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Seis

Una semana más había pasado luego del fogoso encuentro en el auto de TaeHyung. SeokJin había querido detenerse y no llegar tan lejos, pero no lo había podido evitar. Necesitaba más roces, de hecho necesitaba a TaeHyung de forma completa, pero eso solo aseguraba el final para él. TaeHyung obtendría lo deseado y se acabaría de inmediato. Por otro lado, TaeHyung tenía una revolución en su pequeña cabeza que lo había demorado inclusive en los pendientes de su trabajo.

Ganándose unas reprendidas de HyungSik, quien no solo era su amigo sino el encargado de que TaeHyung y un par más, cumplieran en el estudio.

— ¿Dime que mierda está pasando contigo? Me faltan dos de tus entregas, TaeHyung —exclamaba.

—Lo siento. Lo siento —decía. Mientras encendía su laptop—. Acabé la primera entrega de la familia Park/Kim, olvidé mandarla a tu correo. Lo lamento

—Dime que no estas así por el pastelero —mencionaba.

—No toquemos ese tema —pedía concentrado en enviar el archivo, con la sesión de las fotos de la boda Park/Kim—. De acuerdo, si toquemos el tema.

HyungSik suspiraba y se sentaba en el asiento frente a él.

—Escúpelo —pedía el pelinegro cansado.

TaeHyung se dejaba caer sobre la silla derrotado—. Me gusta, me gusta el tipo —se frotaba el rostro—. Me vuelve loco, pero me encanta

— ¿Ya tuvieron sexo?

—No. Tuvimos diferentes roces y finalmente nos besamos

—Continúa —pedía interesado.

—El tipo me saca de mi cabeza —suspiraba—. Él me...no lo sé. Él me tiene verdaderamente...

—Enganchado —mencionaba, HyungSik por él.

—Exacto. Supongo que esa es la definición correcta —sonreía.

—Y cuando tengas sexo ¿Qué sigue? —cuestionaba HyungSik.

—No lo sé. Por ahora me gusta tener estas citas y jugar de esta forma de tira y afloja. Él sabe cómo volverme loco. Termino duro como una roca pero cuando me toca me descoloca por completo

—Bueno, disfrútalo pero plantéate la idea de lo que querrás luego de obtener el sexo tan deseado con el tipo

—Supongo que quedamos en un mutuo acuerdo de que acabaría luego —mencionaba, casi inseguro.

—Un consejo: No. Supongas. —puntuaba—, ahora concéntrate en el trabajo, por favor.

Sin más demoras, opiniones o consejos, el pelinegro salía de su oficina y lo dejaba solo con sus pensamientos. Totalmente descolocado e inquieto.

SeokJin se encontraba decorando un importante pastel para un gran pedido, cuando su teléfono sonaba con una llamada entrante.

—Soobin... —llamaba.

— ¿Si, Hyung?

—Toma el teléfono de mi bolsillo izquierdo y dime quien es. Por favor —pedía en plena decoración.

El muchacho acataba la orden y leía el nombre que salía en la pantalla—. Tae. Dice Tae

—Mierda....

—Dame eso —pedía Jisoo, tomando la espátula y la manga con el glaseado que SeokJin estaba vertiendo—. Atiende. Yo sigo con el diseño.

SeokJin suspiraba y secaba el sudor de su frente, Soobin le alcanzaba el teléfono de inmediato y respondía—. Niño, estoy en horario laboral —decía suavemente—. Lo siento, quedé en mandarte más mensajes, pero realmente se me complica. No lo hago adrede

— ¿Qué piensas sobre una cita en el parque de diversiones? —mencionaba TaeHyung de la nada.

—Eh, wow. Hace mucho no voy a un parque de diversiones —mencionaba, rascando su nuca.

— ¿Everland o Lotte World?

—No voy a Everland desde el 2006 —mencionaba divertido.

—Perfecto. Sacaré las entradas para este fin de semana ¿Puedes?

