? —atacaba SeokJin.

—No te das una idea las buenas folladas que conseguí por esa simple bio —recontra atacaba TaeHyung. No estaba seguro si quería golpear al castaño o subirse encima para cerrarle la boca de otras maneras.

—Sé lo que piensas —mencionaba SeokJin en la otra punta de la mesa al notar la mandíbula tensa del fotógrafo.

— ¿Ah, sí? ¿Y qué pienso?

—No sabes si golpearme o besarme. Sigues babeando aún cuando soy insoportable —observaba el castaño.

—Al menos admites que eres insoportable

—No negaste que quieres besarme —se burlaba SeokJin.

—Sabes que quiero mucho más que un simple beso —replicaba TaeHyung de inmediato.

SeokJin reía genuinamente—. Comamos ¿de acuerdo?  Esto se ve delicioso

—Igual que tú —insistía TaeHyung. Ganándose unos ojos en blanco por parte de SeokJin y una mirada que parecía llevar una advertencia en ella—. Te juro, me enciende que me mires así. Trata de ser más neutro, colabora conmigo —rogaba.

—Eres un caso perdido

—Nop. Te demostraré que no —era su última sentencia para dejar que la cena transcurriera en paz.

Luego de simples comentarios, con algunos más mordaces que otros. TaeHyung servía el postre que SeokJin había preparado. Algo frio con chocolate, mousse y frutillas. El fotógrafo le ofrecía ir a la sala de estar y sentarse en su cómodo e inmenso sofá, donde SeokJin mantenía una prudente distancia.

—Exagerado —mencionaba TaeHyung por aquello, abriendo el paquete que tenía el postre dentro—. Hombre, me encantan las frutillas —soltaba llevando un pedazo a su boca.

Un pequeño enchastre con la mousse que colgaba de su labio inferior.

—Toma —SeokJin le alcanzaba una servilleta de papel—. Te manchaste aquí —decía señalando el lugar.

—Oh, grashias —tomaba la servilleta y SeokJin se sorprendía—. Lo siento, deteshtas que hable con la boca llena —decía el fotógrafo.

—En realidad me sorprendió que no tiraras un chiste bizarro —replicaba de inmediato.

TaeHyung terminaba de tragar y luego le sonreía sensual—. Oh, tu querías que yo te pidiera usar tu lengua para quitarme la mousse ¿no, travieso?

SeokJin volvía a reír de forma genuina. Si TaeHyung no hubiese intentando ligarlo desde un inicio quizás hubieran sido buenos amigos.

—Eres divertido, lo admito

—Gracias, nunca nadie fuera de mis amigos me lo había dicho —decía con un rostro curioso.

— ¿Por qué será, no? —cuestionaba SeokJin entrecerrando sus ojos y sonriendo adorable.

Pero no había sonado arrogante, había sido sutil y dulce. Como una broma interna entre ambos y sus rasgos estaban más relajados. Incluso su voz dulce había contribuido a la broma, haciendo que TaeHyung se precipitara por unos segundos.

—Bien, háblame de ti —pedía nuevamente con tono serio—. ¿Alguien en el pasado te hizo daño y por eso no tomas a nadie en serio?

TaeHyung se recomponía y arrugaba el ceño—. Eh...no. Jamás me enamoré, siempre fui un alma libre

—Hombre, tienes casi treinta. No me mientas diciendo que jamás te enamoraste

— ¡No miento! Y tengo veintisiete no digas treinta, aún no llego ahí —pedía exageradamente—Tuve crushes, infinitos. Muchos. Pero jamás me enamoré de nadie, Jin. Nadie tuvo que lastimarme para simplemente no querer algo serio —se encogía de hombros— ¿Y tú por que no tienes sexo sin compromiso y en la primera cita más a menudo? —atacaba.

—No funciono así. Me gustan las citas, soy un tipo aburrido. Puede gustarme un culo y no por eso quiero follarmelo como un animal sin raciocinio

—Aish ¿Cuál es el truco de las citas? —preguntaba TaeHyung, sentándose como indio y mirando en dirección a SeokJin.

—La conexión más allá del sexo. Usualmente si te gusta follar y al otro también hay una probabilidad del 60% que ambos lo disfruten. Pero ¿y luego qué?

—Sigues tu camino y haces lo mismo con otro

—Bueno, ese eres tú. A mí me gustaría tener lo que tuve una vez —decía con cierta con congoja.

TaeHyung apreciaba el perfil de SeokJin mientras comía sin apuro.

— ¿Tuviste muchas citas con él? —curioseaba.

SeokJin suspiraba y dejaba el postre sobre la mesa, se sentaba con una pierna encima del sofá y apoyaba su brazo sobre el respaldar y su cabeza sobre esa misma mano.

—Sí, tuvimos alrededor de diez citas —respondía—. Todas diferentes entre si. Algunas mejores que otras

— ¿Y la primera noche de sexo?

—Un desastre —afirmaba sonriendo.

—¡Te pasó lo que te dije! —gritaba señalando a un SeokJin que comenzaba a reir—Ves porque no pierdo mi tiempo. ¿Qué cambió luego?

—Que ya habíamos conectado antes del sexo desastroso de la primera vez —respondía.

TaeHyung se desinflaba—Oh...