—Sí, sí puedo

—Genial, vuelve al trabajo. Lo siento —mencionaba y cortaba la llamada.

Al girar Jisoo había terminado lo iniciado y se acercaba sonriente a él—. ¿Otra cita?

—En Everland, este fin de semana —respondía.

— ¡Oppa! Eso es genial —decía la chica, feliz por él—. Parece que algo bueno está saliendo de eso ¿No?

—Tiene fecha de caducidad, pero creo que estamos divirtiéndonos en el proceso

—Oh... —Jisoo se desinflaba por la respuesta recibida.

—Él solo quiere sexo, solo lo estamos haciendo a mi tiempo para disfrutar al cien por ciento el momento —palmeaba suavemente el hombro de su amiga y empleada.

—Creí que íbamos a verte en una relación pronto

—Lo harán, pero no con este chico. Tae no busca eso de mi —mencionaba con una sonrisa.

— ¿Tú tampoco buscas eso de él? ¿Ahora? —cuestionaba y agregaba—. Porque realmente estás sonriendo de oreja a oreja por su llamado.

SeokJin despeinaba el rodete que Jisoo llevaba y ordenaba—. Ponte una red, estoy cansado de repetirlo —ordenaba saliendo de la vista de su empleada y amiga. Quien no dejaba de quejarse por haberla despeinado de tal forma.

— ¿No te subiste?  —preguntaba TaeHyung, comiendo un helado de vainilla y chocolate.

—Tengo un estómago delicado —mencionaba SeokJin—. No me hagas subir...por favor.

Pedía en la fila de la atracción principal, la montaña rusa T Express.

— ¿Cómo puedes comer antes de esto? —señalaba Jin la atracción frente a ellos mientras la fila avanzaba.

—Solo es helado —se burlaba, TaeHyung—. Toma un poco

—Seguro y lo vomito

—Oh, vamos. Hyung, toma... —decía TaeHyung, ofreciendo el cucurucho de helado al más alto.

SeokJin fruncía el ceño y TaeHyung seguía mostrándole el helado—. De acuerdo

—Si...toma —antes de ofrecerle, comía un poco y luego extendia el helado pero cuando SeokJin iba a poner su boca para probar—. TaeHyung le robaba un beso.

Suplantaba el helado, por sus labios. Recibiendo un beso suave y algo tímido a la luz del día.

—Mmm...chocolate —mencionaba SeokJin y TaeHyung sonreía como imbécil—. Tienes una sonrisa tan inocente

—Gracias, Hyung —respondía con aegyo y le guiñaba un ojo a SeokJin—. ¿Vas a subirte conmigo, cierto?

SeokJin arrugaba la nariz y miraba hacia arriba y escuchaba los gritos de las personas, luego miraba a TaeHyung y éste le sonreía adorablemente.

— ¿Puedes dejar de sonreír así?

—No si consigo convencerte —respondía.

—Voy a vomitar —le advertía.

—Te apartaré el cabello de la frente mientras lo haces —decía. Inconscientemente peinando a un lado las hebras de la frente de SeokJin y haciendo que este cerrara sus ojos por los suaves toques.

Los ojos de SeokJin se abrían al notar que TaeHyung se había quedado quieto y cesado con sus caricias sobre su flequillo.

— ¿Qué? —preguntaba el castaño.

—Nada —respondía el fotógrafo—. Estaré listo por si vomitas.

Para sorpresa de ambos no había vomitado, pero no estaba seguro si aguantaría otra atracción que jugará con su estómago de esa forma. Por lo que ambos decidieron tomar otros tipos de atracciones y Everland tenía muchas. Así que optaban por la visita a los animales. Un día productivo dónde SeokJin tenía que admitir que TaeHyung era una compañía demasiado agradable. Sin mencionar que su falta de pudor le había brindado muchos abrazos espontáneos y más de un pico robado que lo dejaban con ganas de realmente degustar esa boca con vehemencia y cuidado.
La tarde estaba llegando, estaban más que listos para ver un desfile que comenzaría en pocos minutos. Así que ahí estaba siendo arrastrado por TaeHyung para poder quedar primeros y tener buena vista de lo que se venía.

El tumulto de gente no dejaba a SeokJin ponerse al lado de TaeHyung, pero el fotógrafo no era lerdo ni perezoso, tomaba los brazos de SeokJin y lo hacía enredarlos en su cintura.

—Aquí... —mencionaba el azabache, mirando hacía atras—. Quédate aquí —apretaba con suavidad el agarre sobre los brazos de Jin. Y éste apretaba el agarre sobre su cintura.

—De acuerdo, me quedaré aquí —susurraba SeokJin en su oído. Y se ganaba una bonita sonrisa cuadrada. Una insistente que buscaba otra sonrisa a cambio y eso hacía reír a Seokjin, para luego darle su primer beso iniciado por él ese día.

Pero había sido un beso sumamente inocente, sobre la cabeza de TaeHyung. Como solía hacer con Moonie, Jisoo. Con su madre y como solía hacerlo con Yoongi.
TaeHyung se había sentido extraño, jamás habían besado su cabeza de esa forma tan dulce. Como si fuera un niño, no esperen...como si fuera más, como algo íntimo de SeokJin. La sola idea le provocaba ¿Mariposas?

Llevaba alrededor de un mes y días con esto de las citas antes del sexo. Primero la cena elegante. Jamás un hombre de su interés lo había invitado a cenar a un lugar como aquel restaurante. Luego, por pura competencia y demostrarle que era más cabeza que polla había cocinado para él. El primer hombre que metía en su apartamento con el interes de follarselo pero que sabría no iba a suceder, solo para enterarse que el tipo era fanático del sexo como él. Solo que con un nivel de interés diferente. La tercer cita había sido sorpresa, dónde casi perdía al tipo por rogarle follar a su manera. Y por lo que había descubierto, SeokJin era bastante frío para el sexo sin compromiso.

Pero esa cuarta cita dónde el castaño había caído de sorpresa, algo que TaeHyung evitaba y por eso no llevaba a sus ligues a su apartamento. Él odiaba las visitas sorpresas, las odiaba hasta que éste tipo de visita tenía el rostro perfecto de SeokJin. Esa cita había sido hablar sin sentido luego de haberse provocado y haber sido casi empalado a su mesa, dónde luego comieron la pizza sin asco ni reproches.

Quinta cita en el cine y los besos fogosos en su auto. Con otro poco del volcán Kim SeokJin que lo acorralaba una vez más. TaeHyung estaba aguantando porque sabía que el sexo con Jin le volaría la cabeza. Sin importar si no hacían nada nuevo en la cama. Lo del auto no había sido nuevo para TaeHyung. Pero las sensaciones, si. Era todo un nuevo—y jodido—nivel al que parecía haberse vuelto adicto. Porque ni siquiera buscar sexo con otro le serviría en ese momento.

Aunque podría, pensaba mientras Seokjin lo abrazaba durante el desfile. La calidez del cuerpo del mayor estaba pegada a su espalda y TaeHyung se encontraba adorando estar entre sus brazos. No podía evitar dejar caer su cabeza en el hombro de SeokJin y éste depositaba un beso en su mejilla y TaeHyung cerraba sus ojos.

No. No, amigo. No cierres tus ojos.
Ya estás frito, imbécil.

TaeHyung se contradecía solo, y es que ahora era una total contradicción a su TaeHyung de casi toda su adultez. Este hombre estaba condenado a enamorarse por primera vez del tipo que ahora lo sostenía durante un desfile en un parque de diversiones.

SeokJin había dejado que TaeHyung lo llevará de nuevo y ahora estaban frente a su casa en silencio.