—Solo tuvimos que volver a intentarlo y era fabuloso cada vez que lo hacíamos —afirmaba viendo fijo a TaeHyung—. Cuando conectas con la otra persona, el sexo es el doble de bueno. Quizás no hagas nada fuera de lo común pero al estar conectado con el otro, tu cuerpo disfruta al máximo y lo único que quieres es volver a repetir por la gloriosa combinación.

SeokJin estaba sonriendo y mordiendo sus labios con un brillo peculiar en sus ojos. TaeHyung no queriendo ponerse demasiado serio, exclamaba—. Te encanta el sexo. No me lo niegues

—No lo hago —afirmaba sonriendo de lado—. Pero lo quiero todo. Aunque no sea duradero, lo quiero todo. Una vez que lo experimentas, no te conformas con un simple polvo. Disfrutas el mínimo roce de tus yemas sobre la piel ajena. Lo besas completo y con lentitud porque definitivamente su piel tendrá un sabor diferente que querrás memorizar en tu paladar y en tu memoria. Te volverás adicto por la forma en que perderás tu cabeza por consumir a la otra persona en cuerpo y alma, queriendo que llegue a salir de su cabeza, tan ido como lo estás tú. Queriendo complacerlo en todo momento y en lo más mínimo. Mientras son dos cuerpos llenos de sudor, que se desgarran la piel y quedan inservibles luego del acto. Pero completa y totalmente satisfechos.

TaeHyung estaba mordiendo su labio inconscientemente ante aquellas palabras, sintiendo le calor en todo su cuerpo y sus mejillas se habían teñido de rojo. Tan embobado que soltaba sin siquiera darse cuenta y casi susurrando de forma ronca—. Dios. Debes ser jodidamente bueno en la cama.

SeokJin comenzaba a reír y TaeHyung volvía a la tierra. Sobando su rostro con ambas manos.

— ¿Estas bien, Taehyungssi? —esta vez el tono juguetón lo tenía SeokJin.

TaeHyung asentía frenéticamente y preguntaba poniéndose de pie—. ¿Quieres café? Hare café.

Y salía de la sala y de la vista de SeokJin.

En la cocina se quedaba un rato largo mientras el agua hervía y revisaba su teléfono. Justo estaba hablando con Moonie sobre las fotos que quería usar y le pedía un trabajo extra sobre ellas. No quería pensar en todo lo que SeokJin había dicho recientemente sobre el sexo. Así que tronaba su cuello por la tensión de recién hasta que una mano se posicionaba en su nuca y saltaba apenas del susto.

— ¿Acaso eres un felino? No te oí entrar —decía de espaldas a SeokJin.

Su corazón martilleaba fuerte. Por el susto que me dió, obviamente no tiene nada que ver con que me esté tocando.

—Tienes un nudo justo aquí —soltaba Seokjin y TaeHyung dejaba caer su cabeza hacia adelante—. Note que estas muy agachado por mirar las fotos que tomas una y otra vez, eso puede ser la causa. Te encorvado demasiado

Mhmm

Los masajes seguían y los dedos de SeokJin eran fríos y suaves contra su piel, quería convencerse a sí mismo que su cuerpo no se estaba alterando. No le daría la razón a SeokJin sobre saltarle encima desesperado por sexo. Pero luego de la charla y ahora este momento, el tipo no estaba siendo de ayuda.

—Tae... —llamaba deteniendo el masaje. TaeHyung lo miraba y estaba muy cerca, inclusive su cuerpo estaba pegado al suyo—. Voy a irme

— ¿Qué? ¿Por qué? —preguntaba de inmediato, aún con la mano de SeokJin sobre él.

—Tengo cosas que hacer mañana temprano —respondía.

—Oh, vamos. Jin —TaeHyung se giraba y tomaba a SeokJin de las caderas—. No te vayas, prometo no hacerte nada —de nuevo chocaba su entre pierna con la de SeokJin—. Puedo sentirte, pero no tienes que irte —susurraba.

—Si follamos esta noche, no volveré a verte —mencionaba SeokJin—. Haré contigo lo que tú haces con el resto. Follamos y no me ves más la cara, luego de esta noche —afirmaba con seriedad.

TaeHyung pensaba unos segundos largos y terminaba por alejarse— ¿Quieres que te lleve?

—No es necesario —respondía.

TaeHyung pasaba saliva y le señalaba la puerta para llevarlo hasta ella, ahora en la entrada preguntaba— ¿Me dejarás llevarte a tu casa luego de alguna cita?

—Mi auto sigue en el taller, así que lo tendré en mente

— ¿Qué haremos la próxima vez? —preguntaba el fotógrafo con un puchero.

SeokJin reía por aquello—. ¿Todavía no te aburres?

— ¿Ese es tu objetivo? ¿Aburrirme? Trata más duro, hombre —respondía TaeHyung—. ¿Qué haremos la próxima vez? —insistía.

—Veré que se me ocurre y te llamo ¿de acuerdo?

—Totalmente —replicaba.

—Perfecto —añadía el castaño y veía como TaeHyung estiraba sus labios para un beso. Viéndose tierno unos momentos—. No voy a besarte, niño

— ¿Ni siquiera un besito de buenas noches? —refunfuñaba.

—Nop —y terminaba por salir—. ¡Duerme bien, TaeHyungssi! —decía llamando el ascensor.

— ¡Bien duro, gracias por eso!

La risa estrepitosa de SeokJin era lo último que escuchaba antes de cerrar la puerta.

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