—Gracias. La idea del parque fue genial —mencionaba SeokJin. Quitándose el cinturón—. Se te ocurrieron las últimas citas, yo deberia-...

—Pensar en la próxima —soltaba TaeHyung.

—Oh, si claro. También —mencionaba SeokJin—. ¿Quieres pasar? —preguntaba.

TaeHyung quería, oh realmente lo quería. Miraba a SeokJin y miraba la entrada de su casa.

— ¿Que sucederá si entro? —preguntaba con duda.

—Lo que tu quieras —respondía SeokJin, con una sonrisa de lado que invitaba a TaeHyung a tener las más sucias y bonitas fantasía con el tipo—. Haré café ¿Quieres?

—Mmm...se me antoja un té

—Tengo té —replicaba SeokJin de inmediato.

TaeHyung pasaba saliva, por primera vez, en una situación casi regalada y asegurada para el sexo, él no sabía que hacer.

— ¿Tienes chocolate? —cuestionaba a cambio.

—Lo que quieras esta noche —respondía Jin—. Café. Té. Chocolate. Una cama caliente

— ¿Estás diciendo que vas a follarme?

—Estoy diciendo que tengo una cama caliente que puedo compartir si estás muy cansado para seguir conduciendo esta noche —soltaba Seokjin con una sonrisa.

Por alguna razón y por primera vez, le gustó no escuchar "Si, voy a follarte".

—De acuerdo.

Minutos después de haber guardado su auto en el garage de SeokJin, estaba esperando por qué este abriera la puerta. La noche había refrescado bastante y se encontraba sobando sus manos en su pantalón.

—Se viene el frío —mencionaba SeokJin y la puerta se abría—. Pasa.

Ambos se quitaban los zapatos y los dejaban en la puerta, el castaño notaba el fabuloso pantalón apretado con el que TaeHyung había estado todo el día y quería quitárselo...

Para darle uno más cómodo. Si, Seokjin, repitelo hasta creerlo.

¿Quieres ropa cómoda? —preguntaba.

—Sabes que duermo desnudo, Hyung —soltaba juguetón—. Pero si tienes un pantalón que pueda usar como pijamas, lo aceptaré encantado.

SeokJin no podía evitar reírse y le hacía seña de que lo siguiera, TaeHyung iba tras él con cautela y notaba, cuando pasaba por el pasillo que lo llevaba en dirección a la habitación del castaño, las fotos familiares. Muchas fotos, en la mayoría veía a un tipo pequeño y pálido de pelo negro y facciones adorables.

Él.

TaeHyung quería verlas con detenimiento, pero sabía que eso sería jodidamente incómodo y algo irrespetuoso. Él era un tiro al aire pero sabía cuando había ocasiones delicadas en las que debía de recatarse. Al llegar a la habitación de SeokJin, la veía pulcramente ambientada en colores blancos, negros y rojos. El fotógrafo pensaba que la misma era jodidamente sensual, al igual que él. Otra cosa que había notado es que en la habitación, SeokJin no tenía fotos del tipo en cuestión. Pero si fotos con personas  mayores que podrían ser sus padres o tíos, y fotos con Moonie. También había una de su trabajo y un gran pastel que tenía forma de siete.

— ¿Por qué siete? —preguntaba ido, mientras veía la foto y SeokJin urgaba entre su ropa.

—Mi pastelería cumplió siete años hace seis meses —respondía SeokJin—. ¿Este pantalón te gusta? —preguntaba, mostrándole uno rojo de franjas blancas a los lados.

—Perfecto —respondía el fotógrafo.

—Bien, yo iré a... —caminaba en dirección a su baño, pero frenaba frente a Tae para terminar su frase—, cambiarme al baño —soltaba el castaño.

TaeHyung lo miraba divertido y ponía su mano sobre el abdomen de Jin, para que no avanzara—. Jinnie, ya nos vimos y masturbamos  juntos ¿En serio vas a ir a cambiarte al baño?

—Soy SeokJin Hyung, o Jin Hyung. Niño —corregía acercando su rostro al ajeno.

TaeHyung sonreía y se acercaba lo que faltaba rozando su nariz. Luego con algo de aegyo en su voz mencionaba—. Hyung...

SeokJin reía, y veía como el azabache se quitaba el pantalón, sin dejar de verlo y quedaba solo con su boxer negro y le sonreía coquetamente.

Bastaron segundos para el ataque a la boca ajena. Un choque fuerte pero calculado para no romperle la boca al otro en el proceso. Las manos de TaeHyung se habían ido a rodear el cuello de SeokJin, mientras que las manos del castaño habían ido a los glúteos de TaeHyung, los cuales se sentían muy bien sin ningún tipo de tela más allá de la fina del boxer. Luego empujaba hacia arriba. El fotógrafo había entendido a la perfección, porque daba un salto y era levantando con precisión, rodeando la cintura de SeokJin con sus largas piernas. Ambos seguían degustandose en ese beso, eran dos lenguas salvajes que definitivamente habían extrañado el sabor del otro.

SeokJin caminaba hacia la pared, dónde presionaba el cuerpo de TaeHyung y comenzaba la tortuosa fricción de la vez anterior, en el auto.

TaeHyung mordía a SeokJin y recibía el mismo trato lo cual le daba chance de liberar su boca de la ajena y exclamar—. Debe-...debería irme —mencionaba.

SeokJin frenaba con sus besos, saliendo del hueco de su cuello y lo miraba sorprendido y algo despeinado.

— ¿Tú-... tú quieres irte? —cuestionaba agitado, con TaeHyung aún en sus brazos. Levantado y contra la pared.

El azabache suspiraba y tenía sus labios rojos. Cerraba los ojos y apoyaba su cabeza sobre la pared en la que estaba siendo presionado y sus manos estaban sobre los hombros de SeokJin. Sus piernas seguían apretándolo con fuerza. Su cuerpo respondiendo, pero su cabeza recalculando todo.

— ¿Quieres irte?

—No —replicaba de inmediato—. No quiero irme, pero no... No me quedé con la intención de follar contigo —mencionaba con duda—. Solo quería quedarme.

Se mordía su labio con un poco de sonrojo en sus mejillas. SeokJin lo bajaba con lentitud, sin dejar de presionar su cuerpo al otro, de igual forma. TaeHyung suspiraba con ojos cerrados y sentía un suave beso en la mejilla. Un beso que se iba extendiendo hacia su oreja, tirando apenas de su lóbulo. Una mano de Jin en su cadera, y la otra en su rostro.

— ¿Tienes idea si roncas? —preguntaba SeokJin a su oído. Una risita ronca se le escapaba a TaeHyung y el interior de Jin temblaba.

—Creo que no. No lo sé, jamás dormí con nadie  lo suficiente como para que me lo diga —respondía. Buscando el rostro de SeokJin.

Ahora se miraban cara a cara—. Si roncas voy echarte en plena madrugada ...

—Pero-...

—De mi cama a mi sofá —aclaraba.

— ¡Hyung! —lo empujaba enfurecido—. Provocador.

Lo empujaba al pasar y se ponía de inmediato el pantalón, SeokJin se reía y de igual forma, aclaraba que se iría a dar una ducha. Le había dicho a TaeHyung que podía preparar lo que quisiera pero éste había optado por pedir comida aquella noche. Se había acercado a la puerta del baño, escuchando como caía el agua de la ducha y se imaginaba a Seokjin completamente mojado. Su cuerpo se alborotaba de la sola imagen que su cabeza había creado y se encontraba acariciando la puerta. Lleno de deseo y jodidamente confundido.

—Solo follen y olvídalo, Tae. Nada que no hayas hecho antes

—¡¿Qué?!  —preguntaba SeokJin, al escuchar murmullos.

—Mierda...eh ¿H-hyung, te gusta el sushi? —preguntaba, golpeando su frente.

— ¡Si, genial! —afirmaba.

TaeHyung se alejaba suspirando por haber salvado su culo de pura suerte y gracias al agua de la ducha. Luego de minutos un SeokJin con cabello húmedo salía de su habitación, tenía una remera que dejaba ver sus clavículas y un pantalón de chandal muy cómodo. Su frente a la vista y sus labios rojos.

—Deja de verte tan jodidamente bien —se le escapaba a TaeHyung.

SeokJin alzaba sus cejas y comenzaba a reír, tomaba un vino cerrado y dos copas.

— ¿Por qué me dices eso? No estoy haciendo nada —se burlaba, mientras comenzaba a abrir la botella.

Un poco de fuerza que dejaba marcar sus brazos y TaeHyung literalmente se estaba poniendo duro de la simple vista.

—Dios, dame un respiro —soltaba—. Mírate —SeokJin lo hacía y eso provocaba un risita en TaeHyung—. Estás para comerte completo, no puedo pensar así. No es justo para mi apetito sexual. Mierda

—No exageres —soltaba SeokJin incrédulo—. Si estoy para comerme, ven. Acércate. Puedes tocarme, no debes contenerte —pedía SeokJin, sirviendo una copa para cada uno. Le alcanzaba a TaeHyung y cuando éste iba a tomarla, la alejaba. TaeHyung se quejaba hasta que había entendido el juego—. Ven aquí

—Me tiembla el pulso cuando dices eso —bromeaba TaeHyung. Aunque era completamente cierto. Jin reía pero TaeHyung finalmente se iba acercando.

Tomaba del vino y no apartaba su mirada de la de TaeHyung. El fotógrafo estaba considerando tarea complicada hacer lo que sea frente a ese hombre.

— ¿Estás nervioso? —preguntaba SeokJin.

—No, bueno...si

— ¿Puedo preguntar por qué?

—No lo sé, Hyung. Creo que quiero mostrarte que no tienes razón pero me está costando y ni siquiera sé si te quieres acostar conmigo al finalizar esto o solo estás jugando con mis ganas.

SeokJin asentía con ceño fruncido—. Tuvimos buenas citas, y no estoy jugando con tu cabeza. Quiero hacerlo contigo, no lo dudes.

— ¿Y lueg-...?

El timbre sonaba con el pedido de la comida que TaeHyung había hecho y la conversación quedaba más o menos en el aire. Porque el mismo fotógrafo no quería tocar el tema y estaba consumiendo el vino con verdaderas ganas. Inclusive había pedido a SeokJin que abriera otra botella.

—Sé lo que haces. No vas a emborracharte, así que déjalo —exclamaba.

—No sé a qué te refieres —se desentendia totalmente.

SeokJin tomaba la mano de Tae y se lo llevaba a la habitación, algo desorientado y tambaleante. Abriendo las mantas lo sentaba y TaeHyung lo miraba sonriente y embelesado.

—Duerme —pedía SeokJin—. Vamos recuestate

— ¿Pero y tú? —se colgaba del cuello de SeokJin y tiraba de él para besarlo—. Duerme conmigo —pedía entre besos.

—Lo haré...oye, oye, oye —SeokJin alejaba las manos de TaeHyung. Uno desesperado por desnudarlo—. Voy a detenerte porque estás ebrio

—Asi tendré coraje de irme a la madrugada —exclamaba—. Vamos, ya lo decidí. Follemos

— ¿Así será, entonces? —preguntaba SeokJin.

TaeHyung hacía un puchero y lo miraba con ojitos brillosos, luego de unos segundos negaba con su cabeza y SeokJin suspiraba. Un beso sorpresivo y dulce depositaba éste en su frente y le pedía a TaeHyung que se acomodara en la cama para dormir. Minutos más tarde TaeHyung se había dormido de inmediato. El día había sido movido y el vino dulce de aquella noche, lo habían dejado por el quinto sueño. SeokJin había terminado de guardar y limpiar el desorden. Al volver a su habitación veía al fotógrafo en su cama, totalmente dormido y algo despatarrado. Había considerado la idea de dormir en el sofá, pero aquel hombre sobre su cama era algo que SeokJin quería abrazar por la madrugada.

Eres un imbécil por querer más.

Al día siguiente TaeHyung estaba abrazando a SeokJin con brazos y piernas. Se despertaba de forma lenta y perezosa y lo primero que veía era a SeokJin boca arriba. Durmiendo pacíficamente y TaeHyung quería ... Ay, TaeHyung quería besar todo el rostro del tipo.

¿Muy cursi? Si, TaeHyung muy cursi. Solo levántate toma tus cosas y vete de aquí.

—No sabes la clave de mi puerta para huir. Si es lo que planeas —soltaba la voz adormilada de SeokJin.

— ¿Hace cuánto estás despierto? —cuestionaba TaeHyung alejándose solo un poco. Pero aún lo abrazaba y SeokJin tenía su brazo bajo su cabeza y lo sostenía de la cintura.

—Mmm...no lo sé, hace como treinta minutos atrás giraste y te lanzaste sobre mi, golpeando mis bolas con tu rodilla —mencionaba Seokjin con ojos cerrados.

—Sss...oh —TaeHyung finalmente se alejaba—. Lo siento, hombre. Suelo acurrucarme a mi almohada de esta forma

—Y yo me creía especial —bromeaba Jin—. Solo me confundiste con una almohada

—No seas idiota —replicaba TaeHyung sonriendo.

Los teléfonos de ambos sonaban en la mesa de noche de SeokJin y eso lograba que el castaño abriera sus ojos. Abrían el mensaje y se miraban al mismo tiempo.

— ¿Recibiste lo mismo? —preguntaba Tae curioso.

—Oh, si. Lo había olvidado. Dios, no se lo digas o va a matarme —pedía SeokJin. Y se estiraba sobre la cama, bajo la atenta mirada de TaeHyung.

—Ay, dios. Tengo que dejar de verte —admitía sin tapujos. SeokJin estallaba en risas—. No te rías y ábreme la puerta

— ¿No quieres desayunar algo antes de irte? —mencionaba SeokJin.

TaeHyung sonreía de forma juguetona—. Oh, Jinnie... ¿Quieres que desayunemos juntos?

Nuevamente esa personalidad extrovertida se hacía cargo del momento, porque TaeHyung se subía encima de un SeokJin sumamente sorprendido—y agradecido—se inclinaba para tenerlo cerca y exclamaba, acariciando el pecho del castaño—: Sé que aún no me lavo los dientes ¿Pero me dejas besarte?

SeokJin esbozaba una sonrisa adorable y tomaba TaeHyung de la parte posterior de su cabeza y le daba un buen beso de buenos días. TaeHyung se estaba conteniendo de comenzar a moverse encima de su regazo, así que cuando sentía su temperatura corporal elevarse, cortaba el beso.

—Ay ¿qué iba a decir? —apretaba sus ojos y Seokjin reía por lo exagerado—. Oh, si. Te invito a desayunar afuera ¿Que dices? —preguntaba divertido.

— ¿Cómo en otra cita? —se burlaba SeokJin.

—Deberias agradecerme que no tienes que pensar en que haremos porque la mayoría de las ideas las tuve yo —TaeHyung se levantaba de la cama—. Me merezco la mejor noche de sexo que hayas dado en tu jodida vida. Ahora ¿Puedo ducharme?

—Puerta derecha, hay toallones en el bajo mueble

— Prepárate. Conozco un lugar genial donde hacen el mejor café y tiene estos bocados dulces de diferentes rellenos. Te encantará —mecionaba el fotógrafo antes de meterse finalmente en el baño.

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